DISCLAIMER: Tomo prestado los personajes sin fines de lucro, de la exitosa serie de Stephenie Meyer, todo lo que reconozcan es de ella y su magnífica mente. La historia si es mía.
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Scared
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By: Nightmare Terror
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Summary: Después de un paseo por el bosque, quedé prendada por esa antigua mansión y la compré. Sin saber que esa casa tenía un regalo del más allá. Edward Cullen, el antiguo dueño de la mansión muerto en 1918–Hola Bella–susurró una voz, abrí los ojos y lo miré.
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Amando
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—¡Tarán! — Exclamó Jasper descubriéndome los ojos de la venda que había puesto unos momentos atrás.
Delante de mí se abría paso una enorme sala, con un piano de cola negro, una araña de cristal en el techo, muchas luces, estaba pintada de un color blanco con bordes negros. En un lado estaba un sofá negro, muy gigantesco, y delante de él había un televisor de plasma.
—¿Tú hiciste…?— Dejé la frase inconclusa, claro que Jasper nunca hubiera podido decorar eso solo, o contrató a un diseñador profesional o le dijo a Alice que montara todo, mi amado Jasper no era capaz de distinguir entre el blanco perla y el blanco mate. Puse ambas manos en mis caderas y miré desafiantemente a Jasper— Vale, ¿cómo y cuándo Alice hizo esto? — Jasper negó con la cabeza y caminó hacia el sofá gigantesco, para luego dejarse caer en el, haciendo un sonido como crujido cuando cayó.
—Cariño— Me miró con esos ojos color miel, enmarcados con unas grandes y enormes pestañas, sino lo conociera tan bien, podría decir con convicción que se delineaba los ojos— ¿cómo puedes pensar eso de mí? — Hizo un adorable puchero, me dieron ganas de saltar sobre él y besarlo hasta que me quedara sin aire, pero no, debía ser fuerte, no iba a sucumbir ante los adorables pucheros de Jasper, por lo menos, no esta vez.
—¿Me estás diciendo que hiciste todo esto? ¿solo? — Dejé que la incredulidad se filtrara en el tono de mi voz y mis palabras, fruncí el ceño, esto era una broma, no había manera que él hubiera hecho eso, al menos, no solo.
—Bueno, Alice me ayudó un poco— Su sonrisa traviesa apareció en sus labios, le sonreí de vuelta, ¿cómo podía enojarme con él? por lo menos admitió que no decoró la sala como un profesional, le dio el crédito a Alice, o algo así hizo, en su estilo característico de fanfarronería.
—Está bien, no voy a decir nada más, salvo que gracias— Me dejé caer a su lado en el sofá, y Jasper gustosamente abrió sus brazos para que yo me acostara en su amplio y bien trabajado pecho.
—De nada, amor— Me mataba de ternura cuando decía eso, era como si un bote de miel era derramado en mi corazón, levanté la vista y para mi sorpresa él estaba mirándome, subí un poco para rozar sus labios con los míos y de un segundo a otro, el beso pasó de ser dulce y tierno, a ser apasionado y devorador.
De alguna manera, me había sentado ahorcadas de él, mientras guiñaba su cabello rubio entre mis manos, su lengua luchando con la mía en una batalla donde todos éramos ganadores, soltó un pequeño gruñido desde el fondo de la garganta y eso me hizo presionarme contra el bulto en sus pantalones, ésta vez fui yo quien gruñó.
Un carraspeo enojado nos hizo salir de nuestra burbuja, me quité de encima de Jasper y me hice a un lado, acomodando mi camisa, Jasper tenía súper poderes, porque en ningún momento sentí que me levantara la camisa.
Miré hacia arriba, y una muy enojada Alice nos miraba con los ojos entrecerrados y los brazos en jarras. Últimamente no sabía lo que le sucedía, cada vez que nos miraba a Jasper y a mí besándonos o algo parecido, nos corría alegando que no mancilláramos la casa, su actitud me sorprendía, ella nos había cachado teniendo sexo y su única respuesta fue "son unos cochinos" seguida de unas enormes carcajadas, pero ahora no, nos miraba desaprobativamente y se enojaba.
