Estoy nostálgica y con bastante tiempo libre, he releído un bosquejo del que debería haber sido el capítulo VIII de este fic —tipeado el 2014, imagínense— y me he partido de risa!, después de eso no podía dejar este fic inconcluso. Por lo mismo resubiré todos los capítulos con arreglos ortográficos y narrativa. Espero los antiguos lectores regresen y que los nuevos lectores se sumen a este fic que comenzó el 2011, con la simple intención de darle una segunda oportunidad a un personaje que amamos y odiamos, Severus Snape.
TIEMPO
Capítulo I: Felizmente Casados
Caminaba apresuradamente por el pasillo, la gente le daba miradas curiosas, pero no se detuvo. Sus zapatillas hacían un sonido sordo sobre la baldosa, doblo a la izquierda y esperó al ascensor. Hacía solo una semana que la habían asignado a Egipto, era —según ella— su misión más importante, una misión que llevaba más de un año rogando a Harry que se la encomendara. Y cuando finalmente el líder de la orden accede, pide su regreso inmediato una semana más tarde, con increíble apremio, sin explicaciones ni disculpas.
Todavía arrugaba el pergamino con su letra apresurada: "Deja lo que estás haciendo, te necesito en Londres, ¡ya!".
Decir que estaba furiosa, era poco. Pero ya se las vería Harry con ella.
—¿Está ahí dentro? —Le preguntó a la chica que hacía de secretaria apenas salió del ascensor—.
—Si. —La chica la miró nerviosa— …Pero está ocupado, no puede pasar… —.
—No me importa, me va a oír—.
La chica escandalizada por su comportamiento trató de darle alcance, pero ella fue más rápida. De un golpe abrió la puerta y, efectivamente Harry estaba ocupado. Tan pronto la vio, dejó de hablar con el extraño que estaba sentado frente a él. Hermione estaba tan furiosa que no le prestó gran atención.
—Discúlpeme Señor Potter, pero la señorita no quiso escucharme —Trató de explicar la secretaria detrás de Hermione, pero Harry la interrumpió levantando una mano—.
—No hay problema, déjanos —Harry despidió un tanto nervioso a la chica que le dio una mirada fulminante a Hermione antes de cerrar la puerta—.
—¿Qué significa esto, Harry? Sabes lo importante que es ésta investigación para mí —Le reprochó airada—.
—Tranquilízate Hermione —Su amigo la abrazó y besó en la mejilla— También me alegra mucho verte—.
—No esperes que te salude tan campante, Harry Potter —Le amenazó ella—.
—Está bien, está bien. Te debo una explicación —Se disculpó y miró incómodo al extraño en vez de a ella— …Dame un segundo —Le pidió y fue a hablarle—.
Hermione observó al hombre mientras Harry le susurraba cosas al oído. Llevaba una capa verde oscuro sobre las ropas negras, su cara se hallaba oculta por la capucha de la capa. Pero no importaba, no podía verlo bien por encontrarse de espaldas.
—…Si tu excusa no tiene que ver con un ataque de mortifagos, Harry. —Le dijo apenas hubo vuelto— Lo mejor es que me permitas volver —Sentenció molesta—.
—Me temo que es mucho peor, Hermione —Le respondió con temor en la voz—.
Hermione se sintió estúpida. Por supuesto que tenía que ser peor ¿para qué más la habría sacado de Egipto? ¿qué sería? ¿un nuevo ataque contra los muggles o los prisioneros de Azkaban habían escapado? Cerró los ojos avergonzada.
—Oh Harry, lo siento —Se disculpó con verdadero aire afectado— …Tú sabes cómo me pongo cuando se trata de las Runas—.
—Lo sé, tranquila… —.
—Fui una tonta… —.
—Hermione —Levantó un poco más la voz para hacerse oír— He dicho que no hay problema—.
—¿Qué ha pasado? —Quiso saber más tranquila, y miró con desconfianza al extraño, que no hacía el menor esfuerzo por salir del despacho—.
—Descuida —Le respondió Harry, por su mirada ceñuda— Es de toda mi confianza —Le aseguró— ¿Recuerdas del presentimiento que te hablé?—.
—Como no voy a recordarlo… Por ese presentimiento no me dejabas viajar a Egipto—.
—Bueno… —Harry habló con tono preocupado— Ya no es un presentimiento. Se ha confirmado—.
