P.D.V. SHERLOCK

John giró su cuerpo un poco alejándose de mí, para después retroceder hasta quedar junto a mí, el ángulo que eligió me dio más libertad para que pudiera acariciar con la punta de mis dedos su… no, mi tatuaje. Supe iba a ser muy poco probable que pudiera sentirlo inmediatamente al tacto por mucho tiempo. Debería hacerme plenamente consciente de su localización exacta desde cualquier ángulo antes de que fuera identificable únicamente por el tacto.

Aun estaba procesando todas las cosas que me había dicho, y aun estaba sorprendido por varias cosas, especialmente por la frase No, significa No, lo cual estaba haciendo eco en mi cabeza de una manera que seguramente estaría entre nosotros por un largo tiempo.

Pero nada de eso se comparó con el miedo que tuve cuando me dijo, "Necesitamos hablar", sin embargo perder a John es lo única cosa probablemente a lo que tengo miedo. Sabía que no iba a ser una persona fácil cuando alguien se involucrara conmigo, pero debo dar lo mejor al en esta relación, mucho más con lo que John me dijo, y también deberé de asegurarme que las cosas no debían llegar tan lejos otra vez si era infeliz. No estaba de acuerdo con todas las cosas que dijo, pero el hecho que de las creyera, era suficiente para preocuparme. Agaché mi cabeza para descansarla contra la suya, no podría arriesgarme a perder a John.

Nuestros besos en mi recamara había sido un gran alivio, tranquilizando mis preocupaciones restantes, pero ahora las dos últimas semanas de ausencia se hicieron presentes alcanzándome, deseaba más… mucho, mucho más. Era tan extraño pensar que había vivido tanto tiempo sin ningún sentimiento, ni interés sexual, y ahora con John, dos semanas me parece un tiempo escandalosamente largo. En un rincón de mi mente estaba repasando la última vez que había sido top y me pregunté qué diría si le sugiriera que lo fuera; si es que lo prefiriese, después de todo fue una de las cosas que dijo.

Esperaba que no, porque sabía a ciencia cierta que tan pronto el se desnudara y viera el tatuaje otra vez iba a querer tomarlo y no de una forma tranquila. Cambié un poco mi posición en el asiento, intentando redirigir mis pensamientos, pero con la piel de John en contacto directa con mi mano, el calor de cuerpo en mi costado, su olor, su movimiento al respirar, la forma en que su pulso se aceleró cuando le hablé en su oreja, era imposible.

La oportunidad que se presentó fue vía el nuevo punto de acceso adentro de sus jeans, era tan tentador con mucha cautela deslicé ms dedos un poco más adentro, sabiendo de antemano que su suéter, cubriría mis movimientos.

—Para— susurró y lo hice de inmediato. Regresé mi mano a su posición original, entonces el giró su rostro para verme. "Te amo" estaba escrito en toda su cara. "Te deseo" estaba en su mano sujetando mi pierna y su pulso acelerado que se veía en su garganta. "Soy tuyo" estaba grabado en su cadera. Puse mis labios en su sien y vi de nuevo mi reloj… ¿Cuánto tiempo más podría durar este viaje?

Diez minutos después, estaba corriendo la decimo sexta versión en mi mente de lo que podría hacerle a John tan pronto llegáramos a casa, Mycroft golpeo la ventana divisora del chofer, hasta que esta se deslizó un poco. —Código siete— suspiró. —Directo a Baker Street—. El auto aceleró inmediatamente, entonces se giró, murmurando por lo bajo. —El ministro puede esperar un poco— dijo. —La reina y el país es una cosa, pero nadie puede esperar que aguante esto— Por una ocasión el gesto de presunción había desaparecido de su rostro… Navidad estaba terminando.

Cuando el auto se estacionó, Mycroft prácticamente aventó nuestra maleta detrás de nosotros, nos quedamos viendo uno al otro.

—Adentro— dijo John, lo cual era sin duda el mejor plan. Fue a abrir la puerta, mientras yo recogía la maleta y lo seguí, incapaz de resistirme a pegarme a presionarme contra él mientras besaba su cuello. Le tomó al menos tres ocasiones intentar poner la llave en la cerradura… no iba a ser posible que estuviera de top esta noche.

