Bueno este es mi segundo fanfic, el anterior fue Halo jejeje pero por alguna razon que desconosco mi favorito es este. Halo aun no termina y mi plan es terminar estos dos juntos, pero bueno, Loneliness ya lo tengo algo avanzado aunque espero comprendan que pondre actualizacion cada semana por que mi word caduco y debo usar la compu de mi hermano (¬_¬ eh ahi el por que me eh retrasado tanto con Halo u.ú) OK basta ya, les dejo le primer capitulo esperando lo disfruten...

"Los personajes de este fanfic no me pertenece, todos son propiedad de Masashi Kishimoto"


"El preludio de mi vida"

++"El llanto es la calma para el corazon, pero si la calma nunca llega el corazon no puede ser salvado"++

La universidad de Konoha guarda muchos secretos, los alumnos y profesores deben ser lo mejor de lo mejor. Pero para mí no todo es así.

Mi vida se ha basado en el existo y el fracaso, en la victoria y la derrota, no siempre se puede ganar y eso lo eh aprendido de sobra. Pero no todos corren con esa misma dicha de disfrutar los logros por el esfuerzo y empeño aplicados, muchos más ven la vida fácil, lo tiene todo y creen que lo tendrán para siempre, tienen sueños vánales y sin fundamentos, fantasías infantiles que carecen de sentido común. Yo odio a esas personas.

Y si, aquí sentada en este pupitre eh visto a muchos de esa clase, hombres y mujeres, todos por igual han pasado frente a mi exponiendo sus ideas estúpidas y carentes de lógica, no soy una amargada pero han de entender que la vida no solo es un juego, la vida es una lucha en donde el fuerte y el débil no pueden vivir juntos, comes o te dejas comer, así de simple, así funciona y así es. En esta escuela también eh conseguido amigos que por lo menos han aceptado mi forma de ver las cosas, no son muchos pero me conformo con eso. Son contados pero fieles, los adoro. Tal vez mi pinta de amargada no les caiga muy bien pero no puedo cambiar, la vida te hace dura sin querer y no te da otra opción, para algunos la universidad solo es un desvió, un requisito que tienen que cumplir en su vida fácil pero para mí es la vida, lo único bueno que tengo, lo único que me hace feliz.

La vida sentimental es un tema que no quiero tocar, es un punto que tengo prohibido sacar. Hombres van y vienen, la mayoría buscando placer mientras ingenuas mujeres amor y cuentos de hadas es lo que quieren, tan solo pequeñas bobas, no quiero estar dentro de ese grupo, alguna vez tal vez lo estuve pero de eso hace mucho ya. Ahora mis prioridades son otras. Hoy sobretodo debo esforzarme, una vez más debo dar todo de mí y lograr la solicitud para asistir a la conferencia de Tsunade-sama. Ella es la persona a quien más admiro, tan fuerte, tan elegante y tan capaz. Las entradas son contadas, Konoha tiene un sistema peculiar, apruebas un examen y asistirás si no pues simplemente te vas. Dentro del salón en donde se aplicara tal prueba se encuentra la mayoría de mi salón, todos unos cerebritos… en apariencia.

-Deberías de cambiar tu mirada… asusta.-Dice mientras avienta la mochila a un lado mio y se sienta calmadamente.- Shikamaru Nara, 20 años, un prodigio flojo y holgazán, el único de su tipo que tiene mi respeto, es uno de mis contados amigos. Me sonríe, pongo mis ojos en blanco y me volteo, solo lo hace para molestarme. Veo las filas de los pupitres acomodados y a cada uno de sus ocupantes. En la primera fila esta ella Temari No Sabaku –Significa algo del desierto, la verdad ella es rara- 19 años, la chica que acosaba a mi flojo compañero, inteligente y fría, su peculiar peinado le hace ver agresiva pero le eh tratado y no lo es. No asiste a nuestra clase sin embargo supongo que le interesa la plática de Tsunade-sama, si no simplemente no estuviera aquí, los demás son desconocidos para mi, paso a otra fila y los encuentro a ellos, las personas que más odio.

