¡Hola a todos! ¿Cómo pasa el tiempo verdad? Han pasado un buen desde que actualice esta historia, la verdad no me di cuenta cuanto tiempo había pasado hasta ahora que revisando mis pendientes la encontré u_uU en verdad lamento la demora, pero más vale tarde que nunca ¿No?... en fin, ya sin afán de aburrirlos con tanto rollo los dejo con este último episodio de Una dolorosa mentira
Desenlaces…
Mai solo pudo reír ante aquel comentario, había perdido a su hermano es verdad, pero como dicen por ahí las cosas suceden por una razón, Tetsu eligió dar su vida por protegerla a ella y su familia, le dolía haberlo perdido después de encontrarlo pero debía continuar con su vida, vivirla por él y por su nueva familia, después de todo eso es lo que él hubiese querido…
Unos días después de todo el alboroto causado por Steve Naru fue dado de alta, bajo su propia responsabilidad claro esta pues aun no estaba en condiciones de salir del recinto, sin embargo el lo quiso así pues no quería que Mai fuese sola al funeral de su hermano, el mismo que gracias a la intervención de Lin y la suya propia, había quedado como un "agente encubierto" en medio de la organización de Steve por lo que fue relativamente sencillo sacar el cuerpo de la morgue.
Era una tarde oscura que amenazaba con una fuerte lluvia el día en que sepultaron a Tetsu, Mai con su pequeño hijo en brazos se limito a observar en silencio acompañada por Naru como el ataúd de su hermano era colocado en el fondo del agujero para luego ser enterrado y sin poder evitarlo, unas lagrimas se deslizaron por sus mejillas al pensar en que no volvería a verlo, Naru se limito a abrazarla en silencio hasta que todo pasó pues sabia mejor que nadie que en aquel momento las palabras sobraban, ella solo necesitaba saberse apoyada por sus seres queridos, sentir que no estaba sola y que nunca mas volvería a estarlo…
Ya de noche regresaron al nuevo departamento de Naru pues el anterior solo le traía recuerdos dolorosos a Mai y prefirieron no usar la casa que la castaña compartió con Bou-san, mas por respeto al monje que aunque se mostrara fuerte, sabían estaba sufriendo. Mai dejó al pequeño Kyoya en la cuna que Naru había mandado a comprar para luego tomar un largo y relajante baño, esperando que las gotas de agua se llevaran el dolor que guardaba en su interior, poco después salió del cuarto de baño con una pequeña toalla envolviendo su cuerpo olvidando por un momento que ya no vivía sola, razón por la cual no pudo evitar sonrojarse al notar como Naru la miraba sorprendido y con un ligero rubor en las mejillas para luego salir de la habitación balbuceando cosas de las que Mai solo pudo rescatar la palabra "cocina", esbozo luego una ligera sonrisa al ver como Naru "huía" de ella comprendiendo como se sentía el pelinegro pues a ella misma se le hacía extraño compartir el mismo techo nuevamente con él después de tanto tiempo separados, no era incomodo pero si extraño…
Naru salió de la habitación cerrando la puerta tras él para luego apoyarse en la misma, aun podía sentir calor en sus mejillas por lo que sabía que estaba sonrojado, por dios, el ya no era un adolecente como para ponerse nervioso ante la mujer que amaba, mas aun si ya habían… bueno, si ya la había visto antes sin aquella toalla cubriendo su cuerpo, un suspiro escapó de su boca al recordar que prácticamente había huido de Mai ¿Qué estaría pensando ahora de él? Genial, era la primera noche que pasarían juntos después de un año y el iba lo arruinaba por sus tonterías de una adolecente enamorado…
Estuvo a punto de irse de espaldas cuando la puerta de la habitación se abrió, saliendo luego una ya vestida Mai que reprimió una carcajada al verlo perder el equilibrio, definitivamente se estaba comportando como un idiota…
-¿Sucede algo malo? –Cuestiono la castaña dedicándole una sonrisa como las que antes le daba-
-No… no pasa nada –Contesto el aludido desviando la mirada tratando de evitar que ella notara el ligero rubor que aún conservaban sus mejillas- ¿Necesitas algo?