Deseaba desesperadamente abrazarlo tan pronto cruzáramos la puerta, pero no quería detenerme una vez que hubiésemos comenzado, no había tenido suficiente por un día. Pareció que tuvo la misma idea, porque inmediatamente subimos las escaleras sin pasar por la sala, solo directo a la recamara; nuestra primera vez fue en mi cuarto, pero John se inhibía más debido a que quizás la Señora Hudson pudiera escucharnos. Por lo cual el mudarnos a su cuarto fue un excelente movimiento.

Dejó la puerta abierta para que pasara y luego la cerró para recargarse contra ella, mirándome mientras dejaba la maleta en el piso, encendí la lámpara y me giré para verlo.

Nos miramos uno al otro, entonces me quité el abrigo e inicié a desabrocharme la camisa, sus ojos seguían los movimientos de mis dedos, observando con avidez cada centímetro de piel que era revelado. Saqué mi camisa del pantalón pero no me la quité, solo estaba esperando.

Después de unos instantes, se levantó enderezando su espalda, mientras sujetaba el borde de su suéter y sacándoselo por la cabeza. Normalmente llevaba una camisa debajo de este, en época de invierno, estaba preparado para verla, pero se le olvidó ponérsela. Sentí una ligera molestia cuando recordé el por qué, pero finalmente no lamentaba para nada el resultado a medida que mis ojos recorrían su cuerpo ahora.

Todo en él era atractivo a mis ojos, desde su estatura más baja, incluso guardaba mi expresión más cuidadosamente para evitar que viese lo que estaba pensando, esa fina capa de vello sobre su pecho, su fuerza, su dureza como una roca, un sitio de recreo para mí. Incluso esa cicatriz en su hombro, sin la cual nunca lo hubiera conocido. Me quité la camisa y la tiré.

Los zapatos fueron los siguientes, primero los míos, después los de él, seguidos por los calcetines, cada uno observando cómo se movían nuestros músculos de la espalda, y brazos conforme nos inclinábamos o intentábamos mantenernos en equilibrio. Finalmente me desabroché el cinturón sacándolo e inmediatamente y tirándolo por ahí… Me había permitido sujetarlo varias veces, lo cual había disfrutado mucho, pero no creí que este fuera el momento para recordárselo. De cualquier forma, no me agradaría que no fuera capaz de tocarme; deseaba sentir sus manos en mí esta noche.

Lo esperé, pero el negó con su cabeza. —Continua— dijo, su voz era casi un susurro e inestable; se había recargado de la puerta nuevamente. Enarque una ceja, pero le obedecí, desabroché mis pantalones para bajarlos y quitármelos finalmente antes de enderezarme y mostrarme solo con mis calzoncillos cortos.

Su mirada me recorrió de arriba abajo, por mis piernas y todo mi cuerpo. Cerré mis ojos por unos instantes podía sentir su deseo como si estuviera lamiendo toda mi piel. Cuando los abrí sus ojos estaban enfocados sobre mi muy visible erección y desabrochó su cinturón.

Cuando se abrió sus jeans y se los quitó, claramente se terminó de girar hacia mí, a la vez que yo había dado un paso hacia él sin siquiera haberlo pensado. Inclinó su cabeza hacia un lado cuestionante y me detuve. —¿Juntos?— sugirió. Asentí. Momentos más tarde ambos estábamos completamente desnudos y muy, muy excitados.

Volví a dar un paso hacía el, esta ocasión hizo lo mismo, levantando su brazo izquierdo para envolver con su mano mi nuca. Se estiró a la vez que yo me inclinaba para besarnos, devorándonos uno al otro, todas las emociones y tensión de nuestro día encontraron la manera de salir de nuestros cuerpos, en silencio le prometí tratarlo con más respeto en el futuro y él dejó claro que nunca me dejaría, debería creer en el tatuaje.

Dio el último paso y ahora si estábamos juntos, en completo contacto desde nuestra bocas hasta nuestras rodillas. Lo envolví con mi brazo izquierdo por la cintura y lo apreté contra mí, sintiendo su erección, tan dura contra la parte superior de mi muslo. Mi mano derecha bajó automáticamente hasta su cadera, rozando mi pulgar sobre mis iníciales. Sabía lo que deseaba hacer.

—John, ¿Te sentarías en la cama?— le pregunté, entonces el nos giró a ambos y comenzamos a caminar hacia esta, sus brazos nunca me soltaron durante todo ese tiempo, manteniéndonos unidos durante todo el trayecto. Cuando llegó a la cama, se sentó recorriendo la parte posterior de mis muslos, provocándome, claramente pensando que así lo deseaba.