Cambio mi vista y ella está sentada allí como toda una dama, su cabello largo le llega a la espalda por que al chico de al lado le gusta, sus ojos hermosos reflejan paz infinita según sus admiradores, es inteligente y perceptiva, es bonita, simplemente me es indiferente. Junto a ella esta Uchiha Sasuke, 20 años y el hijo del líder de la compañía más importante de por aquí, un niño rico que se cree mucho por no hablar y sacar notas perfectas, tiene a toda la escuela babeando por él y el muy sínico se da el lujo de comportarse indiferente y arrogante con toda la bola de niñas ingenuas que caen rendidas a sus pies, serán tontas. Aun así no es mi problema, yo no estoy dentro de sus fangirls y eso me basta, no me afecta en absoluto lo que haga o deje de hacer. De pronto una carcajada me saca de mis pensamientos, aquella maldita risa suena en mis oídos y giro para toparme con el dueño de aquel sonido irritante. El está allí sentado encima del escritorio junto a los otros dos, su forma de ser escandalosa e inmadura lo hace comportarse como se comporta ahora, el es una de esas personas infantiles y mimadas que tanto odio. Otro niño rico que cree que todo en la vida es fácil y simple, su padre es un grandioso accionario, su madre es dueña de una cadena de ropa, es fácil adivinar el cómo entro a esta universidad: contactos, dinero, prestigio ven lo que les digo, esta escuela solo tiene la fachada de número uno, solo es un simple disfraz que oculta su sed de dinero y renombre metiendo a personas como él. Namikaze Naruto, así se llama ¿Qué cómo se tanto de él? Pues porque siempre sale en las revista, no él, su familia, Namikaze Minato y su esposa Kushina, personas con dinero y fama, lo tienen todo y a la vez nada, no saben lo que es caer y levantarse, no saben la alegría de los pequeños momentos, no conocen las maravillas de un café en una noche de trabajo, no entienden la alegría bizarra de una mañana de lluvia ni tampoco la dicha de encontrarse dos dólares más de lo planeado en el bolsillo del pantalón. No, ellos no lo saben, vivir para ellos es algo más en su vida de dinero y ese chico rubio se ah creado así. Me mira y yo no desvió mi vista de él, sabe que no me pasa, lo sé pero aun así me sonríe tontamente.

-Hey no empieces pleito de acuerdo.

-A callar Shikamaru, ese no es tu problema.- Vuelvo mi vista a los apuntes sin corresponder a la mueca falsa del rubio idiota. Que tipo más irritante, gritando como tonto y riendo sin parar, desafiando a los profesores y aullándose a si mismo ser el mejor. En fin, ellos tres son amigos, de infancia, se conocen desde… bueno, no soy yo su niñera pero parecen unidos por la misma carne, ella en medio de ellos dos, un equipo aparentemente perfecto, pero el idiota la quiere a ella y ella quiere al otro, así es, problemático diría mi perezoso amigo.

-Vienes de un humor pésimo ah…- Lo volteo a ver y ríe para sí, yo tan solo le sonrió irónica y me volteo. Hoy será un día pesado.

Para mi desgracia entra el profesor asignando números para ordenar a los alumnos, Iruka-sensei es un excelente maestro no tendría quejas de él a no ser por lo blando que es. Ordena y sonrió al ver que Shikamaru está al lado de Temari, un aura de pesadez lo cubre cuando ella le habla y el nota mi sorna, sé que me maldice en el fondo y no es para menos, su novia lo mataría si le veía hablar con ella. Rock Lee se sienta junto a Sasuke, no se llevan bien o al menos eso parece, su amiga de la infancia se sienta atrás diciendo "Sasuke-kun" mientras el rubio grita algo que prefiero no oír, es tan escandaloso.

-Naruto, podrías guardar silencio por favor.-Le dice mi blando profesor.

-¿¡Pero por qué tiene que estar con él!

