Las finales estaban a cinco minutos nada más. Las gradas volvían a llenarse tras un descanso para ir al baño y tomar un poco el aire, recuperando fuerzas para el último combate tanto de la clase de los representantes como la de los jugadores normales. El nerviosismo por parte de todos era presente, pero casi parecía que a Matthew le iba a dar un ataque en cuestión de segundos.

-Relájate mon amour, no pasa nada...-Susurraba Francis, que se encontraba al lado del canadiense, ambos sentados en una banqueta, el francés con la pierna en alto. -Vamos, lo harás genial..-

-N-N-N-No sé c-como saldré d-de esta...-Murmuraba el chico de las gafas, bebiendo los últimos sorbos de agua.

-¡Vamos, solo tienes que salir y machacarle!- Exclamó Lovi, dispuesto a animarle.

-Eso, ve~... Pero tienes que huir si te va a hacer daño,ve~...-

-¡No le digas eso, osea! Mira, como que tú lo único que tienes que hacer es combatir... Eso si, que ni te despeines ¿Oke? ¡Y cuidadín con las uñas, osea!-

El rubio, aunque sus compañeros procurasen lo contrario, no hacía más que aumentar su nerviosismo. Uñas rotas, huir si le hacían daño.. ¡Parecía que estaba a punto de meterse en una pelea de gladiadores! O al menos así lo veía él.

-¡Queridos concursantes, dirijanse a las pistas correspondientes! ¡Señoras y señores, que comience el espectáculo!-

De nuevo gritos de ánimos comenzaron a hacerse presentes, y el pobre de Matt estaba hasta temblando. Unos cálidos brazos le rodearon el cuerpo antes de que partiera al lugar correspondiente.

-Tranquilo...-Susurró Francis, achuchándole. -Ganes o pierdas, aquí vamos a quererte igual.-

El muchacho suspiró largamente y asintió, antes de girar el rostro, darle un besito a su pareja y ponerse en pie. Comenzó a caminar junto a Mei, escuchando los gritos de suerte por parte de los demás. Se colocó el casco y, a medio camino, se separó de su compañera.

-Buena suerte, Matthew.-

-B-Buena s-suerte M-Mei.-

Se abrazaron unos momentos y cada uno se dirigió a la pista correspondiente, donde les esperaban los contrincantes. Por un lado, el gran fortachón con el que se las vería la chica, y por otro "El Invencible".

En cuanto los concursantes se subieron, se acercaron a saludarse.

-Vaya vaya, una mujer..Serás fácil de vencer.- Siseaba una voz grave tras el casco a Mei.

-Vaya vaya, un idiota... Serás fácil de vencer.- Respondió la chica, dispuesta a devolverlas todas.

-B-Buena s-s-s-suerte...-Murmuró Matt, temblequeando.

-No la necesito.-Espetó con cierto deje de diversión "El Invencible"-Te regalo esa suerte.-

Cada uno se fue a su lado y esperaron a que comenzase el tiempo.

-Tres...Dos...Unos... ¡Comenzad!-

Los primeros movimientos fueron dados por los "concursantes normales". Mei reaccionó al instante para atacar al grandullón, mientras este la evitaba y le atacaba.

Pero...

Para los otros dos era todo lo contrario. No se movían para atacar, solo se desplazaban en circulos. Hasta que el de ojos verdes se atrevió a ser el primero, atacando al canadiense, que reaccionó defendiéndose y comenzando a atacar.

La gente gritaba con fuerza, los cuerpos se movían con rapidez y agilidad. Mei esquivó uno de los ataques más fuertes del gigantón y le atacó en un descuido, ganando el primer punto. Ambos volvieron a la posición inicial para comenzar el segundo de los tres tiempos (Hay tres tiempos, con ganar dos de ellos ganas el combate entero).

Matthew y "El Invencible" combatían lo más fieramente que uno pueda imaginar, ambos esquivaban y atacaban con fiereza. Pero... Matt recibió un toque, algo que le dio el punto a su contrincante.

Comenzó el segundo tiempo.

