Hola Gente! He aquí la continuación. Espero que les guste (no, no les va a gustar)
Hetalia no me pertenece...
Enjoy~
Matthew despertó. Se removió un poco ya que sus hijos, al igual que todas las noches, habían dormido con él y por lo tanto temía lastimarlos. Pero al girarse no encontró nada, miró el reloj, aun era temprano entonces ¿dónde estaban esos dos? Tomó sus lentes y se los puso. Era un lindo día, quizás podría sacar a los niños al parque o algo así. Se sobresaltó al escuchar un ruido en la cocina. Quiso levantarse pero ni bien se destapó ambos pequeños entraron a su cuarto para abrazarlo.
-Mami!- gritaron al mismo tiempo lanzándose sobre la cama.-Feliz Cumpleaños!- exclamaron alegremente. El canadiense se relajó… de nuevo había olvidado su propio cumpleaños.
-Merci- dijo antes de bostezar. ¿Cómo lo recordaron? Se preguntó. No había ninguna marca en el calendario ni nada. Los dos pequeños besaron a su mami. Siempre lo hacían, eran muy afectivos, y después corrieron fuera de la habitación.
Tan rápido como se había ido, Dimitri regresó con un plato de cereal y a su lado Timothy traía un vaso de leche. Habían visto en la televisión que cuando alguien cumplía años, su familia le llevaba comida hasta la cama. Y aunque no supieran cocinar, se esforzaron por llevarle algo delicioso. Dimitri le alcanzó un frasco de Miel de maple… sabía que eso era lo que más le gustaba. Matthew observó su cereal, y lo comió bajo la alegre sonrisa de ambos niños. Se sentían orgullosos de sí mismo por haberlo complacido.
Matthew sonrió al ver sus regalos; dibujos, dos de ellos hechos por Timothy y el otro por D´mitrii. Figuras de plastilina (un oso, un caracol, una tortuga), flores y lo que más le sorprendió fue un collage hecho con diarios sobre los cuales escribieron sus nombres y marcaron sus manos. Debía admitir que eran muy creativos.
-Me encanta, niños. Son los regalos más hermosos que me dieron en toda la vida.- los niños se miraron con sonrisas triunfales. Todo el esfuerzo que habían puesto fue valorado. –Quieren salir a jugar hoy?- los pequeños asintieron y comenzaron a saltar sobre la cama. Adoraban jugar al aire libre. No era frecuente que su mami los llevara pero cuando lo hacía se sentían realmente agradecidos.
Una vez en la cocina, acordaron comer lo que Matthew quisiera. Y como era de esperarse, comenzó a cocinar panqueques. Los chicos adoraban la comida que les preparaban, todo lo que hacía el canadiense era simplemente delicioso.
-Mami?- preguntó Dimitri
-Hm?-
-Me enseñas a cocinar?- Matthew sonrió, lo levantó hasta sentarlo sobre la mesada y comenzó a explicarle como batir. A los pocos minutos el otro mellizo, ahora con lentes, se sumó a la enseñanza. Entre todos sirvieron la mesa con lo que habían preparado y comieron como todos los días. Al terminar, los pequeños se apresuraron a cambiarse y tomar sus cosas para salir, mientras Matthew levantaba la mesa.
En un abrir y cerrar de ojos, los niños ya estaban en la puerta llamando a su mayor. Matthew se puso una fina campera y llevó el diario consigo. Echó un último vistazo a su hogar antes de salir. Tuvo un extraño presentimiento, como aquella vez…
-Matvey! Si no bajas me voy a cansar~- Rusia gritaba desde la puerta principal, vestido con su uniforme y su grifo en mano. Hacía 15 minutos que lo estaba esperando y aún no se dignaba a bajar. Se suponía que irían a USA, tenían la oportunidad de atacar el norte, cruzando la frontera canadiense. Alfred estaba ocupado con algunos asuntos, en otras palabra, era la oportunidad perfecta.-Matvey!- su tono ya no era tan infantil. Se dispuso a subir las escaleras cuando vio al rubio salir de su habitación con el uniforme a medio abrochar.
-Iván, n-no me grites- susurró mientras bajaba la escalera, sosteniéndose firmemente de la barandilla.
-Matvey, estamos retrasados, no pod… Matvey? Te sientes bien?-el canadiense suspiró al llegar a la planta baja. Aquel simple esfuerzo lo cansaba de sobremanera.-Estás muy pálido.- comentó el ruso acariciando el rostro del menor.
-Estoy bien… ya sabes, la crisis económica me afecta un poco- susurró. Su voz era mucho más tenue de lo normal, las náuseas y mareos eran el comienzo de los síntomas que sus hijos provocaban dentro de su cuerpo. –Vamos?- solo que aún no era consciente de ellos.