-Estaba pensando en preparar la cena –Dijo Mai mientras dirigía la vista hacia donde se encontraba la cocina- pero creo que no hay ingredientes en la alacena…
-Podemos comprarlos –contesto Naru mientras que su cabeza se encargaba de imaginarlos comprando en el centro comercial como una familia- aunque Kyoya está dormido… creo…
-Está despierto –Respondió la castaña dirigiéndose hacia la cuna- es solo que es muy tranquilo, ¿Raro no crees? Me ha dado pocos problemas… -agrego para luego tomar en brazos al pequeño y sonreírle a Naru- debió salir a ti por que según mi madre, yo era de las que lloraban por todo…
-Tal vez… –dijo el pelinegro con una ligera sonrisa en el rostro mientras aquel sentimiento de culpa por haberse perdido varios momentos importantes en la vida de su hijo volvía a él-
-¿Qué pasa? –Pregunto la castaña al notar algo extraño en Naru- ¿Te sientes mal?
-No… es solo que… -dijo mientras se acercaba a ella y a su hijo para luego abrazarlos- lamento haberte dejado sola, a ti y a nuestro hijo, me perdí tantos momentos que…
-Pero ahora estas aquí… -Replico Mai enterrando el rostro en el pecho de Naru aun con su hijo en brazos- estas con nosotros y estarás por lo que nos reste de vida… –agrego mientras alzaba la vista encontrándose con la mirada del pelinegro- tal vez perdiste muchos momentos importantes pero vendrán más, sus primeros pasos, sus primeras palabras, el primer día de escuela, esos momentos y mas están por venir, así que… -dijo mientras se separaba ligeramente de el- no importa que momentos perdiste, lo realmente importante son las memorias que crearemos juntos…
-Gracias… -susurro con una sonrisa sincera mientras acercaba su rostro al de Mai- en verdad necesitaba oír eso… -Dijo para luego sellar los labios de la castaña con un beso-
Estuvieron así por unos segundos manteniendo aquel contacto como un simple roce, sin embargo Naru quiso profundizar el beso comenzando a mover sus labios sobre los de Mai incitándola a abrirlos, humedeciéndolos con su lengua logrando poco después su objetivo, Mai separo sus labios permitiéndole entrar, sintiendo como el comenzaba a recorrer su boca, recordándole aquellos días en los que podían estar juntos sin temer por sus vidas. Naru sonrió ligeramente aun en medio de aquel beso al sentir nuevamente la calidez que le transmitían los labios de Mai, era tal y como los recordaba, con aquella capacidad única de matarlo y de devolverle la vida en tan solo segundos, definitivamente no le importaba como un idiota enamorado siempre que ella estuviese a su lado…
Se separaron solo cuando sus pulmones les reclamaron por algo de oxigeno, no demasiado pues aun podían sentir sus alientos mezclarse, sus bocas clamando por mas y sus cuerpos pidiendo algo más allá de un simple roce, ambos lo sabían, les bastaba con mirarse a los ojos para entenderse, se deseaban no, era más que eso, se necesitaban… Naru se acerco nuevamente a Mai intentando besarla, sin embargo el llanto del bebé que aun llevaba la castaña en brazos lo detuvo, Kyoya era realmente oportuno…
-Supongo que tiene hambre… -dijo la castaña con una ligera sonrisa al notar la molestia en el rostro de Naru, la misma que se vio interrumpido con el rugido de su estomago- y creo que yo también…
-No tienen remedio… -replico Naru mientras soltaba un suspiro para luego sonreír ligeramente- alista al niño, vayamos al centro comercial…
Mai sonrió ampliamente mientras un enérgico "si" salía de su boca, definitivamente ella no cambiaria y eso era algo que Naru agradecía pues fueron precisamente esas cosas, esos detalles de su personalidad los que lograron cautivarlo, sonrió sin molestarse en mantener su típica expresión desinteresada al notar como el pequeño se resistía al cambio de pañal que al perecer necesitaba yendo luego en auxilio de Mai pues si el niño era tan terco como su madre definitivamente necesitaría ayuda… se arrepintió minutos después de haberse acercado pues basto que el bote de talco llegara a manos del pequeño para que lo apretase y los oscuros cabellos de Naru terminaran parcialmente blancos, cosa que causo al risa de Mai e increíblemente la del pequeño Kyoya, al parecer su hijo no se la pondría fácil…
Después de batallar con el pequeño Kyoya y que Naru tomara un baño, los tres salieron rumbo al centro comercial, compraron lo necesario para abastecer por unos días la alacena y el refrigerador además de ropa para su hijo y algo para Mai siendo esta ultima la mas emocionada viendo comprando cada juguete novedoso que veía para el pequeño Kyoya, mientras que Naru se limitaba a observarla en silencio empujando el carrito de la compra que, cabe resaltar, estaba repleto, era extraño para el estar así con ellos, hasta hace poco no hacía más que correr para protegerla y ahora podía estar tranquilo, paseando con la mujer que amaba y su pequeño hijo sin temor a que los lastimasen, era extraño, sí, pero era lo que realmente quería…
-¡Mai! –Llamo la voz de una mujer sacándolo de sus pensamientos- Naru, Paseo en familia, ¡Qué bien!
