Los personajes le pertenecen a SM. La historia es mía.
Capítulo 42
- Siéntate un poco más – tomé el vaso de agua y lo puse en los labios de mi esposo. Pese a que le costó un poco pudo beber su contenido -, eso… tómatela toda
Sus ojos me miraron mientras termina de vaciar el vaso – Gracias
- De nada – puse una mano en mi vientre y otra en mi espalda para poder sentarme
- Estas muy gorda
Rodé los ojos. Tenía que agradecer el buen humor de Edward, eso era algo bueno - ¿Será porque en cualquier momento daré a luz a tu hijo?
- Eso te pasa por siempre estarme seduciendo… si no fueras tan sexy no me darían ganas de hacerte el amor
- ¡Eres tú el que me seduce! – lo apunté con el dedo
- Eso es porque te amo
Eso sonó tan lindo que mis ojos se aguaron. Bueno, la verdad es que se aguaban por todo – Yo también te amo… ¿Lo sabes no?
- Por supuesto – me sonrió y se estiró lo más que pudo para alcanzar mi mano. La branula tenía en el brazo le molestaba pero no lo demostró -, eso lo supe desde el momento en que dejaste de acostarte con otros
Negué y bajé un poco la vista, este tema no era mi favorito, aunque lo agradecía porque todas esas cosas me hicieron la persona que soy hoy en día – Sabes que eso fue una mierda… desde que supe que mi corazón estaba contigo nunca pude ver a nadie igual… ya sabes lo que pienso Edward. Él que ama no engaña, y yo a ti te amo más que mi vida… tu eres mi otra mitad – apreté su mano
- Igual yo te hubiera perdonado
Negué de nuevo – No, no lo hubieras hecho y yo tampoco te habría perdonado a ti… lo acepté antes pero nunca lo aceptaría ahora… a los 17 pudes hacer mil cagadas, pero llega un momento en que las cosas afectan a más personas. Desde el momento que supe que te amaba también supe que no habría otro hombre entre mis piernas
- Me encanta tu manera de decir que me eres fiel – rió pero pronto hizo una mueca, llevó su mano hacia sus costillas y sobó por sobre las vendas
- Ya sabes que soy así
Edward se quedó callado por un momento hasta que sus ojitos verdes se clavaron profundamente en los míos – Amor… hay algo que tengo que decirte y creo que es mejor que lo haga cuanto antes – mi corazón aceleró su ritmo, no me gustaba para nada su mirada -, verás, en todos estos meses que estuve con Phil, pasó algo… algo que quizás nunca olvidaré – jadeé y llevé una mano a mi pecho, pensé que se me iba a salir el corazón
- Amor… él no…
- Sí Bella… lo hizo – apretó los ojos y se pasó una mano por sobre el rostro, pese al esfuerzo que eso significaba no pareció darle importancia -. Phil abusó de mi… me violó…
Me llevé ambas manos hacía la boca y con ellas tapé mi sollozo silencio. Fruncí el ceño y apreté mi rostro lo más que pude, de alguna forma necesitaba exteriorizar lo que estaba sintiendo. Esto dolía como nada en el mundo, todo mi cuerpo estaba entumecido esperando por alguna reacción, pero no podía, dolía mucho como para hacer algún gesto.
Mi vientre se había puesto duro y me estaba doliendo. Recordé la primera vez que sentí esto, supe inmediatamente que pasa… venia nuestro hijo.
- No amor… lo siento, es broma… sé que es de pésimo gusto pero yo pensé que…
- ¡CALLATE! – alcé la vista solo para fulminarlo – Ya entendí tu estúpida broma pero… ¡ESTOY DE PARTO MALNACIDO!
- Yo…
- ¡TU NADA! ¿Cómo se te ocurre darme un susto así?
- Pensé que era bueno aligerar el momento… una bromita, nada más
Aunque mis manos estaban sobre mi vientre conseguí soltar una y estrellarla en la cabeza de mi esposo, se lo merecía por hacer una tan mala broma en un tan mal momento.
¡Cabrón!
Edward me miró como si fuera un verdadero idiota, el muy infeliz ni siquiera fue capaz de apretar el puto botón que descansaba al lado de su cama, me veía sufriendo pero no se movía… sí será cabrón.
- ¡REACCIONA ANIMAL!
Luego de mover la cabeza hacia ambos lados un par de veces tomó el timbre – Sí, lo siento amor pero yo…
- ¿Tú qué?... ¿Y tú y tu maldito sentido del humor me pusieron de parto? ¡MALDITO CABRÓN!
