Aclaraciones:
—diálogos.
"pensamientos".
[1], [2], etc. Notas al pie.
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Pareja: Yuuri/Wolf; Maou/Wolf.
Advertencias: POV de Yuuri, POV de Wolfram; fanfic narrado en primera persona.
Autora: Seamusog (enlace al fic original en inglés en mi perfil)
Traductora: Red Glasses Girl.
Capítulo 10
-Yuuri-
Conrad estaba sentado en nuestra cama con su pijama leyéndole un cuento a Greta. Apenas prestaba atención, pero estaba seguro que era acerca de Lady Veneno Anissina. Probablemente derrotando un kraken o algún otro monstruo maléfico. Seguramente hombre. Porque si fuera mujer, entonces Lady Veneno Anissina la habría anotado en su agenda de "El Progreso de la Mujeres en Todos los Lugares Usando el Razonamiento".
—Y Lady Veneno Anissina cabalgó en el ocaso en su Llévame-a-Cualquier-Parte-kun porque todos sabemos que los caballos merecen vacaciones algunas veces —leyó Conrad.
—¡No puedo esperar a crecer —dijo Greta con excitación—, seré exactamente como Lady Veneno Anissina, corrigiendo errores, defendiendo la justicia, impartiendo sabiduría por todo el reino!
—Bueno, no nos precipitemos tanto, Greta —comencé a decir, pero ya se había quedado dormida—. Wow, que rápido. No sé si está intentando derrotar a Wolfram en quién puede caer dormido más rápido.
—Los niños en crecimiento necesitan dormir, Yuuri —dijo Conrad con una cálida sonrisa—. Lamento hacer que se preocupara — cuando vio la sorpresa en mi cara, agregó—. No era mi intención que fuera testigo de cosas tan horribles.
—No, Conrad, necesito saber esas cosas. Soy el rey después de todo.
Mis pensamientos vagaron al encuentro con Conrad temprano en su habitación. Hubiera ido directo allá desde la fuente, si no fuera que Wolfram me ordenó vestirme apropiadamente. Mi consejero y mi tutor, conociendo mi terquedad, pensaron que era mejor traer mi papeleo en vez de intentar sacarme de mí asiento junto a la cama de Conrad. Wolfram no señaló que Conrad estaba bastante bien como para que yo no lo vigilara. Meramente le ordenó a las sirvientas traer comida para mí, y trajo a Greta en cierto momento.
La reunión fue una de las peores que he tenido la desgracia de asistir. Gwendal había sido franco acerca del daño y las bajas del altercado. Lo que más me impresiono fue que había sido un mero altercado. No una guerra completa, o incluso una batalla propiamente dicha. Sonaba mas como algo casual, como salir a cenar, "hey, ¿quieres salir, ver una peli y tal vez tener una pequeña reyerta luego?".
Tal vez era por eso, o puede que por mi sentido de auto preservación, que escuché a Gwendal con algo de desentendimiento clínico mientras enlistaba el número de soldados muertos, de heridos, de prisioneros; el número de civiles, hombres, mujeres y niños que murieron, estaban heridos o habían perdido sus hogares y viviendas; las repercusiones de los daños en las granjas, en el pueblo, y en la tierra misma. Todos eran solo números sin significado detrás de ellos. Y por ese desentendimiento fue que noté la discusión interna entre Günter, Gwendal y Wolfram. Era como si entablaran una discusión que habían estado teniendo antes de la reunión, excepto que en vez de debatir con sus voces lo hacían con sus ojos. Cuando miré hacia Conrad para ver que pensaba de eso, él y Josak, que había traído el reporte a Gwendal y a quien nadie se había atrevido a despedirlo, estaban encerrados en su propia batalla. Josak miraba a Conrad de la misma forma que Wolfram me miraba a mí cuando pensaba que estaba haciendo algo estúpido. Parecía que alguien se había olvidado de decirle a mis asesores el objetivo de la reunión y cada uno andaba por su cuenta.
Si Murata hubiese estado aquí, hubiera habido un mejor sentido de unidad… y ese era el problema. Mi problema.