-Obedece Naruto, tu lugar está allí, tercera fila pupitre cuatro, deja a tu compañera en paz.

El silencio vuelve a reinar y agradezco de corazón que eso pase, sigue tomando asistencia y ubica a más alumnos. Sigo con la vista a cada uno, me pregunto cómo será el examen, estudiar toda las noches era algo que se me daba natural pero para esta ocasión especial procure dormir solo lo necesario para no caer dormida en cuanto tomara un libro. Había estudiado mucho y me sentí orgullosa de ello, no tenía por qué fallar, todo saldría bien y al fin podría escuchar el discurso de mi sensei favorita. Ella no enseñaba en Konoha, alguien de su calibre no tendría por qué rebajarse a una Universidad tan corrupta como esta, seguro ella lo sabía. Tsunade-sama venia de Francia, la escuela de medicina más famosa y esperaba más selectiva en cuanto a estudiantes. Mi plan era graduarme allí pero por alguna razón mi sueño no se había cumplido. Pero aun quedaba la esperanza de un intercambio, alguna beca, una especialidad.

-Tú, la señorita de allí, pupitre cuatro, fila cuatro. – Oh no…

-Pero… pero…

-Tú también vas a alegar, vamos, vamos que el tiempo vuela.- Me senté pesadamente mientras giraba en dirección a Nara, lo sabía, se cagaba de la risa.

-¡Hola! – Mi lápiz numero dos no estaba afilado. – Hola…- No recordaba haber mordido mi goma de borrar, estaba ansiosa, desesperada por saber lo que vendría en el examen, emocionada por la plática de aquella mujer.- ¿hola?

-Quieres algo…- No podía responderle de otra forma rayos ¡porque me molestaba!

-No, solo quería saludar y decirte que espero que te vaya bien en el exa…

-Gracias, no tenias por que decírmelo. – El examen llego a mis manos y después de leer la portada comencé a rellenar los datos, podía sentir su mirada, cuanto me molestaba- ¿Se podría saber qué rayos miras Naruto?

-Eres muy bonita… -Basta ya, ¿bonita?, permítanme reír ¿acaso creía que eso era un alago? Era patético, patético y me molestaba.

-Mira niño, ¿qué jodidos quieres de mí?

-Solo digo que eres muy bonita- Me irritaba, joder, hoy no quería problemas. Respira, respira tu puedes, cuenta hasta 10 y vuelve a empezar, hoy no puedes descontrolarte.- ¿Por qué estas tan seria? Apenas están repartiendo los exámenes, vamos sonríe, seguro que tu sonrisa es aun más…

-¡DEJA DE MOLESTAR!- Shikmaru me volteo a ver con una mirada reprobatoria, la había metido lo sé. El silencio reino el lugar, ¿Por qué justo ahora tenían que guardar silencio bola de metiches?

-Tú y Naruto, afuera…-¡QUE! NO, no, no, no…

-Pero Iruka-sensei este examen es muy…-No podía ser cierto, ¡¿desde cuándo Iruka ponía castigos?

-Pues eso debieron haber pensado los dos antes de ponerse a discutir, lo siento pero deben salir ahora mismo.

-¡ESO NO ES JUSTO! ¡Aun no iniciábamos el examen Iruka! –Tome mis cosas y salí del salón, no soportaría los gritos de Naruto.

-Te lo advertí Naruto… - Fue lo último que escuche antes de cerrar la puerta.

Camine hasta llegar a una maquina de golosinas, estar afuera del edificio me relajaba más. Pique los botones y metí el dinero, veamos, ¿chocolates o gomitas? Ya no importaba, lleve mis manos a mi cabeza y me tape la cara con ella, tenía que estar idiota para haberle gritado ¿Por qué lo hice? Lo único que había ganado era no aplicar el examen, la conferencia se había ido al carajo. Mi auto control se esfumo y eso solo era culpa mía, de nadie más, incluso ni siquiera era culpa de ese idiota, basta ya, estaba acostumbrada a perder y a levantarme no había más opción. Me reí irónicamente y me senté en una banca debajo de un árbol, abrí el paquete de gomitas cubiertas con chocolate y me metí dos a la boca, necesitaba calmarme.

