||…o…||*||…o…|| ¡A nuestro modo! ||…o…||*||…o…||


Disclaimer; Naruto no me pertenece, al contrario, la trama de la historia si es de mi invención.


De vez en cuando todos nos preguntamos como nuestros padres terminaron juntos, porque, a la vista de los hijos, los padres no siempre encajan. Es decir, se aman… pero son tan distintos que uno se pregunta como es que acabaron juntos. Esa duda siempre revolotea en las mentes de los niños, pero cuando son mayores, se lo plantean más seriamente. Muchas veces entre bromas sale alguna anécdota, algún pedacito de sus historias que dan curiosidad.

Quizá por eso salio el tema en aquella reunión, de cómo era que las parejas tan disparejas se habían formado.

-¿A caso no les da curiosidad?- Insistió Ino- ¡A mi me encantaría aunque fuera ver una vez a mi mama!

-A mi me da igual- Gruñó Kiba.

-Pues a mi me parece interesante- Repusó TenTen- ¿A ustedes no, chicos?

Sus compañeros de equipo se miraron medio confundidos ¿De que servia decirles que si, tenían curiosidad?

-Si… la verdad si- Aporto Hinata.

-Sería lindo- Se atrevió a colaborar Temari.

-¡Sería tan lindo saber como se enamoraron!- Exclamo Sakura.

-Si, lo sería.


Unión Yamanaka.


Inoichi se rasco la nuca, algo incomodo ¿Toda esa enorme casota para el solo? Hubiera querido quedarse en su departamento otro poco… aquella casa era algo intimidante para el. Era tan limpia, pulcra, ordenada… tan como el. Pero estaba algo vacía. Le resto importancia, llevaba una semana allí y aun no la sentía propia. Suspiro y se fue al patio donde sus primos lo esperaban con una botella de sake.

Tomo los vasos que había ido a buscar y fue hasta ellos. Mientras se encaminaba hasta allí, vestido aún con su ropa de entrenamiento, escucho una risa femenina ¿Alguna de sus primas se había colado? Fue al patio con intención de averiguar cual de sus dos primas, las molestias rubias, se habían metido sin invitación.

-Inoichi- Lo llamo su primo, Takeshi.- Te presento a Himiko, la hermana menor de mi novia… ¿Recuerdas a Erika, no?

-Si, la recuerdo. Un placer, Himiko.- Sonrío, dejando los vasos en el suelo.

¡Mierda, que estaba buena!

-¿Nos acompañarías?- Pregunto, en un suave y casi inconciente coqueteo.

Himiko sonrío halagada, si el pretendía conquistarla con esa sonrisa insinuante y su mirar tan acogedor, ella le daría una cucharada de su medicina. Era Himiko Yamanaka, la más coqueta de sus hermanas, de delicado flirteo y sutil encantamiento. Y ella era quien llevaba el control. Oh, no, no se lo iba a dejar fácil.

No era pecado divertirse un rato, después de todo.

-Me encantaría… pero ya saben, yo no bebo- Intento, tanteando el terreno.

-¿Tus padres no te dejan beber?- Se burlo sin ser descortés.

Ella sonrío.

-No es por eso… - Contesto, haciéndose la incomoda y mirando hacia otro sitio.

Si había algo que los hombres no toleraban cuando intentaban ligar con una mujer, era que la misma se mostrara desinteresada en ellos. Y que, por supuesto, dejara las frases a medias, dejándolo en el aire.

-¿Entonces por que es, señorita?

Himiko sonrío interiormente, había pescado el anzuelo.

-Oh, es algo mío que dudo le interese, Inoichi-san- Sonrío, solo otro poco más…- Además, debo irme… aunque no recuerdo muy bien por donde me indico Erika que era ¿Lo recuerdas tu, Takeshi?

Y solo faltaba un tiron y listo, en la bolsa. Takeshi sonrío, igualita a Erika, pensó.

-¿Hasta los territorios del clan Nara, vas a buscar a Naomi?

-Si, pero los barrios del clan Nara son un laberinto, tardare horas en encontrar la casa de Tsubaki.

-Yo no conozco bien por allí pero supongo que Inoichi si, ¿No es cierto?

Y esa era su señal.

-¡Oh, Inoichi-san, le agradecería mucho si me indicara el camino!- Una leve sugerencia y…

-La acompañare, de igual modo pretendía visitar a Shikaku.

¡Eso, señores, era tener el control!

-Te estaría muy agradecida, te debo un favor y tiempo valioso, Inoichi-san.

Inoichi sonrío, aquella chica le estaba dando la excusa perfecta para invitarla a salir a tomar algo y de paso averiguar por que no bebía. Una Yamanaka de sangre pura, pensó, viendo su cabello platinado y sus ojos claros ir de un lado a otro. Decidió halagarla un poco, no la dejaría ganar, el que llevaba los mandos, era él.

-No es molestia, como dije, iba para la casa de un amigo.

-De igual modo, se lo agradezco.

Himiko comprendió, de buenas a primeras, que el no respondería como quería que respondiera, no le invitaría un trago. Bien, ella era una maestra en las conversaciones, y no iba a dejar que el la obligara a mantenerse callada el resto del camino. Improviso sobre la marcha.