Parecía que mi esposo recobró la cordura porque su rostro ya había vuelto a su estado natural – Se me olvidó lo linda que te pones cuando estas de parto – la ironía en sus palabras no me hizo ningún bien y se lo dejé saber al levantarle el dedo de al medio -, creo que será mejor que recuerde esto la próxima vez que se me olvide el condón
- Si te olvidaras de tu polla sería mejor
Rodó los ojos – Como si tu pudieras hacerlo… pero tranquila… ya verás que después se te pasa y dices que yo soy el que te inventa calumnias… lo siento amor, pero ya pasé por esto y ahora quiero pruebas
Lo vi y no lo creí. El muy maldito a penas se podía mover pero aun así alcanzó el celular que le había traído y comenzó a grabarme.
¡El maldito me estaba grabando!
Si mis dos manos no hubieran estado sosteniendo mi vientre a punto de estallas creo que me hubiera tirado encima de él solo para golpearlo. Agradecí que mis pensamientos se cortaran cuando abrieron la puerta. No fueron necesarias las palabras, parecía que me veía lo suficientemente mal como para que las enfermeras tuvieran duda de que era yo la que necesitaba asistencia médica.
- Debemos llevarla a la sala de parto
Sentí que una me tomaba del brazo y me ayudaba a levantar de la silla pero el cuerpo me pesaba mucho y quedé completamente encorvada
- Sussie, creo que será mejor llamar a algún enfermero para que nos ayude
- Yo las ayudaré – con bastante esfuerzo abrí un ojo para ver a Edward con un pie afuera de la cama
Había dejado su celular y su expresión divertida a un lado.
- Señor, usted aún está convaleciente, no puede levantarse, por eso le ruego que…
- ¿Usted de verdad piensa que me perderé el nacimiento de mi hijo?… Yo metí mi pene ahí adentro – quise asumir que apuntó mi vientre y no mi vagina o mi boca pero eso nunca lo sabré -, y como no puedo tener los dolores, lo mínimo que puedo hacer es acompañar a mi bella esposa para que tenga a quien maldecir… entonces… ¿Me ayudarán con esa puta cosa o tendré que llevarme el cable y toda la cama de acá?
Las siguientes horas se me pasaron como un flash, el enorme dolor que estaba sintiendo menguó bastante en cuanto la mano de mi esposo tomó la mía. Él fue mucho mejor que cualquier epidural, sé que el parto fue largo e intenso pero en mi cabeza solo estaba el momento en que escuché el llanto de mi bebé porque los labios de Edward se pegaron a los míos insistentemente, "Es un varón amor… un lindo niño, ahora tenemos la parejita", le sonreí pero no pude responderle, mis ojos se cerraron antes de cualquier cosa.
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- Es tan pequeñito… - con una mano acaricié el borde de su frente, me daba miedo tocarlo demasiado
- Y tan frágil
Vi como Edward lo tomaba de mis brazos y lo depositaba en la cuna. Quería decirle que no se lo llevara pero mis ojos estaban cansados, cediendo. Solo me pude dedicar a contemplar como mi esposo acostaba a nuestro hijo, lo arropaba y le daba un beso en su frente. La mejor escena del mundo.
- Edward… - estiré mi mano e inmediatamente sentí su contacto -, quédate conmigo
Lo sentí recostarse a mi lado, inmediatamente me acurruqué sobre su pecho – No hay otro lugar en el que quiera estar – cuando besó mis labios mis ojos ya estaban cerrados
Estaba muy cansada.
- ¿Peyton?
- Durmiendo... igual que Seth y que nosotros… bueno, dentro de un momento
Gemí feliz de estar de nuevo entre sus brazos – Mmm, no sabes cómo extrañaba dormir sobre tu pecho
- No sabes cómo los extrañaba yo a ustedes – sentí un nuevo beso pero esta vez en mis cabellos -, por un momento pensé que no llegaría para ver el nacimiento de Sam, pero… ¡Dios!, agradezco haberme equivocado
- Yo sabía que ibas a llegar… siempre llegas Edward, nuestros caminos se encontraron para no separarse más – con esfuerzo alcé mis ojos para verlo sonreír
- Cierto… nuestros caminos se encontraron para no separarse más… nunca más
Hace dos días que estamos todos en casa, casi mágicamente Edward consiguió que lo dieran de alta junto conmigo.
Esme tendría a su bebé dentro de estos días pero estaba bien, ella y James eran perfecto juntos, además, mi suegra estaba tan radiante que nadie podía siquiera pensar que la diferencia de edad entre ellos era tan grande.