-Da- contestó Iván un poco preocupado. Sabía que algo extraño le estaba sucediendo al más joven pero no estaba seguro de qué podría ser. No tenía tiempo para pensarlo, salió rápidamente de la casa en la que había estado viviendo junto al rubio por varios meses sin mirar hacia atrás. En cambio, su pareja echó una última mirada al hall antes de cerrar la puerta. Sintió una especie de nostalgia, observó las cortinas que se movían con el viento que entraba de afuera. Se estaban yendo sin cerrar la ventana… el grito del ruso lo llevó a la realidad y de un solo portazo se alejó de allí.
Esa fue la última vez que vio su casa. El hogar que había formado con Rusia, la imagen de las blancas cortinas de seda flameando al compás del viento, todo desapareció. Todo fue destruido.
Se sentía igual. Aquella habitación, tan silenciosa, tan tranquila, parecía quedar congelada allí. Era el presentimiento de que no volvería jamás. El canadiense sintió un escalofrío, ¿se estaría volviendo paranoico?
-Mami!- D'mitri no podía esperar a trepar los árboles del parque. Comenzó a repetir el llamado aumentando el volumen de sus gritos.
-D´mitri, n-no me grites.-susurró cerrando finalmente la puerta. Nada malo iba a suceder…
OoOoOoOoOoOoOo
Alemania llegó al lugar a partir del cual comenzaría su búsqueda. Llevaba a Kumajirou en sus brazos , pues el oso lo guiaría. Ludwing se inclinó en la tumba de Iván y tomó las flores que adornaban el frente. –Dime, Braginski… hay un infierno del otro lado?-
Por supuesto nadie contestó.
-Mira, Kumajirou. Reconoces al que dejó estas flores aquí?- el osezno miró confundido tanto las flores como a quien las sostenía. Definitivamente reconocía de quién se trataba solo que no podía recordar su nombre. –Puede ser Canadá?- cuestionó el alemán. El animalito asintió. –Apresúrate. Hacia dónde fue?- con poco entusiasmo, Kumajirou empezó a recorrer el camino que creía indicado. Confiaba en su propio olfato y en sus instintos…
Por su parte, Alfred consideró que debía encontrar a Matthew y, de alguna forma, ponerlo a salvo. Se dirigió cautelosamente hacia el lugar que había alquilado para él y sus niños. Tenía que estar muy seguro de que nadie lo estuviera siguiendo.
-Mattie!- gritó mientras golpeaba frenéticamente la puerta. –Mattie, soy yo. ábreme.- pero nadie contestaba. Siguió insistiendo por algunos minutos hasta que una voz detrás suyo le llamó la atención.
-Qué hace America-san?- preguntó el japonés con una forzada expresión de enojo.
-Ah! Ehh… yo… no, no es lo que parece- dijo Alfred tratando de sonar tranquilo. Maldición! Sabía que alguien podría estar siguiéndolo, ahora dejaría a su hermano al descubierto y él tendría su castigo por cómplice. Un desastre.
-Aquí se encuentra Canadá-san?- cuestionó el menor acercándose a la puerta y golpeándola suavemente. –Usted lo supo todo el tiempo, no es así?-
-Ah… es que… escucha Kiku, somos amigos, verdad? – el menor asintió –Pues, bien… Qué quieres?-
-Mi función era encontrar al Sr Canadá, si es a eso a lo que se refiere.-
-Bueno… yo decía, quizás con algunos dólares solucionemos esto- dijo mientras colocaba sus manos en los hombros del pelinegro.-Qué dices?-
-América-san! Eso es… ilegal. Tendré que llamar a Alemania.- rápidamente sacó de su bolsillo un teléfono celular y presionó el número de discado rápido sobre la pantalla táctil. Ahora sí estaba en problemas… Alfred no sabía qué hacer, palpó sus bolsillos con la esperanza de encontrar algo útil. Hamburguesas, varias de ellas. Eso es lo único que ocupaba sus bolsillos. Extrañamente desde que comenzó la búsqueda en su país, Alfred dejó de devorar sin sentido, ahora que lo pensaba su comida chatarra se amontonaba en su ropa. Sin pensarlo se aferró al teléfono del japonés en un intento por impedir aquella llamada.
-A-América suélteme!- el rubio saltó sobre el menor dejándolo inconsciente. Mala idea. Ahora sí estaba en graves problemas…
Alemania se extrañó al recibir un llamado de Japón, y más aún cuando éste no contestó. Ya estaba cansado de seguir a aquel animal que a cada instante había que recordarle a quién estaba buscando. Era difícil confiar en alguien (mejor dicho algo) con problemas de memoria.
