Disclaimer: Star Trek no me pertenece, la idea original pertenece a Gene Roddenberry y el creador de esta película es J. J. Adams.

Pues aquí está el segundo capítulo del fic. Espero que lo disfruten ^^

Capítulo II

Kirk entró en la habitación sin llamar si quiera. Estaba demasiado ansioso como para pensar continuamente en las formas.

- McCoy me ha dicho que se está muriendo Spock –dijo sin dar ningún rodeo-. Y también me ha hablado de un desajuste que…

- Por favor capitán, no lo diga en voz alta. Ya es demasiado bochornoso saber que me está pasando eso como para tener que escucharlo.

Kirk se detuvo frente a Spock que se estaba levantando de la cama.

- Ahora mismo me va a explicar qué le está pasando exactamente, el por qué.

- No puedo capitán.

- Claro que puede Spock –replicó acercándose más-. Anoche me besó y quiero saber qué es lo que le provoca tales reacciones y si es capaz de besar a cualquiera que se le acerque demasiado…

- No –negó casi sin dejarle terminar-. A cualquiera no… pero no puedo explicarle el por qué.

Kirk se sintió aliviado al escucharle, no ir besando a cualquiera era una gran noticia. Encerrar a Spock no estaba en sus planes.

- Spock, se está muriendo, quiero…

Kirk cerró los ojos un segundo antes de poder continuar la frase.

- Necesito saber por qué.

- En cuanto lleguemos a Vulcano todo terminará.

- ¿Acostándose con cualquiera? –preguntó molesto al ver que Spock parecía dispuesto a no decir nada.

Spock miró sorprendido a Kirk. Lo sabía, McCoy lo había descubierto. Había descubierto al menos parte del problema.

- McCoy me lo ha dicho.

- McCoy es un buen médico, era lógico que lo acabase descubriendo.

- Déjese de lógica Spock. Quiero saber el por qué.

Spock negó con la cabeza mientras se alejaba de Kirk, necesitaba distancia entre ellos si no quería que se repitiese el incidente de la noche anterior.

- Ni tan si quiera los vulcanianos hablamos sobre ello.

- Es una orden –dijo desesperado.

- Hay órdenes que no pueden ser acatadas capitán.

Kirk fue hasta él y le agarró del brazo para obligarle a mirarlo.

- Por favor, se lo pido como amigo. Nadie más lo sabrá, pero necesito saber exactamente qué le está pasando.

Spock no pudo hacer nada contra aquellos ojos azules que le miraban anhelantes. Y sabía que hasta que no se lo contase no le dejaría. Y tener al capitán detrás suyo era en exceso peligroso.

Respiró hondo.

- Tiene que ver con la biología –murmuró.

Kirk bufó.

- Ya sé que tiene que ver… ohh –dejó la frase sin terminar-. Se refiere a la biología de la reproducción.

Spock asintió con la cabeza notando como se le subían los colores.

- No pasa nada Spock, le pasa a todo el mundo, a todas las criaturas… todas suelen tener épocas de apareamiento.

- Pero a ninguna como a los vulcanianos –replicó con la mirada baja-. Somos una raza demasiado orgullosa y lógica como para poder ver ésto de otra manera, perdemos cualquier capacidad de razonamiento y nos dejamos llevar por los… instintos… el deseo…

Kirk no sabía exactamente qué decir. Aquello no le sonaba tan mal.

- Bueno, supongo que no puede ser tan malo.

- Es peor capitán. Se pierde el control de uno mismo.

Kirk miró a Spock fijamente. Había tantas dudas ahora que sabía lo que pasaba. Dudas que no deberían estar saltando de un lado a otro en su cabeza, atosigándole por no saber si él mismo podría hacer algo por Spock, implicase lo que implicase.

- Y esta época de reproducción…

- Por favor, llámelo Pon Farr –pidió Spock-. Suena menos humillante.

- Bueno… -suspiró-. Y el Pon Farr, ¿es todos los años?

Spock negó con la cabeza.

- No, sino sería horrible… todos los años cayendo en la misma locura que no deja apenas pensar… eso sería insoportable.

Kirk podía entender que estar todos los años al borde de la muerte no debía ser agradable, pero tenía una fácil solución.

- Sólo cada siete años.

Aquella información le resultó interesante.

- Y cada Pon Farr hay que volver con la pareja escogida.

- ¿Y se puede hacer con cualquiera, o… hay que ir a Vulcano por obligación? –preguntó con rapidez.

Spock le miró, aquella era la pregunta que menos se habría esperado en aquella situación.

- Simple curiosidad Spock.

Los celos que estaba sintiendo en ese instante al pensar en Spock con otra persona tampoco los debería estar sintiendo.

- Con cualquiera supongo…

- ¿Y hay cierta atracción por una determinada persona, antes que otras?

Spock no entendía a donde quería llegar.

- Lo digo porque yo he sido el único al que ha besado Spock.

- Eso fue un accidente capitán…

- Sí Spock, eso me ha quedado claro. Pero conteste a la pregunta.

Kirk realmente no sabía qué estaba haciendo en ese instante. En principio había ido a hablar con Spock tranquilamente, no a insinuarse como lo estaba haciendo.

- Capitán me gustaría que no siguiese con esas preguntas.

- Es curiosidad Spock –dijo acercándose más a él-. Me sorprende que los vulcanianos tengan algo parecido a un periodo de reproducción.

