Hiiii, err, aquí traigo un Spamano, basado en la película Titanic. ¿Cómo pensé esta cosa? Pues.. hace unos días leí unas tiritas que hicieron PrusHun sobre el Titanic, y quise hacer algo similar, sólo que con un Spamano y cambiando un poco la historia, pero bueno, todos saben de qué trata la peli :U…

Me basaré un poco en la peli e intentaré buscar datos reales acerca de la tragedia, ¡verdad sobre todo! Jajaja… en fin, espero les guste, intentaré hacer un fic largo pero no tedioso, será mi primer fic de capítulos, denle una oportunidad ;-;

Gracias a mi amiga Ritzu que esta historia podrá progresar, ella me ayudará a recordar la peli, que yo no me acuerdo muy bien jeje… espero les agrade mucho n.n

Titanic no me pertenece, me refiero a la película, la tragedia tampoco y créanme, me hubiera gustado que jamás sucediera en la vida real y que sólo haya sido ficción.

Disclaimer: Hetalia tampoco me pertenece.


¡El buque de Correo Real Titanic zarpará el 10 de abril de 1912! ¡Es su viaje inaugural! ¡El barco más grande y lujoso de todos los tiempos! ¡El viaje es con destino a Nueva York, no se quede sin subirse en él!...

Wednesday 10th april 1912. Chapter 1: Never an absolution.

Gente de todo el mundo se había reunido tras ese llamado para comprar boletos y abordar el lujoso trasatlántico, había desde ingleses, alemanes, suizos, asiáticos, mediterráneos. Una mezcla de culturas, razas, sexos y por supuesto, clases sociales.

-Con que este es… el famoso Titanic. – decía un hombre castaño, de aproximadamente unos 24 años de edad, nacionalidad española, quien miraba perplejo el gran barco. – No es la gran cosa. – y después de eso rió como si se tratara de una lancha.

-¡Antonio! – gritaba un hombre albino quien se dirigía a él. El aludido volteó la mirada y se encontró a su amigo alemán.

-Ah, Gilbert, ya estás aquí – exclamó emocionado, pero el albino no lo había notado.

-¡Claro! ¡Este barco no puede zarpar si no está el genialoso yo! – dicho esto rió con esa risa tan característica de él.

-Bonjour mes amis, ¿esperaron demasiado?... – aparecía el último del trío de amigos, era un rubio de cómo 26 años y hablaba su inglés con un acento bastante afrancesado. Se acercó al español y al alemán y los saludó con un guiño en el ojo.

-No, descuida Francis, de hecho nosotros acabábamos de llegar – Dijo Antonio, mientras que el albino se cautivaba por lo grande que estaba el barco.

-¡Vaya, sí que es un barco muy grande…! Estoy seguro que cabe toda Inglaterra en él! – decía riéndose con su estruendosa voz, haciendo que sus acompañantes se encogieran un poco por el malestar que les causó tremendo escándalo.

-Gilbert, mon chérie, tranquilo, compórtate como una persona de la primera clase que eres. – decía el francés intentando apaciguar al alemán quien seguía actuando como niño chiquito.

-¡Pero pero! No puedo actuar normal, sería muy aburrido… además… - el francés y el alemán discutían tonterías, pero el español estaba perdido en sus pensamientos, observaba a las personas a bordo de lo que sería su hogar durante los próximos días, el lugar donde se llevaría a cabo su celebración de compromiso, y que al llegar a los Estados Unidos, cambiaría su vida para siempre.

-Haa… no me siento preparado para esto, no quiero… casarme con ella… - decía en sus pensamientos.

Es verdad, el español estaría en un viaje de compromiso, la cabeza de su familia –su padre- había hecho lazos con la familia de una muy importante familia holandesa, cuya hija que curiosamente era de nacionalidad belga, era la 'afortunada' que se casaría con el español.

El español de tan sólo recordar esa absurda extraña problemática de nacionalidades y familias y que el fruto de esa problemática sería su futura esposa.

—Bueno, al menos desearía que le gustase la paella… -dijo a manera de elevarse el ánimo.