Hermione ahogó un grito y se tapó la boca con las manos. Un ligero temblor le recorrió el cuerpo, aquello era terrible.
—No puede ser, tengo que sentarme —Se dirigió a la silla libre, pero justo al lado estaba sentado el extraño. Se lo pensó mejor— …Mejor te escucho de pie—.
—Lo que te voy a contar Hermione, lo saben solo 3 integrantes de la Orden —Se lo dijo con extremo cuidado, y Hermione entendiendo la gravedad del asunto, asintió con decisión— Es Draco Malfoy… —.
—Ese imbécil —Masculló— ¿…Finalmente actuó como un mortifago? —Le preguntó Hermione, que sabía que Harry tenía a uno de los Aurores vigilándolo—.
—…Está encabezando una revuelta muggle—.
—¡¿Queeé?!—.
—Cómo me oyes —La mirada de Harry se volvió dura— Ha comenzado a infiltrarse en el ejército Alemán, quiere comenzar una guerra contra nosotros—.
—Imposible, Harry —Hermione trataba de sonreír, pero le resultaba difícil— …Él no tiene la capacidad, menos el cerebro—.
Del extraño salió un bufido de burla. Ella lo pasó por alto.
—Todos pensábamos lo mismo Hermione. El punto es… que no está solo—.
—Pero si están en Azkaban, nosotros mismos los apresamos ¡…Ha todos! —Dijo refiriéndose a los mortifagos—.
—Eso creímos —Le dijo con amargura—, ¿pero resulta que su aliado no figura como aliado de Voldemort—.
Hermione no daba crédito a sus oídos ¿Alguien de la Orden se había ido a la causa perdida de Voldemort?
—¿Quién nos ha traicionado?—.
—¿Recuerdas al Auror que dábamos por desaparecido? el de la Primera Orden—.
—¿…Caradoc Dearborn? —Harry asintió con gravedad— ¡…Absurdo! —Exclamó Hermione—.
—Tengo un muy buen informante —Señaló la espalda del extraño, Hermione se sintió tentada a preguntar, pero Harry volvió a hablarle— …Lamento mucho haberte separado de tus Runas, pero la nueva misión que tengo para ti compensa en creces la anterior—.
—Por supuesto, te escucho—.
—Irás a Berlín a descifrar los planes de Caradoc y Draco—.
—¿A descifrar? ¿…Qué quieres decir?—.
—A que Draco se le vio un par de veces con Dearborn, pero después de un tiempo dejaron de contactarse. Ahora se comunican a través de mensajes crípticos, escritos en Runas Antiguas —Le explicó— Sev… —Harry carraspeó incomodo y el extraño cambio la postura que tenía en la silla. Hermione lo miró suspicaz, había estado a punto de decir un nombre— …Mi informante me ha dicho que los mensajes quedan a la vista de todos. Al parecer no tienen ningún miedo a que sean leídos—.
—No lo dudo, si me dices que son Runas Antiguas, tanto los muggles como los Magos, deben de creer que son garabatos sin significado, o simples reliquias prehistóricas—.
El extraño se removió en la silla, seguía sin hacer ningún esfuerzo por unirse a la conversación.
—Has dado en el clavo. De eso se trata, así es como disfrazan sus mensajes, pero… Mi informante lo descubrió. Acaba de comunicármelo, por eso te llame con tanta urgencia—.
—Está bien, Harry, no hace falta que sigas disculpándote. Partiré enseguida —Hermione ya disponía a irse, cuando su amigo la detuvo—.
—Antes… tienes que conocer a tu compañero —Le informó un tanto inseguro—.
—¿Mi compañero? —Se extrañó—.
—No pensarás que te dejaré ir sola —Le dijo Harry sorprendido— …Ron no me lo perdonaría, y yo tampoco. —Su mirada se volvió grave— Hermione, a donde te envió correrás un peligro permanente —La joven asumió con miedo la advertencia—.
—Lo entiendo, en ese caso ¿Quién me acompañará? Imagino que Neville —Se aventuró a proponer—.
—La verdad, es que no —Dijo lentamente Harry y desvió su mirada hacía el extraño—.
—No pretenderás que vaya con alguien a quien apenas conozco —Le susurró indignada— ¿Por qué no puedo ir con Neville, o con Ron o…?—.