- Capitán, está demasiado cerca.

- Lo sé.

- ¿Es consciente de lo que está haciendo? –preguntó Spock que no sabía exactamente qué estaba ocurriendo.

La cercanía de Kirk le resultaba insoportable. Con el resto del mundo podía controlarse, pero no con Kirk. Había algo en él que le atraía y le imposibilitaba la capacidad de controlarse.

- Claro que soy consciente de lo que estoy haciendo.

Spock alejó el rostro.

- No siga capitán. Habrá consecuencias.

- Ya lo sé Spock, quizás quiera que se repitan esas consecuencias.

- Hay un alto porcentaje de que en esta ocasión no sea capaz de detenerme con un beso.

- Eso me agradaría.

De repente la sangre de Spock hirvió. Kirk se le estaba insinuado claramente. Le estaba proponiendo sexo.

- ¿Por qué…?

- No quiero que vayas a Vulcano con cualquiera –dio por toda respuesta.

Pensar en Spock manteniendo una relación sólo por necesidad biológica se le había antojado impensable. Y no podía permitirlo. Si hubiese sido con la teniente Uhura podría haberlo permitido, pero con nadie más. Porque había aceptado que Uhura siempre tendría un hueco en la vida de Spock, en su corazón, pero nadie más. Sólo él podía optar por ese privilegio. Sin darse cuenta había luchado por eso.

Kirk jamás había tenido razones para estar celoso de Spock, pero ahora que las tenía, le resultaba insostenible. No quería que estuviese con otra persona cuando él estaba allí, cuando era evidente que Spock sentía algo por él, porque delante de él, y sólo delante de él era cuando temblaba, cuando perdía el control. Y eso significaba algo.

Y desde el primer instante en el que Kirk aceptó a Spock en su nave le quiso cerca. Primero por los incidentes ocurridos con Nero y por la curiosidad de saber si realmente entre ellos existía la posibilidad de una amistad. Pero ahora que lo pensaba, la relación que tenía con Spock, la relación que cada día intentaba estrechar con más ahínco se le antojaba infantil catalogarla como de "sólo amigos".

Kirk quería algo más.

Quería que Spock pensase en él como una pareja con la que estar. Una pareja con la que poder soportar el Pon Farr…

- Quiero que estés conmigo Spock –dijo sin pensar dejando las formalidades de lado-. Sé que suena extraño, pero realmente quiero ser yo quien te ayude, quiero ser yo el que reciba los besos y todo lo demás.

Y tal como pasara la noche anterior, Spock se lanzó sobre los labios de su capitán. Había algo en él que le hacía perder el control como no le pasaba con nadie. Y Spock sabía lo que eso significaba. Ya había experimentado algo similar con anterioridad con la teniente Uhura. La diferencia era que con Kirk era más difícil ignorarlo. Aquel sentimiento era demasiado fuerte.

Sus labios atraparon los de Kirk con fuerza a causa del deseo que se estaba adueñando de su cuerpo. Las manos de Spock cogieron su rostro, quería sentirlo aún más. Quería sentir el tacto de su piel.

Kirk, al sentir sus manos, se dio cuenta de que su piel quemaba. El simple roce de sus dedos le hizo estremecer. Sus manos se movieron rápidas hacia la camiseta de Spock dispuesto a quitársela para, a continuación, hacer lo mismo con la suya. Al tirar su camiseta hacia una esquina Spock volvió a besarle y sus cuerpos se pegaron.

Spock ardía y Kirk estaba seguro de que se debía a aquel pequeño desajuste que les había obligado a ambos a lanzarse el uno contra el otro. Y se sentía realmente bien con todo aquello. Y mientras Spock se hacía cargo de sus pantalones, Kirk paseó sus manos por todo su pecho guiándolas hacia arriba y durante un segundo en el que sus bocas se separaron las manos se Kirk siguieron su ascenso, rozando el rostro de Spock con delicadeza, hasta llegar a sus cabellos, cuyo peinado desordenó con absoluto placer.

Siempre había querido ver a Spock despeinado. Y ahora que había tenido el placer debía admitir que la visión era absolutamente sensual.

En un rápido movimiento Spock le dejó en calzoncillos, quitándole los pantalones sin que se diese cuenta apenas, las botas siguieron el mismo camino, y le obligó a sentarse en la cama. Quería recorrer todo su cuerpo, quería grabar en las yemas de sus dedos su tacto antes de que el anhelo tomase el control por completo y cualquier capacidad de raciocinio quedase oculta bajo besos desesperados y caricias prohibidas.

Al sentir la mirada oscura de Spock sobre sí, Kirk se quedó quieto, esperando a ver qué hacía el vulcaniano.

Permanecieron quietos durante unos segundos antes de que spock se arrodillase ante él y sus manos tocasen sus tobillos. Había algo en aquellas caricias que hacía a Kirk pensar que lo que Spock le estaba haciendo era parecido a un ritual.

Entonces Spock fue consciente de algo demasiado importante como para no decírselo a Kirk. Una advertencia sobre el ritual del Pon Farr que debía saber. Con gran esfuerzo detuvo cualquier amago de continuar.

- Hay… un problema –dijo con respiración agitada.

Kirk frunció el ceño.