—¿Pueden no hacer sus cosas en público? Para eso existen las habitaciones, ¿sabían de la existencia de tales cosas? — Nos dejó a mí y a Jasper con la boca abierta y luego se fue a grandes zancadas hacia la cocina, Jasper y yo nos volvimos a ver, nunca nos había hablado de esa manera antes, nunca.
—Yo creo que…— Me levanté del sofá, todavía atónita, Alice me había dejado helada— Iré a estudiar— Le di un casto beso en los labios, para luego salir corriendo escaleras arriba.
Tenía que estudiar para poder entrar a la Universidad, pero no cualquiera quería entrar a la Escuela Médica de Harvard, lo sé, soñaba muy alto, pero eso era lo que me enseñaron a hacer, tener grandes metas y cumplir de poco a poco hasta llegar a la cumbre.
Por el momento, había logrado consolidarme como la mejor estudiante de todo el Instituto, mi promedio era un perfecto 10, le gané incluso a Ángela… tenía que ser una excelente alumna si quería ir a esa Universidad en particular, tenía que ser la mejor.
Entré a mi habitación y saqué mi libro de Biología, la próxima semana tenía el examen más importante de mi vida, y debía estar preparada ante cualquier sorpresa, el Sr. Jonson era muy estricto, no soportaba que sus alumnos sacaran menos de un 8 en sus exámenes, por lo que debíamos partirnos el culo para salir bien.
Logré despejar mi mente por unos momentos, o mejor dicho por unas horas, cuando empecé a estudiar iban a ser las 5 y ahora eran las 9 de la noche, y yo sin comer nada. Bajé las escaleras sigilosamente, al parecer, los chicos tomaron mi consejo y se fueron a dormir temprano, Jasper y Emmett tenían un juego de fútbol importante el día siguiente, era el último juego de la temporada, de ese juego dependía si ganaban el trofeo o no.
Comencé a hacerme un sándwich, cuando lo terminé me senté frente al televisor y decidí mirar un poco, estaba Once Upon a Time, uno de mis programas favoritos, pero no me pude concentrar en la serie, estaba preocupada por Jasper, se había lesionado el brazo lanzador hace unos días, y mañana tenía que jugar el partido decisivo en su vida, si lo ganaba, los cazatalentos podrían empezar a notarlo, él quería jugar profesionalmente, en los Patriots para ser más específica, pero si perdía, su carrera se iba a terminar antes de empezar.
—¿En qué piensas? — Sino hubiera reconocido su voz desde que dijo la primera palabra, lo más seguro es que hubiera salido corriendo y pegando gritos alertando a todos. Giré la cabeza hasta donde estaba él, no sé en que momento había llegado ahí, pero tenía ese don, podía ser tan sigiloso como quería, a veces a mí me gustaría ser así, pero lamentablemente, no puedo dar un paso porque hago demasiado ruido que hasta los muertos se quejan, literalmente.
—En ti— Sus ojos miel se derritieron, y apartó un mechón de cabello rubio de sus ojos, no pude dejar de admirar la elegancia y naturalidad con que todo lo hace, lo envidio, lo envidio pero de la forma buena.
—¿Se puede saber exactamente para que ésta adorable princesa hable de este humilde campesino? — Me hizo sonreír, de alguna manera siempre hace que una sonrisa salga de mis labios. Le palmeó el lado del sillón para que venga a sentarse conmigo y regreso mi vista a la televisión, el Príncipe James está luchando por Blancanieves, lindo, pero sabía que en los cuentos de hadas todo era miel sobre hojuelas, al final todo se iba a solucionar.
—Mañana es la final— Mi voz salió en un susurro, carraspeé, y pasé una mano por mi rostro. Lo sentí a él alentarme sin decir nada— Me preocupa tu brazo, el hecho de que aún no estés el 100 por ciento recuperado, el hecho que todos tienen los ojos en ti, el hecho que esto podría definir tu futuro, el hecho…— No pude continuar, mi voz se quebró, Jasper me tiró hacia sus brazos haciendo círculos reconfortadotes en mi espalda.