—Hermione, ¿quieres hacerme el favor de callarte? —Le pidió su amigo ya histérico— El extraño que ves sentado ahí, lo llevas conociendo hace más de 7 años. No me interrumpas… —Harry se dirigió al encapuchado— ¿Puede acercase, por favor?—.
El extrañó se levantó de la silla haciendo un sonido de "fru—fru" con su capa verde oscura. Llevaba la mitad de la cara cubierta por una bufanda del mismo color, haciendo resaltar su pálida piel. Se plantó con parsimonia frente a los dos amigos y clavó sus oscuros ojos —que era lo único que dejaba a la vista— en Hermione.
—¿Qui..Quién es? —Preguntó Hermione casi sin voz, reconocía esos ojos— No puede ser… Pero si él está muerto—.
—Te presentó a: Severus Snape—.
Era demasiado, ¿Draco Malfoy haciendo revueltas entre los muggles? ¿Severus Snape vivo? Pero si ella lo había visto morir. De eso estaba segura, Harry y Ron estaban de testigos.
—Es poción multijugos —Dijo segura, escudriñando los ojos negros de Snape— …Tiene que serlo ¿Quién está ahí? ¿Eres tú, Ron?—.
—Déjese de juegos infantiles, Granger —Le respondió la fría y sedosa voz de Snape— No hay nadie suplantándome. Soy yo—.
Hermione lo miró dudosa, tenía que preguntarle. Solo el mismo Snape podría darle la respuesta correcta.
—¿Cuál fue la primera pregunta que le hizo a Harry en su primera clase de pociones? A la que Usted no me dejo contestar—.
Harry la miró boquiabierto, Hermione sabía que él encontraría absurdo que hiciera aquella pregunta, podía hasta imaginar lo que diría Ron: "Pero Hermione, ¿Quién recordaría algo que se dijo hacen más de 9 años?" Eso era lo que esperaba, una reacción o una respuesta nada parecida a la que daría Snape. Si era el verdadero, tenía que recordarlo, tenía que saber la respuesta.
—Una pregunta melancólica, me aventuraría a decir —Le respondió Snape con la misma fría y monótona voz—.
Se burlaba de ella, cómo siempre lo hacía, aquella simple oración era lo mismo que le dijera: "¿Aún le pesa que no le haya permitido responderla?"
—Respóndame… ¡Shhhh Harry! —Le dijo a su amigo que estaba a punto de intervenir—.
Silencio.
—Si mal no recuerdo fue: "¿Qué obtendría si añado polvo de raíces de asfódelo a una infusión de ajenjo?"—.
Lo dijo como si dudara, aunque Hermione sabía que no tenía ni una gota de duda. Lo miró con total sorpresa mientras que Harry volvió a su expresión boquiabierta.
—No puedo creerlo —Fue lo único que atinó a decir Hermione aturdida— ¡Es Usted…!—.
Snape enarcó una ceja y Hermione acortó su distancia con él. Harry observaba los movimientos de su amiga. Hermione no sabía cómo reaccionar ¿Le abrazaba? No es que le tuviera mucho aprecio a su ex profesor de Pociones, pero después de enterarse de todo lo que hizo, no podía hacer menos que admirarle y sentir un profundo respeto por él.
—Le sugiero que deje los efusivismos para el señor Weasley —La cortó Snape sin moverse de su sitio—.
—Claro… —Dijo Hermione cohibida— Harry, quisiera hablar a solas… contigo —Le pidió, tratando de no parecer descortés con Snape—.
—Me temo que de ahora en adelante, tendremos que compartirlo… Todo —Le respondió Snape con desagrado— Así que le sugiero… —.
Hermione entendió la indirecta, sin poder reprimir un escalofrío.
—Está bien —Tomó aire— No se lo tome a mal —Le dijo a Snape— Pero preferiría que se me concediera otro compañero —Le pidió a Harry—.
—Hermione, ya te dije que solo 3 miembros de la orden saben de esto… —.
La joven cayó en la cuenta, si eran 3 miembros de la Orden… ¡Oh no!, eran ella, Harry y Snape. Se sentía fatal, no podía esconder su descontento.
—Harry, por favor —Se le acercó lo más posible para que Snape no la escuchara— Ven tú conmigo, no me hagas esto—.