- Ha… hay algo que… que debes… saber del Pon… Farr…

Las manos de Spock volvieron a temblar ante el esfuerzo de haberse detenido. Pronunciar cada palabra dolía. Y no sólo porque se hubiese detenido en mitad del ritual, sino por lo que implicaba lo que iba a decir.

- No es…

Spock cerró los ojos con fuerza y se obligó a relajarse.

- Tranquilo Spock… no pasa nada, yo también quiero que ocurra –dijo intentando tranquilizarlo.

- No se trata sólo de una… unión física.

Los ojos de Spock se abrieron para mirar fijamente los de Kirk.

-… se trata un una unión mental…

Kirk podía ver el esfuerzo que estaba haciendo Spock para decirle aquello. Entonces los dedos de Spock se aferraron a sus muslos.

- ¿Cómo la que tuve con… el otro Spock? –preguntó Kirk.

La respiración de Spock se volvió aún más jadeante, hecho que preocupó a Kirk.

- Sí… aunque más intensa…

Kirk recordaba aquella unión. Sus mentes se habían fundido y había podido saber a la perfección lo que sentía aquel Spock tan amable. Si unían sus mentes podría saber los sentimientos de Spock, y Spock conocería los suyos.

- No me importa qué clase de unión hagamos Spock –dijo resuelto.

Spock se encogió levemente, luchar contra aquellos instintos estaba resultando ser más duro de lo esperado. Las manos de Kirk acariciaron su espalda con cuidado, como si quisiese mitigar el dolor.

- Venga Spock, sigamos…

- No… -le cortó con voz ahogada-. Si hacemos la unión… si completamos el ritual… sería lo mismo que casarnos…

Spock conocía a Kirk y sabía lo que le gustaba la libertad y el poder estar con quien quisiese. Jamás aceptaría nada semejante. Estaba seguro de eso. Kirk querría ser libre y Spock no estaba seguro de poder dejarle ir después de aquello.

- Entiendo… que no…

Querría haberle dicho que no le importaba que lo dejasen ahí, pero no era capaz de decir nada más. No tenía fuerzas para hablar.

Las manos de Kirk acariciaron sus mejillas y le obligaron a mirarle.

- Adelante Spock.

Spock durante unos instantes no supo qué pensar. ¿Entendía Kirk lo que significaba aquello?

- Yo… no…

- Te quiero Spock, y sé perfectamente que quiero estar contigo ahora y siempre. Y estoy seguro de que tú quieres lo mismo, aunque no me lo digas.

Los ojos de Kirk se mostraban seguros y con un brillo que Spock jamás había visto en ellos. Al verlos se acordó de su madre, cuyos ojos siempre relucían cuando miraba a su padre. Y Spock se sintió aliviado, porque le amaba, porque no se imaginaba qué habría hecho si le hubiese dicho que no.

Porque era completamente ilógico y no sabría qué hacer sin eso.

- Gracias… -dijo sin pensar realmente en lo que estaba diciendo.

Kirk le dio un beso corto. Y una de sus manos buscó la de Spock para poder hacer algo que llevaba tiempo deseando llevar a cabo desde que lo descubrió en una conversación con Uhura en la que se interesó por las costumbres de los vulcanianos y casi la obligó a hablar sobre eso.

Encontró los dedos de Spock que se aferraban firmemente a su piel. Con cuidado los separó y acarició para que se relajase. A continuación, con cierto nerviosismo, posó sobre sus dedos índice y corazón los suyos propios. Kirk sintió como su corazón se aceleraba ante aquel primer beso vulcaniano entre ambos y al ver como Spock parpadeaba repetidas veces ante la sorpresa de ser besado de esa forma.

- Nada de dar las gracias… los vulcanianos se supone que no hacen eso y menos porque quiera estar contigo –le sonrió sin separar sus dedos-. Es lo más lógico.

Spock asintió y suspiró aliviado al saber que Kirk estaba dispuesto a la unión mental.

- Adelante Spock, siempre he querido saber cómo era el sexo de los vulcanianos.

Al decir aquello, la respiración de Spock se empezó a relajar al poder continuar. Kirk esperó y se extraño al sentir como su mano soltaba su muslo, y la otra se liberaba del beso para bajar por sus piernas.

Entonces los dedos de Spock se pasearon por su piel lentamente escurriéndose a veces, palpando sus piernas otras. Cuando sus manos alcanzaron sus rodillas, Spock acercó el rostro y su respiración chocó contra sus muslos y antes de que pudiese suspirar, sus labios le estaban besando con excesiva delicadeza.

Spock le obligó a separar las piernas para tener mejor acceso.

Kirk posó sus manos sobre sus hombros. Podía sentir sus músculos contraerse, o relajarse conforme se iba moviendo. Cada vez le costaba más ahogar los suspiros que inundaban su boca a cada segundo que pasaba.

La respiración de Spock chocó contra su entrepierna y entonces su lengua se paseó por su ingle. Para cuando Kirk quiso darse cuenta, sus manos se encontraban aferrándose como podían al pelo de su primer oficial, que no era lo suficientemente corto como para evitar que Kirk tirase de él.

Pero aquello no detuvo a Spock que continuó su ascenso por el cuerpo de Kirk. Sus cabellos rozaron el estómago de Kirk que sonrió ante aquel cosquilleo involuntario. La nariz de Spock se detuvo unos segundos en su ombligo para, a continuación, ser sustituida por sus labios. Y mientras sus manos se encontraban en la parte baja de su espalda, acariciándola como si fuese aquel instrumento que a él tanto le gustaba tocar en su tiempo libre.