-Espera, Kumajirou. Supongo que esto no es una buena idea.- sin decir más Ludwing volteó decidido a regresar a la casa del americano dónde se alojaba él y sus hombres. Desde allí tenía algunas cuadras, lo que más le fastidiaba era tener que cruzar el parque cargando un afeminado oso polar. Pero en fin… todo sea por la memoria de su querido hermano.
OoOoOoOoOoO
La tarde estaba realmente hermosa. Muchos niños jugaban en el parque, siendo observados por sus orgullosos padres desde sus asientos. Matthew no era la excepción, tenía el diario abierto en la parte 'política' pero lejos de estar leyendo, sus ojos miraban al mayor de sus hijos que, sin temor aparente, estaba subido en uno de los árboles más altos. Por el contrario, el otro niño estaba en el arenero construyendo castillos.
El canadiense se levantó del asiento, dejando en su lugar el periódico que había leído a medias. Después de bajar a D´mitri de allí podría retomar la lectura.
-Amor, baja de ahí- susurró extendiendo sus brazos hacia arriba, en caso que el menor necesitara ayuda. Pero el pequeño negó con la cabeza. –No seas así, vamos, si bajas te compraré un helado.- D´mitri sonrió de forma encantadora pero se rehusó. El canadiense bajó los brazos, estaba a punto de usar su último recurso: Cada vez que se alejaba, ambos niños corrían hacia él. –De acuerdo, quédate en tu árbol, yo me iré a casa- se dio media vuelta y caminó un par de pasos. El más pequeño se le acercó, quería quedarse jugando un poco más pero si su mami se iba, él lo seguiría.
-Nos vamos tan pronto?- preguntó el pequeño apretujando su peluche contra sí. Matthew simplemente le guiñó un ojo y con eso el menor regresó al arenero. Sabía que era solo para que su hermano se ubicara.
Matthew caminó hasta la esquina de la manzana, mirando cada tanto hacia atrás. D´mitri observó cómo se alejaba, no lo soportó mucho así que cuidadosamente comenzó a descender. Timothy también observaba, si bien sabía que era una broma, no dejaba de estar intranquilo.
El canadiense sonrió triunfante cuando el niño tocó el suelo pero esa sonrisa se borró al ver a la persona que se acercaba por la vereda de en frente. Sintió que su corazón se salteaba unos latidos. Comenzó a temblar como si hubiera visto al mismo demonio. Volteó con tranquilidad, si no llamaba mucho la atención quizás pasaría desapercibido. Caminó lento pero con paso temblante de nuevo hacia el centro de juegos. Detrás suyo el alemán soltó al oso, ´pues la vergüenza de cargarlo frente a los ojos de tantas personas era insostenible.
El osezno reconoció a la persona que caminaba rumbo opuesto. Hacía mucho que sus ojos no divisaban aquella figura. De pronto sintió la necesidad de ser abrazado por el canadiense, ahora lo recordaba perfectamente. Sin pensar mucho más tiempo, cruzó la calle sin siquiera fijarse en los vehículos aledaños.
Matthew palideció y trastabilló al estar frente a los niños, cayendo al suelo. Los pequeños se acercaron asustados, nunca habían visto a su mami temblar de esa forma ni mucho menos caer tan torpemente. Kumajirou llegó hasta su dueño y se lanzó a sus brazos, lamiendo sus mejillas. Fue tan repentino que lo único que pudo hacer el canadiense fue dejar escapar un grito. Los pequeños se asustaron y se alejaron de la "bestia" que estaba atacando a su mayor.
-Ku-kumakitchi! Su-suéltame. Vete! Anda, aléjate.- Con sus manos impedía que el osezno siguiera con sus "besos". –Ku-kuma, por favor.- no había forma de alejarlo. ¿No se daba cuenta del peligro de sus acciones?. El alemán divisó al animal ¿atacando? A un muchacho. Corrió hacia él, pues de alguna forma lo que el oso hiciera era su responsabilidad.
Antes de llegar, el joven se levantó del piso desesperadamente, Ludwing lo observó con curiosidad. Ninguno de los dos podía asimilar lo que captaban sus respectivos ojos. El miedo se apoderó del canadiense mientras que el alemán se llenó de ira. Había recorrido mucho e invertido todo su tiempo pero al fin…Lo había encontrado.
