Los personajes aparecidos en este fic no me pertenecen a mi, sino a Masashi Kishimoto.

Prohibido todo tipo de plagio.


Vacaciones nevadas

Vacaciones de Invierno.

Bachillerato femenino de Konoha, 13:30 pm.

Los anchos pasillos del edificio se encontraban desiertos en su totalidad, silenciosos y tranquilos. Para quienes caminaran por ellos los únicos sonidos que hubieran llegado a sus oídos procedían del interior de la clase 1ºA, de dónde surgía gran parte de aquel escandaloso bullicio.

En el interior de dicha aula las jóvenes charlaban animadamente en pequeños grupos; el tema estrella que llevaba causando furor desde hacía unos días era siempre el mismo: Los planes de las vacaciones. En efecto, aquel era el último dia de clases que anunciaba la llegada del invierno y de las navidades pero, sobre todo, de la temporada que pasarían sin pisar el centro educativo. Algunas irían de compras navideñas; otras pasarían el tiempo muerto leyendo, dibujando, estudiando -número bien reducido de alumnas- o jugando a videojuegos; y un tercer grupo abandonaría la ciudad para pasar un buen periodo de diversión lejos del estrés y de los estudios académicos. De esto último era de lo que hablaban un par de jóvenes.

- ¡Sí! - aquel estridente grito se alzó por encima de todos los murmullos, provocando que todas callaran y giraran para comprobar de dónde provenía aquella voz; al ver que se trataba de Sakura Haruno volvieron a las conversaciones que habían dejado aparcadas por unos míseros segundos.

- Ya, ya pasó, frentota. - se quejó la muchacha a quien la pelirrosa abrazaba efusivamente, su rival y mejor amiga Ino Yamanaka. Era bien sabido en toda la secundaria que ambas chicas mantenían una extraña relación amistad-enemistad, mas nadie parecía darle importancia en demasía a sus ya comunes peleas diarias. Se separaron. - Te prometí que pasaría estas navidades con vosotras, y siempre cumplo lo que digo. - henchida de orgullo, golpeó su pecho izquierdo con suavidad en un claro gesto de honra.

- Entonces sólo queda por confirmarlo Tenten. - musitó pensativa, callando no más de unos segundos para luego añadir:- ¿Crees que vendrá, Ino-cerda?

- Más le vale, sino se las verán conmigo. - resopló, acomodando su flequillo a la par que sonreía con maldad.

Por la mente de Sakura pasaron mil y un planes sobre qué estaría pasando por la mente de su amiga en aquellos instantes, algo retorcido y macabro, sin duda. La pelirrosa abrió los labios para decir algo, cosa que le fue imposible debido a la atropellada entrada - casi intromisión - del profesor Kakashi en el aula. Las alumnas se apresuraron a sentarse en sus respectivos asientos ante el ligero carraspeo de su sensor.

- Disculpad la tardanza, sé que es la última hora del día del último día de clases, así que no os aburriré con excusas.

- Buen comienzo. - susurró la Yamanaka, provocando que las compañeras que más próximas se encontraban a su asiento comenzaran a reír por lo bajo.

El hombre decidió cortar por lo sano e ignorar aquellas leves carcajadas poco disimuladas; al fin y al cabo era la última clase que tendría con ellas hasta que regresaran de las vacaciones, no tenía necesidad de soltar un sermón sobre el deber y la responsabilidad, pues él no era un fiel ejemplo de esto último. Suspiró y se recargó sobre su amplio escritorio, mirando a todas y cada una de sus estudiantes en una amplia mirada rotatoria. Volvió a aclararse la garganta y procedió a relatar el tradicional discurso de despedida.


Mientras, en el exterior del colegio - concretamente en las canchas de deporte - las alumnas de 2ºB parecían dejarse la piel para contentar al singular hombre de ajustadas mallas verdes que, según el contrato, era su profesor de Educación Física. Éste no paraba de gritar y gesticular en exceso para alentar a sus pupilas e infundirles energías a través de aquellos berridos incesantes, cosa que más que animarlas lo único que lograba era avivar las ganas de meterle un balón en la boca para que dejara de armar tal alboroto.