Mi mamá y Sam eran la pareja más melosa que nunca conocí, él la adoraba y ella no se quedaba atrás, estaban viviendo juntos y aunque dudaba mucho que se casaran sé que eso era un mero trámite, eran felices y eso es lo que contaba.
Mi padre… él, bueno, por fin era senador, no sé de él más que lo poco que veo en la televisión, lo que es casi nada. Nunca le hablo y él tampoco me habla, esa es nuestra relación, no tener contacto.
Mis abuelos están todos bien, felices con sus nietos, por ahora me gusta verlos, aunque es algo extraño saber que siempre andan los tres juntos. Para mí quizás no tanto pero para el resto si, de hecho mis amigas ya me preguntaron si eran una especie de trío. Los conozco y sé que son los mejores amigos pero si pasara algo más sería cien por ciento problema de ellos.
Alice es feliz con Mike, ya tienen dos pequeñitos y me gusta ver cómo han salido adelante, todo lo que tienen es gracia a su esfuerzo, siempre supe que ellos serían felices. Al final de cuentas lo mejor que pudieron hacer fue no casarse a penas salieron del colegio, a ellos aún les quedan un par de experiencias por vivir, lo que hizo que su relación se hiciera más solida una vez que las experimentaron. Ahora tienen una hermosa pequeña y un labrador… después de todo consiguieron el sueño completo.
Rose… Rose, aunque dejó a Royce por un chica por todo un año él no se rindió, hoy por fin están casados. Sin embargo, fue ella quien tuvo que apretarlo, él no quería forzarla pero tal parecía ser que para mi rubia amiga era muy importante ese papel. Ayer cuando me junté con ella y con Alice nos contó que estaba esperando a su primer hijo.
Y yo… yo soy feliz con Edward, Peyton y Seth… creo que solo nos falta un perro, estaba pensando en un Cocker pero ya veremos eso cuando mi bebé cumpla el mes.
Mis ojos ya estaban cediendo, recordar como todo estaba en su lugar me dio una sensación extra, esa que da con los finales, si casi me dieron ganas de que pasara algo más que terminara esto de otra forma. Mis pensamientos perdieron el rumbo en cuanto los labios de mi esposo comenzaron a chupar mi cuello.
- Edward… sabes que no podemos
- Llevo muchos meses lejos de ti… me importa una mierda la cuarentena
Reí porque la desesperación en su voz era inconfundible. Me di vuelta lentamente y lo miré tratando de decirle que esta noche no tendría suerte. Cuando se dejó caer en la cama, bastante frustrado supe que era mi momento, creo que lo mejor era que yo estuviera arriba así que con la mayor agilidad que pude me senté a horcajadas sobre él. Sus ojos se abrieron enormes y sus manos fueron inmediatamente a mis caderas.
- Entonces supongo que estas un poco… acumulado – me removí sobre él tratando de incitarlo aún más
- Supones bien
Cerró los ojos y estiró su cuello, ya estaba duro para mí. Sin levantarme mucho la bajé los pantalones e hice a un lado mis bragas, no tenía pensando en concretar aún, solo quería disfrutar de la sensación de tenerlo desnudo debajo de mí.
- Necesito verte sin ropa
Quise rodar los ojos porque me hizo perder el hilo de mis pensamientos, pero preferí complacerlo. Me moví a un lado y me desnudé, traté de hacerlo con un poco de show para calentar aún más el ambiente y funcionó, porque en nada Edward se quitó por completo los pantalones del piyama y comenzó a masturbarse, verlo darse placer era una experiencia absolutamente inolvidable. Removí mis caderas sin preocuparme mucho por mis kilos de sobra, él me había embarazado así que ahora se aguantaba. Además, estaba bastante bien después del parto.
Cuando sentí que la previa sin tocarnos ya había sido mucha me volví a poner a horcajadas sobre sus caderas. Está vez me removí al instante ya que su pene estaba duro y algo húmedo, perfecto para encajarse en mi coño. Con mis dedos abrí mis labios y dejé que mi clítoris entrara en acción, lo agradecí inmediatamente. Esas cosquillas pasaron hasta mis piernas las que se tensaron un poco, tuve el instinto de estirarlas pero murió bastante rápido, la posición no me dejaba.
