Disclaimer: Star Trek no me pertenece, la idea original pertenece a Gene Roddenberry y el creador de esta película es J. J. Adams. Si fuese mía muchas cosas serían distintas.
Bueno, aquí va mi primer fic de esta peli. Está basado en el capítulo 2x15 de la Serie Original. El fic está compuesto por dos capítulos, les dejo con el primero.
Que lo disfruten ^^
Capítulo I
McCoy vio a lo lejos a Kirk y aceleró el ritmo para alcanzarle.
- Capitán –le llamó cuando estuvo lo suficientemente cerca como para no tener que gritar.
Kirk se detuvo y miró hacia atrás. Allí estaba el médico, parecía levemente nervioso.
- Por poco te alcanzo Jim –le dijo cuando estuvo a su lado-. Vas demasiado deprisa.
El médico suspiró, hablar de Spock siempre era un tema delicado, y más con Kirk que, o no le daba importancia cuando la tenía, o le daba demasiado importancia cuando realmente, no la había.
- Hoy Spock se encuentra un poco raro.
Kirk le sonrió.
- Spock es raro, Bones.
- Lo digo en serio Jim, hoy cuando le he dicho que pronto tendría que hacerle un examen médico, podríamos decir que ha utilizado un par de metáforas floridas para decirme que no –replicó con seriedad-. Además concluyó con la amenaza de romperme el cuello. Le pasa algo, estoy seguro –dijo con rotundidad.
Aquello extrañó a Kirk que empezó a caminar hacia la habitación de Spock.
- Vamos doctor, Spock jamás diría nada parecido.
- Pues lo ha hecho.
De repente se escucharon unos gritos. Al prestar más atención, ambos pudieron distinguir la voz del primer oficial. Kirk miró al médico un instante para ver como alzaba la ceja con la clara intención de hacerle ver que no le había mentido antes.
- Vamos –dijo empezado a correr.
Al llegar vieron a Uhura mirar a Spock con expresión confundida.
- ¡Me encuentro perfectamente, si tengo un problema, o necesito algo ya lo diré! –gritó.
Spock entonces fijó su mirada en Kirk que acababa de llegar.
- Capitán, solicito un permiso para ir a Vulcano –dijo con un tono que se asemejaba mejor al de una orden que a una petición.
Kirk no dijo nada durante unos segundos en los que no supo qué decir, o pensar con respecto al comportamiento de su primer oficial.
- Sólo debe decirme sí, o no. No es tan difícil.
McCoy le dio un suave codazo a Kirk para que hablase.
- Te lo dije –le susurró.
- ¿Y bien? –insistió-. Cuando tenga una respuesta avíseme.
Y antes de que Kirk pudiese decir nada, Spock se había metido en su cuarto y les había cerrado la puerta en las narices.
- ¿Ese era Spock? –se limitó a preguntar.
- Sí capitán, y como puede observar no está bien –le contestó McCoy.
Uhura se acercó a él con expresión seria.
- No le he hecho nada –se excusó Uhura con rapidez al ver a Kirk y al doctor.
Sabía lo pesado que se podía poner Kirk con cualquier tema referente a Spock.
- No te preocupes, lleva un día malo al parecer –dijo Kirk intentando restarle importancia a ese hecho.
Spock y Uhura, hacía años, habían roto su relación. Sin embargo, para Uhura, el cambio había sido para mejor, estar con Spock, según la mujer, era estresante e insuficiente. Como amigos aquello no pasaba; Spock no rehuía del contacto físico y Uhura ni tan siquiera lo necesitaba.
- También la ha pillado con McCoy.
Uhura frunció el ceño.
- No me compares con McCoy, él está continuamente molestándole –replicó.
El médico alzó una ceja.
- Sólo quiero que se encuentre a gusto con su lado humano y lo acepte –se defendió.
Los otros dos omitieron cualquier comentario ante aquella verdad a medias, pues aunque McCoy quisiese que Spock se reconciliase con su sangre humana, era cierto que la mayoría de las veces estaba buscando un motivo por el que reírse, aunque sin mala intención.
- No vamos a discutir ahora eso, y menos delante de su puerta. No pienso darle ningún motivo para enfadarse más.
Los otros asintieron.
- Id a vuestros puestos, yo voy a ver si consigo hablar con Spock.
- Suerte –le deseó McCoy dándole un golpe en el hombro.
Kirk cogió aire y anunció su entrada a la habitación de su primer oficial.
- ¿Y bien, tiene algo que decirme?
- Lo he intentado de buenas maneras capitán, pero la teniente Uhura no dejaba de preguntar cómo me encontraba…
- No me refiero a eso –le cortó.
No es que no le importase el motivo, pero teniendo en cuenta su estado de ánimo prefería escuchar la versión de Uhura.
- Lo que quiero saber es el motivo de su permiso.
- Lo siento capitán, pero no puedo decírselo.
