Título: La decepción
Rating: K+
Género: Humor/ General
Palabras: 1,124
Summary: Esto no era lo que esperaban cuando la cara de Kakashi finalmente saliera a la luz.


Diablos. Diablos. Diablos. Talvez-diablos, eso tampoco iba a funcionar.

Con un frustrado suspiro, Sakura Haruno, la joven de 19 años, se rindió. Simplemente no había manera. ¡No había manera de ganarle!

Todo había comenzado cuando a Naruto se le había ocurrido que debían intentar desenmascararlo nuevamente, como en los viejos tiempos. Hubieran con gusto incluido a Sasuke, pero aún no había vuelto a la aldea, y no podían incluir a Sai porque no había estado ahí la primera vez que lo habían intentado, y reemplazar así como así a Sasuke era muy descorazonado. Por lo tanto, la misión: Desenmascarar a Hatake Kakashi había comenzado.

Había sido divertida al principio. Montar las trampas, acechar a su presa, revivir viejos recuerdos de cuando eran genin y Sasuke todavía estaba con ellos, pero el tiempo pasaba y lo único que lograban era ver, con tristeza y decepción, cómo evitaba con facilidad cada una de sus trampas.

Sakura no lograba entender cómo lo había logrado. Después de todo, algunas de esas trampas eran muy buenas. Incluso algunos jounin de alto rango habían caído (tuvieron que disculparse con Neji y Tenten).

Primero había sido la cámara dentro del Icha Icha Paradise, pero habían conseguido una imagen de otra cosa. (Naruto todavía tenía arcadas por la foto).

El segundo intento había sido uno que ya habían intentado antes. Le habían comprado un plato de ramen en Ichiraku. Había funcionado, pero Ino les había interrumpido una vez más y, en la pelea, había logrado nuevamente evadir sus intentos (pero Ayame le había visto y les había regalado un plato gratis). Bueno, al menos sólo había sido Ino, y no también Chouji y Shikamaru.

El tercer intento había sido similar al de la pintura, pero asumiendo que lucirían sospechosos con un pote de pintura y cuán ruidoso iba a ser, se decidieron por una solución alterna. Iban a darle una hemorragia nasal.

En serio, él era un pervertido y los pervertidos tienen hemorragias nasales cuando algo relacionado con el sexo aparece frente a sus ojos, pero probablemente usar a Jiraiya como modelo no había sido la mejor decisión. (Ese hombre podía volver obscena a cualquier cosa). Pero no se dieron cuenta si no hasta después de intentarlo.

Y entonces, cuando Kakashi había venido a hacerse su examen físico, había sido Sakura, vestida con un atrevido traje de enfermera que Naruto había comprado (gracias al cielo), la encargada de realizarlo. Le quedaba muy bien, si ignorabas el portaligas, el prominente escote que dejaba entrever su sujetador blanco, y el hecho de que apenas cubría sus nalgas.

Por desgracia, no había funcionado. Incluso con Naruto en ese estúpido jutsu ayudándola, no había funcionado. Aunque había respondido como cualquier otro hombre heterosexual, no había tenido ninguna hemorragia nasal... al menos no él. Los encargados de limpieza habían pasado el día limpiando sangre y los médicos curando a varios shinobi, sufriendo de pérdidas de sangre, costillas rotas y murmullos acerca de monstruos con ojos de diferente color.

Los siguientes intentos no habían sido tan divertidos ni avergonzantes. Después de todo, Sakura había amenazado con castrar a Naruto si volvía a sugerir algo como eso o si algún otro chico pellizcaba su descubierto trasero. No, la mayoría consistió en trampas fallidas y más intentos de verle la cara invitándolo a comer.

Y después de dos semanas enteras y un saldo completo de una misión de rango C (que podía haberla alimentado por un mes), aún no habían visto nada. Sakura gruñó con disgusto y reposó la cabeza en las escaleras en las que descansaba, cuando repentinamente abrió los ojos y gritó. "Ahhh!"

"¿En serio doy tanto miedo, Sakura-chan?

"Kakashi, das casi tanto miedo como la cara terrorífica de Yamato. Sólo Naruto podría asustarse."

"Pero si no me falla la memoria, solías gritar cuando te miraba mal."

"Tenía doce años y tú eras mucho más poderoso que yo. ¡Hacías aparecer nubes grises de la nada, Kakashi! ¡De la nada!"

Kakashi se rió entre dientes, y se sentó a su lado. "Así que... ¿podrías decirme qué es lo que intentan tú y Naruto ahora?"

Bien podría decírselo. Tampoco es como si fueran a lograrlo, de todas formas. "Intentábamos ver debajo de tu máscara."

"¿Otra vez?"

"Sí, otra vez."

"...podrías habérmelo pedido."

Sakura lo miro con incredulidad, y sacudió la cabeza. "¿En serio?"

"Sí..." le dijo, como si estuviera cuestionándose su cordura.

"Entonces, ¿qué hay debajo de tu máscara?" le preguntó entusiasmada, antes de recordar algo. "¿Vas a volver a mostrarme la máscara que llevas debajo de tu máscara?" le preguntó, con desconfianza.

"No." Sakura lo miró con escepticismo, y él suspiró y puso los ojos en blanco, farfullando acerca de cómo sus estudiantes tenían tan poca confianza en él, antes de comenzar a tironear de la tela.

Sakura vió como la tela descendía y contuvo la respiración. Eso era todo. Eso era lo que había estado deseando durante siete años. Vio como la máscara se amontonaba en su cuello, y levantó la vista hacia su cara. Tenía una mandíbula marcada y masculina, su nariz era recta, su piel era pálida, sus labios eran pequeños pero carnosos, y una solitaria cicatriz le recorría desde el ojo hasta la mejilla. Sakura parpadeó. "¿Eh? ¿Eso es todo?"

Kakashi frunció el ceño. Ahora que Sakura veía el temible (sí, Kakashi daba miedo, pero sólo cuando estaba enojado) gesto con su cara completa, tuvo que contener una carcajada. ¡Era demasiado tierno!

"¿Qué?" Kakashi se pasó una mano por la pera. "Creí que tenía una cara bastante bonita."

"La tienes, ¡pero todos pensábamos que tenías boca de pescado o dientes de castor o labios besables!

A Kakashi le dió un tic en el ojo. "¿Labios besables?"

"Sí. Ahora que veo tu cara, estoy un poco decepcionada."

"¿Labios besables?"

"Me pasé los últimos siete años preguntándome cómo lucías debajo de la máscara, pensando que tenías una horrible mutación en la cara, ¡cuando es completamente normal!"

"¿Labios besables?"

Sakura le dió una palmada en la rodilla. "Bueno, gracias por mostrarme tu cara, Kakashi. Iré a buscar a Naruto para contárselo. ¡Nos vemos!" le gritó por encima de su hombro mientras saltaba hacia el tejado.

Kakashi se quedó mirando la mugre que había delante suyo, pasmado. "¿Labios besables?" y se dió la vuelta. "Oye Sakura..." pero su lugar estaba vacío y entonces se dió cuenta del montón de ojos mirándolo.

Subiéndose la máscara, Kakashi se aclaró la garganta y sacó de su bolsillo su novela naranja, y comenzó a caminar por la calle pensando en cuánta decepción le había dado su reacción, antes de dar vuelta la página y soltar una risita por lo bajo.