Kirk quería suplicar por que terminase, pero no era capaz de pronunciar nada. Sentía que si hablaba rompería algo especial. Aquello no eran sólo las preliminares, era algo más. Un ritual que Kirk no llegaba a entender, pero que le hacía sentirse estúpidamente especial.

Spock hizo un camino de besos ascendentes por todo su torso, sin dejar nada atrás, memorizando cada detalle en su mente.

Kirk echó la cabeza hacia atrás al notar que Spock estaba a punto de llegar a su cuello. Y mientras Spock seguía con sus extraños cuidados, las manos de Kirk se movieron rápidas al cinturón de Spock, ahora que por fin se había levantado, podría quitarle los pantalones y poder disfrutar él también de la visión del cuerpo de Spock.

Sin embargo no pudo terminar de quitárselos al reclamar Spock su boca. Su lengua se paseó por sus labios, delineándolos. Spock torció el rostro y unió sus labios entonces. La lengua de Kirk chocó contra la de Spock que se había introducido en su cavidad.

Spock hundió sus dedos en sus cabellos, desordenándolos. Pasándolos por su cabeza. Hasta que finalmente volvieron a su nuca y se quedaron allí.

Mientras sus lenguas se habían entrelazado y seguían unidas, jugando entre ellas.

Sin duda alguna Kirk ya sabía que acostarse con Spock no tendría nada que ver con lo que había hecho otras veces.

Spock no era sólo lento. Para Spock el sexo era algo completamente táctil. No se limitaba simplemente en dar cuatro besos, dos caricias y follar. Era algo más. Y pese a su lentitud, no dejaba de ser algo completamente pasional.

Kirk sentía que en cualquier momento se derretiría de placer allí mismo.

Al separarse Kirk terminó no sólo con los pantalones sino con los calzoncillos de Spock.

Entonces Spock le cogió por los hombros y le besó.

Kirk quería decir algo, una broma, un comentario desenfadado, pero no era capaz de decir nada. Se sentía flotar en aquel instante. Había tenido muchas experiencias y cada una de ellas más extraña que la anterior, pero ninguna se comparaba con lo que estaba haciendo Spock.

Y tenía miedo.

Sus dedos recorriendo todo su cuerpo, las zonas por las que Spock le había tocado ardían.

Y entonces al mirar los ojos negros de Spock, los vio brillar como jamás antes lo habían hecho. Los ojos de Spock estaban nublados de placer y en ellos Kirk podía ver perfectamente la necesidad de la unión.

Le volvió a besar antes de que Spock colocase sus manos sobre sus calzoncillos yse dejase caer para quedar de rodillas ante él otra vez a la vez que se llevaba por delante la prenda de un tirón.

Al escuchar el crujido de la tela Kirk miró a Spock, cuyas manos estaban peligrosamente cerca de su entrepierna.

- Parece ser que la lógica ha triunfado de nuevo –comentó al ver lo que acababa de ocurrir-, porque te aseguro que no había una forma más rápida que esa.

Spock no dijo nada y por su parte sólo escuchó algo parecido a un gruñido. La lógica le dijo que era porque Spock estaba demasiado ocupado como para pensar en algo que decir.

Kirk necesitaba bromear porque no estaba seguro… a veces cuando miraba a Spock a los ojos y los veía tan nublados, con ese brillo extasiado, no sabía si estaba con Spock, su Spock, su primer oficial; o si aquel Spock, el que le besaba y le acariciaba, era uno que desaparecería junto con aquella necesidad al terminar aquel ritual de deseo y sexo.

No lo sabía y tenía miedo por ello. Porque no quería que todo terminase cuando Spock se corriese y liberase toda esa necesidad enfermiza.

Y tenía miedo, pero no quería detenerse porque era importante para Spock y porque prefería mil veces vivir aquella experiencia aunque después se quedase otra vez solo y anhelante; que dejarla pasar y que Spock se fuese con cualquier vulcaniana, se uniese con cualquiera que no fuese él de por vida.

Si lo hacía, si se unía con Spock, de alguna manera sería suyo, él le pertenecería y Kirk sólo quería ser de Spock, de nadie más. Aunque tuviese que esperar años.

Vio como Spock se metía los dedos en la boca y los chupaba uno a uno, sacándolos lentamente para, a continuación, llevarlos hasta su culo e introducir el primero.

Sin darse cuenta, Kirk abrazó con sus manos su cabeza, pegándola a sus piernas, sintiendo como sus cabellos se hundían en él y se quedaban pegados a causa de la fina capa de sudor que cubría todo su cuerpo a causa del calor que emitía Spock y le transmitía. Al mover el otro su cabeza levemente al situarse mejor, sus cabellos se rozaron contra su miembro y Kirk no pudo evitar gemir de placer ante aquella caricia involuntaria, pero que su cuerpo agradecía.

El otro brazo de Spock se abrazó a sus piernas.

Spock podía sentir como sus músculos se contraían y se relajaban al mover su dedo haciendo pequeños círculos para preparar la entrada.

No había prisas y Spock se tomaba su tiempo en aquella tarea. No quería hacer daño a Kirk, no más del necesario.

Y cuando pensó que ya se había adaptado, introdujo en segundo dedo.