- Amor… yo no creo que pueda aguantar mucho tiempo… te necesito desesperadamente
Asentí y me alcé para poder tomar su polla con una mano y guiarla directamente hacia mi entrada. Solo fue necesario un rocé para que me volviera loca y lo engullera como la hambrienta que era. Tal parecía ser que Edward no era el único desesperado, mis caderas se movieron lo más rápido que pudieron hasta que sentí que mi orgasmo se acerca, en ese momento disminuí la intensidad de mis movimientos y comencé a hacer círculos.
- Bella… eres la mejor… siempre
- Y tú – me agaché para alcanzar sus labios -, eres el amor de mi vida – lo besé castamente antes de que ambos llegáramos al orgasmo -. Siempre
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- No amor… creo que será mejor que vayamos a otro lado… esta cama…
- Shuuu – puse un dedo sobre sus sexys labios y negué -, me encanta follar en esta cama, es la mejor
- Pero… hay otros lugares
Volví a negar, lo dejé caer de espaldas en la cama y comencé a sacarme la ropa. Sus ojos se clavaron en mis senos en cuanto quedaron desnudos, parecía ser que su aversión a la cama había pasado de largo. La falda que traía cayó por mis piernas dejándome desnuda, hoy no andaba con bragas.
- Desde acá puedo ver lo mojada que estas… amo ver tu coño depilado amor…
- Bueno… entonces supongo que me lo demostraras con tu lengua
Él asintió y yo sonreí. Se puso de rodillas en la cama pero su rostro se congeló de pronto – No puedo… esa foto… pareciera que Edward me está mirando
Seguí la dirección de su vista y me topé con la foto de Edward, estaba joven y lucia sexy como siempre. Rodé los ojos y me acerqué a moverla, la dejé boca abajo. A mí tampoco me gustaba que sus ojos verdes me estuvieran viendo mientras follaba con Ethan en su cama.
- Bueno… ya no nos está mirando
Me subí a la cama gateando hacía él - ¿Segura que no vendrá? La vez pasada estuvo a nada de encontrarnos
- Tranquilo – puse en dedo sobre sus labios -, hablé con él hace poco, está en el trabajo… no vendrá por ahora
- ¿Y Seth y…?
Lo besé metiendo la lengua hasta el fondo de su garganta, no me gustaba cuando comenzaba con tantos cuestionamientos. Esto debía ser divertido no una mierda llena de remordimientos, después de todo no estábamos haciendo malo, de hecho esto era bueno… nada mejor que follar con Ethan, dejar que su enorme polla me penetrara hasta por donde no se debía.
- Están todos afuera… tranquilo… y prepárate porque hoy quiero que me la metas por el culo
Creo que eso basto porque me dio vuelta dejando mi espalda en la cama, no dejó de besarme. Ethan era así, cuando su lengua penetraba mi boca, su polla debía penetrar mi coño. Abrí las piernas lista para que entrara en mí.
- ¡Mierda! ¡Estas jodidamente apretada y mojada!
- ¡Oh! ¡Ethan! Vamos bebé… métemela bien adentro… dame como me gusta
- ¿Cómo te gusta? – lo vi sobre mí, sentí pero me arrepentí por un segundo cuando salió – entonces te daré como la perra que eres
Me puso de rodillas mirando hacia la puerta. Lo sentí meterse de nuevo en mi interior, pero esta vez lo hizo con mucha más fuerza, su polla era larga y gruesa, perfecta para su edad, además, dura tanto tiempo erguida que era imposible no querer más después del primer orgamo.
- ¡MIERDA! te siento tan malditamente adentro
- ¿Sí? Entonces gime como la perra que eres – a la primera nalgada sentí mis ojos rodar casi hacia el fondo de mi cabeza
- ¡DAME DURO MALDITA SEA!
Una nalgada más y mis paredes comenzaron a ceñirse. Estaba a punto de alcanzar el orgasmo cuando la puerta se abrió. Apoyada en mis codos alcé la vista para ver a Edward en la puerta del cuarto, sus ojos estaban abiertos a más no poder y su respiración estaba agitada. Dejé caer mi cuerpo en cuanto lo sentí dar un paso adentro de la habitación. De lo único que fui capaz fue de tomar un cojín para cubrirme. No vi a Ethan pero podía apostar que estaba cagado de miedo, después de todo eso es lo que me pasa por meterme con pendejos de 20 años.
- Edward…
- No… me… digas… Edward
Sus dientes estaban tan apretados que apenas lo entendí.
¡Mierda!
La había cagado.
Cerré los ojos esperando por las lágrimas, solo se me salió una antes de que él volviera a rugir.
- ¡DAME UNA PUTA EXPLICACION DE TODO ESTO!