Murata había decidido quedarse en la Tierra. No me había dicho exactamente por qué, solo dijo que tenía algo que hacer. No podía imaginar que cosa sería tan importante. No era fecha de finales, y no había festivales escolares cercanos en este momento. Casi reí en voz alta ante lo absurdo que sería preocuparse por un examen o ganar en el festival deportivo cuando aquí había gente que estaba muriendo a causa de mi impotencia.
Conrad dejó el libro y metió a Greta bajo las sabanas. Estaba seguro de que estaba a punto de darme algunas sabias palabras consoladoras más, cuando hubo un golpeteo. Casi se vio una increíble culpa y temor pasar por su rostro cuando la puerta se abrió para dejar entrar a Gisela.
—Lo sé, lo sé —dijo interrumpiendo sea lo que fuera que iba a decir la sanadora—, debería estar en cama. Creo que debería recalcar que aun estoy en pijamas y ni siquiera me he dignado a mirar mi uniforme.
El semblante de Gisela habría hecho temblar del miedo a un pelotón de soldados—. No voy a decírselo de nuevo. Esperaba un poco mas de usted Lord Weller.
—Sí, sí, estoy yendo para la cama ahora. Buenas noches, Su Majestad, Gisela.
Salió por la puerta y escuché la voz de Josak—. Ves, te lo dije. Intente alejarla, pero incluso yo, Josak Gurrier, no me puedo meter en su camino cuando Gisela-chan está en pos de guerra.
La puerta se cerró dejándome a mí con la sanadora y una durmiente Greta.
—He revisado a Su Excelencia Wolfram y esta cien por ciento saludable. No estoy segura que causó los síntomas de hace unos días, pero ha vuelto a ser él mismo.
—Gracias Gisela. ¿No sabrías donde esta? —Wolfram debería haber estado vestido para este momento, y ya en la cama. Normalmente se cambiaba en nuestra habitación, pero había veces, tanto cuando estaba retrasado como cuando estaba haciéndose cargo de otras responsabilidades, que se cambiaba en su habitación. Y siempre me avisaba que no planeaba venir conmigo a la cama. Era una de esas cosas que se volvió normal.
—No, Su Majestad, no lo he visto desde el chequeo. Por cierto, Dacascos me pidió entregarle esto —me extendió varias tarjetas blancas que seguro habían tenido mejores días. Las reconocí como las que obtuve de la máquina de adivinar la fortuna—. Las sirvientas las encontraron en su ropa cuando las lavaban, me preguntaron si se las podía entregar, pero como no lo había visto hasta ahora.
—Gracias —dije tomando las tarjetas.
—Buenas noches, Su Majestad —dijo antes de irse.
No era como si no pudiera dormir sin mi prometido. Lo hacía todo el tiempo en la Tierra y lo había hecho muchas veces en Shin Makoku. No era como si fuera algo como una poción para dormir, y no era tan adicto a su esencia como para tener insomnio sin él. Pero sabía que no podría descansar esta noche sin al menos hablarle. Apenas lo había visto el resto del día desde que llegamos. Había estado en la reunión, y pasó un poco de tiempo conmigo cuando él y Greta vinieron a visitar a Conrad. Pero por otro lado, había estado bastante ocupado.
Lo encontré en su habitación parado junto a la venta con la mirada perdida. Volteó casualmente hacia mí cuando oyó pasos, y dijo—. Oh, hey, enclenque, ¿qué estás haciendo aquí?
—Vine buscándote.
—Podrías solo haber ordenado a un guardia buscarme. ¿Dónde está Greta?
—Ya está dormida, esperamos un poco por ti pero no viniste.
—¿Ya es tan tarde?
Me senté en la cama y lo vi mirar hacia afuera de nuevo. Respondí ausentemente jugando con las tarjetas que Gisela me dio antes—. Si, ya es tan tarde.
Se alejó de la ventana y se sentó a mi lado—. Sabes —dijo—, soy tu prometido. Si algo te está preocupando… estoy aquí para ti.
Había sido fácil mantener todo dentro mientras estuvimos en la Tierra. Pero incluso aquí en el castillo, era capaz de mantener la distancia de eso. Pero una vez él estaba aquí a mi lado, no pude hacer nada más que dejar salir todo. Habría cubierto mi cara con mis manos, pero él envolvió sus brazos alrededor mío de esa forma tan familiar con la que lo hacía cuando yo tenía estos raros colapsos nerviosos. Él era el único que me veía como yo era, un enclenque. No me veía como el salvador del universo, un ser grandioso, sabio y perfecto. No me dio el respeto a regañadientes que Gwendal y Josak dieron, o el amor incondicional y comprensión de Conrad, que era reconfortante y desconcertante al mismo tiempo.