- Jod… deer –gimió Kirk cuyas manos se aferraron a los cabellos de Spock.

Era algo extraño lo que sentía, un tipo de placer que jamás había experimentado y que no sabía si sería capaz de sentirlo con alguien que no fuese Spock.

Los dedos de Spock quemaban en su interior y se sentía bien.

- Ootro… -pidió con voz rota.

Y Spock le obedeció, metiendo el tercer dedo que, como los anteriores, al principio mostró un poco de resistencia al entrar.

Entre gemidos y placer Kirk se preguntaba si Spock estaría disfrutando tanto como él. Si todo aquel ritual de caricias le reportaba el mismo goce que a él. Kirk sabía lo importante que era el toque para los vulcanianos, lo íntimo que podía llegar a ser el tocar a alguien simplemente en la mano.

¿Estaría Spock bien con todo aquello?

¿Recorrería el placer sus dedos al tocarle?

Kirk quería saber, pero no podía. Spock en aquel instante no perdería el tiempo en explicaciones, por mucho que Kirk las necesitase.

Los movimientos de Spock se volvieron más vigorosos y Kirk no estaba seguro de poder soportar todo aquello. Sus dedos dentro de él, su respiración agitada chocar contra su piel, sus cabellos rozar continuamente su miembro.

Pero entonces todo se detuvo.

Kirk descendió su mirada y vio como Spock le miraba.

Spock se abrazó a sus piernas. Deseaba poder continuar, pero no podía. Algo dentro de él se removía inquieto cada vez que pensaba con quién estaba. Kirk ya le había dicho que le quería, y Spock había visto el brillo en su mirada, pero no podía, no aún.

Kirk aún estaba a tiempo de echarse atrás.

Kirk aún podía decir que no e irse.

- ¿Estás… realmente seguro… de ésto? –preguntó.

Kirk asintió repetidas veces con la cabeza. Claro que lo estaba.

- Después no habrá… marcha atrás…

Al menos no para sí mismo.

- Lo sé… y hazlo de una… vez…-dijo a duras penas.

Spock asintió. Si Kirk se arrepentía él podría seguir con su vida y él simplemente callaría, o al menos lo intentaría. Esperaría al próximo Pon Farr y Kirk volvería a él durante una noche. y todo volvería a estar bien durante unas horas.

Spock besó las piernas de Kirk.

Lo que tuviese que ser sería. Ya no había marcha atrás. Y el deseo se volvió a apoderar de él.

Se alzó y le agarró por el hombro y le obligó a ponerse justo delante. Al estar frente a él pudo ver como sus ojos le miraban sin ver, completamente nublados y anhelantes. Kirk jamás había visto una mirada más excitada que aquella.

- Mío… -susurró completamente extasiado.

Entonces le alzó para su sorpresa y con cierto cuidado le colocó.

-… para siempre…

Kirk le besó mientras Spock le penetraba con lentitud. Una de los brazos de Spock se quedó rodeando su cintura, buscando estabilidad mientras que la mano libre volvía a su rostro para poder iniciar la unión mental.

Con absoluta dedicación Spock puso su mano sobre su rostro, acariciándolo, empezando a colocar la mano para la unión. Kirk cerró los ojos y sus pestañas rozaron la palma de Spock.

Y Kirk sintió que se ahogaba al respirar bajo el tacto de aquella cálida mano.

La yema del dedo gordo se situó en su barbilla, casi tocando sus labios. El índice todo su nariz y se resbaló por su puente hasta llegar a su lugar. Mientras el corazón recorrió lentamente su ceja, hasta llegar a su final, en donde se detuvo. Los dedos restantes se situaron justo donde su cabello nacía.

Kirk respiró hondo, preparándose para lo que vendría. Estaba nervioso y había instantes en los que creía que toda aquella situación le sobrepasaría, que no sería capaz de soportar aquella unión mental… que le fallaría a Spock.

Volvió a abrir los ojos para ver los de Spock que le miraban fijamente. Vio como intentaba decir algo de nuevo, como su respiración se volvía a agitar al intentar detener aquel ritual en el que se encontraban.

Kirk puso sus dedos índice y corazón sobre los labios de Spock.

- Simplemente hazlo –dijo mostrando una sonrisa confiada.

Por mucho miedo que tuviese, por muchas dudas que abordasen a Spock, ya era tarde para detenerse. Kirk jamás se lo permitiría, porque necesitaba a Spock de la misma manera que éste le necesitaba. Y quizás su vida no dependiese del Pon Farr como la de Spock, pero su corazón sí.

Vio como los ojos de Spock se cerraban y notó como sus dedos ejercían más presión sobre su piel.

Una extraña calidez empezó a recorrer su cuerpo. Una sensación extraña que le hizo estremecer de placer.

Las piernas de Kirk se enroscaron en la cintura de Spock y sus brazos rodearon su cuello.

Y entonces la unión se profundizó. Junto con el primer movimiento de caderas vino también la sincronización de sus mentes. Y una oleada de goce les recorrió a ambos. Kirk tuvo que agradecer que Spock le tuviese bien sujeto, porque durante unos segundos fue incapaz de hacer ningún tipo de esfuerzo.

Un remolino de sensaciones se apoderó de su cuerpo y todo se intensificó.

