Último one-shot y por lo tanto ya terminado el conjunto. Espero que os haya gustado y que me comentéis que tal. Un beso para todos vosotros :D

Advertencia: no soy J.K. Rowling y hago esto sin ánimo de lucro.

...

Navidad. Tercer año para Rose y primero para Hugo. Echaba de menos a sus niños pero estaba feliz. Sin duda sus hijos estaban creciendo algo alejados de ellos. Aún así, recordaba sus años en Hogwarts con mucha emoción y sabía que sus hijos lo disfrutarían. Sólo… que teniendo al padre que tenían era muy probable que Hugo, el más parecido a su padre, acabase haciendo el vago. Y dicho y hecho, no le sorprendió que su pequeña Rose le dijese que su hijo pasaba el tiempo jugando al ajedrez mágico y perdiendo el tiempo según ella en otras cosas para nada importantes. Sonrió. En ese aspecto, Rose y ella eran totalmente iguales y eso se debía siempre a que querían lo mejor para ambos.

Pero sin duda, el más contento de todos era Hugo. Hermione sabía lo mucho que intentaba impresionar y agradar a su padre, incluso más que Rose. Si algo había que apasionase mucho a sus hijos y a su esposo era el quidditch. El año pasado, ella misma tuvo que ceder, a pesar de desagradarle la idea, y dejarle tener una escoba a condición de que en segundo y en tercero año mantuviera sus notas. De momento lo estaba haciendo y a pesar del miedo que le producía, finalmente tendría que dejarla jugar en el equipo de Gryffindor pero, eso sí, a partir de cuarto año. Además, seguro que con su hijo pasaría tres cuartos de lo mismo así que mejor acostumbrarse.

Desde luego, no le extrañó que sus hijos fuesen puestos en Gryffindor precisamente por como eran ellos. Pero dejo de lado sus reflexiones al oír un ruido que le hizo volver al mundo real. Hugo la observaba con cara rara.

-¿Pasa algo cielo?

-Tú parecías distraída, eso es raro, mamá.

-Oh, no es nada. Recordaba mis tiempos en Hogwarts.- contestó con una sonrisa.- ¿Te lo pasas bien allí, no?

-Es genial, es mejor aún de cómo me lo describió Rose o papá. Sin duda, es increíble y Lily piensa igual. Los veremos en la comida de año nuevo,¿ no?

-Ya sabes que sí, cariño. ¿Pues? ¿Pasa algo?

-No, no. Simplemente ella te dirá lo mismo.

-Te creo. Para mí fueron unos años inolvidables. Aunque tu padre y tu tío me daban cada susto... Mejor no sigas el ejemplo de ellos y no te metas en muchos problemas.

-Pues según papá tú tampoco eras la más correcta. O bueno sí, siempre acaba contradiciéndose.

-Típico de él- se rió la castaña.- Sólo rompía las reglas en caso de necesidad, por supuesto. ¿Por qué no vas a buscar a tu hermana y le dices que no tarde en venir a cenar? La cena estará en breve.

-¡Bien! Realmente muero de hambre. He estado toda la maldita mañana haciendo los deberes de pociones con ayuda de Rose. El viejo Slughorn debería jubilarse, ya está muy mayor.

-¡Hugo! ¡Cuida tu vocabulario!

¿Qué? Mejor voy a avisar a Rose.

Hermione rodó los ojos. Si bien Hugo era bien inteligente como ella no le sacaba el mínimo provecho. Además de utilizar el siempre "bonito" vocabulario de su padre. ¿Qué iba a hacer con ambos? Desde luego, remedio no tenían. Tarareaba una canción mientras terminaba la cena.

-Qué bien huele.- dijo Ron desde la entrada de la cocina- ¿Qué es?

-Oh, es sopa de carne y luego de segundo hay pollo. ¿Qué hacías?

-Nada, simplemente terminaba algo que había dejado pendiente.

-Ah. Ya he mandado a Hugo a por Rose. No debes hablar mal delante de tus hijos, se les pegan tus malas palabras, sobre todo a Hugo- contestó ella frunciendo el ceño.