—No fue tu culpa que me haya lastimado el brazo— Lloré más, quería gritarle que sí fue mi culpa, que por mi culpa él lastimó su brazo— No había manera de que te dieras cuenta que ese auto venía hacia ti, el loco salió, prácticamente de la nada, además, no es nada grave, nada serio, no tienes porque preocuparte— No quería recordar ese fatídico día, pero me fue imposible.
Yo había estado hablando con Tanya, riéndome de las locuras que decía, riéndome de la risa de Emmett, tomada de la mano de Jasper, mientras él me miraba dulcemente, cuando de repente todo cambió, un auto apareció en la esquina mientras nosotros caminábamos por la acera, todos se apartaron, pero yo no lo hice, me quedé petrificada, como si mis pies hubieran sido pegados al pavimento, no podía ver nada más que el auto acercándose peligrosamente hacia mí. "Este es el fin" pensé "siempre me pregunté como iba a morir, y ahora me doy cuenta que voy a morir chocada por un auto, yo no …" Y mis pensamientos fueron cortados, solo sentí que alguien me empujaba con fuerza hacia un lado y mi cabeza haciendo eco en mis pensamientos cuando cayó rudamente en el pavimento.
Cuando desperté, estaba en un lugar blanco, con un Jasper a mi lado preguntándome que si recordaba algo, yo no sabía que había pasado, lo último que recordaba era caminar y luego negro, nada. Hasta que vi que su musculoso brazo tenía puntadas, y un moretón gigante, ahí recordé todo.
Él se lanzó a salvarme delante de ese auto, me había salvado la vida, literalmente. Le había preguntado que tal estaba su brazo, movió la cabeza restándole importancia, "una pequeña rasgadura, nada del otro mundo" pero sabía que en su mundo futbolístico, algo tan simple como una rasgadura podía sacarlo de una temporada completa. Por suerte, no salió de la temporada, pero a veces miraba que se quejaba del dolor, y en esos momentos me sentía la peor persona del mundo. ¿Qué pasaba si mañana lo golpeaban en "ese" brazo? ¿y si lo sacaban? ¿y si…? habían tantas cosas de que preocuparse y él me decía que no lo hiciera, eso me hacía preocuparme más, sin embargo, ¿cómo no iba a preocuparme? Él era mi todo.
—Sí lo fue— Mi voz salió en un graznido— Y antes de que digas nada, déjame terminar— Advertí levantando una mano y silenciándolo antes de que pudiera decir algo más— No me moví, eso es mi culpa, pude haberme tirado a un lado, pero no lo hice, en cambio viniste vos y saltaste para protegerme— Lloré y lo escuché a él decir algunas cosas, pero no lo podía escuchar, mi cabeza zumbaba y me dolía en exageraciones. Sin saber en que momento me quedé dormida en los brazos tranquilizadores de Jasper.
Me desperté desorientada, una luz pegaba en mi rostro, dejándome ver absolutamente nada, examinó con la mano su alrededor, estaba sobre algo esponjoso y suave, su cama. Hizo uso de toda la fuerza de voluntad existente en el mundo y me senté, tratando de adaptar mis ojos a la luz.
Está bien, estaba en mi cuarto, miré el reloj digital a un lado de mi cama, sobre una pequeña mesita y este mostraba las siente en punto. Pegué un grito ahogado y me apresuré hacia el baño, tenía media hora para alistarme, el examen de Cálculo era a primera hora, no había estudiado tanto como para quedarme fuera de él, el Sr. Benner era muy exigente, talvez debía ser familiar del Sr. Jonson.
Media hora más tarde, estaba sacando a Jasper por la puerta, quien se reía de mi súper peinado, lo miré y puse mis brazos en jarras, no se tenía que reír de mi pelo, apenas tenía tiempo y lo había amarrado en una desordenada coleta.