Kirki se llevó una de las manos a la boca para intentar no decir nada inapropiado.
- Necesito tener un motivo.
Spock fijó su mirada en Kirk, que se estremeció levemente.
- En todos los años que llevo en el Enterprise jamás, jamás he pedido ningún permiso, de hecho siempre ha insistido en que debería tomarme unos días –empezó a decir con dureza-. ¿Y ahora que lo pido me lo niega?
Kirk negó con la cabeza.
- Claro que no se lo estoy negando Spock, pero me gustaría saber el motivo, nada más.
- No puedo.
Kirk quiso añadir algo más, pero en aquel instante, con los ojos de Spock clavados en él de esa manera, no podía pensar con claridad una respuesta. Había tenido la oportunidad de ver a Spock enfadado tras la pérdida de su planeta, y estaba seguro que lo que mostraban sus ojos no era enfado, al menos no como tal. Había algo más, y ese algo era lo que le hacía estar tan irascible con todo el mundo, y tan seco.
- Lo siento capitán –añadió desviando la mirada un segundo-, pero no puedo decirle el motivo.
- Muy bien –dijo acercándose a él para darle una palmada en el hombro en señal de reconciliación, pero no pudo. Todos los músculos de Spock se tensaron ante su acercamiento, por lo que decidió dejarlo pasar-, ya que ahora mismo no tenemos ninguna urgencia, pondremos rumbo a Vulcano.
Kirk dio media vuelta y se dispuso salir de la habitación.
- Gracias capitán –dijo Spock con voz relajada.
El otro se volvió y le dedicó una media sonrisa.
- No es nada Spock.
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Para Kirk no pasaron desapercibidos los temblores que a veces parecían atacar a Spock cuando estaba trabajando. Sabía que si Spock tuviese un problema grave se lo diría, sería lo más lógico para no poner la nave en peligro, por lo que, al principio decidió ignorarlos. Pero tras un par de días, le era imposible. Además que el estado de ánimo seguía igual de revuelto que antes.
Y Uhura no dejaba de decirle que lo que debía hacer era mandar a Spock a un reconocimiento médico.
- Spock, venga un momento por favor.
Con tranquilidad Spock dejó los mandos y siguió al capitán hasta el ascensor. Cuando se cerraron las puertas, Spock se colocó lo más alejado que pudo de Kirk y esperó a que le dijese lo que quería.
- No he podido dejar de observar que tiene algunos síntomas de algo que no me ha querido explicar –empezó a decir.
Kirk le dejó tiempo para que dijese algo, pero el medio vulcaniano permaneció en absoluto silencio, mirándole simplemente.
- ¿Algo qué decir? –le instó.
- Lo siento capitán, pero no puedo decir nada.
Kirk bufó al escucharle decir eso otra vez.
- Le tiembla la mano Spock, se le ve nervioso, desconcentrado –le reprochó-. ¿Realmente espera que me conforme con eso?
- Capitán, le ruego que no siga, no puedo decirle nada –dijo con un tono que, para alguien como Spock, era casi una súplica.
Kirk supo en ese instante que no conseguiría sacarle la información. Lo mejor sería mandarle a McCoy, como ya le había dicho Uhura cientos de veces, por si él podía encontrar algo con unas pruebas.
- Muy bien, vaya a la enfermería
Spock iba a replicar, pero Kirk se le adelantó.
- Es una orden.
Al abrirse las puertas del ascensor, Kirk le hizo un gesto a Spock para que saliese.
- Y no desobedezca.
Spock no dijo nada, se limitó a ver como se cerraban las puertas del ascensor para después irse a la enfermería a visitar al doctor.
No tenía ganas de aquello, pero una orden seguía siendo una orden y él no iba a desobedecer al Capitán Kirk aún más. Además, no había necesidad de quebrantar esa era inteligente, pero no tenía por qué averiguar nada sobre el por qué de su conducta, o su estado anímico.
Sin embargo no quería arriesgarse.
- Buenas tardes doctor.
- Buenas Spock, veo que el capitán ha conseguido que venga –dijo con una sonrisa agradable-. Venga, vayamos a hacer las pruebas.
- No creo que haga falta –replicó sin moverse del sitio-. Como puede observar tengo un aspecto sano y…
- No me importa –le cortó alzando una mano-. Ahórrese lo que tenga que decir, no le voy a escuchar.
Spock se removió inquieto en su sitio.
- El capitán me ordenó venir a la enfermería, y eso es lo que he hecho.
McCoy miró al techo pidiendo fuerzas.
- Y a mí el capitán Kirk me ordenó que le hiciera un examen médico, así que si unimos nuestras respectivas órdenes verá que no basta sólo con venir, hay que quedarse y tiene que permitirme hacerle el examen –le replicó con mordacidad. A McCoy no le gustaba que le hicieran perder el tiempo.
El médico guió a Spok a la sala donde se debían empezar las pruebas.