-Matsuzaki- san –dijo Naru al ver a la mujer cambiando la expresión de su rostro a una ma seria al ver a su acompañante- Bou-san…
-Houshou… -susurro Mai con cierta tristeza al ver al acompañante de Ayako-
-¡Quiten esas caras! –Exclamo animado el monje con una sonrisa en el rostro mientras les daba unas palmadas en la espalda a ambos- todo termino, ya no tiene nada que temer, ahora podrán vivir felices chicos y este pequeño –agrego mientras tomaba en brazos a Kyoya- tendrá una verdadera familia…
-Bou-san, tenemos que… -trato de decir Naru siendo interrumpido por el mayor-
-Todo está bien Naru-chan… -Dijo el aludido mientras esbozaba una media sonrisa aun con el pequeño Kyoya en brazos- las cosas son como debieron ser desde un principio, yo solo te cubrí por un tiempo ahora es tu turno de protegerlos, de estar con ellos y hacerlos felices… –agrego mirando con seriedad al pelinegro- y si te atreves a hacerlos sufrir una vez más… tendrás que vértelas conmigo y créeme, esta vez no seré benevolente contigo…
-Descuida –contesto Naru con seguridad- Las amenazas están demás, estoy dispuesto a dar todo lo que tengo para hacerlos felices…
-¡Perfecto! –Exclamo Bou-san con una sonrisa en el rostro mientras alzaba a Kyoya- ¡Ha! Seguramente no han tenido tiempo a solas desde que volviste Naru-chan –dijo el monje a la pareja- ¡Ya se! Me llevare a este pequeño por esta noche, así estarán más tranquilos…
-E-espera Houshou… -Replico Mai sin ser escuchada por el monje-
-Te lo agradeceríamos mucho –Dijo Naru haciendo caso omiso a las palabras de Mai-
-¡Naru! –Regaño la castaña- que…
-Tranquila Mai –Replico Bou-san mientras comenzaba a caminar con el niño en brazos- Kyoya está a acostumbrado a mí así que no habrá problemas –agrego deteniéndose en la puerta de salida después de pagar lo que llevaría para luego giñarle el ojo- La noche es joven…
-¡Pórtense mal! –Exclamo Ayako despidiéndose con la mano de la pareja-
-¡Ho-Houshou! ¡Ayako! –Exclamo la castaña sonrojada por las palabras de ambos viendo como se alejaban llevándose a su hijo-
-Al final se lo llevaron… -susurro Naru viendo como Bou-san se perdía de vista-
-Shibuya Kazuya…. – susurro Mai con una aura amenazante mientras Naru retrocedía un paso más por instinto que por miedo- no… Oliver Davis… ¡Como se te ocurre dejar ir al niño! -exclamo enfadada- se que conoce a Houshou pero…
-Cálmate… -pidió mientras besaba a la castaña logrando callarla en cuestión de segundos- solo quiero pasar un tiempo a solas con mi mujer, ¿Es eso tan malo?