-Claro, claro- aunque su mirada reflejaba el orgullo por su hijo.-Pero tampoco creo que sea tan grave, es decir, Rose me oye y no por eso maldice siempre.

-Ya, bueno. Pero es que Hugo intenta seguir tus pasos. Por dios, tiene once años.

-Bueno, vale, intentaré no decir muchas palabras... así. ¿Contenta?

-Algo es algo.- comentó antes de gritar- ¡Rose, Hugo! ¡La cena!

La cena transcurrió tranquila con comentarios típicos contra los Slytherin de parte de Rose o Hugo y por supuesto, de quidditch. Esa palabra tan terriblemente escalofriante para ella, sobre todo si significaba que sus hijos jugarían a ese deporte.

-Papá, si Rose va a tener una escoba yo definitivamente quiero otra. ¡No es justo!

-Hugo, por amor a Merlín, tienes once años. Además Rose aún no la tiene, si sigue así la tendrá en cuarto curso. Si tú sacas buenas notas en segundo y tercero y, por supuesto, primero te compraremos una escoba.- contestó su madre.

-Pero es mucho tiempo. Papá... ¿Tú podrías...?

-He dicho que no. Deberías esforzarte más en tus notas, no están mal pero podrían estar mejor, ¿no crees?- replicó Hermione otra vez.-Demuéstrame que eres responsable y entonces te regalaré una escoba.

-¡Mamá!

-Sabes que tengo razón.

Entonces Ron empezó a reírse al contemplar la escena.

-No tiene gracia.- dijo Hermione- Deberías intentar ayudarme.

-Ya lo hace bien tú. Además, si es gracioso. Sois igual de obstinados.

-Ron, estamos hablando de la seguridad y de las notas de tu hijo. Más seriedad.

-Sabes que terminarán haciendo lo correcto. Déjalos divertirse.

-¡Ronald!

-¿Qué? No he dicho nada malo.

-Definitivamente, no tienes remedio.

Los otros tres se rieron sabiendo lo cierto que era eso. El pelirrojo siempre había sido más liberal con sus hijos y era Hermione la que solía dar los sermones. Casi se diría que se parecía a Molly Weasley. En parte, era cierto. Sus hijos subieron a sus respectivos cuartos quedándose Hermione y Ron fregando los platos.

-Deberías regañarlos de vez en cuando. Es agotador siempre estar detrás de ellos.

-Pues dales espacio. Van a hacer lo mismo aún si presionas. Además, no son malos chicos... Sólo algo, demasiado, parecidos a mí.

-Sin duda son tus genes- replico la castaña.

-¡Oye!- intentó sonar ofendido él- Tus genes tampoco son precisamente tranquilos y adorables.

-Pero al menos intentó comportarme. Además, tengo que aprovechar el tiempo con ellos. La casa está tan vacía sin ellos...

-Lo sé, parte de la vitalidad de esta casa se pierde. Bueno, mira al menos el lado positivo. Son felices allí como lo fuimos nosotros.

-A veces me gustaría poder regresar otra vez a esa época. ¿Tú no?

-Bueno, fueron buenos tiempos a pesar de la guerra pero entonces no tendríamos a nuestros niños.

-Esa es la parte mala, sin duda. Aún así no cambiaría nada. Bueno, quizás sí algo.

-¿El qué?-preguntó el hombre.

-Sin duda, haber estado juntos antes. Así no te hubiese tenido que ver con Lavender, era repulsivo.

-Bueno, quizás algo sí.- al ver la mirada escéptica de ella añadió- Bueno, desde un punto de vista externo si tenía que ser asqueroso. Pero era peor lo de Víctor Krum.

-¿No seguirás con eso, no? Porque sabes que es ridículo.

-Claro que no. ¿Por quién me tomas?- replicó algo molesto él- De todas maneras, no puedes culparme. Te escribías con él. Y además parecía mortífago... ¡No puedes culparme!

Hermione rodó los ojos y siguió limpiando los cacharros.

-¿Sabes? Los echaré de menos pero estoy contenta. Es su tiempo de disfrutar.

El pelirrojo sonrió. Ella no solía admitir muchas cosas pero cuando se trataba de su familia, soltaba todo. Ella lo era todo para él.