- Así me gusta, que coopere. Cuanto antes empecemos, antes terminaremos y podrá seguir aterrorizando la tripulación con su recién adquirido genio –volvió a su tono desenfadado.
Spock se guardó cualquier comentario que pudiese hacer, ya había llamado la atención lo suficiente. Lo mejor sería estar callado y centrarse en controlar sus reacciones para el examen.
Y entonces ocurrió lo que Spock más temía, casi a punto de terminar el examen los ojos del médico se fijaron en él y le dedicaron una mirada grave.
Lo había descubierto.
Ninguno de los dos dijo nada. Simplemente se miraron unos segundos antes de que McCoy volviese a mirar los aparatos de la enfermería.
A Spock le hubiese gustado decirle que se callase y se guardase lo que había descubierto. Aquello debía ser secreto, pero no pudo decir nada. Pronunciar esas palabras sería confirmarle al doctor que los resultados no estaban equivocados.
Al terminar, McCoy le dejó marchar.
¿Cómo le iba a decir a Kirk lo que acababa de descubrir?
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Kirk vio a Spock volver a su puesto, y esperó ver llegar a McCoy para hablar con él sobre las pruebas porque por la cara de Spock, no parecía muy dispuesto a comentar nada. Sin embargo McCoy no se presentó, pese a la orden de ir al puente en cuanto todo estuviese terminado.
El capitán le hizo una señal a Spock para que se pusiese al mando. Y no hizo falta nada más para que Spock supiese a donde se dirigía su capitán. Quizás, aunque el porcentaje era muy bajo, casi inexistente, McCoy no dijese nada y el viaje a Vulcano pudiese ir sin complicaciones.
Kirk llegó a la enfermería dispuesto a hablar con McCoy y preguntarle tanto por Spock como por qué no se había presentado en el puente.
- Antes de que me diga nada, le informo que no me dio la gana de ir –escuchó a McCoy antes de que pudiese entrar a la enfermería.
- Oh… sin duda esto me ahorra tiempo…
- No quería comentar nada delante del resto de la tripulación ni que Spock nos viese irnos juntos.
Kirk se acercó al médico con evidente preocupación.
- ¿Qué es lo que ha descubierto Bones?
- Spock se está muriendo –contestó con sinceridad, dar rodeos no serviría de nada, la verdad seguiría sonando igual de cruda-. Lo siento Jim, aún no sé exactamente qué se lo está provocando.
Kirk se quedó sin habla. ¿Por qué Spock estaba ocultando algo tan importante? ¿Por qué Spock no había sido capaz de decirle que se estaba muriendo? Si era verdad lo que decía McCoy, y Kirk estaba seguro de que el médico no se equivocaba al llegar a ese diagnóstico, no entendía cómo Spock se lo había ocultado deliberadamente. Eran amigos y los amigos se contaban ese tipo de cosas.
- Descubriré qué es lo que le está pasando Jim, se lo prometo.
- Gracias Bones.
McCoy le sirvió una copa y se la ofreció.
- Hablaré con Spock, voy a obligarle a hablar.
El médico dudó de aquellas palabras, cuando Spock no quería decir algo, no lo decía. Sus labios estaban más pegados que un molusco de Aldebarán. Pero decidió guardarse el comentario, no era un buen momento para sus quejas, ni frases elocuentes con respecto a Spcok.
- Esperaré a la noche, no quiero que nadie se entere. Iré a su habitación y hablaré con él.
- Me parece bien –asintió McCoy-. Cuando termine venga aquí, quizás lo que le diga pueda servirme para llegar a una causa y, por tanto, una cura.
Kirk le miró agradecido. McCoy era quejica en exceso, pero sabía escoger el momento para ponerse serio, y cuando lo hacía no había nadie más profesional que él.
- Eso haré. Bones es usted un buen médico –dijo agradecido al ver aquel brillo lleno de dedicación y preocupación por, como él le llamaba, el "duende de sangre verde".
- Pues claro que lo soy –replicó intentando que Kirk no se pusiese demasiado trágico-. Y no encontrará a nadie mejor. Pero sólo podré hacer mi trabajo si hace el suyo Jim.
- Claro…
Kirk salió de la enfermería con paso firme y volvió al puente. No le dedicó a Spock ninguna mirada de preocupación, al menos no que él pudiese percibir. Aparentó normalidad y cada vez que se dirigió a él, sus órdenes fueron claras y concisas, como siempre. Spock no debía imaginarse que aquella noche él pensaba ir a hablar con él.
Mientras llegaba la noche, Kirk ideó varias maneras de abordarle. Necesitaba un plan, debía hacer creer a Spock que lo lógico era decirle la verdad. Jim sabía que eso era difícil porque Spcok era el ser más lógico que jamás conocería, incluso para ser vulcaniano era excesivamente lógico. Pero lo conseguiría. Para James T. Kirk no había nada imposible, y mucho menos cuando tenía que ver con Spock.