Puse mis manos sobre sus hombros y levantó la vista sorprendido. —¿Te recostarías?— le pedí. Estaba casi seguro que no le hubiese importado si solo lo acostaba, esta ocasión deseaba que fuera mejor para él, por lo cual debía ser totalmente cauteloso todo el tiempo, hasta el momento estaba haciendo lo que él quería y estaba seguro que lo hacía feliz. Fue inaceptable que John se sintiera menos por mi causa, era la mejor persona que yo he conocido nunca.

Asintió a mi petición y me arrodillé, acariciándolas mientras me colocaba entre sus piernas. Sentí como un ligero temblor lo recorrió desde su abdomen, me incliné hacia adelante y rocé brevemente mis labios sobre el tatuaje antes de bajar por la ruta ya más que familiar y tomarlo entre mi boca, devorándolo todo. John aun no podía hacerlo, aunque lo intentó pero su reflejo de arcadas era demasiado sensible. No es que me importara, a mi me encantaba todo lo que me hacía y me enorgullecía en el estado que lo ponía a pesar de mi falta de experiencia previa. Los sitios web de los que tanto se burla en realidad me han proporcionado muchos consejos útiles.

Moví mi mano derecha hacia el tatuaje, mientras continuaba trabajando en él, observando como mi dedo trazaba cada una de las letras de manera repetida. Esto era la cosa más increíble que podría haberme regalado y siempre lamentaré que su revelación haya sido opacada por los eventos del día, aunque ese disgusto fue lo mejor al final, ya que finalmente habló de cómo se sentía y comenzaríamos a arreglarlo, ahora podríamos confiar más uno en el otro en un futuro inmediato. Recordé los silencios ocasionales y las sombras en el rostro de John que fueron provocados por mi comportamiento; nunca volvería a dejarlos pasar sin investigar que los provocaba. Siempre supe que no iba a ser bueno dentro de una relación, no entendía ninguna de esas reglas no escritas que todos dan por asentadas, por lo cual tendría que hacer me las explicara si eran importantes para él.

Por ahora solo me concentré en darle algunas excelentes ideas para ir por su regalo. Ciertamente al parecer estaba funcionando, ya que gemía y movía sus caderas en la cama conforme yo alternaba mi técnica, girando mi lengua alrededor de él en la forma que sabía lo adoraba, a continuación un siseó de placer se escuchó cuando engullí toda su longitud otra vez.

—¡Sherlock!— gritó, claramente estaba a punto de llegar al clímax, unas de sus manos me sujetó del cabello para alejarme. Antes de hoy, quizás hubiera hecho que se corriera, ya que seguramente podríamos ponernos en acción sin que transcurriera mucho tiempo. Su resistencia estaba muy por arriba de la media de los hombres de su edad. Sin embargo no era lo que deseaba, por lo tanto me retiré y usé mi mano izquierda para sujetarlo y abrazarlo de nuevo, bajando mi boca para besar el tatuaje de nuevo, solo para reforzar los sentimientos que me provocaba. Si las cosas salían de acuerdo con el plan, el se excitaría con sólo con darme una mirada antes de que acabara la noche...

Estaba jadeando tratando de recuperar su aliento, me subí a la cama hasta subir a su rostro apoyado en mis codos para mirarlo a los ojos. —John— murmuré, bajando mi cabeza para besarlo. Colocó inmediatamente su mano a atrás de mi cabeza para sujetar mi cabello y devolverme el beso con pasión, antes de sujetarme de la muñeca izquierda para jalarme hacia él, colocando una rodilla entre mis piernas y hacernos girar.

Ahora estaba en la posición que él había estado, tumbado de espaldas en la cama con mis rodillas dobladas y mis pies en el suelo, pero él estaba sentado a horcajadas sobre mí. Soltó mi muñeca y acarició con su mano lo largo de mi brazo, luego se inclinó hacia mí y me besó, entonces puso toda su atención en mi pecho, bajando su cabeza para lamer y chupar mis pezones, colocando solo un poco de su peso, para poder frotarse contra mí.

La combinación de esas sensaciones estaba amenazando con romper mi concentración. Mis pezones nunca se habían vuelto menos sensibles y las acciones de John aun provocaban un corto circuito en mi cerebro, al igual que lo había hecho hace tantos meses durante nuestra primera vez. Logré un poco enfocarme ante tal sensación, sin embargo no iba a dejar que me distrajera de mi objetivo final.