-N-no… -respondió la castaña con un encendido rubor en las mejillas, más al darse cuenta que toda la gente los miraba con curiosidad y otros simplemente reían-
-Entonces vamos –Dijo Naru tomando la mano de la castaña para, luego de pagar la compra hecha y llevar las bolsas al auto, dirigirse al departamento que compartían-
Ambos se mantuvieron en silencio, si bien Naru había tomado la iniciativa, ahora estaba tan nervioso como un adolecente en su primera cita y no solo él, Mai se sentía extraña cocinando nuevamente para él, sintiéndose observada mientras preparaba la cena o cuando lavaba algún cubierto, era como la primera vez que pasaron la noche juntos, todo había comenzado igual, con ella cocinando para él después de algún caso que no recordaba, mientras que el se limitaba a observarla en silencio, estudiando cada uno de sus movimientos, definitivamente eso la ponía nerviosa… No puso atención mientras picaba unas verduras por lo que termino con una cortada en el dedo, Naru prácticamente salto de su cómoda silla al notar lo que había sucedió, tomando luego su mano entre las suyas al igual que esa noche, ambos se sonrojaron ante la cercanía, ¡Dios! Realmente se estaban comportando como adolecentes, es más, Naru ni siquiera podía reconocerse, ¿Desde cuándo era tan indeciso? ¡Qué rayos! ¡Era ahora o nunca!, Naru tiro del brazo de Mai provocando que ella se apoyara sobre su pecho con sus rostros lo suficientemente cerca para que su alientos se mesclasen entre sí, acerco su rostro al de una sonrojada Mai sin perder de vista sus labios, quería… no, necesitaba besarla… apenas habían rozado sus labios cuando… el sonido del teléfono rompió aquel intimo momento…
-¡Que no nos pueden dejar en paz! –Exclamo Naru realmente frustrado por aquella situación, cosa que causo la risa de Mai pues sabía que pocas veces su rostro expresaba aquella molestia-
-Tranquilo… -Se burlo Mai mientras él la miraba con molestia- Hey, yo no tengo la culpa, no le he dado el número de la casa nadie, así que debe ser para ti…
-¿No tiene nada más que hacer que fastidiarme la vida?… -susurro por lo bajo el pelinegro mientras tomaba el auricular- diga…
-¡Quien autorizo tu salida del hospital! –Se escucho la voz de una mujer desde el otro lado de la línea telefónica- ¡Se supone que aun deberías estar allí! ¡Se puede saber que heces en tu casa y…!
-Cálmate madre –pidió el pelinegro después de un cansado suspiro- Estoy bien, no necesito pasar más tiempo en el hospital…
-¿Sabes lo preocupada que estaba? –cuestiono la mujer ya más calmada-
-Lo siento –respondió el aludido mientras era observado por Mai- no quise preocuparte…
-¿Ya cenaste? –Cuestiono la mujer como buena madre- espero que no sea comida rápida…
-Aun no, mi esposa está preparando la cena -contesto dedicándole una sonrisa a Mai- y descuida, no es comida rápida
-Me alegra oírte feliz Oliver… -Dijo la mujer y Naru podría jurara que estaba llorando al otro lado de la línea telefónica- lo mereces…
-Gracias madre… -contesto el aludido mientras sentaba en el mueble de la sala y Mai se acomodaba a su lado-
-Basta de sentimentalismo –Replico la mujer con renovada energía cosa que le recordaba a Mai- supongo que quieres pasar más tiempo con ella y yo aquí interrumpiendo –Agrego mientras Naru asentía mentalmente sin decírselo a su madre- espero nos la presentes pronto Oliver, tu padre y yo queremos conocerla
-Iremos pronto –Contesto el pelinegro mientras deslizaba su brazo por los hombros de Mai atrayéndola hacia el- así conocerás a tu nieto…
-¿Nieto? –Cuestiono la mujer con extrañeza pues Naru había omitido ese detalle durante sus conversaciones en lo que duraba el caso de Steve- ¿Qué nieto? Oliver dime de qué…
-Hablaremos mañana –Dijo mientras acercaba su rostro al de Mai- ahora estoy muy ocupado…
-¡No puedes decirme algo como eso y dejarme así! –reclamo la mujer mientras que Naru hacia caso omiso a sus reclamos y se inclinaba sobre Mai besándola ¡Al diablo con el teléfono y todo lo demás! No iba a permitir que arruinaran su noche- Oliver Davis ¡Me estas escuchando! ¡Oliver! ¡Qu…!