Matthew no podía pensar con claridad. La presión era demasiada, pero al igual que un animal que se ve acorralado por un depredador, atinó a hacer lo más lógico. Correr. No lo pensó detenidamente pero actuó a gran velocidad. Tomó a los niños entre sus brazos y se alejó lo más rápido que pudo de allí. Dejando a un estático alemán y al pequeño oso parados en pleno parque.
La reacción por parte alemana no se hizo esperar mucho. Sacó su arma sin importarle en absoluto que la gente lo estuviera mirando o que se encontrara rodeado de niños. Apuntó a su objetivo pero no disparó, a esa distancia podría herir a alguna de las pequeñas naciones.
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Matthew ya no sentía ni sus brazos ni sus piernas. Mucho tiempo sin practicar su deporte favorito lo había debilitado bastante. No podría aguantar por mucho aquella terrorífica persecución. No había tiempo para pensar, el hecho que Ludwing estuviera armado era razón más que suficiente para huir desesperadamente. Corrió lo más que pudo bajo la atónita mirada de sus hijos que no comprendían nada de la situación. 6 cuadras llevaba recorridas cuando sintió que se desplomaría, detrás suyo el alemán gritaba algunas advertencias y maldiciones en su idioma. Llegó a una iglesia, allí no se pueden usar armar (al menos moralmente). Pero a centímetros de la puerta escuchó un disparo muy cerca, y notó como el proyectil impactaba en la blanca pared de mármol, que estaba frente suyo.
Matthew pensó en los niños, quienes lloraban de miedo. Ludwing fue capaz de jalar el gatillo y si bien no dañó a nadie, su ira asustaba. Quizás lo mataría sin piedad alguna. El canadiense volteó horrorizado, Alemania lo apuntaba, agitado. Con delicadeza se inclinó para dejar a los pequeños en el suelo… no solo porque sus brazos estaban entumecidos, sino porque estarían más seguros allí. Instantáneamente ambos mellizos se aferraron a la ropa del mayor, ocultándose detrás suyo y mirando de reojo a aquel rubio de ojos claros que los amenazaba.
-E-Escucha, Alemania no…- intentó hablar, pero sus labios temblaban demasiado. Por cada paso que daba el europeo, Matthew retrocedía otro. –Baja e-el a-arma- sugirió extendiendo sus brazos en señal de 'alto'
-No sabes, Canadá, el gusto que me daría matarte ya mismo- dijo el alemán sin soltar el revólver y acercándose a solo unos metros del menor.
-E-Eso no…- al retroceder su espalda chocó con las paredes del edificio. Nunca se había sentido tan acorralado. Solo lamentaba que sus hijos estuvieran escuchando palabras tan crudas. –Puedes hacerlo… pero no delante de mis hijos, por favor.- dijo firmemente, enderezando su posición.
Ludwing desvió su vista hasta toparse con dos pequeños niños, que lo miraban llenos de terror en sus ojos violetas. Su intención no era traumarlos así que guardó el arma en su funda nuevamente. No iba a matarlo en ese momento, ni siquiera él iba a matarlo. Tenia un corazón y sabía que no era buen espectáculo para un niño ver a su padre (madre o lo que sea) siendo arrestado o asesinado, mucho menos eso último. Sin decir una palabra, se acercó hasta tomar al canadiense por la muñeca, ejerciendo una considerable presión. Tomó su celular y llamó a Japón… en vano, pues el japonés estaba siendo atendido del el golpe propiciado por el americano. Discó, entonces, el número de uno de sus hombres, quien a minutos después de ser llamado, se estacionó frente a la iglesia.
-Sube- indicó con un gesto. El menor no pudo hacer otra cosa que obedecer. Subió a aquel auto, llamando a los niños para que lo imitaran. Ambos mellizos sentían mucha desconfianza pero mientras Matthew estuviera allí, nada malo podría ocurrirles. O al menos eso pensaban. Obedecieron tímidamente, evitando cruzar miradas con el alemán que los observaba detenidamente.
-Tengo miedo- susurró D'mitri al oído de su mami como si se tratara de un secreto. Matthew los abrazó con fuerza al mismo tiempo que sus hijos correspondían. Los tres tenían miedo.
Entre las suaves caricias de su mayor y el ligero movimiento del auto en el que se encontraban, los mellizos se durmieron profundamente…
Lamento esto T_T pueden insultarme, tomatearme y enviarme gente mutilada adjunta con un review:
Ahora si! Contestemos~
Remia26: n.n Molto Grazie... continua leyendo, no falta mucho...