La clase apenas acababa de comenzar y ya las había mandado a calentar; sin necesidad de palabras una muchacha encabezó el grupo, echando a correr a un ritmo medio por las extensas pistas de atletismo con el resto de alumnas siguiéndola cual hembra alfa. Gai sonrió orgulloso de su deportista estrella, aquella que siempre tomaba la iniciativa a la hora de practicar cualquier tipo de deporte o esfuerzo físico sin importar de qué se tratara ni lo que conllevara, la única fémina que podía presumir de sacar dieces en su materia: Tenten Ama.

Pasaron unos minutos corriendo, y aunque todas parecían estar ya exhaustas tras tanto correr sólo la morena de ojos chocolate sonreía sin aminorar ni un mísero segundo el ritmo; no era difícil adivinar cuán divertido y estimulante le resultaba hacer éste tipo de actividades físicas.

- ¡Podéis descansar, bellas flores! - concedió el mentor de las jóvenes, alzando el pulgar en una dirección concreta: Apuntando hacia Tenten. Aquella era una clara muestra de aprecio y orgullo a la par, por lo que le respondió con una simple sonrisa y acudió junto a sus compañeras, que se habían dejado caer en el suelo.

- ¡No entiendo cómo lo haces! - exclamaba la rubia, mirando a la chica-panda un tanto cohibida.- ¿No te cansas nunca de correr o qué?

- Simplemente es algo que me gusta. - respondió con simpleza, sentándose al lado de su amiga.

- No te comprendo, Tenten. - finalizó con frustración.

La morena se limitó a reír al ver la expresión de la muchacha que desde hacía unos meses hasta la actualidad se había convertido en alguien muy cercana a ella: Temari Sabaku No. Era un año mayor que el resto de colegialas debido a una serie de circunstancias en su vida que le habían hecho perder un curso de estudios, era por ello por lo que ahora cursaba 2º de Bachillerato. Había hecho muy buenas migas con Tenten, pero por una razón o por otra siempre acababan compitiendo. En deportes y asignaturas de idiomas siempre solía ganar la joven de los chonguitos, por el contrario en las materias matemáticas, químicas y lógicas Temari le llevaba una considerable ventaja; lo bueno de esa extraña amistad se demostraba cuando venía la oleada de exámenes y estudiaban juntas, ayudándose mutuamente y cubriendo los puntos ciegos de la otra.

No pudieron disfrutar de un merecido descanso cuando Gai las llamó para hacer su deber de profesor y soltarles un largo, laaargo discurso referente a las precauciones en vacaciones, a los exámenes que venían tras ese periodo de descanso y, sin saber el porqué exacto, también les puso sobre aviso en el tema sexual y alcohólico. Aquello dejó un tanto abrumadas a sus pupilas, que se miraron las unas a las otras queriendo meter sus cabezas bajo tierra y dejar de oír las incoherencias de aquel estrafalario hombre que las trataba como si de sus hijas se trataran.

Medio hora pasó, lenta y angustiosa, en la cual sólo se escuchó la voz de Gai, que ejecutaba su monólogo muy metido en su papel de "protector hasta la muerte". Mientras, las chicas arrancaban pequeños hierbajos del césped perteneciente al campo de fútbol en el cual se habían vuelto a sentar para oír todo lo que tenía que decir su instructor. Cuando al fin finalizó su homilía todas se pusieron en pie de un ágil salto y, tras pronunciar diversos tipos de despedidas y cordialidades corrieron hacia los vestuarios, queriendo escapar del entrenador.

- Gai-sensei. - le llamó una voz tras él.- ¿Para cuándo aplazamos los entrenamientos de karate? - preguntó Tenten, quien ya portaba su mochila al hombro y su sudadera deportiva anudada a su cintura. Tal parecía que prefería ducharse en su casa.