La sombra de los arboles era tan fresa, podía sentir el oxigeno en mis pulmones recorrer todo mi cuerpo, la luz del sol se colaba por entre las hojas pero no alcanzaban a tocarme, tan solo iluminaban pedazos de pasto, era una danza la que el viento promovía en ellas. La bolsa de gomitas quedo vacía y unas ganas de vomitar invadieron mi garganta, me levante despacio y tire la bolsa en un basurero de metal. Medio día y yo tendría que esperar hasta que terminaran el examen, maldición…maldición, quería ir tanto allí, era mi esperanza para poder conocerla y buscar una beca, pero ahora me tenía que aguatar otro año más, otro año más en esta maldita ciudad.

Se preguntaran el por qué, porque maldecía mi vida y por que parecía que odiaba vivir, simple, yo ya no tenía vida aquí. No era para causar lastima o parecer mendiga pero después de vivir más de 10 años sola la vida se volvía monótona, aburrida y triste, si triste, al saber que nadie esperaría por ti en casa, que no tendrías a nadie quien cuidara de ti las noches de enfermedad, simplemente tendrías que luchar sola y apañártelas para sobrevivir en un mundo en donde nadie se preocupa por nadie. Mi trabajo de medio tiempo no me dejaba para mucho, tenía apenas para cubrir la renta y para ofrecerme un alimento decente, lo único que me favorecía era mis buenas notas, tener una beca completa ayudaba demasiado, era lo único que agradecía de mi universidad. Y no, no es la típica historia de la chica pobre que entra a una escuela prestigiosa y se enamora del niño rico y pueden vivir felices para siempre, no, como les había dicho antes el amor es algo que no se ve en mis planes, ni ahora ni en el futuro. Lo había aprendido bien, mi madre había muerto por amor y con ella también morí yo. No me da pena decirlo, de eso hace más de 10 años, me extraña no haber tirado lágrimas, también me extraña que nadie se hubiera preocupado por eso.

Así que ahí está la razón del por qué odiaba esa ciudad, una ciudad de recuerdos tristes y amargos que solo provocaban malos ratos para mí. Mi única esperanza y hasta ahora salvación era irme lo más lejos posible, pero gracias a mi tonta boca esa esperanza quedaba pospuesta un año más. La vida con migo no era nada justa.

-Hey… -Pero… ¿que se supone que quería ese idiota?, ¡debería estar haciendo el examen ahora mismo!

-Que haces aquí Shikamaru…

-Solo me aburrí, además no había estudiado nada, ¿para que hacer algo que no sabes realizar?, perdida de mi tiempo…

-¿Y desde cuando se te ah complicado un examen? – Alzo los hombros y se volteo desentendido mientras seguía caminando.

-Ya sabes, somos amigos ¿no?- Ese tonto…

-Si a ti te hubieran sacado a mi me habría valido un reverendo pepino.- Sonreí maliciosa

-No sabes mentir… -Reí para mis adentros y lo seguí, adoraba a ese chico pero nunca se lo diría.

-Nee apuesto a que fue por Temari…

-Joder, no enfades…

-A que si fue por eso, si Ino-cerda lo supiera…

-No empieces – Carcajee antes de llegar a la cafetería de la universidad, nos sentamos y pido un frappe según él su cerebro necesitaba algo frio, pero la verdad él es adicto a esas cosas creo que compensa su inteligencia innata de algún modo. Me ofrece uno y más por respeto que por otra cosa lo rechazo, no mendigare aunque me muera de hambre.

-Vamos mujer, no seas orgullosa…

-Ja, calla Shikamaru o le cuento a tu novia lo bonitos que se veían juntos.

-El chantaje corre por tus venas ah, a veces empiezo a dudar si en verdad eres mujer…

- ¿Qué?, quieres comprobarlo o temes a que sea más hombre que tu…- Me miró sorprendido y su sonrisa retadora me divirtió.

