Capítulo 1
Y ahí estaba ella… Ayuzawa Misaki, la presidenta del consejo estudiantil. Una joven con mucho carácter y autoridad. Adorada por las chicas de la preparatoria Seika y temida por todos los chicos de la misma. A pesar de demostrar su fortaleza en la presidencia del consejo estudiantil la chica tenía muchos problemas en su casa. Para empezar; con casi diecisiete años vivía sola. Por razones muy particulares que la obligaron a abandonar su hogar ahora se encontraba rentando un apartamento en una zona bastante humilde de la ciudad.
No se quejaba por lo que le tocaba vivir, muy por el contrario era una persona muy positiva y adoraba trabajar duro para lograr sus objetivos. Lo único que le costaba era adaptarse al último trabajo que había logrado conseguir. La paga era excelente por la cantidad de horas que debía trabajar, que eran muy pocas comparado con sus anteriores empleos, la gerente del lugar con solo verla había decidido contratarla, sus compañeras eran muy simpáticas y se llevaba muy bien con ellas, salvo con una que tenía un aura un tanto extraña y oscura pero que de todas maneras le parecía (en el fondo) buena persona. Ahora bien, dado el cargo que tenía en la preparatoria, ese trabajo en particular, según ella, le restaría seriedad y credibilidad.
Ayuzawa Misaki había logrado sin mucho esfuerzo entrar a uno de los cafés más populares de Tokio, pero este no era un café común y corriente. Era un café cosplay en donde como uniforme, las empleadas debían vestir de mucamas con diseños especiales según la ocasión u ocurrencia de la gerente. Algo fuera de lo común y según muchas personas era un trabajo muy provocativo porque ya que las meseras estaban disfrazadas, los clientes en su mayoría eran hombres, aunque por fortuna el público femenino también se hacía presente.
Habían pasado dos semanas desde que había comenzado a trabajar, sus profesores sabían que trabajaba pero no sabían dónde y tampoco se molestaban en investigarlo ya que la chica era muy inteligente y responsable, por lo tanto no les era de su incumbencia. Pero a pesar que sus profesores no indagaban en su vida fuera de la escuela, Misaki siempre estaba paranoica acerca de cualquier mención sobre la palabra 'Maid' ya que a las muchachas que trabajaban allí las conocían por Maids y el lugar en sí se llamaba Maid Latte.
El segundo día después de su trabajo escuchó a unos alumnos hablar cuando estaba patrullando los corredores y en esa charla que tenían, Misaki escuchó la palabra Maid y su corazón casi se sale del pecho. Con su apariencia demoníaca, gritó a los chicos y les exigió que les dijeran que era lo que hablaban, pero solo consiguió asustarlos y entre el tartamudeo de uno y el casi llanto del otro Misaki no tuvo más que dejarlos ir, después de todo les había entendido que estaban hablando de una figura de acción hecha en china. Y así siguió con su paranoia hasta que terminó ese día. Pasaron los días y seguía escuchando palabras relacionadas con su trabajo pero nada de qué preocuparse porque eran palabras bastantes comunes y de uso cotidiano y aunque seguía alerta por si acaso, con el correr de los días se fue tranquilizando.
Después de una noche de mucho trabajo se encontraba trabajando en la escuela haciendo lo que todo presidente de consejo estudiantil debería; confiscando cosas inapropiadas, poniendo en línea a los chicos de la escuela y asegurándose que las chicas estén en perfecta armonía porque si había algo que la Kaichō demoníaca (como sus compañeros la llamaban) odiaba era que las mujeres se sintieran inferiores y atemorizadas por ser superadas en número por el sexo masculino. Todos se preguntaban lo mismo, inclusive las chicas ¿Por qué una chica tan linda odiaba tanto a los hombres? Era muy obvio que era una feminista empedernida pero todos se preguntaban por qué.
Estaba agotada y deseaba descansar por un momento antes de entrar al salón de clases así que para ello se dirigió a la azotea de la escuela. En realidad no les estaba permitido a casi ningún alumno subir pero ella era especial y como nadie le detuvo su paso siguió hasta arriba. El clima estaba perfecto, era un hermoso día y pensaba disfrutar al menos unos quince minutos pero no esperó encontrarse con otra persona allí.
Sentado, muy relajado y con un lolly pop en la boca estaba uno de sus mayores dolores de cabeza desde que salió electa presidenta. Siempre se escurría cada vez que iba a regañarlo por hacer llorar a las chicas que se les declaraban y nunca supo en donde se escabullía hasta ahora. Pero ya iba a ver… después de todo no tenía autorización de estar ahí.
Tomó aire como para darle el sermón de su vida y le habló. –Usui Takumi ¿Qué demonios haces aquí?- Preguntó señalándolo con un dedo.
-Pero si es la Kaichō…ó con desdén y ni siquiera respondiendo la pregunta que le había hecho Misaki, lo cual hizo que la chica perdiera la poca paciencia que tenía con los hombres.
-Mereces un castigo Usui…-. Pero el la interrumpió antes de que pudiera terminar su oración.
-No hay necesidad que te pongas agresiva presidenta. Me iré de aquí en este instante-. La miró directo a los ojos al acercarse peligrosamente casi pegándola a la puerta de la escalera. Misaki no se intimidó y por el contrario se puso más furiosa.
-¿Cómo te atreves a querer intimidarme? Ahora más que nunca te castigaré-.
-No tienes esa clase de poder para castigar a un alumno, todavía no eres un profesor. De todas maneras ya me iba-.