No, Wolfram exigía cosas de mí. Exigía que sea un mejor rey, un mejor estudiante, un mejor padre, un mejor todo lo demás. Cuando todos estuvieran celebrando las victorias del Maou, él estaría remarcando cosas que debería haber hecho mejor. "Si, fue un majutsu impresionante, y te las arreglaste para salvar esas personas. ¿Pero no podrías encontrar una manera menos desagradable de invocar tu maryoku?".
—Yuuri, nadie con un poco de inteligencia espera que resuelvas todos los problemas del mundo en tan solo unos años, menos en unos pocos meses —dijo suavemente—. Una vida no es suficiente. Varias vidas no son suficientes. No importa lo poderoso que seas.
—Pero lo hacen, ese pueblo, esperaban que fuera capaz de protegerlos. Fallé.
—Algunos de ellos entenderán, otros no. No sirve de nada mirar el pasado, no puedes volver en el tiempo y enmendar los errores. La única cosa que puedes hacer es seguir adelante y encontrar soluciones en el presente y en el futuro —hizo una pausa mientras frotaba mi espalda con caricias reconfortantes—. ¿De qué tienes tanto miedo?
—¿Y qué pasa si no hay soluciones? Y qué pasa si… si… —suspiré. En realidad no sabía como decirlo.
—¡Escúpelo enclenque! —me regaño.
—¿Y qué pasa si pierdo mis poderes? —moqueé—. ¿Y qué pasa si mañana, me despierto y ya no tengo los poderes del Maou? ¿Qué pasa si solo soy yo, el Yuuri enclenque que es solo un chico de preparatoria? ¿Qué pasa entonces?
—Dios, que eres idiota.
De alguna forma esas palabras me hicieron sentir mejor. Lo miré y le ofrecí una sonrisa lamentable—. Lo sé. Eso es. Soy un idiota. Seguimos teniendo la misma conversación… No dejo de pensar en cuando hice la gran resolución: sí, soy un rey, me haré cargo de esta responsabilidad. Pero entonces algo estúpido como esto pasa y me estoy cuestionando de nuevo.
—Es símbolo de un líder terrible no cuestionarse a sí mismo. Es signo de un déspota.
—¿Pero qué pasa si pierdo mis poderes? ¿Cómo se supone que voy a liderar este reino? He tenido suerte todo este tiempo porque tengo poderes insanos…
—¿Crees que te seguimos por eso?
—¿No lo hacen?
—No, enclenque. Al principio, te seguimos porque Shinou nos lo dijo. Te eligió a ti como Maou y no tuvimos opción más que aceptarlo. Sin embargo, continuamos siguiéndote no porque tienes, como los has llamado, poderes insanos. No son los poderes del Maou los que crearon la paz que estamos disfrutando. No es a causa de esos poderes que otras naciones se han aliado con nosotros.
—¿Estás seguro de eso?
—Mira, esto puede sonar a blasfemia, pero incluso el gran Shinou no pudo lograr traernos la paz que tu sí. Seguro hay otras cosas que desestabilizan el mundo en este momento, pero no hay soluciones mágicas Yuuri. Si las hubiera, habríamos logrado la paz hace tiempo. Todo lo que tenemos, y lo que tú tienes, es perseverancia. Nunca te das por vencido en tus ideales. Incluso ante la cara de todo un país, de todo un mundo, que dice otra cosa. Te seguimos porque Shinou nos dijo, pero continuamos siguiéndote porque vimos sabiduría en tus ideales.
—¿Y qué habría pasado si los poderes del Maou no hubieran estado para estabilizar esas victorias?
—Entonces lo habríamos hecho por ti. El ejército de Shin Makoku no es solo para hacerse ver, ¿sabes? Nos habría tomado más tiempo, pero lo hubiéramos conseguido eventualmente… ¿Qué, no crees en nosotros?
—L-lo… hago. Solo que a veces ciento que ustedes chicos no deberían creer tanto en mí…
¡Me dio un manotazo!
—¡Aw! ¿Por qué fue eso?