- Capitán, si no se requieren más mis servicios me retiraré.
Kirk fijó sus ojos en su primer oficial. Estaba huyendo, como llevaba haciendo varios días. No le gustaba estar fuera de su cuarto más de lo necesario.
- Claro Spock, que descanse.
Al salir Spock,Uhura se acercó.
- ¿Ya sabe qué le pasa? –preguntó al verle tan tranquilo-. Desde que volvió de la enfermería le veo más tranquilo.
- Nada más lejos de la realidad –dijo con una sonrisa confiada, si había conseguido engañar a Uhura, Spock también se habría creído su actuación-. Sólo quiero que Spock se vaya tranquilo y no piense en cómo darme largas esta noche cuando vaya a hablar con él.
Uhura asintió.
- ¿El doctor McCoy le ha dicho algo?
Kirk negó con la cabeza.
- No tiene ni idea de lo que le ocurre a Spock.
No iba a preocupar a Uhura antes de tiempo. Primero debía saber hasta qué punto Spock estaba grave y, sobretodo, debía saber el por qué. Sin embargo Uhura sentía que no estaba siendo del todo sincero con ella.
- En cuanto sepa algo será la primera en enterarse.
- Eso espero… -le dijo en tono amenazante.
Pese a todo lo que había pasado entre ellos, Uhura seguía preocupándose por él. Kirk la envidiaba por eso. Ella podía mostrar todo lo que sentía por Spock, los sentimientos que aún les ataban. Y podía mostrarlos con total libertad. Él sin embargo debía acallarlos, ignorarlos como si no existiesen y preocuparse por Spock simplemente como primer oficial. Debía ser una relación profesional y, como mucho, amistosa, pero nada más. Y no le parecía justo.
Kirk quería hacer como Uhura, poder preguntar, estar con él de una manera no profesional, preocuparse en exceso por Spock sin que se le mirase mal por ello.
- No se preocupe Uhura, le prometo que le diré todo lo que sé –repitió con total convicción-. Mañana hablaremos.
Uhura le dejó ir sin apartar la mirada ni un instante de él, sentía que había algo que no le había contado.
Además tenía un presentimiento sobre todo aquello. Siempre lo había tenido. Era algo relacionado con Spock y el propio Kirk. Algo que le obligó, en su momento, a replantearse su relación con Spock. Y en aquel instante, en el que el capitán se había levantado de su asiento y había empezado a andar hacia la habitación de Spock, se le antojaba evidente.
Había algo entre ellos, mucho más que una relación entre capitán y primer oficial, más incluso que una amistad. Pero Uhura no sabía hasta qué punto aquella intuición era acertada. Porque había pasado demasiado tiempo desde que ella dejase libre a Spock, y Kirk no se había atrevido a nada. Y sabía que Kirk era muy osado y que era imparable a la hora de lanzarse a una relación.
Quizás Kirk no se había dado cuenta de eso aún. Quizás Kirk lo seguía viendo como una amistad y no como lo que realmente era.
Uhura suspiró y se sentó en su sitio. Kirk era lo suficientemente estúpido para eso, y a Spock le costaba demasiado aceptar sus sentimientos y más mostrarlos ante el mundo. A lo mejor, lo que necesitaban era lo que estaba ocurriendo. Spock actuando raro, Kirk demasiado preocupado como para no darse cuenta de lo que significaba…
Sólo esperaba que Spock no tuviese nada grave. Lo demás vendría con el tiempo. De eso último, Uhura estaba segura. Todo llegaba, y no lo decía sólo por esos dos, sino por ella misma. A veces los hombres sólo necesitaban un empujón.
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Kirk llamó a la puerta y, casi sin darle tiempo a Spock a decir nada, entró.
- Descanse –dijo al ver que pretendía levantarse-. No es necesario que se levante Spock.
Prefería tener la ventaja de la altura en aquella conversación. Quizás si Spock le miraba desde abajo se sentía más intimidado y hablaba. El propio Kirk se daba cuenta de que aquello era una estupidez, pero estaba desesperado por encontrar una respuesta.
- El doctor McCoy me ha dicho que se está muriendo –dijo sin rodeos-. Así que de aquí no me pienso mover hasta saber el por qué.
Spock bajó la mirada ante la sorpresa de Kirk, en todos los años que ya llevaban juntos, jamás le había visto hacer algo semejante.
La habitación se quedó en silencio.
- Necesito una respuesta Spock –le instó.
Pero su primer oficial parecía no estar dispuesto a decir nada. Kirk le vio mover el brazo que estaba sobre la mesa hacia sí mismo, seguramente con la intención de ocultar su mano. Pero no se lo permitió. Ya había visto la mano de Spock temblar levemente en alguna ocasión y no iba a permitir que se lo ocultase por más tiempo. Además que eso era una evidencia suficiente como para obligar a Spock a hablar de una vez.
Atrapó la muñeca de Spock y la mantuvo bien sujeta.