Kirk dudaba que lo que estuviese viendo fuese real. Había como una nebulosa alrededor suyo que hacía que la habitación pareciese tan irreal.

- Spock… -le llamó intentando pegar su cuerpo aún más a él.

Kirk…

Kirk estaba seguro de que su nombre no había sido pronunciado en voz alta. Y antes de que pudiese pensar una explicación su mente se llenó de sensaciones, palabras…

Mío.

Pensamientos.

Sólo mío…

Y deseos.

para siempre, mi capitán…

Todo vino acompañado por una oleada de sentimientos que Kirk sabía que no le pertenecían.

Había un terror absoluto al olvido, a que lo que estaba ocurriendo se quedase para siempre en esa habitación.

Había miedo, miedo al abandono, miedo al rechazo…Spock temía que Kirk le dejase atrás, que lo que sentía en aquel instante se perdiese en algún momento de su viaje y no quedase nada más.

Y había amor, dedicación y una devoción casi ciega por él, por "su capitán".

Kirk se sentía morir bajo el peso de todos esos sentimientos. Y se sentía estúpido porque él tenía los mismos miedos que Spock.

Porque le aterrorizaba la idea de que tras el Pon Farr Spock no quisiera hablar sobre el tema y le pidiese que lo olvidase, y entonces Kirk tendría que esperar siete años para poder disfrutar de Spock como aquella mañana.

Porque lo que más siempre había temido era ser abandonado y por eso siempre había rechazado a todo el mundo, a cualquier posibilidad de amar.

Ahora se sentía estúpido frente a Spock, completamente desnudo ante él. Con sus sentimientos flotando en aquella habitación junto a todos sus miedos.

Se sentía estúpido porque no sabía si debía decir algo, o simplemente callar. No sabía si en ese instante Spock podía leer su mente y con eso bastaba.

No sabía nada…

Y quería llorar.

Y se sentía estúpido.

Spock podía escuchar todos aquellos pensamientos. Todo ese dolor que sentía Kirk en aquel instante en el que sus mentes se fusionaron. Y no quería que se sintiese estúpido por nada, porque no había nada por lo que sentirse así.

Porque él había sentido lo mismo. Y ahora que todo se veía tan claro en sus mentes, en aquella habitación, no había necesidad de dejarse ahogar por toda esa sinceridad que recorría cada fibra de su ser.

Spock no quería que llorase por ser humano.

Spock no quería que se avergonzase de sus miedos.

Spock no quería que Kirk sufriera por algo así.

Quería que Kirk disfrutase.

Quería que Kirk viese lo feliz que era en ese instante en el que estaban tan unidos.

Spock quería que Kirk recordase aquella primera vez con la alegría de saber que no sería la última.

Te quiero.

Kirk no estaba seguro de si aquellas palabras eran suyas o de Spock.

Te quiero, te quiero, te quiero…

Y posiblemente jamás lo sabría.

Te amo.

Pero no importaba, porque estaban ahí. Y no necesitaba nada más.

Realmente no…

Se dejó llevar y su mente acogió todas aquellas palabras que no dejaban de resonar en ella, junto a todos los sentimientos.

Spock abrió los ojos para ver la sonrisa que Kirk le dedicaba. Y vio que todo estaba bien a través de ese gesto.

Más…

Y Kirk pidió más de todo aquello, porque quería más.

Empezó a moverse y obligó a Spock a hacer lo mismo, porque necesitaba más. Y estaba seguro de que Spock también.

Somos uno…

Unidos.

Spock se movía con cuidado, podía sentir lo que Kirk. Y sentía el dolor entremezclado con el placer a cada movimiento de caderas que ejercía. Sabía que debía ser paciente y cuidadoso.

Las uñas de Kirk se clavaron en su cuello y su boca chocó contra sus labios, teniendo cuidado de no romper el contacto de su mano. Y los gemidos de Kirk quedaron ahogados en la boca de Spock.

plenitud.

Los pies se movieron torpemente, necesitaba una ayuda. Su complexión era muy resistente, pero no sabía si sería capaz de soportar todo el acto, todo aquello era nuevo para él y temía que Kirk se le pudiese escurrir.

La espalda de Kirk chocó contra la pared y Spock se sintió más seguro al ver que, en caso de necesidad, tendrían un apoyo.

Dame más…

Kirk aceleró el ritmo al haber desaparecido completamente el dolor. Y mientras más rápido iban, su miembro hacía más fricción contra el estómago de Spock. Y se sentía desfallecer entre todo aquel placer, no sólo físico sino mental.

de ti…

Sentir lo que sentía Spock. Escuchar sus pensamientos, casi ser capaz de palparlos mientras le besaba… se sentía completo de una manera que jamás habría pensado que podría estar con nadie.

El mundo era exactamente igual que antes, pero para Kirk era completamente nuevo. Y sabía que para Spock también.

Te quiero.

Había algo nuevo en él.

Y a Kirk le gustaba.

Ámame.

Entonces, los suaves gemidos de Spock se volvieron más roncos, más fuertes. Estaba perdiendo el poco control que le quedaba.

Te amo.

Spock era incapaz de reprimir por más tiempo todo aquel placer que recorría todo su cuerpo como si fueran descargas.

Taluhk nash-veh k'dular.*

Cada fibra de su ser temblaba a cada movimiento, a cada estocada. Y era imposible soportarlo por más tiempo.

Deséame.