—Eres el líder. ¿Sabes que hacen los líderes?
Silencio.
—¡Lideran!
¡Este tipo! Justo cuando creo que va a decir algunas palabras sabias, me dice lo más obvio—. Por supuesto que lideran —respondí.
—Entonces como es que no puedes meter eso en esa dura cabeza tuya. Uno pensaría que es la cosa más obvia.
Lo mire cuestionándolo. Y me dedicó un gran suspiro.
—¿Qué tipo de líder querría que sus seguidores no creyeran en él? Tú lideras. Eso significa que tienes que ir al frente. No puedes estar siempre mirando hacia atrás para asegurarte que todos te están siguiendo. O bien siempre andar tropezando. Un buen líder tiene que tener fé en sus seguidores, en que lo seguirán. Para que así tú —dijo mientras me hincaba en la frente—, puedas concentrarte en a donde nos estas llevando.
—Ow —me quejé frotando mi frente.
—Y no pienses ni por un segundo que todo lo que haremos es seguirte y esperar que hagas todo. Ese no es tu trabajo. Nuestro trabajo es cumplir con lo que nos dices que hagamos. Un líder no cumple el mismo su cometido. Se llama de-le-gar. Apréndelo. Tú debes preocuparte de liderar. Te diré que, si estás tan asustado de no ser nada sin el poder del Maou, ¿por qué no intentas mejorar tu mismo? Intenta, y estudia más con Günter en vez de correr a jugar beisbol o valla a saber que más. El cerebro resuelve más problemas que la fuerza física.
—Tú, Wolfram, ¿estás diciendo eso?
—¿Qué intentas insinuar?
—Nada —me eché en la cama y miré el dosel en silencio, arrugando las tarjetas en mi mano una y otra vez. No sabía por qué discutir con él me hacía sentir mejor, mas seguro de mi mismo. Supuse que ante mi mayor critico, si él creía en mi, entonces yo sería capaz de creer en mí mismo.
—Vamos, vallamos a la cama —dijo.
—Quedémonos aquí —respondí—. No quiero molestar a Greta. Probablemente está ocupando más de la mitad de la cama. No quiero intentar moverla. Se está poniendo muy pesada.
—Si… Bien. Vamos a dormir. Estoy cansado.
—Hey, ¿qué estás haciendo? —lloriqueé cuando se sacó su camisón.
—¿Qué? ¿Esperas que duerma en esto cuando has estado fregando tu nariz en él? Si no quieres dormir aquí, siéntete libre de ir a tu propia habitación.
Habría sido extraño acostarme en la cama con un chico casi desudo. Pero, ni siquiera sabía cuando dormir con un Wolfram completamente vestido se había vuelto normal.
—Hey, Wolf —murmuré cuando no escuché los familiares ronquidos viniendo de su figura boca abajo—, ¿no habías dicho que si algo me estaba preocupando debería decírtelo porque eras mi prometido?
—Sí, ¿qué pasa con eso? —dijo con desdén.
—¿No funciona eso de ambas maneras?
—¿Huh?
—Si algo te está preocupando, ¿no deberías decirme?
No respondió. De hecho pretendió roncar. Pasé la bola arrugada de cartón a mi mano izquierda, levanté la derecha y lo golpeé en su parte baja. Se levantó y me atacó con una sonrisa malvada, que envolvía dentro una sonrisa seductora malvada—. ¿Esa bofetada en la mejilla se supone que significa algo?
—No intentes cambiar el tema. ¿Qué es lo que te preocupa?
—No me preocupa nada.
—¿Estás seguro de que no estas poseído?
—Si estuviera poseído, ¿crees que te lo diría?
—¿Estás enojado por Hashimoto?
—Yo…
Nos sentamos en silencio mirándonos el uno al otro por un largo rato. Entonces comenzó a hablar acerca de mi escuela y mis amigos, y que hizo ese día. Comenzar con pequeños pasos era bueno. Sabía que él enfrentaba miedos para los que no tenía respuestas. Al menos, no aún. Era egoísta de mi parte aferrarme a él sin hacer ninguna promesa, pero no podía dejarlo ir.