- Spock… -murmuró al ver el temblor descontrolado de su mano.
Spock se tensó de sobremanera al sentir el tacto de la mano de su capitán sobre su muñeca. Aquello no debía estar pasando. Controlarse frente a Kirk era ya lo suficientemente difícil como para que él viniese a complicarlo todo con un acercamiento físico como aquel.
Se removió incómodo en su sitio y se intentó zafar, sin éxito, de su agarre.
- Suélteme capitán –pidió.
- No hasta que no me explique el motivo de ésto –replicó refiriéndose a sus temblores-. Lleva días así, intentando ocultarlo todo, pero a mí no se me escapa nada Spock.
- Le ruego capitán que me suelte –dijo ignorando sus palabras.
Kirk negó con la cabeza mientras acercaba su rostro más a Spock para intentar intimidarle.
- No –negó con rotundidad.
Spock respiró hondo. Debía controlarse, era vulcaniano al fin y al cabo, debía ser capaz de controlarse por más difícil que resultase.
- Jim –le llamó por su nombre en un vano intento por que notase que aquello era más una petición de amigo que de subordinado, pero no dio resultado. Kirk no estaba dispuesto a dejarle ir-. No sabe lo difícil que está resultando ésto, así que le pido que por favor me suelte y no siga preguntando.
- ¿Sabe lo difícil que es para mí enterarme que mi primer oficial se está muriendo? –preguntó acercándose aún más para desespero de Spock-. ¿Sabe lo difícil que es escuchar de boca del doctor McCoy que un amigo se está muriendo y ni siquiera sé el por qué?
- Entiendo que…
- No Spock, no entiende nada… ¿La única cura está en su planeta?
Spock no supo qué decir a eso. Siendo totalmente sincero la cura a su problema no estaba únicamente en su planeta. Pero sí la única opción viable en aquel instante.
- ¿No hay nada que pueda hacer?
Spock deseó poder soltarse en aquel instante y salir corriendo. Pero Kirk le tenía bien agarrado. Demasiado bien. Notó como sus mejillas se calentaban y supo que, como decían los humanos, se estaba sonrojando.
Kirk al ver como la cara de su primer oficial se volvía levemente verde, se extrañó. ¿Aquello significaba que Spock se estaba sonrojando?
- Aléjese de mí –dijo con voz trémula-. O habrá consecuencias.
Delante de Kirk no podía controlarse como le gustaría.
- ¿Me está amenazando Spock?
El otro negó.
- Sólo estoy constatando un hecho capitán…
Algo le dijo a Kirk que estaba más cerca de descubrir la verdad.
- ¿Significa eso que hay algo que se puede hacer? –siguió preguntando-. ¿Una opción de salvarle la vida aquí en la nave?
- Aléjese de mí Jim…
Sí que la había.
- ¿Algo que yo pueda hacer?
Y antes de que Spock pudiese darse cuenta, se había medio levantado de su asiento y su mano libre se había colocado en la nuca de Kirk, tirando de él contra sí mismo para que sus labios se encontrasen. Los labios de Kirk chocaron contra los suyos, presionándolos con fuerza. Y su lengua se encontraba saboreándolos.
Kirk sólo se percató de lo que acababa de ocurrir cuando Spock le soltó y se alejó de él con la respiración agitada.
- Márchese de mi cuarto capitán –apenas fue capaz de murmurar.
Le habría gustado preguntarle qué había pasado, pero Kirk estaba demasiado aturdido por el reciente acontecimiento como para poder pronunciar una palabra.
Salió de la habitación, no sin antes dirigir una última mirada a Spock, cuyo rostro estaba completamente verde y su respiración seguía agitaba e irregular.
Quiso ir a su habitación, pero sabía que sería incapaz de descansar sino hablaba con alguien sobre lo que acababa de pasar en esa habitación.
Al llegar a la enfermería aún se notaba los labios palpitantes y calientes, con un incesante hormigueo que no los abandonaba. Sin darse cuenta una de sus manos fue hasta sus labios y los rozó.
No entendía por qué le había besado, no de dónde había salido esa pasión, esa fuerza… pero Kirk debía admitir que aquel beso le había sabido a poco, que quería más.
- ¿Bones? –llamó al médico al ver que había luz aún en la enfermería.
Necesitaba hablar con él, intentar contarle lo del beso.
- ¿Qué haces aquí Jim? –preguntó McCoy saliendo de su pequeño despacho seguido de Uhura.
- Uhm… hola –dijo al ver a la mujer.
Uhura le miró con dureza.
- Sabía que no me lo habías contado todo –le reprochó.
Kirk se rascó la cabeza bastante nervioso.
- No quería preocuparte antes de lo debido…
Podría haberse enfadado con él y haberle tirado cualquier cosa a la cabeza, pero Uhura decidió ser civilizada con él.
- ¿Has sacado algo en claro? –preguntó.