—Quiero estar dentro de ti, John— le dije. —¿De acuerdo?

Me dio una sonrisa luminosa. —¡Lubricante!— dijo y se incorporó para ir dando tumbos sobre la cama, entonces le sujeté con mi mano izquierda para sujetarlo y que no cayera del lado derecho donde estaba tirada nuestra maleta en el suelo.

Iba a tomar eso como "Si".

—Lo tengo— dijo y alzó su espalda, incorporándose al mismo tiempo. Tenía la botella abierta y no tardó en colocar el gel sobre su mano, tan pronto como lo hizo se volvió a colocar sobre mí. Me recosté colocando mis manos detrás de mi cabeza, cerrando los ojos unos instantes para sentir, sabiendo que esa sensación no se podría comparar con lo que estaba por ocurrir. Cuando lo miré de nuevo, John estaba preparándose el mismo, a continuación simplemente se incorporó sobre sus rodillas y se dejó caer sobre mí, su mano derecha apoyándose en mi hombre y su mano izquierda me guiaba hacia su interior.

Lo hizo lentamente, habían pasado un par de semanas y probablemente también me torturaría un poco, era lo justo. Miré hacia abajo. La visión de que una parte de mi, estaba adaptándose al cuerpo de John, estaba en la lista de las cinco mejores experiencias visuales, todas lo involucraban a él. También miraba fascinado, aunque obviamente le era más difícil ver. Una idea vaga se instaló repentinamente en mi cerebro, tal vez si comprara un espejo grande, definitivamente se volvió un plan que debía llevar a cabo. Sería un excelente regalo de navidad para John aunque se lo entregaría días más tarde.

Mis pensamientos se entrecortaron cuando estaba ya me tenía totalmente dentro de él, me apoyé en mis codos, mirando su rostro, mientras se acostumbraba a la sensación de tenerme dentro de él. Estaba mordiendo su labio, sus ojos cerrados en total concentración. Se veía absolutamente soberbio.

Después de unos momentos, se alzó un poco y entonces se dejó caer, para volver a hacerlo una y otra vez, variando el ángulo hasta que encontró el punto exacto, echando su cabeza hacia atrás y dejando escapar un fuerte gemido.

Ese sonido resonó a través de mí. Era más fuerte y más vocal, mi cerebro parecía haberse desconectado, dejando que mis instintos enterrados e insospechados salieran a flote. Deseaba girarnos, deseaba tomar el mando y que se asiera a mi espalda, pero me obligue a quedarme quieto. Mi mirada fue directo al tatuaje y lo sujeté por las caderas pero no para tratar de controlar o modificar sus acciones, solo lo dejaba hacer, acariciando con mi pulgar las letras; mis iníciales subían y bajaban con sus movimientos.

Alcé mi mirada y él me estaba viendo. —Continua, entonces— dijo.

Mis manos lo sujetaron antes de que pudiera detenerlas. —¿Estás seguro?— me cercioré. —No lo digas solo por mí. Quiero que seas feliz.

Sonrió, pero entonces me estremecí cuando se dejó caer de nuevo sobre mí, sus ojos se cerraron en ese momento. —Hazlo— dijo. —Te deseo—. Me miró. —Follame, Sherlock— dijo. —Hazlo ahora.

Solo atiné a gruñir antes sus palabras y me senté para envolver su cuerpo con mis brazos y utilizarlos de soporte y poder centrarlo entre mis piernas, apoyando toda mi fuerza en el suelo, para poder girarnos y por fin tener a John recostado con su cabeza en la almohada y yo sobre él, enterrándome profundamente en su cuerpo.

Levanté su pierna derecha encima de mi hombro, coloqué otra almohada debajo de sus caderas, dejando su pierna izquierda abajo para que pudiera ver mi marca, coloqué mi mano ahí, mientras mi pulgar lo acariciaba varias veces, antes de deslizar mi mano hasta su hombría para masturbar a John conforme a mis embestidas.

Arqueó su espalda cuando aumenté la velocidad, podía ver la tensión en los tendones de su cuello, sus manos sujetaban con fuerza la colcha, mientras intentaba aguantar todas las sensaciones de nuestra unión, no iba a soportar mucho tiempo.

Mi cerebro estaba desconectado, el constante remolino de hechos, teorías y conexiones estaban tan lejanos y apagados, tan benditamente quietos, como en mi mente que solo estaba llena con el rostro de John, su voz, el calor de cuerpo que me rodeaba con tanta fuerza, tanto, tan bueno, hasta que estaba en todos lados y no había nada más que John, envolviendo mi cuerpo y mente, dándome la paz que únicamente él podría darme.