Si alguien me fuera a preguntar, "si tienes la oportunidad de volver atrás, sabiendo lo que sabes ahora, ¿te retractarías de la bofetada?". Lo más probable es que no. Aun era la misma persona temperamental y cabeza dura que era en ese entonces. Ciertamente no me hubiera quedado parado antes su rudeza, aun sabiendo lo mucho que me importaba él ahora. Y seguro todavía querría darle un puñetazo en su cara bonita. Si no me hubiera comprometido con él, ¿Dónde estaríamos ahora? Habría vuelto a Bielefeld luego de dejar en claro sus desagradables opiniones y yo habría reinado Shin Makoku. Tal vez, no habría sido un rey tan exitoso sin él. Tal vez no. Pero de seguro, ciertamente la vida hubiera sido más aburrida. Y probablemente más difícil. Ni siquiera quería imaginar como habría sobrevivido. Así que, si alguien iba a hacer esa fatídica pregunta. Si, probablemente lo abofetearía de nuevo. De hecho, no esperaría hasta la cena. Lo abofetearía la primera vez que pusiera un ojo en él.
"¿Así que, exactamente qué te está preocupando Wolfram von Bielefeld?"
—…entonces al final lo que tienes en el formulario primer lugar es Político, en segundo lugar Jugador de Beisbol, y Juez en tercero —me contó—, espero que esas cosas estén bien. Si no, tal vez puedes hablar con los administradores de la escuela acerca de corregirlas.
—En realidad eso no importa, Wolf —indiqué.
—¿Qué quieres decir? Es tu futuro de lo que estamos hablando.
—No tengo futuro en la Tierra.
—¿Qué estás diciendo? —Pregunto desconcertado—. Tienes una vida allá, y amigos que se preocupan por ti. Y un brillante futuro, mientras que estudies duro por supuesto. —Entonces entendí. La mirada distante, la falta de celos, la introversión, ¿obtuve mi deseo verdad? Wolfram entendió como era mi vida en la Tierra. Para alguien obsesivo y posesivo como él, aprender que había un lugar en mi vida al que no pertenecía debe haber sido, por decir como mínimo, molesto.
—Wolf, mi futuro esta aquí en Shin Makoku con mi reino, con mi gente, con mi familia, contigo y Greta. Siempre visitare a Mamá, Papá y Shouri, y tal vez vea a mis amigos, pero no tengo futuro allí. ¿Qué clase de rey sería si no le doy toda mi atención al reino? Nunca voy a ir a la universidad allá porque no trabajare ahí. De hecho, había estado pensando en dejar la preparatoria antes de- ¡Ow! ¿Ahora por qué fue eso?
—No seas tonto, Yuuri. Tienes que terminar la escuela.
—¿La escuela de la Tierra?
Cruzó sus brazos de esa forma terca que tenía—. Odio decirlo, pero no deberías dejarlo. Lo olvidé porque parece que tuviéramos la misma edad, pero tú aun eres solo un niño. Ese lugar al que vas, la preparatoria, no es solo un lugar para aprender. Estaría mal de mi parte, tu amado prometido, detenerte de experimentar la vida al máximo. Solo creo que te arrepentirías si no pasas tu juventud con tus amigos. La infancia pasa rápido y no puedes tenerla de vuelta…
Extendí a mano para frotar su brazo, y fue cuando me di cuenta que todavía tenía las tarjetas de la máquina de adivinar la fortuna. Bajé mi mano y al no tener nada más que hacer jugueteé con ellas.
—Hashimoto Asami —dijo el nombre sin rencor—. Sé que no hay nada entre ella y tú. Pero… sabes, ella sabe como cocinar. Y es una soukoku, va a una prestigiosa escuela así que debe ser inteligente y adinerada. No sé que más se valora en ese mundo tuyo… Comprendo que mantienes abiertas tus opciones. Eso es todo.
Distraídamente leí las fortunas: "La perseverancia vale la pena. Para levantar un objeto pesado, el cerebro es más útil que los músculos. Los grandes trabajos no son hechos por una gran persona, sino por el trabajo duro de muchas personas normales. No seas tonto, continúa en la escuela. No hay soluciones mágicas."
Por primera vez, cada pieza del rompecabezas encajó perfectamente.