Kirk no supo qué decir. Si bien había ido con la clara intención de contarles todo lo que había pasado con beso incluido, de repente se sentía incapaz de ello. Le daba vergüenza decirles a ambos que Spock le había besado, además que no sabía cómo se lo tomaría Uhura.
- Pues yo he ido a hablar con él, pero antes de adelantar acontecimientos me gustaría saber si ha descubierto algo más de su estado doctor –dijo para evitar temporalmente la conversación.
McCoy se rascó la cabeza y Uhura miró hacia otro lado. Sin duda alguna había descubierto algo.
- No sé cómo decirte ésto Jim… no es un resultado que me pudiese esperar de ninguna de las maneras… Lo que causa tal desajuste en Spock es tan… tan… tan extraño… Es increíble –soltó de repente con una sonrisa-. En realidad es bastante irónico y, si no fuese porque su estado es grave, sería hasta jocoso…
Kirk miró con curiosidad a McCoy, jamás le había visto así, tan divertido con una diagnóstico. Incluso Uhura parecía que estaba escondiendo una sonrisa.
- Me gustaría saber qué es tan divertido.
- Verá Kirk, para un vulcaniano no debe de ser fácil aceptar lo que le está pasando a Spock –dijo Uhura-. Ojalá le hubiese pasado cuando estábamos juntos. Quizás hubiese habido alguna posibilidad de éxito.
- ¿A qué os referís?
McCoy se acercó y colocó una mano sobre su hombro.
- Spock tiene un desajuste hormonal bastante extraño que afecta a su libido por así decirlo.
Kirk negó con la cabeza y puso una expresión que denotaba incredulidad.
- ¿Qué me está diciendo Bones?
- Lo que ha oído Jim. Spock necesita relaciones sexuales como si le fuera la vida en ello, literalmente.
Uhura le dio un codazo.
- No tiene gracia.
- Todos en esta habitación sabemos que sí la tiene –replicó con una sonrisa-. Por eso necesita ir a su planeta.
- Eso lo explica todo –murmuró llevando de nuevo la mano a sus labios-. El comportamiento extraño, los temblores, el be…
Cortó abruptamente la frase al ser consciente de lo que iba a decir en voz alta. Pero ya era tarde, tanto McCoy como Uhura le miraban fijamente.
- ¿Qué iba a decir Jim?
- Nada, sólo lo que he dicho.
Uhura alzó una ceja.
- Sé cuando está mintiendo…
- No, no lo sabe.
- Por eso estoy en la enfermería –replicó con mordacidad-. ¿Qué ha pasado?
Kirk miró hacia los lados, inquieto. Pese a todas sus conquistas, le daba vergüenza decir que Spock le había besado.
- Simplemente hablamos y Spock se mostró muy reacio a mi cercanía.
- Te ha besado –dijo Uhura perdiendo cualquier formalidad con su capitán durante unos instantes.
- ¿Qué…? ¡No!
- Te ha besado, lo sé –afirmó-. No dejas de tocarte los labios, estás nervioso y tus labios aún están más colorados de lo normal.
Kirk dirigió una mirada incrédula a Uhura que sonreía ante su perspicacia. A su lado, McCoy tenía una expresión indescifrable. Y se preguntó con qué fuerza le había besado si sus labios estaban aún rojos por su encuentro.
- No me lo puedo creer… te ha besado.
- Pero sólo porque era la persona más cercana y perdió el control por culpa de todo ese desbarajuste que…
Kirk fue incapaz de seguir hablando ante la mirada que le dedicaba Uhura.
- ¿Está diciendo que Spock habría besado a cualquiera que estuviese en ese instante?
- Sí –contestó, aunque no se sentía cómodo con esa afirmación.
Pensar de otra manera habría sido absurdo. Pero al parecer aquella respuesta le resultó graciosa a McCoy que se rio a carcajadas.
- Bien Kirk, vete a dormir y piensa sobre lo que ha pasado –le dijo el médico ya más calmado.
Uhura apreciaba a Spock, incluso a Kirk, pero la oportunidad de atormentarle no la iba a dejar pasar, aunque ello significase que Spock recibiese daños colaterales. Pero los daños serían mínimos comparados con el hecho de que podría salvar su vida sin necesidad de buscar a cualquiera en Vulcano.
- ¿Ha pensado en cómo va a enfrentar mañana a Spock? –preguntó con una candidez impropia de ella para hablar con Kirk.
- ¿A qué se refiere…?
Uhura le sonrió con dulzura.
- Spock le ha besado capitán. Seguramente ahora estará pensando qué hacer y cómo disculparse…
- Fue accidental –le excusó.
- Claro capitán, pero para un vulcaniano, un beso sea en la circunstancia que sea sigue siendo un beso –replicó sin dejar de sonreír-. Una falta total de autocontrol y represión de sentimientos.
- No diga tonterías teniente Uhura, el beso sólo se produjo por culpa de ese desbarajuste. Nada más.