Yukime: Amigaaa~ *ojos brillantes (?* sii! Lamento haberte deprimido en el cap anterior, pero ese es mi malefico plan u.u En cuanto a lo de la foto del face... :D Mandame tu Face, me facinria verte cosplayada! Se puede saber que personaje sos? :B No insistiré por saber quien es Kumi ¬¬ hmm... secreto. En fin... es verdad Cuba, Corea y la banda soviética no son tan awesome para ayudar a Mattie u.u (la verdad no se me había ocurrido) Gracias por tu rview, pequeña :B
Youko: Jaja, ya falta poco :B. Gil no me mires así ¬¬ yo puedo mirarte más feo... soy más fea T_T Ehh ejem... saludos Lizerg n.n siempre tan tierna. (Oh my, esta muchacha se divide en inners D:)
Hermanita: Gracis por tu Review... Tu ruso interno no podrá abrazar a nadie T_T por lo menos en mi tétrica historia. Pero me alegra que se haya quedado con Matt en la tuya :D Fue muy tierno~ (oh, spoilé :S)
Italia: Te gusta Alfie eh... Hm... recivir un disparo por Matt? Wtf? que idea más genialosa... pensaré en robarla (? o hare algo semejante. Bah te escucharé esta vez (no como cuando sugeriste el nombre del niño) xD Saludos, pequeña italiana.
OTOGAWA Francis: Oh dios, fue error de imprenta (? nah mentira, juraba que era Otawa xD no se que tengo en mi mente enferma O.o jajaja, lamento casi enviarte gente mutilada :)... Asi que te inspire? :D Kyaaa! Que felicidad! Espero que hagas eso pronto y quiero ver al hijo que dibujas O.o Yo tengo 1,3% de dibujante T_T Shit. Grazie por tu review
SilverDawn: SIN AZUCAR! SIN AZUCAR! QUE CHOCOLATE ES ESE! MFG! *colapso mental* huh? Donde me quedé... ah si! Convídame! :F lamento que Kuma sea tan... vendido! pero es que era necesario y no, este cap no fue tan corta-venas pero el próximo te juro que me voy a esforzar. mauahah tengo mucho en mente . demasiado. Ya quisieras que esté en Chile, eh? Lo escribí pensando en eso xD Asi que Europa! Que envidia :) yo me moriría por ir. Espero que encuentres a francis corriendo sin esa rosa en sus partes :F si lo ves mándamelo. xD Besos... Ah y no te desangres :S aun queda algo de historia.
KariDei: Hum... lamento haberte irritado u.u Es que, bueno, lo aprendí así. Pero lo edité y le cambié la "J" T_T Forgive me... Gracias por tus 3 reviews
Grell: Jajaja, Gracias por seguir siendo la reviewer n°1 n.n y si, cada vez que me nombran a Kirushitsuji, me acuerdo de vos O.o
Jeane: O.o Ohh dios! No me mates! Cómo voy a decir que los canadienses son tonto? D: En todo caso lo serán los yankis (o los argentinos¬¬) (soy argentina xD) pero jamás mis lindos canadienses... Además me casaré con uno (aunque primero debo encontrar a mi víctima) en fin... Gracias por tu Review... Frente a mi escuela hay un jardín de infantes y vi a un nene chiquitititito con anteojos al mejor estilo harry potter y me enamoré de él (L) entonces se me ocurrió eso, lo del cap anterior. AHH! si me haces un Fanart, sería la persona más feliz T_T (creo que ya lo he dicho) Ay sii! Cuando lo hagas, eh... puedes mandarme un privado n.n y lo publicaré en el próximo cap :B Gracias! Doctora de Fandom!
PanLee: Ah~ eso era lo que quería. Que llores gaymente :B Jajaja. Lo lamento T_T Es que me gusta hacer sufrir a la gente, y como no quiero ir presa, bueno... hago fics así :( Gracias por tu review
Thalitez: Todo el domingo en la iglesia O.o rezaste mucho? jajaja. Yo fui a misa :B en fin... yo también conozco a un niñito con lentes de harry potter que me encanta... cuando lo veo me da la pedofilia (? Awww me lo comeria :F Así que se me ocurrió ponerle lentes a Timy... Ajam, a ver... mi mami me contó el otro dia que cuando yo tenia 4 años hice esas preguntas... y que no me importó, pero cuando pregunté ¿yo tambien me voy a morir? y ella me dijo que si (que mala DX) Yo me puse a llorar, ajaja. Así que es fiel a la realidad (? bueno... mi papi no es ruso. Anyway (sisi, te robo las palabras xD) Gracias por tu review y jajaja solo me llegó uno. . En fin... n.n Bye~
Y aquí terminan las respuestas. Gracias a todos por sus reviews y sepan disculpar mis errores (el de mexico con j por ej) Nunca es con mala intención, saludos!