-Parece que aun no sabes cómo se diferencia a un hombre de una mujer ¿quieres que lo descubramos juntos? – Vaya, vaya, golpe bajo…

-No es necesario amigo, lo que logra diferenciar a un hombre de una mujer ¡es el pedazo de carne que le cuel…! –Tapó mi boca con sus dos manos mientras miraba desesperado a todos lados.

-Joder, ya entendí no debes gritarlo alguien debe cuidar tu reputación de dama- Me soltó y se sentó de nuevo, sabía que haría eso.

-No soy una dama, de dama tengo tanto como tú de tonto… y considéralo un alago…

-Vale, vale, pero debes comer algo va a por mi cuenta…

-Lo sé…- Desvié mi mirada y recargue mi barbilla en mi mano, le debía demasiados favores y no podía deberle más, era en esos momento cuando me sentía inútil, un estorbo.

-No seas tonta, no lo hago por ti, si Ino sabe que no cuido de ti me mata, vamos desde cuando una hamburguesa te sienta mal, o acaso ¿cuidas tu dieta? –No se daría por vencido nunca, realmente desde el fondo de mi corazón, agradecía que fuera así.

-Doble carne y extra picante…

-Como siempre… -Se levanto y yo tan solo lo mire de reojo, algún día le pagaría todo lo que hacía por mí.

-Como siempre…- susurre.

Las horas pasaron y con ellas mi esperanza de ver a Tsunade-sama, los alumnos afortunados salieron del salón sonriendo, riendo y gritando, pero ya no importa.

-Oye, no pongas esa cara es horrible.

-Como si me importara, míralos, todos son una bola de idiotas y todos tiene la oportunidad de verla menos yo…

-Y yo…

-Tú porque no quisiste ir Shika, serás tonto, ella es la mejor.

-Eso dices por qué no has conocido a nadie más como ella, seguro que no es la mejor en el mundo-Lo miro a punto de explotar ¡ACASO ESTABA LOCO! Tsunade-sama era la mejor entre las mejores, por supuesto que sí, se debería estar muy ciego o muy idiota par no reconocerlo. En fin. –Te llaman…- Dijo mientras giraba en mis talones para toparme con su mirada sonriente-

-¿Eh?... –Que quería ahora él, tal vez regañarme, pensionarme o expulsarme, no, expulsarme no, había sido algo demasiado tonto para ser expulsada ¿verdad?

-Mañana a las 7:30 a.m., ni un minuto más, ni un minuto menos entendido y dile a Shikamaru-kun que él debe asistir también.

-Pero… ¿Por qué?... ¿Para qué?

-Vaya, supongo que fui muy duro con ustedes. Aclararon la situación ya, así que no te preocupes y preséntate mañana para el examen de acuerdo, ¡ah! Y el también tiene que venir –Sonrió para sí mismo – valla fidelidad entre los amigos, tienes buenos compañeros niña, cuídalos.

-¡GRACIAS IRUKA-SENSEI! – Quería abrazarlo, en ese momento quería abrazar a todo el mundo.

-¿Qué ocurrió?... ¿eh? ¡O…oye porque me…! No… ¡no te me avientes así como así tonta!

-¡VOY A HACER EL EXAMEN! ¡VOY A CONOCER A TSUNADE-SAMA! ¡VAMOS A CONOCERLAA!- Grite como loca mientras daba vueltas como tonta alrededor de mi amigo dando brinquitos, al fin algo salía bien, al fin podría tener una oportunidad para hacerlo bien y esta vez nada ni nadie podría hacer que me equivocara, estaba feliz, realmente lo estaba.

Después de una hora platicando sobre la grandiosa forma de ser de Tsunade-sama, Shikamaru me dejo sola excusándose en la cita con su novia.