- Sólo por estar más seguro debería hablarlo con Spock. Seguramente necesitará explicarse, al fin y al cabo no sabe que su capitán ya sabe su pequeño secretito sobre sus necesidades.
- Es cierto Jim, Spock se estará fustigando ahora mismo por ese beso que le ha dado a su capitán –añadió McCoyintentando ocultar la ilusión que le hacía todo aquello.
Kirk pensó en sus palabras, tenían razón. Lo mejor sería hablar con Spock y aclararlo todo. Sólo tendría que decirle que entendía que había sido un accidente y quizás podría enterarse a qué se debía todo aquello.
- Hablaré mañana con él.
- Eso está bien capitán.
- Y ahora a descansar Jim, mañana promete ser un día agotador.
Kirk no pilló el doble significado de aquellas palabras y sonrió a McCoy y a Uhura.
- Hasta mañana.
- Que descanse capitán.
Al salir de la enfermería McCoy miró a Uhura fijamente.
- ¿Se cree lo que él mismo ha dicho?
Uhura asintió.
- Doctor, los hombres suelen ser tan lentos en pillar las cosas… –le dijo resuelta.
- ¿No me mete a mí en ese saco?
- Usted es extremadamente perspicaz, más de lo que me gustaría.
McCoy alzó una ceja.
- Sabe todos los secretos de la tripulación, y eso no me hace sentir segura.
- Soy muy discreto –replicó en su defensa.
- Pero disfruta demasiado con el sufrimiento ajeno, y esa capacidad de observación le hace conocer a todas horas las debilidades de quienes le rodean.
- Sólo son comentarios sin importancia.
Uhura suspiró y mostró una leve sonrisa.
- Y si le anima creo que su hombre pronto se decidirá a dar el paso.
- ¿Qué le hace pensar eso doctor?
- Esta tarde ha pasado demasiado tiempo en la enfermería por culpa de una leve quemadura en el brazo –contestó con una sonrisa.
- Como siempre dice Kirk, es aterrador Bones.
McCoy sonrió agradecido. Le encantaba todo aquello, todo ese poder que tenía.
- Para que vea que no soy tan malo, la dejaré ir tal y como he hecho con Jim, entera de una pieza.
Uhura sonrió y se dispuso a irse.
- ¿No se acuesta ya doctor?
- No, esos malditos diagnósticos no se van a ordenar solos, así que aún me queda trabajo –se quejó con una leve sonrisa.
La mujer salió de la enfermería y McCoy se quedó sólo. Miró los papeles con los resultados de Spock, estaba seguro que si al día siguiente Spock no se acostaba con Kirk, explotaría. O tendría que utilizar un hipospray para tenerle controlado y encerrado en su habitación.
Los vulcanianos eran demasiado interesantes en ocasiones, y más Spock cuya mezcla de razas le hacía único. Porque para fijarse en Jim había que serlo.
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Spock no sabía cómo iba a salir de su cuarto y mirar al capitán después de lo ocurrido anoche. Le había besado sin pensarlo y, si al menos hubiese sido un roce, no sería todo tan complicado. Incluso había intentado meterle lengua.
De repente escuchó la puerta y todo el cuerpo se le tensó. Quizás Kirk había ido a hablar con él sobre lo ocurrido anoche.
- Spock, soy Uhura.
- Adelante.
Uhura pasó con tranquilidad a su habitación.
- No te he visto hoy desayunar con el capitán y pensé que estarías peor.
Ella sabía mejor que nadie la mejor forma de acercarse a Spock sin que se sintiese incómodo.
- ¿Ha pasado algo?
- No realmente –dijo, incapaz de mentir del todo.
- Hoy Kirk se ha estado comportando de manera extraña, ¿sabes? –comentó de manera casual-. ¿Es posible que anoche ocurriese algo cuando vino a hablar contigo?
Al hacer la pregunta Uhura vio enternecida como las mejillas de Spock se volvían verdosas.
- Nada que tenga mayor importancia teniente Uhura.
Cada vez que quería rehuir una conversación empezaba con los formalismos. El beso debía haber sido apasionado. Si no fuese porque sus intereses amorosos estaban lejos del vulcaniano, Uhura se habría puesto muy celosa de Kirk al haber conseguido lo que ella no pudo. El tiempo había pasado, pero los recuerdos quedaban y Uhura muchas veces se preguntaba qué habría pasado de no haber sido Spock el primer oficial del Enterprise. Pero Uhura nunca perdía demasiado tiempo con esas cuestiones, lo que no pudo ser, simplemente no lo fue. Y ella estaba contenta con el resultado.
Aún le resultaba extraño pensar que Spock estaba interesado en Kirk, pero así eran las cosas. Y había visto que Kirk le correspondía, su alto porcentaje en conseguir chicas había bajado de una manera casi radical. Seguía flirteando, pero más por costumbre que porque quisiera llegar a nada con ninguna de las chicas a las que se acercaba.