-Eso… ¿Estuvo bien? –Cuestiono Mai al notar como Naru cortaba la llamada y tiraba el teléfono a un lado- Era tu madre…
-Si la dejo seguir hablando terminaríamos mañana… -Contesto recordando lo "conversadora" que podía llegar a ser Luella Davis- ahora tengo cosas más interesantes en mente…
-La cena… -susurro Mai al escuchar el sonido de algo rebalsar- aun no…
-Prefiero el postre… -susurro Naru mientras la acorralaba sobre el sofá para luego besarla hasta dejarla sin aire, la timidez… esa parecía haber viajado a Inglaterra con su madre, ahora solo deseaba estar con Mai-
-Si quieres… conservar tu casa intacta… -replico Mai una vez el beso hubo terminado- será mejor apagar la cocina, no quiero morir en un incendio…
A regañadientes, Naru se incorporó del sofá dejando que Mai fuese a la cocina para tratar de salvar algo de la vena que estaba preparando, no sabía si era por el tiempo que estuvieron separados o por que la maternidad le había sentado muy bien, pero si antes no podía resistirse al tener a Mai indefensa ante él, clara prueba de eso era el niño que ahora Bou-san debía estar cuidando, ahora le era casi imposible… Se acerco a la castaña que seguía entretenida con las hornillas de la cocina ya apagadas, abrazándola luego por la espalda, cosa que sobresalto a la castaña pero no le fue desagradable, al no verse rechazado Naru comenzó a repartir besos húmedos por el cuello de Mai, en verdad necesitaba de ella y esta vez no iba a dejarla escapar, ella aprecia estar de acuerdo pues giro hacia él y se fundieron en un beso ansiado por ambos, pronto Naru la tomó en brazos y en medio de aquellas muestras de afecto se encaminaron hacia la habitación que ahora compartían, la cena había quedado olvidad y así estaría hasta que esos dos estuviesen saciados del "postre" que ambos degustaban, aquella noche ninguno dormiría pues de eso se encargaría Naru…
Aquella noche se habían "portado mal" como Ayako había dicho antes de marcharse con Bou-san y muy mal si le permitían opinar a Mai, no habían dormido hasta ya entrada las 4 de la mañana, lo habían hecho tal y como la primera vez que estuvieron juntos, todo había sido mágico para la castaña pues a pesar de haber sufrido por su partida y por su posterior regreso, ahora podían estar juntos y sabia que esta vez… seria para siempre…
Se encontraba en medio del patio de una casa que no concia, era amplia y poseía un enrome jardín en el que Naru parecía estar jugando con el pequeño Kyoya, el mismo que no dudaba en tirarle lo que tuviese a la mano al rostro de su egocéntrico padre, sonrió ante aquella visión, definitivamente ese es el futuro que quería vivir… ¿Sería acaso eso? ¿Una visión del futuro?
-Eso espero… -dijo una voz tras Mai haciendo que esta se voltee reconociendo al instante al sujeto- más le vale a ese novio tuyo que te haga feliz, Mai-chi…
-Tet… -susurro la castaña sin poder evitar que una lagrima se deslizara por su mejilla-
-Nada de llanto Mai… -pidió el muchacho mientras se acercaba a la chica secando luego sus lágrimas con sus pulgares- quiero verte sonreír como cuando éramos niños, déjame llevar ese recuerdo conmigo…
-S-si –respondió la castaña secando sus lágrimas para luego esbozar una sonrisa- e-es solo que… no… no quería perderte… no ahora… que pude encontrarte…
-Las cosas suceden por una razón Mai-chi… –Contesto el aludido mientras desordenaba los cabellos de su hermana como si aun fuese una niña- tal vez no esté a tu lado para ver ese futuro con el que sueñas… -agrego dirigiendo la vista hacia Naru y Kyoya- pero al menos mi vida sirvió para pagar el precio de tu felicidad…
-No es justo… -Susurro Mai con la mirada gacha sin atreverse a mirar a su hermano- no tenias que morir para…
-Nadie es eterno Mai… -replico el aludido mientras abrazaba a su hermana pequeña- lo que tenía que pasar simplemente paso, tuve que dar mi vida para salvarte y ten por seguro –agrego mientras tomaba las mejillas de Mai entre sus manos- que lo haría mil veces de ser necesario, así que no llores por mí Mai…
-Te extrañare Tet… -dijo en un susurro la castaña acariciando el rostro de su hermano-
-Y yo a ti enana –Contesto el aludido mientras desordenaba nuevamente los cabellos de su hermana- vive feliz Mai… vive por los dos y por favor… se feliz…
-Gracias Tet… -Dijo la castaña esbozando una sonrisa a pesar de la lágrima que se deslizaba por su mejilla al ver a su hermano alejarse de ella- ¡Seré feliz oíste! ¡Seré feliz por ti y por mí! ¡Solo mírame Tet! Seré muy feliz…
Tetsu giro hacia su pequeña hermana antes de desparecer por completo, siendo lo último que Mai pudo ver de él una sonrisa, una enorme sonrisa igual a las que siempre le regalaba cuando eran niños, definitivamente cumpliría su promesa y sería feliz, por ella, por él, por ambos…
Despertó al sentir como alguien movía su hombro tratando de hacerla reaccionar, abrió los ojos perezosamente encontrándose con la mirada preocupada de Naru lo que termino por despertarla completamente.