—Tranquila, amor, te miras linda así— Le hice un sonoro "jum" y miré hacia otro lado, él me atrajo hacia sus brazos y me dio un beso en la cabeza— Lo digo enserio— Su voz sonaba sincera, por lo que le creí, y dejé que me diera otro beso en los labios, antes de subir al auto.
En el trayecto hacia el Instituto, no dejé de estudiar, tenía que aprenderme esa malditas fórmulas, el profesor era demasiado malo como para dejarme usar formulario. Cuando llegamos, me despedí de Jasper y me fui hacia la sección, rezando para que el profesor no hubiera llegado, y mis plegarias fueron escuchadas, el señor feo todavía no estaba ahí, yo llegando y segundos después entro el profesor, cerrando la puerta tras de sí.
Unas horas más tardes, y una yo adolorida mentalmente, salí hacia la cafeteria donde mi adorado novio me esperaba en la mesa habitual, junto con todos los deportistas y las muy fáciles porristas.
Las muy estúpidas siempre querían seducir a Jasper, a veces me daban ganas de hacer un letrero y pegárselo en la cabeza, talvez algo que diga "TENGO NOVIA" quería ver si se calmaban, pero lo dudaba mucho, eran tan perras que no les importaba eso.
Hice a un lado a la estúpida de Cassandra, dándole mi mayor sonrisa triunfadora cuando se corrió, ella era la líder de todas las zorras porristas, si Jasper estuviera solteros, sería la primera en caerle encima.
—Hola— Saludé a Jasper con un beso en la boca, bueno, fue uno muy apasionado y demasiado largo, que hasta los futbolistas hicieron cara de asco, pero tenía que dejarle en claro a esas estúpidas, a quien pertenecía a Jasper, si pensaron en mí, bingo.
—¿Qué tal tu examen? — Preguntó luego de separarnos para agarrar aire, miré a Emmett saludándome con la mano, le devolví el saludo con una sonrisa.
—Me esforcé por sacar un muy decente nueve— Arrugué la cara, no quería un nueve, quería un diez, pero ese examen estaba tan difícil, que hasta Ángela terminó con dolor de cabeza, así que hasta ella era probable que sacara un nueve.
—Vas a sacar diez, como siempre— Me sonrió tranquilizadoramente, y me tomó de la mano, me recosté en su hombro, cerré los ojos mientras escuchaba la dulce voz de Jasper decirle a su equipo las tácticas que iban a usar, me desperté unos momentos después, Jasper me llamaba suavemente, estaba riendo.
—¿Me quedé dormida? — Asintió con la cabeza y yo gemí— ¿Porqué no me despertaste antes? — El negó con la cabeza y yo me enderecé en el asiento, odiaba quedarme dormida en el Instituto, pero Jasper eran tan cómodo…
—Te mirabas linda así— Que tierno, nos despedimos porque tenía que ir a clases, y el resto del día pasó aburridamente, hasta que llegó la hora del juego, Pumas contra Leones, desde luego, mis amados Leones eran mejores que los escuálidos pumas.
Las tribunas estaban llenas, el estadio estaba a reventar, y por culpa de Rosalie, habíamos llegado tarde, se esmeró en que nos pusiéramos lindas, lo que consistía en una camiseta con el nombre de los chicos, el cabello suelto y un poco de maquillaje, y sí, eso tardó como unas dos horas en completarse.
No había lugar donde sentarse, así que en ese momento agradecí que mi novio fuera el capitán del equipo, obteníamos los mejores lugares. Caminamos hacia la parte de abajo y nos sentamos en las sillas, el estadio estaba vibrante de energía, tanta energía, que hasta yo empecé a saltar de arriba abajo, nerviosa o emocionada, talvez ambas.
Cuando los Leones salieron al campo, grité con todas mis ganas animando a Jasper, él me empezó a buscar con la vista y cuando me encontró esbozó una gran sonrisa, levanté mis dos pulgares y sonreí.