- Spock, debería hablar con el capitán Kirk y arreglar las cosas, seguro que él entiende los motivos.
- ¿Qué sabes?
- Nada, pero es evidente que pasó algo Spock. Estuvimos saliendo, creo que algo aprendí.
- Claro, es lógico.
- Sea lo que sea, seguro que no es grave. Kirk no parecía muy descontento.
- ¿No lo parecía?
- No, estaba algo nervioso, pero no molesto. ¿Qué pasó Spock?
Spock aguantó la respiración.
- Ya sabe como es el capitán, le gusta acercarse demasiado y no reaccioné de la manera más lógica.
- Seguro que se merecía lo que le hiciste.
Otra vez aquel rubor verdoso.
- No estoy del todo seguro.
- Bueno, cuando lo hablen estoy segura de que se entenderán. Ahora me voy al puente Spock. No tarde.
Si Spock antes no sabía cómo mirar a su capitán, después de aquella conversación no sabía cómo estar en la misma habitación que él. Uhura le había dejado más nervioso de lo normal.
Se miró las manos, estaba sudando. Los vulcanianos nunca sudaban, tenían total control sobre eso. ¿Por qué estaba sudando tanto? Si no era capaz de controlar los temblores, ni de dejar de sudar, no sabía cómo iba a actuar con normalidad frente a Kirk.
Spock pensó en Uhura y el motivo de su visita. De repente no estaba seguro de si había venido a preguntar porque estaba preocupada, o de si había algún motivo oculto que él no llegaba a entender.
Se sentó en la cama, necesitaba relajarse, meditar para volver a su puesto de trabajo y no preocupar más a Kirk que, seguramente después de lo de anoche, volviese para hacer más preguntas que él no quería responder. Sólo esperaba que McCoy no lo hubiese descubierto.
OoOoOoOoOoOoOoOoOoOoO
Kirk vio llegar a Uhura sola, lo que le extrañó. Estaba seguro de haberla escuchado decir que iba a buscar a Spock.
Se levantó de su sitio y fue hasta ella.
- Teniente Uhura –la llamó-. ¿Dónde está el primer oficial Spock?
- En su cuarto capitán.
- Creí que iba a buscarle.
- Sí, pero estaba demasiado nervioso como para venir.
Kirk retiró momentáneamente la mirada al saber el por qué de su nerviosismo.
- Bien –se limitó a decir volviendo a su asiento.
Iba a esperar un tiempo prudente y si no se presentaba iría a hablar con él. Las cosas quedarían claras y punto. No había nada de lo que preocuparse. Spock no debía avergonzarse de dejarse llevar un segundo por sus instintos o pasiones, todo el mundo lo hacía.
Además sólo había sido un beso.
Un beso bastante pasional y desesperado. Pero un beso nada más.
Y él no es que se hubiese molestado. Aparte que él le había provocado al proponerle sexo indirectamente. Porque Kirk era consciente de que lo había hecho al preguntarle si había algo que él pudiese hacer.
Spock no debía sentirse mal por nada.
Kirk se llevó la mano a los labios. Si de él dependiese le dejaría besarle hasta que se hartase. Besaba bien, demasiado para la poca experiencia que él sabía que tenía. Al darse cuenta de lo que estaba pensado se sonrojó. Aquellos pensamientos no eran propios de un amigo. Pensar en Spock besándole no estaba del todo bien.
Tener a Spock en ese estado no le estaba sentando nada bien. Debería preguntarle a McCoy si había posibilidad de contagio porque después del beso él también se sentía algo fuera de sí.
Lo mejor que podía hacer era ir y aclarar las cosas. Un simple beso no podía tenerle tan aturdido. Y tampoco era excusa para que Spock no estuviese allí, con él.
- Teniente Uhura, llame a Scott. Le necesito en el puente por si ocurre algo mientras estoy fuera.
- ¿Será por mucho tiempo? –preguntó.
- No creo, pero hay que prevenir.
- Claro –asintió, pero ella sabía que no sería por poco tiempo.
Spock estaba nervioso y Kirk parecía que tras haber pensado un poco, estaba empezando a darse cuenta de las cosas.
- Aquí la teniente Uhura, ¿se encuentra el comandante Scott?
- ¿Sí?
Uhura suspiró.
- Se necesita de su presencia en el puente, ni el capitán, ni el primer oficial pueden encargarse ahora mismo de la nave.
- Estoy en camino.
Uhura cortó la comunicación. Si algún día Scotty se decidía a decir algo, le recordaría toda su vida que incluso Spock era más decidido que él.
Fin del Capítulo I
Y hasta aquí llega la primera parte. Espero que les haya gustado, el próximo estará en unos días. Y aviso de que en el siguiente habrá lemon.
Ya sólo pedirles que me dejen un review que siempre alegran a una.
Hasta el próximo n-n