-¿Eres amigo de Takeshi?

-Primo.- Le corrigió- Supongo que eso, dentro de unos años, quizá nos haga familia.

Himiko sonrío, coquetear con doble sentido, esa era su especialidad.

-Seria muy feliz siendo parte de tu familia, en un futuro, Inoichi-san- EL rubio la miro de reojo, sorprendido por su respuesta- Aunque claro, si Takeshi conserva su amor por mi hermana.

-Las Yamanaka son algo difíciles de tratar- Concedió- A menos que uno sepa como piensan.

-Mejor aún, a menos que uno sepa que piensan.

Sonrío, altanera, era una guerra no declarada. Se inclino y tomo una de las flores del camino. Sonrío de modo casi inconciente, no sabia porque hacia eso, porque coqueteaba con el ¡Ni siquiera lo conocía! Quiza solo estaba aburrida, se concedio, además era muy entretenido.

-La casa que buscas es aquella- Le señalo Inoichi- ¿Podras volver sola?

Himiko decidio que lo dejaria pensando un poco, quizá fuera para divertirse otro rato.

-Claro Inoichi, no es la primera vez que vengo aquí, sabes, tengo un sentido de la orientación excepcional- Le mostró su impecable sonrisa, como quien ya tenia la partida ganada- Y sabes, no venia a buscar a Naomi… ¡Yoshino, estoy aquí, mujer!

-En otras palabras, caíste redondito- Bromeo Chouja.

-Redondito, se burlo de mi con la mirada toda esa tarde- Confeso, vaciando su vaso- ¡Shikaku, como iba yo a saber que era amiga de tu novia!

El hombre rió, negando con la cabeza y sirviendo otra copa. Inoichi no era el tipo de hombre que le gustaba perder, mucho menos en su propio juego. ¿Himiko Yamanaka? Esa si que era una mujer problemática.

-¡Gracias por su compra!- Exclamo Inoichi, sonriente en la florería.

-Inoichi, hijo- Lo llamo su padre- ¿Recuerdas que te dije que, como el festival es venidero, contrataríamos a alguien para que te ayude?

El joven de veintidós años sonrío, asintiendo, quiza seria el ultimo festejo celebrarían antes de que estallara la guerra que todos temían., Shikaku le había asegurado que estallaría en cualquier momento, que solo faltaba un detonante para que comenzara la catástrofe. Quizá por eso le gustaba la idea de un festival.

-Bien, pues he contratado a una chica incluso más hábil con las flores que tu- Inoichi rió, era el negocio familiar, pero aun le faltaba algo de practica- Trátala bien…

Traducido; no ligues con ella.

-Dulzura, entra- Le indico y para sorpresa de Inoichi allí estaba ella.

-Himiko Yamanaka, un gusto, Inoichi-san- Se presento, con una sonrisa burlona en el rostro.

¡Se estaba burlando de el en su cara!

-Lo mismo digo.

Aunque el festival ya venia, las ventas eran normales, pronto se acelerarían. EL estaba recargado sobre la mesada mirando como la rubia acomodaba las vasijas llenas de flores. Tenia que admitirlo, era linda, preciosa. Piernas largas, cintura estrecha, alta, no mucho, pelo largo hasta la cintura, suelto y rubio. Ojos azulados, boca pequeña y carnosa, nariz diminuta, cuerpo delgado y esbelto. En fin, divina.

Parecía un hada entre las flores, se dijo, una ninfa, quizá. Las nombraba mientras las organizaba, con su voz suave y cantarina. Inoichi se encontró preguntándose que edad tendría, pasaría los veinte quizá, apenas menor que el. Himiko le sonrío de modo encantador, coqueto y soltó una risita dulce, sonora y tierna.

-¿Ya has pensado que arreglo haremos para la mesa de la fiesta del clan?- Pregunto.

Lo que ella quería preguntar era si en realidad había invitado a alguien, pero primero tenían que entrar en el tema. Aunque el no lo capto, cosa que le resulto extraña, el joven solía percibir sus intenciones al instante. Estaba ligeramente ido.

-Pensé en begonias- Respondió, luego de un momento.

¿Cordialidad, le ofrecía solo cordialidad? Quizá no lo capto al segundo. Tomo un libro, haciéndose la distraída, y empezó a hojearlo. El libro de las flores y su significado, había planeado esa conversación en su cabeza y sabia que flor escoger en cada variante de la situación que se planteo. Lo dejo sobre la mesa, despacio, para que el captara el titulo del libro verde, con letras doradas. El ni lo miro, noto con disgusto.

-A mi me agradan los Gladiolos rojos- Se aventuro a decir.

¡Demonios, había fijado sus ojos en aquel hombre hace más de tres meses y le había costado un infierno conseguir una oportunidad para presentarse para que justo en ese momento dejara de ser corajuda! Los gladiolos rojos eran una alerta, pues significaban "no dejo de pensar en ti" y si el no lo captaba lo dejaria por el momento.

-En realidad, no me gustan como quedan juntos- Respondió.