Luego de eso, empezó el juego. Todo iba bien, Jasper estaba haciendo que el equipo avanzara hasta la línea de anotación y cuando hicieron touchdown, no pude evitar brincar hacia la siga y gritar a todo pulmón "¡touchdown!" y pegar más brincos de los que eran posibles.
A la mitad del tercer cuarto, un estúpido tecleó a Jasper y éste cayó al piso, por favor no, levántate, levántate. Pensaba mientras todo el estadio se quedaba en silencio, exactamente podía escuchar latidos del corazón en mis oídos, estaba nerviosa.
Jasper no se levantaba, rápidamente el equipo de paramédicos llegaron a donde él estaba y le dijeron algunas palabras, Jasper asintió, los paramédicos se arrodillaron junto a él y le echaron un spray en el hombro, luego Jasper se puso de pie y le dio una sonrisa a todo el estadio levantando los dos pulgares, justo como yo había hecho antes.
Literalmente todo el estadio suspiró y volvió a gritar, habíamos estado conteniendo el aliento durante todo ese proceso, ahora me dolía el estómago de los nervios, rodé los ojos, esto no podía pasarme a mí.
Jasper siguió jugando como si nada hubiera pasado, e hizo el touchdown final, decir que grité como si un psicópata venía detrás de mí con un cuchillo listo para matarme, era quedarse poco, grité tanto que me ardía la garganta de tanto gritar.
Abracé a Alice y Rosalie, ésta última le gritaba a Emmett que lo amaba, gracias a él que le lanzó el último pase a Jasper, pudieron anotar el tocuhdown. Las idiotas porristas se le acercaban a mi hombre, así que me separé de las chicas y corrí hacia el campo, tenía que ser la primera chica que abrazara a Jasper después de semejante actuación.
Cuando Jasper me miró, dejó a todos los demás y caminó apresuradamente hacia mí, parecía una de esas típicas escenas, donde el chico y la chica corren para encontrarse, salvo que Jasper caminaba muy elegantemente y yo estaba corriendo. Cuando estuvimos cerca, me tiré a sus brazos y enrollé mis piernas en su cadera.
Sucio, sudado y lodoso, así estaba, pero no me importó, él me sostuvo en sus brazos y yo le quité ese estúpido casco para poder besarlo, sabía salado y a menta, pasé mis manos alrededor de su cuello, sosteniendo con la mano derecha el casco.
Nos separamos en busca de aire, él me miró con sus ojos miel llenos de alegría y susurró en mis oídos dos palabras que no esperaba escuchar —Te amo— Mi corazón se derritió y yo le contesté un débil "yo también" antes de fundirnos en un apasionado beso frente a mucha gente, pero no me importó, en mi mundo solo éramos Jasper y yo, y él me amaba, así que, ¡tomen eso porristas!
Lo sé, no tengo perdón de Dios por no haber actualizado en tanto tiempo, y solo me queda decir, lo siento, no tengo excusa, pero como siempre he dicho, no las voy a dejar colgadas.
Voy a tratar de no extenderme mucho, pero siento que tengo que decir todo lo siguiente *aclarándome la garganta* No tenía pensado que este capítulo solo se tratara de Bella y Jasper, simplemente así ocurrió, cuando escribo, es como si mis dedos tomaran vida propia y mi cerebro ignorara lo que le digo, haciendo lo que quiera, por lo que, sale lo que sale.
Y sí, estoy jodidamente orgullosa de como salió este capítulo, cuando lo terminé de escribir y lo leí, pensé que talvez tenía que exponer primero la relación BellaxJasper antes de agregar a Edward en la ecuación, y si no les gustan las parejas No-Cannon, lamento decirles que este fic es el equivocado para ustedes.
No tengo la más mínima idea del final, ¿se quedará Bella con Jasper o con Edward? No lo sé, todo irá surgiendo conforme la historia lo vaya haciendo.
Bueno, creo que ya dije todo lo que iba a decir, si se me pasó algo por alto, lo haré en el próximo capítulo.
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