Por primera vez en mi vida, las cosas eran tan claras como el agua y sabía exactamente que quería…
-Maou-
Normalmente, no sería capaz de forzar el control sobre mis acciones a menos que mi otro parte y yo concordáramos en nuestras intenciones. Esta era la primera vez que estaba totalmente completo. Las preguntas aflorarían el día de mañana, pero sería negligente no aprovechar. Mi amado había hecho una promesa, y atesorar esa promesa era un deber. No, sería una injusticia del más alto grado si fallaba en cumplir con lo que él y yo deseábamos más.
Fue predestinado. Fue el destino. Mi ángel poseía la apariencia de estar listo para mí, el camisón ya había sido dispuesto fuera, sus labios húmedos de deseo, sus ojos con ligera confusión, cuestionantes, incrédulos.
—Wolf, no tengo futuro en la Tierra. Tú eres mi futuro —extendí mi mano y toqué su cara— ¿P-podemos? —¿Debería ser culpable de un pequeño engaño? En mi mente, no era deshonesto. Era yo después de todo, y si he de hablar de esta manera, o esa manera, no era una falsedad. ¿No solicitó Wolfram el tenerme solo cuando fuera completamente yo? ¿Y no me di a mi mismo por completo en este momento? No, no era un engaño.
—Yuuri, ¡pero qué! Hey, ¿dónde estás poniendo…? ¡gyah! ¡Enclenque!
Sí, mi otra parte y yo convenimos en este preciso momento, no teníamos ningún uso para la inocencia.
Mañana seremos otra cosa enteramente.
-Yuuri-
Me desperté con Günter llorando.
—Su Majestad —chilló—. Su Majestaaaaad…
—Günter —dije parándome. Inmediatamente me senté de nuevo. Todo mi cuerpo dolía—. Günter, ¿qué pasa?
—Suuuu Majestaaaad… —lloriqueó de nuevo.
No sé qué hacer con un hombre mayor llorando, así que volteé hacia mi compañero de cama para ver si podía ayudar. Debe haber tenido frio, porque estaba usando una bata gruesa. Estaba agradecido de que estuviera vestido, o quien sabe lo mal que Günter lo hubiera tomado.
—Wolf —lo sacudí—, despierta.
La única respuesta fue una queja, seguida de un gruñido y luego ronquidos. Me di por vencido y volví mi atención hacia mi melodramático tutor.
—Günter, ¿qué pasa? No puedo ayudarte si no me dices que pasa…
Nunca descubrí que pasaba con Günter. Gwendal vino a la habitación, gruño una vez y arrastró a mi hermoso profesor lejos.
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Epílogo
-Murata-
Ella era realmente hermosa, y las cabezas que automáticamente volteaban a su paso eran indicios. Alta, piernas largas, delgada, con una cara que literalmente pertenecía a otro mundo. Su cabello rojo caía ondulándose en olas de seda cuando volteó a mirar con entusiasmo algunos de los artefactos del restaurante, un celular, un blackberry, un iPod. Casi podía oír los engranajes hacer clic en su hermosa cabeza.
—Bueno, el experimento es un fracaso—dijo volviendo su atención hacia mí—, pero tengo un par de pimpollos mas de Audrey. Decidí que serían buenas mascotas. Voy a darle una a Greta para su cumpleaños.
—¿Me darías el honor de nombrarla?
—Por supuesto, Su Alteza.
—¿Puedes llamarme Ken? Al menos cuando estamos en la Tierra. La gente pensara que es extraño que me llamen con tal título honorifico.
—Seguro… Ken.
Fin.
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Aclaración:
Para el que no recuerde, Audrey es el nombre de la verdadera planta en la película Little Shop of Horrors, y que era en honor a la protagonista femenina de la cual estaba enamorado Seymour, el dueño de la planta.
Nota de la Traductora:
Llegamos al final, diez capítulos algo cortos pero entretenidos para mí, tanto traduciéndolos como releyéndolos en mi idioma natal. Espero les haya gustado este fanfic, que fue uno de mis elegidos por la simpleza y a la vez el rico contenido de la trama, tocando algunos detalles de la novela que me parecen interesantes, y siendo como son estos mezclados por la autora con la historia que ella inventó. Para mí este fanfic tiene un buen balance, los personajes están bien trabajados y las cosas avanzan sin demasiado melodramatismo con un toque de humor muy simpático. A mí me ha dejado contenta en todo sentido.
Sin más que decir, me despido, y ya nos veremos en alguna otra historia.