- Yo… no es…
- Si me dices que no es lo que parece juro que te daré vuelta el rostro de una cacheta
Salté del susto, él no solía ser tan agresivo conmigo, bueno, supongo que esta vez le había dado un poco más de razones.
- Edward… señor… yo
Quise golpear al pendejo de Ethan por intervenir pero ya lo había hecho, no tenia caso.
- ¡TU, JODIDO CABRÓN!… te cortaré esa excusa de polla que tienes
Cerré los ojos cuando gritó, pero los tacones acercándose me decían que estaba a salvo. Respiré.
- ¿Qué está pasando acá?
Sonreí al ver a mi madre pararse al lado de Edward.
- ¿Peyton? ¿Qué significa esto?
No pude responder porque mi padre lo hizo por mi – Significa que me encontré con tu hija cogiendo en nuestra cama… ¡NUESTRA CAMA, BELLA!
Miré a mi madre rogando por compasión, supongo que la convencí porque me hizo un gesto.
- Hija… lleva a tu novio a tu cuarto
Asentí y me apresuré a tomar a Ethan de la mano, él se estaba cubriendo su flácido miembro con otra almohada. Cuando pasé por el lado de mis padres solo recibí una sonrisa de mi mamá. De mi padre nada.
- ¡Te cortaré las bolas Ethan! – escuché a Edward pero solo rodé los ojos – ¡Como los vuelva a encontrar en mi cama…!
Dejé de escucharlo.
Sí, las cagué al follar esta vez en su cama, no volvería a hacerlo, pero eso no significaba que dejara de coger con mi novio… ¡Vamos!, tengo 17 años y estoy segura que mis padres fueron mucho más promiscuos que yo a mi edad.
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- ¿Ves? – vi como mi esposo tomaba la colcha de la cama y la hacía una bolita – esto pasa por darle tanta libertad a Peyton
- Creo que deberíamos agradecer que lo haga en casa y no en la calle – me encogí de hombros
- ¡Pero no en nuestra cama! – se sentó en el bordé y yo me agaché a su altura -, supongo que no podemos decirle mucho… seria un doble discurso espantoso, nosotros a su edad éramos peores
- ¡Exacto! – asentí – y ella es una buena chica, buena estudiante y monógama, solo lo hace con su novio, lo que es mucho más de lo que recuerdo de nosotros
- Sí, debo dar gracias que no haya salido a su madre
- ¡Ey! – le pegué bastante fuerte en la cabeza – mira que tú fuiste peor que yo… recuerdo bastante bien que hasta tríos hiciste
- Un cuarteto… no se si lo recuerdas
Fruncí el ceño – Bien, cambio de tema – me estremecí
Recordar a James y a Rose en esa situación no era lo mejor. De hecho, trataba ni siquiera pensar en todas las veces que estuve con James, por fin lo logré así que no necesitaba más imágenes mentales.
- ¿Sí?
Me tomó entre sus brazos y dejó caer su espalda en la cama llevándome con él – Sí, tú eras peor que yo – reafirme mi teoría, aunque la verdad no estaba muy segura de ella
- No, yo creo que tú eras peor
Rodé los ojos y negué – Supongo que éramos iguales entonces… unos putos pervertidos que follaban con lo que podían
Su sonrisa creció de pronto.
- ¿Dónde está Seth?
Entendí sus palabras – Lo dejé con Alice, iba a llevar a los chicos al parque
Por lo menos mi niño aún era un bebé a sus 13 años aún no estaba interesado en chicas pero si tomaba de modelo a su padre podía apostar que antes de que terminara este año ya se iba a estar masturbando y pensando solo en follar.
- Entonces… estamos solos – sus manos subieron por mi espalda acariciándome delicadamente
- Bueno, eso sin contar a la parejita – apunté hacia cualquier lado
- Ni me lo recuerdes
Sus dientes se apretaron. Era tan lindo verlo celoso de nuestra hija - Mejor te distraigo – bajé los labios por su cuello, lo estaba calentando, a punto de que esto comenzara, pero él me separó de su cuerpo - ¿Qué…? – mi boca se abrió logrando que me dolieran las comisuras
Negó y se removió fuera de la cama – Necesito que cambiemos las sabanas antes de nada
Sonreí y negué… Edward era lo mejor que me pasó nunca.
Lo mejor que pude encontrar en el camino de mi vida.
FIN
Hola!
Bueno chicos, este es el final :(
No me queda más que darles las gracias a todos los que leyeron esta locura acá y en el Blog.
Besos, Joha!