Solté el agarre de mi mano izquierda de su pierna que había estado sujetando, alzándola hasta donde estaba la suya para sujetarla y unir así nuestras manos. Su agarre era desesperado y me miró jadeante, su cuerpo temblando, haciendo que el mío también temblase, podía sentir como su corazón latía con tanta fuerza. —Sherlock, yo…— se quedó sin aliento, cerró sus ojos fuertemente por unos instantes, antes de enfocarlos de nuevos, podía ver claramente su esfuerzo. Podía sentir la opresión dentro de mi cuerpo y trataba de soportarlo, esperándolo a él.

—¿Juntos?— dijo, como lo había hecho anteriormente. Asentí y embestí con ferocidad, aceleré el ritmo, viendo su rostro, escuchando sus gemidos, hasta que apretó mis dedos y ambos nos liberamos.

Gritó que me amaba, que era mío. Me concentré en mi nombre grabado en su piel antes de cerrar mis ojos y pude escuchar mi voz respondiéndole, pero no supe que estaba diciendo. Fue glorioso.

Pasó algo de tiempo antes de que nos recuperáramos lo suficiente para limpiarnos y posteriormente de común acuerdo, nos metimos dentro de la cama a pesar de que todavía era muy temprano. Los dos aun teníamos que recuperar sueño de todos los días y este había también sido un día muy ocupado.

—¿Qué dije esta vez?— le cuestioné. No estaba seguro de querer saberlo, seguramente había dicho algo terriblemente posesivo, pero John adoraba hacerme esto, ver su capacidad actual de poder apagar mi cerebro como una de las mayores obras de su vida.

—Dijiste que te pertenecía— me dijo, gemí, dejando caer mi cabeza en su hombro.

—Maldición— murmuré y luego dije una expresión que raramente usaba antes de conocerlo. —Lo siento John.

Se puso a reír. —Así que, ¿Puede entender que tu regalo te gusto?— me preguntó y le sonreí, agradeciendo que no estuviera enojado.

—Quizás la navidad no sea tan mala después de todo— reconocí. —¿Tal vez el próximo año, podríamos ir a algún lugar donde no te importé que lo vean otras personas?— Valía la pena intentarlo.

—Olvídalo— dijo, bostezando. —Esto fue estrictamente una cosa de una sola vez, solo para tu vista.

Muy bien, pensé, con aire de suficiencia, entonces él se rió entre dientes.

—Lo has dicho en voz alta— señaló. —Pero tienes razón—. Acarició mis cabellos con sus dedos por última vez, antes de ponerla en mi cuello. —Soy tuyo, Sherlock— dijo. —Tuyo y de nadie más. Para siempre—. Encogió sus hombros. —Es justo decir que te pertenezco.

Negué con la cabeza. —Nos pertenecemos el uno al otro— le corregí. — Me sonrió, pero ya estaba casi durmiéndose. Miré su rostro amado. Un día, voy a grabar esas palabras y las pondré alrededor de su dedo, pensé. Besé su cabeza y lo jalé hacia mí, permitiéndome unirme a él para soñar.

Todo estaba bien…

N.A. Me di cuenta que seguramente hay muchas preguntas que no resolví, como la historia del padre de Sherlock, etc, pero sentí realmente que había sido suficiente (es un decir, ya que ustedes pueden pensar otra cosa) y es tiempo de continuar.

Disfruté realmente incursionar en este mundo, como muchos saben. Aun me siento tentada de regresar un día…

N.T. Definitivamente ha sido el capítulo más difícil que me ha tocado traducir de este fic y que me he encontrado en todos los que he hecho. Tratar de plasmar todo el erotismo me hizo gritar de frustración a veces porque no lo conseguía, aun pienso que no lo hice del todo, pero ustedes me dirán.

Gracias a todas por sus bellos comentarios ahora comenzaré a traducir algunos fics no solo de Verity que ya me dio permiso para todos ellos jejeje, sino otros interesantes que me he encontrado.

Damas y caballeros, todo está dicho para este fic. Lamento toda la tardanza pero ahora espero ya estar más con ustedes al parecer mis males físicos se han atenuado y ya no me siento tan como desde hace 7 meses.

Besos a tods...

Itsaso Adhara "Arima chan"