Dio un vistazo al barco una vez más.

-Titanic, ¿eh?... ese nombre me inspira temor, quizás… por lo que se llevará a cabo en él… - el español tenía un gesto preocupado, en verdad le tenía miedo al matrimonio. Mentira. Le temía a casarse sin amor.

Mientras tanto, en un pequeño condado de Irlanda, se encontraban unos hermanos italianos, con un singular rulo en su cabello, leyendo el periódico.

-Oye, oye Lovino… - decía uno de ellos con una voz que parecía fastidiar al mayor de los hermanos.

-¿Qué quieres Feliciano? – contestó el que respondía al nombre de Lovino, dando una mirada fugaz al de ojos miel quien miraba apoyado de la reja que daba hacia el mar, balanceándose de atrás hacia adelante, como si se tratara de un niño ansioso.

-Nada, quería saber si te habías perdido en tu lectura… - exclamó el que respondía al nombre ahora de Feliciano.

En poco otro chico italiano un poco menor que ellos, también con un singular rulo, apareció corriendo con euforia y levantando algo que traía agarrado.

-¡Fratelli! – el chico se acercó a ellos con un periódico en la mano gritándoles. -¡Miren, tengo un periódico que…! – el italiano ojiverde lo interrumpió. –Oye Cassiano, no sé si ya te fijaste que yo también tengo ESE periódico… - dijo haciendo énfasis en la palabra "ese".

Cassiano quedó pensativo ante lo que le interrumpió su hermano. –No, no lo había visto- segundos de silencio. –Como iba diciendo, encontré en el periódico… – continuó hojeando el periódico con Feliciano, a lo que Lovino sólo pudo exclamar un "Maldición". Pero prefirió acercarse a él a ver qué es lo que había encontrado.

-¡…Y llegará aquí en unos momentos! – había terminado de explicarle Cassiano a Feliciano. Lovino se quedó con la duda, decidió preguntar.

-¿Qué rayos llegará en unos momentos?... – cruzó los brazos y a sorpresa de sus hermanos, le respondieron.

-¡Eso!... – apuntaron a espaldas de Lovino, quien al darse cuenta de la reacción de los otros dos, se dio media vuelta y encontró un gigantesco barco que se acercaba para atracar.

-¿Ti-ti-titanic?... ¡Suena como algo para ricos! – dijo molesto el italiano mayor, quien no dejaba de mirar el "atonitismo" de sus hermanos ante el gran trasatlántico.

-¿Ricos… dices? – respondió el italiano más pequeño saliendo de su trance. –Pues, yo sé cómo podremos viajar en ese barco, ¡sin pagar! – Al oír sin pagar, a Lovino se le paró el oído, era verdad que no podrían pagar ni un tren, pero si tenían la oportunidad de entrar a ese barco, la aprovecharía.

Una sonrisa maliciosa se posó en los labios del castaño.

-¡Bien, entonces a aventurarnos se ha dicho! – jaló a sus hermanos en dirección al barco, entonces el más chico aprovechó que pasaban los pasajeros y distraídos tres hombres, les arrebató su boleto y maletas y se perdieron entre el gentío que había esa mañana del 10 de abril. Se habían ahorrado cada uno 7 libras de lo que costaba el boleto de abordaje.

-¡Hermanos, nos vamos a Nueva York! – gritó Cassiano con euforia, Lovino dudó sobre el extraño método de conseguir los boletos. –¿No es malo hacer esto? – preguntó mostrando preocupación, pero, como si le importara.

-Nunca una absolución- dijo con una sonrisa en los labios. –Si, es malo, pero… ¿importa? – siguieron corriendo, celebrando con felicidad el destino que los esperaba, los tres agarrados de la mano y corriendo hacia la gran entrada.


Aquí lo tienen, el primer capítulo, si tengo inspiración se terminará rápido, no quiero que quede muy fail, por eso me tardaré un poquito, espero les haya agradado n.n

Le puse Cassiano a Seborga, por si no sabían quién era xD…