Ante esas palabras Misaki no supo que decir, después de todo lo que el rubio acababa de decir era muy cierto. Ella no era un profesor pero, sin embargo, todavía podía decirle a uno sobre el comportamiento de ese patán… pero ir a pedir ayuda para solucionar sus problemas no era algo que estuviera en su carácter, así que se las arreglaría a su manera.
-Estúpido Usui-. Murmuró aun enojada y se fue a sentar a contra la pared quedándose profundamente dormida a los pocos minutos.
En tanto Usui había permanecido cerca porque a pesar de haberla querido intimidar, no buscaba crearle problemas. A decir verdad no sabía que pensar de ella, apenas la conocía y con ese pequeño dialogo que habían tenido su curiosidad fue en aumento. Le había molestado un poco que fuera directamente a querer sermonearlo, no estaba haciendo nada malo. Cuando se acercó a ella y no retrocedió quedó impresionado. Nunca hubo una chica que le mantuviera la mirada como lo había hecho la presidenta, usualmente se sonrojaban y empezaban a hablar incoherencias o intentaban seducirlo pero ella simplemente no se dejó intimidar y no solo eso, la chica se veía adorable con el ceño fruncido y esos ojos llenos de desafío y tenía la certeza de que si no la hubiese dejado hablando sola todavía estarían discutiendo. Eso le pareció divertido, esa Kaichō no era como las demás chicas. Era única y hasta le parecía interesante.
Sentía frío, le dolía el trasero por estar sentada y estaba algo desorientada. Había tenido una pesadilla y eso fue lo que la despertó porque de lo contrario hubiese seguido durmiendo todo el día. Miró su reloj de pulsera y casi se le sale el corazón, se había salteado una hora de clases y no tenía ninguna excusa verdadera para presentarle a su profesor, no podía ir a decirle que se había dormido. Tendría que ir a la enfermería y tomar algo para el dolor de cabeza que le estaba dando, de paso usaría eso de excusa, aunque no le gustaba mentir; demasiado lo hacía ya.
-Has dormido por toda una hora Kaichō-. Escuchó que le decía una voz con diversión. Primero no supo quién era, después cuando finalmente se despabiló, se giró y se encontró con unos ojos esmeralda no pudo hacer más que ponerse de pié con el entrecejo fruncido.
-¿Qué haces de nuevo aquí? ¿Es que no entiendes?-
-Solo te faltó decir 'Estúpido Usui'-. Le comentó dándole a entender que había escuchado parte de su enojo hacia su persona. Misaki ni se inmutó ni avergonzó por haberlo insultado.
-Te lo merecías… si has estado aquí todo este tiempo ¿Por qué no me despertaste?-
-Te veías linda durmiendo-. Respondió como si hablara de algo normal.
-Deja de hablar tonterías… ¡pervertido!- Decidió irse de ese lugar porque de lo contrario lo golpearía.
-Oye Kaichō ¿Qué le dirás al sensei? Es que estuvo preguntando por ti-. Siguió usando el mismo tono monótono que le daba poca importancia a las cosas.
-Eso no es de tu incumbencia-. Y con eso se fue no sin antes escuchar algo como 'no sabía que la Kaichō fuera tan dormilona' ¿Quién se creía ese tipo?
Y así habían pasado varios días después de la discusión con Usui y otra noche había llegado y con ello la hora de ir a trabajar, Misaki se había cambiado y se dirigía al Maid Latte como todas las noches. Esperaba que fuera una noche tranquila porque con todo lo que había pasado en esos días estaba bastante agotada.
Llegó puntual como siempre y se dispuso a atender a las mesas, en eso el sobrino de la gerente, Aoi Hyoudou había llegado a ayudar a diseñar y a elegir los uniformes de la semana siguiente, ya que su sobrino era un gran artista en cuanto a indumentaria se tratara, el joven tenía un don natural y siempre estaba a la moda, lamentablemente su padre no lo apoyaba porque decía que no era una actividad muy varonil.
Misaki entre tanto seguía con su arduo trabajo; en esas semanas que trabajó se había ganado un club de fans. Eran tres chicos universitarios que, iban al café a menudo pero desde que había entrado a trabajar iban casi todos los días. Misaki estaba un poco harta de su estúpido comportamiento cada vez que la veían y por eso los había bautizado San-baka y ellos estaban más que felices… a veces Misaki se preguntaba si eran masoquistas.
Finalmente ya no quedaban muchos clientes y estaban preparando todo para cerrar pero la puerta de nuevo se abrió y como de costumbre tenían que recibir al cliente y como era el turno de Misaki, alias Misa-chan, tuvo que ir ella a darle la bienvenida.
-Bienvenido amo-. Saludó haciendo una reverencia, solo que cuando se volvió a erguir no espero encontrarse con un par de ojos esmeralda observándola con ¿deseo?
-Te ves sexy Kaichō-. En ese momento Misaki pensó que era su fin…
Continuará…
¡Hola! Espero que les haya gustado el capítulo, es mi primer fanfic en este fandom y la verdad es que estoy muy emocionada =)
No sé cuando vuelva a actualizar, todavía tengo pendiente dos de Inuyasha y una el capítulo final de una traducción de Rurouni Kenshin pero si les gustó voy a tratar de actualizar seguido. No sé de cuantos capítulos va a ser este fic pero espero que sea un fic de al menos cinco capítulos porque me gustan los fics de varios capítulos.
Bueno, si les gustó háganmelo saber dejándome un review. Las críticas constructivas y sugerencias son muy apreciadas. Desde ya muchas gracias.