-Tienes razón, la mejor combinación que yo puedo ofrecer son campanillas y Gladiolos- Respondió, pero el prácticamente la ignoro- Aunque bueno, no existe una flor que te represente a ti… o quizá si, ¡Narcisos!

Tomo la flor dicha de un jarrón y se las lanzo.

-¡Idiota!- le grito antes de meterse en el invernadero.

Inoichi la miro, ¿Y a esa que le pasaba? Solo le dijo su flor favorita y estallaba… Tomo el libro que ella estaba leyendo y lo hojeo ¿A que se refería con campanillas y gladiolos? Entonces los busco en el libro, ¿Narcisos? ¿Acaso no significaba "solo piensas en ti mismo"? Mierda, pensó, estaba hablando del significado de las flores que el nunca pudo aprenderse…

Gladiolos; provocación

Campanillas; coquetería y sumisión…

¡Mierda, acaba de decirle abiertamente, o en código, que le estaba coqueteando!

Cuando la época de los preparativos del festival llegó, estaban demasiado ocupados como para hablar o coquetear. No, ellos iban de un lado a otro, ensimismados en su trabajo, con las horas ajustadas y sin parar un segundo. Inoichi realizaba su trabajo con precisión, pero de vez en cuando miraba de reojo a la chica que había comenzado a gustarle.

En un principio le parecía encantadora, luego, cuando la aprecio bien, la encontró realmente hermosa. Pero luego de varios días de coqueteo sutil y en código, usualmente de las flores, se había enganchado con ella. ¿A quien engañaba? Le gustaba Himiko y su carácter explosivo, su forma de calcular todo, aquel caminar sensual con el contoneo de sus insinuantes caderas y esos roces de sus dedos contra la piel de sus manos o su rostro.

Era suave, se dio cuenta, cada toque era un roce tan leve que uno dudaba de que sucedió. Era precavida, algo distante y al mismo tiempo demasiado cercana. Era jodidamente atrayente, toda ella, desde su cabello largo y brillante hasta sus ojos celestes con un brillo pícaro.

-Un día agotador- Suspiro Himiko, alzando su cabello por primera vez en una coleta.

Preciosa.

-Supongo que será así un par de días más- Contesto, viendo como ella se sentaba y cruzaba sus piernas.

El vestido morado algo ajustado se le subió hasta poco más debajo de las rodillas, mostrando sus pantorrillas de marfil y un poco más… deseando ver debajo de la falda, no pudo desviar sus ojos.

Insinuante.

-Una lastima que me vaya cuando termine la acción, ha sido agradable trabajar aquí.

-Claro- Pudo decir mientras ella jugaba con una flor, acariciando sus pétalos con sus labios en una caricia.

Sutil.

-Bueno, eso me daría unos días para ver que haré para reunión del clan.- Agrego, mirándolo de costado, entorno los ojos, pestañeo un poco y dejo la flor a un lado, sonriendo con picardía.

-A menos que me surja algo.

Irresistible.

Inoichi sonrío.

-Hace calor ¿No?

¿Hablar del clima? Algo muy básico y estupido, a menos que quisiera llegar a algo más.

-Mucho… me muero por algo fresco.

-¿Un helado?- Pregunto, inclinándose en la mesada, sonriente- ¿O una gaseosa?

-Depende.

-¿De que?

-De ti, Inoichi- Sentencio.-De ti.

-Helado entonces- Declaro, sonriendo, y se quito el delantal- ¿Cinco minutos de descanso?

-Diez si te comportas- Bromeo y salieron de la florería.

Demasiado encantadora para desear separarse de ella, incomparablemente lista para ser solo una mujer común, picara en demasía y suavemente coqueta. Hecha para el, pensó, animándose de una buena vez a invitarla a salir oficialmente. La llevo al festival y a la fiesta de su clan, se pasaba en los invernaderos, donde ella ayudaba, y de vez en cuando le daba una indirecta bastante… directa.

-Así que…- Intento empezar el- ¿No te apetece dar una vuelta?

-En realidad, no mucho, pero siempre aprecio tu compañía- Respondió descolgándose el delantal y quitándose los guantes- Así que vamos de igual modo.

Sonrío. Definitivamente, hecha para él.


Pues… ¡hola!

Bien, esto se me ocurrió de la nada, si, puedo escribir cinco capítulos en un día xD Que es lo que hice hoy, empecé a las diez de la noche y son las dos y media de la madrugada. Así que, bueno, les cuento bien de que va;

Yo por lo menos siempre me he preguntado como es que mi mamá- menudita, rubia, blanca, de ojos miel, bonita- aunque algo gruñona y entrometida- acabo con mi papá; alto, moreno, no muy agraciado aunque es un amor y muy bromista, en fin… ¿Cómo miércoles acabaron juntos los padres de los personajes de Naruto? Yo me lo invente ;P

Hasta ahora he escrito las siguientes uniones;

Unión Yamanaka

Unión Inuzuka

Unión Namikaze- Uzumaki

Unión Nara- Ishine (tengo entendido que Yoshino no era Nara de nacimiento y le invente un apellido)

Por favor, si me dan una ayudita dándome ejemplos de futuras uniones, se los agradecería.