- De eso ya hablaremos cuando regreses de las vacaciones, hermosa flor. Ahora descansa y aprovecha, ¡porque cuando regreses intensificaré al doble tu preparación física! - más animado que nunca, alzó el pulgar hacia su pupila y, con un destello en su perfecta dentadura, la abrazó con calidez. La soltó nada más caer en la cuenta de que la estaba dejando sin oxígeno, y un tanto más sereno se despidió de ella y se dirigió hacia el interior de la escuela.

El timbre que marcaba el final de la jornada escolar sonó, resonando en todo el edificio; con un suspiro quedo giró sobre sus propios talones y se dirigió hacia la salida del instituto a paso lento y tranquilo, haciendo tiempo para que Temari se le incorporara y así poder esperar a sus amigas juntas. Pronto comenzaron a salir las alumnas de 1º A, y antes de que pudieran siquiera divisar a nadie en concreto, dos muchachas corrieron hacia ellas como si en ello les fuera la vida; Sakura se paró frente a Tenten y la miró fijamente con un extraño brillo de ansiedad en sus pupilas jade.

- Sa-Sakura... - fue lo único que pudo pronunciar la morena para, segundos después, ser abruptamente interrumpida.

- ¿Te dejan venir o no? - preguntó la pelirrosa, tomando las manos de su compañera y alzándolas a la altura de su pecho.

- ¿Ir? ¿A dónde?

- ¡¿Cómo que a dónde? ¡Pues al viaje de chicas, por supuesto! - se entrometió Ino que, a pesar de no haber sido invitada en la conversación, sabía que tenía potestad para intervenir si era necesario.

- Ah, a eso... Pues... - calló, mirando al trío de colegialas perfectamente uniformadas - en el caso de Temari, con la ropa deportiva - que la miraban ansiosas de una respuesta tan clara y concisa como "sí" o "no"; no tenía mayor dificultad, mas la chica-panda se esmeraba en hacer que la tensión y la incertidumbre aumentaran a niveles extremos.

- ¡Suéltalo ya! - pidieron a la vez, llamando la atención de algunas que pasaban por los alrededores.

- Vale, vale... Mi madre me ha dicho que... - tomó aire para decirlo - ...si sacaba todo con notas altas me dejaría ir con vosotras...

- ¿Y...? - se aventuró a preguntar la Haruno.

- Pues que creo que todo el país tendrá que prepararse, ¡porque Tenten Ama se va de viaje con sus chicas preferidas! - exclamó, alzando un puño al aire en señal de júbilo; pronto fue correspondida por el resto de jóvenes, que ante tal noticia gritaron, saltaron, se abrazaron y volvieron a gritar como claro síntoma de dicha y euforia.

Transcurrieron largos instantes cargados de emoción en los cuales aprovecharon para descargar toda el entusiasmo que las había invadido momentos antes; ahora caminaban rumbo a sus respectivos hogares, hablando sobre qué hacer y dónde podrían ir de vacaciones.

- ¿Y qué tal la playa? - propuso Temari, acostumbrada ya a las altas temperaturas de su tierra natal, en las cuales las costas predominaban y el calor en verano llegaba a ser sofocante.

Todas negaron con la cabeza, desechando la idea.

- ¿Y el campo? - sugirió la rubia restante; ni que decir tenía la pasión que sentía la Yamanaka hacia la naturaleza y las flores, razón por la cual había sugerido ir al campo.

Volvieron a negar con la cabeza.

- ¿Y a la ciudad? - optó por mencionar Sakura, esperando que las compras y la ajetreada vida de una gran metrópoli atrajera a sus compañeras.

- Sakura, se trata de pasar un periodo alejadas del estrés, e ir a una gran ciudad no es una idea brillante. - alegó Tenten con perspicacia, a lo que las demás sólo pudieron asentir.