—Hermione si pudiera acompañarte lo haría —Le respondió en el mismo tono bajo— Pero no puedo dejar la Orden, lo sabes—.
Si, era verdad, lo sabía.
—No es que me sienta muy feliz de tener que pasar mis días en su compañía, señorita Granger —Le llegó la fría y ahora irritada voz de Snape— Pero pese a mis grandes conocimientos y a toda mi experiencia… No soy tan competente como usted, en la traducción de la Runas antiguas —Se lo dijo como si la materia fuera la más aburrida del mundo—.
Hermione se llevó una sorpresa ante el cumplido de Snape, aunque no podría decirse que era en su totalidad un cumplido.
—Gracias Severus —Le respondió Harry y Hermione no pudo pasar por alto el tono familiar— ¿Entiendes ahora porque deben ser ustedes dos? —Se dirigió a ella—.
No podía hacer otra cosa que respirar con dificultad. Harry no tenía que explicarle que, entre ella y Snape, harían una de las mentes más poderosas del mundo mágico y, que eran imprescindibles para dicha misión. Pero aún así se resistía. ¡Su mejor amigo tenía que entenderla mejor que nadie!
—No soy la única que sabe de Runas Antiguas —Mintió, tratando de encontrar una vía de escape—.
—Sabes que eso no es verdad, Hermione —Le dijo con cansancio su amigo—.
Hermione miró los ojos como pozos de Snape. No había manera… Se maldijo al recordar cuando Harry les había contado que Snape le daría clases de Oclumancia… Ella había sido la única que se mostró de acuerdo. No quería que Harry se lo recordara para hacerla cambiar de opinión.
—Está bien —Fue lo único que pudo decir y lo sintió como una sentencia—.
—¡Fantástico! —Exclamó Harry con júbilo y Hermione le dio una mirada asesina— …Bueno, ya que estamos todos contentos… —.
Ella habría utilizado cualquier palabra, menos "contentos", quizás: "obligados" o "forzados"… Si, esas eran buenas palabras.
—En éxtasis… —Agregó Snape con burla, frente a la alegría de Harry, y Hermione frunció los labios—.
—Cómo sea —Le restó importancia, Harry— …Tienen que salir ahora mismo —Les informó— Severus, ya sabes que tiempo, es lo que menos tenemos. ¿Podrías darle los detalles a Hermione, mientras viajan? —Snape asintió sin una pizca de ánimo, estaba tan a disgusto como Hermione— Perfecto, en ese caso —Le dio un apretón de manos a Snape y un abrazo rápido a Hermione— Suerte y cuídate, por favor. Ron piensa que sigues en Egipto, así que no le cuentes nada—.
—Espera un momento —Le interrumpió Hermione— ¿Qué quieres decir con "viajar"? —Miró ceñuda tanto a Harry como a Snape— Porque nos apareceremos, ¿verdad? —Harry volvió a adoptar su expresión de nerviosismo— ¡¿Verdad, Harry?! —Insistió ella—.
—Me temo que no —Le respondió Snape agarrándola del brazo— es menester que nos apresuremos, tenemos un vuelo que tomar —Snape ya tiraba de ella hacía la puerta, pero Hermione no cedía— Muévase señorita Granger ¿o tendré que arrastrarla? —La amenazó, más que molesto—.
—No, antes me explicarán porque no podemos aparecernos—.
Ha Hermione no le gustaba ni un poco el matiz que estaba tomando aquella misión.
—Para el mundo mágico estoy muerto —Le explicó rápidamente Snape, haciendo grandes esfuerzos por no gritarle— No puedo utilizar los medios mágicos —Sus ojos reflejaron su disgusto— Por eso viajaremos a la usanza muggle—.
—En ese caso nos veremos allá. Yo puedo aparecerme sin problemas —La joven no quería pasar todo ese tiempo con Snape, se zafó de su agarre—.
—No, no puedes —Le respondió esta vez Harry al ver que Snape perdía la paciencia—.
—¿Qué quieres decir?—.
—Tú y Severus… —Hermione notaba los grandes esfuerzos de Harry por encontrar las palabras correctas— …Verás, ustedes… —.
—Lo que Potter trata de decir —Lo interrumpió Snape y Hermione volvió a mirar sus ojos negros— Es que usted y yo… —Hizo un sonido extraño con su boca, Hermione no podía saber si estaba haciendo una mueca ya que estaba cubierto por la bufanda— Figuraremos como casados—.