-Bye, Bye… -Le dije alzando la mano aun en mi propia utopía. Camine con mi mochila colgando de un hombro y entre a la biblioteca, saque libros de anatomía y mire el reloj. -Valla, las dos de la tarde. – Mire mi reloj mientras susurraba para mí. Camine con los tres libros en mano y llegue al estacionamiento. Si, dije estacionamiento y es que aunque tal vez parezca imposible yo, aguantándome las golosinas, revistas, fiestas y la ropa de invierno durante dos años conseguí por fin un carro. No era de agencia, era de segunda mano… bueno era del papá de mi mejor amiga y me lo vendió a un buen precio, no tenia gastadas muchas millas y al parecer todo funcionaba bien, era negro, no era último modelo pero no era deprimente, por lo menos para mí no. El sol pegaba de frente y gracias a los vidrios del mustang amarillo junto a mí, mis ojos se vieron expuestos al reflejo de los rayos.

-Maldita sea – Mis libros cayeron al piso mientras trataba inútilmente de meter mis llaves a la puerta. –Joder…-susurre.

-Deja eso ya Naruto.- Una voz fría y grave me distrajo.

-Sasuke-kun tiene razón – Levante mi vista en el peor momento, las tres personas que mas odiaba venían frente a mí.

-¿Y? que piensas de mi bebé Teme, a que es precioso.- Debí suponerlo, todo se parece a su dueño dicen por ahí. – A ella no le gusto, que te parece a ti ¿ah?

-Vaya… tus gustos mejoraron idiota, supongo que ahora no se resistirá…

-¡Que piensas Sakura-chan! –Un silencio sepulcral inundo el ambiente…

-Naruto-kun, yo… yo, no soy Sakura-chan… -Oh, lo olvidaba no les había dicho el nombre de aquella amiga de la infancia de mi enemigo número uno, su nombre era Hyuga Hinata, una chica perfecta, con cuerpo perfecto y voz perfecta. No me interesaba en absoluto.-Te… te pediría que no… que no me compares con ella ¡por favor! -¿Qué?... ¿¡Que había dicho esa niña!

-Jajajaja, por supuesto que no Hinata-chan, ellas es más… - Mis llaves hicieron un ruido metálico al caer y los tres voltearon a verme, Hinata estaba roja y se tapaba la boca con las dos manos, Sasuke me miraba serio, examinando cada una de mis facciones, me asquee de solo pensarlo.

-Sakura-chan… -Su voz me devolvió a la realidad. Recogí mis llaves y las clave en la puerta, gire, abrí y avente los libros al copiloto, di vuelta a la llave y encendí el carro, pise el acelerador sin esperar y frene unos segundos después. Había olvidado ponerme el cinto de seguridad. Bien, lo único que pude ver después fue su cara de baboso corriendo detrás de mí. No podía creerlo, el idiota burlándose de mí, eso era demasiado.

Maneje hasta llegar a aquella casa medio quemada, el jardín estaba crecido y las tablas estaban podridas ya, ese terreno en cualquier momento se remataría y la ex vivienda de la familia Haruno quedaría perdida. Por cierto no les había dicho mi nombre verdad, bueno igual no importa mucho, a mi no me importaría saberlo pero yo no soy ustedes. Mi nombre es Haruno Sakura, 19 años y estudiante de medicina, se podría decir que estoy en la etapa más maravillosa de mi vida pero no… de hecho es la peor de todas, ya saben a veces pierdo mi autocontrol como hace rato, odio esos cambios hormonales principalmente porque los efectos secundarios de mi cuerpo no se llegaron a desarrollar del todo bien, es decir, poco busto, no hay tantas curvas y bueno no soy una modelo... ¿entienden?.

Bien, ahora conocen ya un poco más de mi vida, no es una muy envidiable, no se la desearía a nadie en el mundo y si, aunque no lo crean tampoco se la desearía a Namikaze, no lo haría, ¿por qué? ¿Porque no soy tan mala los dejaría conformes?… bien pues a mí no, no se la desearía a él porque nadie merecía vivir como yo lo hacía... sola, absolutamente sola desde los 8 años… adivinaron, mi pubertad no fue nada buena.


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