La pelirrosa suspiró, dándole la razón a su amiga.

Entonces aguardaron, esperando a que la morena hablara una vez más para esclarecer sus dudas sobre el viaje; al notar las incesantes miradas de las jóvenes, Tenten sonrió ampliamente.

- Vamos, dilo ya. ¿Qué planeas para las vacaciones? - la alentó a hablar la Sabaku No, colocando sus manos sobre sus caderas con ademán impaciente.

- Vale, vale... A ver qué os parece ésto: Estuve buscando información sobre viajes interesantes y rutas de interés turísticos, y tras pasarme toda una noche en vela encontré algo que podría gustaros. - hizo una pausa, rebuscando en su mochila algo que captó la inmediata atención de las chicas nada más lo sacó. Era un simple folleto. - No pongáis esas caras, no tengo aquí el bolsillo mágico de Doraemon, ¿qué esperábais? - se defendió la muchacha al ver las caras de decepción de las demás.

Desplegó el papel al completo, mostrando el tema del cual trataba aquel impreso hermosamente presentado con colores pálidos y plateados, con diversas fotos que no tardaron en reconocer y un amplio título que captaba la atención de todas.

- ¿Formigal? - leyó la chica de ojos verdes, volviendo su mirada hacia la persona que sostenía el folleto con la punta de sus dedos, con sumo cuidado, para mostrárselo a sus amigas. - ¿La montaña?

- Sí. Nada más y nada menos que una de las mejores montañas del mundo, es famosa por su nieve y sus pistas, perfectas para practicar esquí y snowboard ayudadas por un monitor. Además, cuenta con varios hoteles de 4 estrellas y servicios pertenecientes a una misma empresa, por lo que podremos disfrutar de tooodo si aprovechamos ahora que es temporada media.

Tenten podía presumir de tener el don de la palabra, cosa que demostró al ponerlo en práctica frente a sus amigas y dejarlas atónitas al ver cómo la chica se había aprendido más de medio folleto y había resumido la información esencial en apenas unos minutos, señalando las diversas fotos con su dedo índice y actuando como una empleada de una agencia turística que intenta vender un viaje a sus clientes.

- ¿Y bien? ¿Qué os parece? - preguntó, expectante por recibir alguna reacción que no fuera perplejidad o asombro.

Las muchachas se miraron.

- Con que esquiar eh... No me parece una mala idea. Además, nunca fui a las montañas. - murmuró Temari, pensativa.

- ¡Sí! Y debe ser muuy emocionante...

- ¡Y seguro que hay monitores guapos! - añadió Ino al anterior comentario de Sakura, recibiendo miradas de reprimenda como respuesta.- Bueno... Y la nieve también es hermosa, quería decir... - se autocorrigió.

- Entonces, ¿a la nieve? - inquirió la morena.

- ¡A la nieve! - respondieron al unísono.


Sí, nuevo fic que salió de mi cabeza tras ver un documental sobre los fríos inviernos que se dan en el norte de España al llegar las Navidades. Por desgracia yo vivo en la zona sur, justo en la costa, por lo que nunca jamás en mi vida he visto ni tocado la blanda y helada nieve que tanto ansío pisar algún día T.T Pero hasta que ese día llegue... Me toca esperar e imaginarme cómo sería a través de éste fanfic n.n"

Éste es el primer capítulo, un tanto cortito, pero tan sólo era para presentar la situación que se irá desarrollando a lo largo de los siguientes. Como podéis comprobar es un mundo paralelo donde no hay nada de kunais, nada de armas primitivas ni técnicas de fuego o taijutsus brillantes... Sólo un poco de realidad aplicada a la imaginación (?)

Me despido hasta la próxima actualización (que será dentro de una semana y media o así, ya que ahora me viene una inmensa oleada de exámenes de final de trimestre... Os podéis imaginar cómo ando ya de estresada u.u").

¡Un beso y espero vuestros reviews! e.e