¿Había escuchado bien? ¿Casados?, tenía que asegurarse.
—Perdona, creo que no escuche bien, dijiste ¿…casados?—.
—Definitivamente no estaba pensando cuando accedí a tu petición Potter —Le dijo Snape con aire irritado a Harry. Había dejado de mirar a Hermione con fastidio en sus movimientos—.
—Dale tiempo Severus, tú no has sido su mejor profesor, tampoco —Le reprochó—.
Hermione los miró horrorizada.
—Olvídalo, busca a alguien más —Dijo Hermione antes de salir como un bólido del despacho—.
—Es parte de tu misión, Severus —Le dijo Harry apremiante— ¡Convéncela y tomen ese avión!—.
Snape con cansancio corrió tras Hermione, la joven ya estaba dentro del ascensor, pero él alcanzó a entrar antes de que se cerraran las puertas.
—Déjese de juegos —Le dijo apretando los dientes y quitándose la bufanda— …No hay tiempo para sus tonterías—.
—Pero ustedes tuvieron bastante tiempo para preparar toda esta farsa ¿o me equivoco? —Le respondió Hermione indignada— No pienso ser parte de esto, ni menos ser su —Se sonrojó— …Su esposa—.
—Escúcheme, Granger, no tenemos que ser precisamente un matrimonio feliz —Snape fingió una media sonrisa— …Usted dedíquese a hacer su parte, que yo haré la mía—.
Hermione lo observó indecisa. Era una misión importante y ella se estaba dejando llevar por sus emociones. Tal vez no fuera tan malo, tendría que traducir Runas —Lo cual era su pasión— mientras que Snape ¿…Haría qué? Aún no se lo había preguntado.
El ascensor ya los hacía salir del Ministerio de la Magia y, Snape volvía a ponerse la bufanda. Sin esperar una respuesta por su parte, la tomó del brazo y la condujo hasta un taxi.
—Aún… no lo he… decidido —Le hablaba con dificultad frente a las grandes zancadas de él—.
—Tendrá tiempo de sobra en el vuelo —Le dijo Snape mientras la hacía entrar a un taxi y le daba instrucciones al conductor—.
El pobre hombre no sabía si echar a andar. Miraba nervioso los forcejeos de Hermione por salir del auto.
—Arranque —Le ordenó Snape con esa voz baja que imponía tanto. El chofer apretó el acelerador—.
Silencio.
No se hablaron hasta llegar al aeropuerto. Ya estaba, Hermione tomaría ese avión contra su voluntad.
—No tengo papeles —le dijo a Snape, que no se detuvo ni a mirarla, siguió arrastrándola hasta el mesón de los pasajes—.
Hermione vio cómo se quitaba la bufanda y sacaba unos papeles.
—¿Luna de miel? —Les preguntó sonriente la azafata, pero borró la sonrisa al instante al ver la expresión de profundo disgusto de ellos— Sus maletas, por favor —Hermione vio con sorpresa como 3 maletas salían de la nada— Son 5 escalas hasta Berlín, su vuelo sale en 10 minutos, llegarán a su destino en 7 horas —Les informó—.
¡¿7 horas?! ¿Qué había hecho de mal, como para merecer tal castigo? Miró enfurecida a su supuesto marido, seguramente había pedido viajar en la clase mas barata.
—No soy un hombre rico en dinero muggle —Le dijo con fastidio, mientras la seguía arrastrando hasta la plataforma de embarque—.
Hermione suspiró con resignación; si ya estaba a punto de subir al avión lo mejor sería pretender que era la Señora Snape. Se soltó de su fuerte agarre y tomó su mano. Éste se detuvo en el acto, miró ceñudo sus manos entrelazadas y la soltó como si se tratara de uno de los escregutos de Hagrid. Hermione le sostuvo la mirada con aspecto severo y le tendió nuevamente la mano. Snape asintió con resignación y le cogió la mano; entendió que el gesto era una respuesta afirmativa a la misión.
Si, definitivamente sería un largo viaje.
Primer capítulo listo, si llegaste hasta aquí, estas intrigado, te reíste y quieres leer más, házmelo saber! Déjame un review, me encantan!
C o r Ne L ia E s c i p I ó N