Mei, con una confianza desbordante, siguió moviéndose ágilmente y, sin dar más de tres segundos a reaccionar, ya había ganado la segunda ronda. Un enorme griterío se hizo presente, algo que desconcertó unos momentos al ojiverde, dándole el punto a Matthew que consiguió un toque.

Mei había ganado el combate, y la chica no podía estar más feliz. Saltaba y gritaba, corriendo hacia sus amigos... Pero en un par de minutos un silencio enorme inundó el estadio.

Uno a uno, el que ganase la siguiente ronda, ganaba el torneo. Ambos chicos jadeaban, y Matt medio temblaba por el nerviosismo. En cuanto dieron la señal de comienzo del tercer tiempo, "El Invencible" se tiró sobre Matthew, comenzando a atacar. Pero tal fue la fuerza y rapidez que...

-¡Punto para "El Invencible"! ¡Fin del Torneo!-

La gente comenzó a gritar y a aplaudir con fuerza, y, aunque su representante había perdido, los muchachos igualmente gritaban y aplaudían como si fuera la última vez: Matt había estado impresionante, y que menos que darle aquello como agradecimiento.

Los concursantes se acercaron despacio y se quitaron las máscaras lentamente, y entonces...

-¡No puede ser!-

El chico de cejas pobladas frunció el ceño al ver el rostro de Matthew, que quedó extrañado al ver allí a...

-¡Alfred! ¡¿Pero que haces tú aquí?-

-¿Q-Q-Que está diciendo?-

-¡¿Y cómo es que hablas susurrando? ¡¿Y por que estás más bajito?-

-¿Q-Que...?-Matt retrocedió a punto de morir ahí mismo, cuando repentinamente...

-¡Wajajaja! ¡Te dije que era un héroe, Arthur! ¡Ahí está la prueba viviente! ¡Soy tan genial que me imitan!-

El canadiense palideció cuando vio como alguien exactamente igual a él (Aunque algo más alto y sin su rulito caído hacia delante) se acercaba a la plataforma y abrazaba a su contrincante, tan sorprendido como él.

-W-What the fuck?-

-...-

El muchacho era incapaz de hablar, se había quedado mudo. Y, de un momento a otro, acabó tirado en el suelo, desmayado.

.+.+.+.+.+.+

Despertó tras un buen rato en la enfermería que había en el estadio, dando pequeños quejidos e incorporándose lentamente ¿Que había ocurrido? Se llevó una mano a la cabeza, pues le dolía a horrores.

-¡Matt, despertaste!-

Francis, que estaba a su lado, apretó un poco la mano que no había soltado en ningún momento, dando un suspiro aliviado.

-Ahm...E-Eso creo...-

-¡Ya despertó!-

La voz de su reflejo hizo que girara el rostro a verle con rapidez, palideciendo nuevamente...Madre mía...¿Que clase de sueño era ese?

-Fuck...Con un idiota ya tenía bastante.-

-¡Estás celoso! Estás celoso de que me imiten ¡Wjajajaja!-

-Deja de ser tan corralero, imbécil.- "El Invencible" dio un sopapo al que no hacía más que armar jaleo.

-Ajajaja, sin duda esto es una extraña coincidencia.- Como siempre, Antonio mantenía esa tranquilidad tan característica de él.

-¡Ve~ Esto es divertido!-

Matt se llevó una mano a la cabeza, intentando deducir lo que pasaba. Y entonces... Padre Nicolás entró en escena.

-Matthew...-El susodicho alzó la mirada, observando al cura, que se sentaba a su lado.-¿Estás bien?-

-E-E-Estoy...estoy confuso...-

-Es normal..-Nicolás abrazó al muchacho, que suspiró pesadamente.- Quiero que te relajes y que no te sulfures ante estoy que te voy a decir...-

-Uf...-El canadiense tomó aire y procuró relajarse, asintiendo.-Dígame...-

-Este muchacho... se llama Alfred...¿Recuerdas la carta de tu madre?...Él es tu hermano perdido...-

Ciertamente, no lo dijo con mucho tacto, pero...¿Cómo si no se lo iba a decir?