Pegó su cuerpo aún más al de Kirk, provocando que su espalda chocase contra la pared por completo, pero a ninguno les importó. Sus dedos ejercieron más presión sobre el rostro de Kirk, sin hacerle daño pese a todo. Y su respiración entrechocó contra la de Kirk.

Te deseo…

Profundizó todo cuanto pudo a cada movimiento de cadera para penetrarle todo lo que fuese posible.

Tuyo.

Los dientes de Kirk le mordieron levemente el labio con deseo y su lengua recorrió de manera errática la comisura de su boca.

Mío. Mío. Mío… T'nash-veh…**

Y los gemidos llenaron por completo la habitación.

Kirk notó como el bajo vientre le ardía y supo que estaba a punto de terminar. Se aferró a Spock, que sentía exactamente lo mismo.

- Te quiero…

Tal-kam…***

Te quiero.

taluhk nash-veh k'dular.

Y se corrieron.

Spock dentro de Kirk.

Kirk llenando a ambos.

La mano de Spock se fue escurriendo por su rostro y Kirk besó a duras penas aquellos dedos que momentos antes le habían unido a Spock. Y su mano bajó hasta llegar a su pecho en donde se detuvo un segundo antes de moverse hasta su cadera.

T'hy'la****

Spock le cogió y con pasos temblorosos llegó hasta la cama en donde se dejó caer con Kirk aún entre sus brazos. No quería separarse aún de él.

- Eres mío –le susurró con voz jadeante aún, colocando su dedo índice y corazón sobre sus labios-. Y yo seré siempre tuyo.

Kirk los besó y le sonrió.

- Siempre…

Kirk se acomodó entre los brazos de Spock. La unión mental había terminado, sin embargo aún había demasiados pensamientos esparcidos por la habitación como para que Kirk no pudiese escucharlos.

T'nash-veh T'hy'la…****

Podía ver a Spock con absoluta claridad y, pese a eso, parecía seguir rodeado por un extraño halo. Su piel brillaba a causa del sudor y sus cabellos estaban desordenados, y eso le parecía tan irreal…

T'hy'la…

Kirk reparó en aquella palabra que resonaba aún en su mente como un eco lejano. Era vulcaniano, de eso no cabía la menor duda, pero no sabía lo que significaba. Miró a Spock que había cerrado los ojos. Sabía que esa palabra era importante, sabía que debía saber su significado… y se sentía mal por no saberlo.

T'hy'la.

Cogió aire y se dispuso a preguntar que significaba, cuando de repente, al mirar a Spock, con los ojos aún cerrados, supo, sin necesidad de palabras. Al igual que esa palabra resonaba en su mente, su significado llegó hasta él.

Y sonrió. Cerró los ojos y dejó que aquella palabra siguiese dando vueltas por su mente, dejando una extraña sensación de bienestar en su interior.

T'hyla…

Spock sólo podía escuchar la respiración de Kirk que se empezaba a tranquilizar, y los latidos acelerados de su corazón. Acercó su cabeza a la suya hasta que sus frentes se tocaron. Podía sentir su respiración chocar contra su rostro y eso, por alguna razón, le agradaba.

Ninguno de los dos dijo nada, limitándose a disfrutar del otro, abrazados.

Kirk sonrió tontamente a Spock alospocos minutos. Se sentía increíblemente bien entre los brazos de Spock. Ya había pasado un rato desde que estaban simplemente en la cama, en silencio uno junto al otro, y el cuerpo de Kirk aún parecía encontrarse bajo la influencia de la unión.

Quería volver a repetir una experiencia así.

Estar unido a Spock. Ser uno con él. Amarle…

Kirk abrió los ojos aterrados ante un fugaz pensamiento que cruzó su mente.

- Spock –le llamó alarmado-. Tengo que hacerte una pregunta urgente.

Spock abrió los ojos y esperó a que le dijese lo que quería.

- El Pon Farr son cada siete años, ¿no?

- Exactamente.

- Y durante la época de Pon Farr cuando te unes con tu pareja, se termina, ¿me equivoco?

- Eso es lo que ocurre.

Kirk se removió inquieto sin saber cómo hacerle la siguiente pregunta a Spock.

- ¿Hasta dentro de siete años no vuelves a tener relaciones?

No es que fuese a querer menos a Spock por esa respuesta, pero Kirk admitía que el peso del mundo se le echaría encima de ser un sí.

- Así debería ser.

Kirk le miró suspicaz.

- ¿Debería…? Sé más específico.

- Es evidente que me lo estás preguntando porque dudas de ser capaz de aguantar siete años hasta la siguiente época de Pon Farr –contestó con tranquilidad-. Por eso he dicho "debería", porque aunque hasta dentro de siete años no sea la época de reproducción, vamos a repetirlo.

Kirk suspiró aliviado.

- Creí que los vulcanianos no…

- Sólo soy medio vulcaniano, así que por una vez mi parte humana va a ser de utilidad.

- No lo digas así –le sonrió-. Queda tan frío… además esa parte humana que tantas veces has criticado es también parte de ti, te hace quien eres.

Spock no dijo nada ante semejante evidencia.

Kirk se movió en sus brazos y colocó sus manos sobre sus hombros. Acercó su rostro y le dio otro beso.

- Ahora que sé que no hay impedimento, espero que podamos repetirlo.

Spock alzó una ceja.