-¿Sucede algo malo? –Pregunto la castaña al notar el semblante preocupado de Naru-
-Eso es lo que quisiera saber –contesto acariciando el rostro de Mai mientras secaba las lágrimas que hasta ahora, Mai se percataba de haber derramado- estabas durmiendo tranquila y de repente comenzaste a llorar, ¿Sucede algo?
-No… no pasa nada –respondió esbozando una sonrisa al recordar la promesa con su hermano- solo que… es hora de mirara hacia el futuro, después de todo le prometí a Tet que seguiría adelante y sería feliz…
-Y no estarás sola… -contesto Naru mientras la envolvía en un abrazo- yo estaré contigo y el terremoto que tenemos por hijo también…
-Lo sé Naru –Respondió dejándose consentir por el- lo sé…
Poco después se levantaron de la cama pues tenían que recoger a Kyoya pues no podían dejarlo mucho tiempo con Bou-san, tomaron una ducha, desayunaron y se encaminaron a la casa en la que vivía el monje el mismo que los recibió como si nada hubiese cambiado, le dolía aun el verlos juntos pero sabía que podría superarlo, el nunca perdía los ánimos y esta vez no sería diferente… poco después y tal como era de esperarse, se hizo pública la noticia de la boda de Naru y Mai, sus padres estuvieron presentes en la ceremonia y desde que su madre conoció a Kyoya no había poder humano que la hiciera alejarse de él, al menos no mientras estuvieron en Japón, haciendo luego un drama al no querer separarse de su nieto cuando tuvo que volver a Inglaterra llegando al punto de querer llevárselo con ella, cosa que Naru evito aunque Mai nunca supo cómo, seguramente aquellas fotos de Kyoya que enviaba semanalmente a Inglaterra tenían algo que ver…
Los meses pasaron y pronto dos años habían pasado desde aquel incidente que preferían olvidar, Naru se encontraba observando una álbum de fotos, cortesía de su madre claro está, en el que se apreciaban fotos de su boda, del primer cumpleaños de Kyoya que pudieron pasar juntos, recordaba también el momento en que su hijo pronuncio su primera palabra "papá" lo había llamado mientras con sus pequeñas manos apretaba uno de sus dedos, una sonrisa escapo de sus labios ante aquel recuerdo, después de todo Mai tenía razón, había perdido varios momentos importantes en la vida de su hijo pero aun tenía mucho tiempo para compensarlos y crear nuevas memorias, esta vez juntos, como una verdadera familia…
Era el cumpleaños número tres de Kyoya y tal como se había hecho costumbre, todos los miembros de SPR se reunían para aquella fecha y claro, no podían faltar los abuelos que llenaban de regalos al pequeño que divertido tiraba de los cabellos de su abuelo, Mai veía con una sonrisa como su hijo se divertía con sus amigos y como Bou-san había superado aquel dolor que ella le había provocado, supo que Ayako tuvo mucho que ver en ello y que estaban saliendo aunque ella se esforzara en negarlo, Masako parecía estar saliendo con John que ahora solo ejercía como exorcista pues había dejado los votos de sacerdocio, Lin y Madoka permanecían juntos cada vez que ella venia y las malas lenguas decían que eran pareja ¿Quién sabe?... Pudo sentir como Naru la envolvía en un abrazo sin dejar de observar a todos sus amigos reunidos mientras que ella acariciaba disimuladamente su vientre, ¿Seria el momento adecuado para decírselo? No, era mejor esperar hasta después de la fiesta, cuando todo estuviese mas clamado, después de todo ahora tenían mucho tiempo y una larga historia por escribir, una en la que debían incluir a un cuarto miembro pues ahora, en su vientre crecía un pequeño bebé que pronto llegaría a poner de cabeza las oficinas de SPR, pero esa… esa ya es otra historia…
Fin
Notas de la autora
Y así llegamos al episodio final de esta pequeña historia, espero que haya sido de su agrado pues con ese fin es que fue escrita, agradezco a todos aquellos que siguieron esta locura hasta el final, a los que la dejaron a la mitad o a los que se sumaron después, en verdad (Hace una reverencia) muchas gracias, espero de corazón que haya logrado transpórtalos por un breve momento a este mundo que cree con ideas de mi loco cerebro y ya, sin más que decir me despido, hasta la próxima historia ghosthuntera (Palabra inventada por dayis) XD
¡Muchas gracias!