CAPITULO 4: invisibles

Hacia unas horas habia llegado la comitiva de Suna. El propio Kazekage Gaara habia ido a Konoha para firmar unos documentos que reforzarian la alianza entre la hoja y la arena. Entre otros, como guardaespaldas, el nuevo Kazekage habia llevado a sus dos hermanos.

Y alli estaban, sentados el uno junto al otro, a la sombra de uno de los arboles de la plaza, invisbles para todos, el marionetista y el domador de insectos.

A lo lejos, un monton de chiquillas chillaban histericas mirando a Gaara que parecia inmune a las atenciones femeninas de las que era objeto.

-Es tan adorable...sabeis que perdio a sus padres cuando era apenas un niño?- chilloneo una de las crias creando un coro de suspiros sumamente hormonales.

-Tu, como hermano de Gaara, tambien perdiste a tus padres siendo niño, no?- susurro Shino sin mirar a su interlocutor. Como unica respuesta, Kankuro le dedico un gruñido de asentimiento mientras miraba con expresion hosca a la manada de adolescentes revolucionadas.

-Y sabeis que antes era malo pero ahora es maravilloso? No es fascinante el cambio que ha tenido? Es taaaannnn romantico...-chillo otra histerica fan haciendo las delicias de el coro de muchachitas que correteaban por todas partes.

-Tu tambien eras un cabron de cuidado que tuvo un cambio de actitud despues del indicente de los examenes de chunin, no?- continuo Shino hablando tranquilamente. Kankuro esta vez, asintio con la cabeza ademas de gruñir.

-Y mirad a Temari! Hace tan buena pareja con el Nara...-cuchicheo otra jovencita mientras Shikamaru se acercaba ha hablar con la rubia de las cuatro coletas y ajenos a todo, se alejaban por una de las calles principales en direccion a los archivos- Como se nota que es hermana del Kazekage, es taaaan guapa...

-Si dicen que Gaara es guapo, y que Temari es guapa por prolongacion entonces porque no dicen que tu...-comenzo Shino con su voz grave y monocorde. Pero Kankuro lo interrumpio, hablando por primera vez desde que se saludaron y se sentaron a contemplar el revuelo que los de la arena habian causado.

-Si no quieres que acabemos peleando yo que tu no seguiria por esos derroteros, Shino...-la voz del marionetista era una declaracion de guerra en toda regla. El domador de insectos se giro y lo miro con curiosidad a traves de sus lentes oscuras, y Kankuro suspiro cansado y deprimido- El el sindrome del hermano mediano, vale? Soy invisible a todos los niveles. Es asi de simple...

-Te comprendo...-en un arranque de empatia sin precedentes conocidos, Shino le palmeo la espalda de manera complice al deprimido Marionetista- creeme que te comprendo...

-Tu tambien eres hermano mediano?

-No, yo tambien soy invisible...

Ambos jovenes se miraron. Uno detras de sus gafas tintadas y el otro detras de su maquillaje de guerra violeta. Se hundieron de hombros y siguieron contemplando el patetico espectaculo que las fans estaban generando. Hasta que algunos jounins aparecieron y las hicieron dispersarse para poder escoltar al Kazekage hasta el despacho de la Hokage.

-No deberias ir con ellos?- pregunto el Aburame con cierta curiosidad

-Te apuesto una cena y dos copas de sake a que ni siquiera se dan cuenta de que no voy a pesar de que estoy sentado a plena vista- Kankuro se cruzo de brazos y hechandose hacia atrás se recosto contra el arbol que tenia a su espalda y miro a Shino con una sonrisa divertida y un brillo de desafio masoquista en los ojos.

-Hecho- Shino le tendio la mano y sellaron la apuesta con un fuerte apreton. Con cierto interes, el Aburame miro a la masa de gente que se movia en todas direcciones, y con mas interes aun, a la comitiva de Suna. Era imposible que no vieran a Kankouro. Vestia de negro sobre un fondo verde brillante y estaba sentado a menos de cinco metros de ellos. Aquello era interesante.

Para sorpresa y decepcion de Shino, se pusieron en marcha y nadie, absolutamente nadie, reparo en el hecho de que el titiritero se habia quedado atrás.

-me debes una cena y dos copas, Shino...-susurro Kankuro sonriendo. Aunque Shino no pudo dejar de notar un mohin triste en los ecos de su risa.

Ambos se quedaron alli un rato, en complice silencio. Hasta que la tarde empezo a caer y Shino se levanto y se quedo mirando a Kankouro.

-Yo pago, elige restaurante.

Kankuro sonrio, y se quito su gorro con orejas de gato y con la otra mano, se revolvio el pelo rascandose la cabeza.

-Nah, prefiero que me sorprendas...

-Como prefieras...-Shino se encogio de hombros y se puso en marcha con la seguridad de que el marionetista lo seguiria

-Sabes, Shino, contando como nos conocimos, nunca pense que acabariamos siendo amigos...o algo parecido a amigos...

-Es lo que tiene que nadie mas nos vea, Kankouro, que hace que nosotros si nos veamos entre nosotros...-Shino se encogio de hombros y siguio caminando sorprendiendose un poco de la jovial carcajada explosiva de Kankuro.

-Eso sera...

El jovian shinobi de la arena agarro por los hombros con camaraderia al misterioso y solitario shinobi de la hoja que parecio sorprendido e incomodo ante esa invasion de su espacio personal, pero no dijo nada. A fin de cuentas, hasta Shino era capaz de reconocer una muestra de afecto cuando la veia. Y mas rara vez, cuando la experimentaba. No iba a quejarse por ello.

Pero nadie se dio cuenta de ello. Nadie se fijo en los dos chicos invisibles que se alejaban en direccion a uno de los restaurantes predilectos de Shino. Uno del que era habitual. Aunque ni las camareras ni los otros clientes hubieran reparado en ello. Bueno, nadie no. Al menos no exactamente. Hinata y Kiba, que habian ido a pasear a Akamaru a la extraña forma del Inuzuka, los vieron alejarse y arquearon las cejas con cierta sorpresa. Cuando pasaron por delante de la floristeria Yamanaka, Ino separo la vista de la mariposa de alas de cristal y los miro con curiosidad. Cuando pasaron de largo por delante del Ichiraku ramen, Sakura no pudo evitar seguirlos con la mirada. A fin de cuentas, Shino habia despertado curiosidad en algunas personas, dado que a su extraño y unico modo, los habia hecho ser conscientes del valor de las cosas pequeñas.