- Ahora no, por supuesto, aún me estoy recuperando –añadió al verle hacer el gesto-, pero ya te digo que en un cuarto de hora me encuentro perfectamente.

Spock suspiró, pero no dijo nada ni se quejó. Sabía perfectamente que cualquier intento de parar a Kirk habría sido mentir deliberadamente, porque él también quería volver a repetirlo.

- Pero hay una cosa que quiero comentarte mientras te preparas.

- Lo que quieras.

- Aún no sabes lo que te voy a pedir –replicó Spock.

- No, pero sé que te voy a decir que sí.

Spock alzó una ceja, a veces Kirk era tal ilógico.

- En cuanto salgamos de esta habitación me tratarás como tu primer oficial, nada de insinuaciones, ni conversaciones privadas, ni de tutearnos. Seguimos siendo capitán y primer oficial –dijo ía muy inapropiado tratarnos de otra forma.

- Claro Spock, tienes razón –asintió perfectamente de acuerdo con lo que decía.

¿Qué importaba que en el puente le tratase de capitán cuando él en realidad sabía que había algo más que nadie podría ver ni sentir como él?

- Además, eso tiene mucho morbo –sonrió al pensar sobre eso-. Haciéndolo sin que nadie se entere…

- McCoy y Uhura seguro que lo saben –le interrumpió.

- Pero no el resto de la tripulación –replicó con un mohín-. No fastidies mis fantasías… Ya lo estoy viendo claramente.

Spock no sabía lo que estaba visualizando, pero tampoco es que le importase. Seguramente sería alguna cosa ilógica que a Kirk tanto le gustaban y que él, por naturaleza, no entendía muy bien.

Kirk a su lado se sonrió al pensar en lo que harían en algunas "partidas de ajedrez", o cuando estuviesen "reunidos", o cuando estuviese aprendiendo "vulcaniano", porque Kirk iba a aprender el idioma costase lo que costase aunque a veces se entretuvieran, o cuando simplemente se fuesen a "dormir". Casi nadie sabría lo que ocurría en realidad…

- ¿Sabes Spock? –preguntó con una exultante media sonrisa-. Creo que ya podríamos ir calentando motores.

Antes de que Spock pudiese decir nada sobre su idea, Kirk ya se había puesto sobre él y le estaba besando.

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

- Es extraño que el capitán todavía no haya vuelto –comentó Scotty-. Con lo que adora a su nave…

Uhura se encogió de hombros.

- No todo en su vida tiene que girar en torno al Enterprise. Hay cosas más importantes.

- ¿Qué esta nave? Lo dudo, mírala, es perfecta.

Si hubiese podido, le habría dado un golpe en la cabeza, primero a él y luego a sí misma por fijarse en él. Primero un vulcaniano obsesionado por su capitán, y ahora un ingeniero obsesionado con la nave. Uhura debería pensar seriamente sobre el tipo de hombres que le atraían, porque estaba demasiado claro, que no estaban bien.

De repente se percató de por cual pasillo estaba yendo. Miró hacia la puerta que daba a la habitación de Spock.

Scotty se paró en seco.

- ¿Acabo de escuchar algo? –preguntó parándose.

Uhura le cogió del brazo y le obligó a seguir andando.

- El capitán Kirk le está salvando la vida a Spock –dijo con total sinceridad-. Literalmente.

Scotty miró con incredulidad a la teniente. ¿Desde cuándo hacía esas bromas?

- No, en serio, le está salvando la vida.

Uhura lo decía con tal convicción que le costaba dudar de ella.

- ¿Es que en Vulcano se le llama así?

- Es difícil de explicar.

Entonces Scotty se dio cuenta de la cercanía con Uhura y de lo que estaban hablando, más o menos. Intentó quitar el brazo con disimulo, pero ella no le dejó.

- Lo que me impresiona es que Spock haya sido más valiente que otros hombres para lanzarse por lo que quieren.

- ¿Qué quieres decir?

- Que una siempre tiene que hacerlo todo al final –dijo antes de coger el rostro de Scotty y besarle.

OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO

McCoy miró el reloj, seguramente ya lo habrían hecho. Ahora se le planteaba una duda muy importante como médico y persona.

¿Quería saber realmente los detalles de cómo había sido?

Por una parte, McCoy podría enterarse de varios aspectos nuevos de los vulcanianos y como médico eso sería de interés. Y bueno, seguro que había algo que podría sacar de todo aquello para meterse con Spock un poco más.

Y si Kirk se pasaba con los detalles escabrosos siempre podría tener un hipospray a mano para sedarle. Porque sacarle los colores a Spock valdría la pena.

Fin del Capítulo II

La traducción de las palabras en vulcaniano:

* Taluhk nash-veh k'dular: una declaración de amor que es aceptada por los vulcanianos.

** T'nash-veh: mío.

***Tal-kam: querido, amado…

**** T'hy'la: hermano/amigo/amante, palabra creada en la primera película de ST para referirse a la relación existente entre Kirk y Spock.

**** T'nash-veh T'hy'la: mi t'hy'la

Eso es todo, espero que les haya gustado y lo hayan disfrutado ^^

Agradecimientos: Isabellatrix Black Swan, Meiko, Ares Sasuke, momichi, (sin nombre).

Y bueno, ya sólo pedirles, como siempre, que se tomen su tiempo en dejar un review, son vida para mí ^^