Destino 20

"No estoy!", gritó una llorosa Julie desde el sillón en que estaba enterrada después de cinco minutos escuchando timbrazos y golpes en su puerta.

"Soy yo. Abre por favor!", dijo Lizzie del otro lado de la puerta.

Julie se levantó con gran esfuerzo y arrastrando los pies fue hasta la entrada y cuando abrió la puerta se encontró con que su amiga tenía los ojos tan hinchados por el llanto como ella.

"Por Dios Lizzie! ¿Qué pasó?", le preguntó preocupada pero Lizzie no dijo nada sólo se arrojó en sus brazos llorando copiosamente y entonces sus propias lágrimas volvieron a surgir y las dos amigas se quedaron allí, abrazadas, ahogando sus penas la una en la otra hasta que ya no tuvieron ni una lágrima más que derramar.

"¿Más vino?", preguntó Julie.

Habían pasado más de una hora desde que Lizzie había llegado a su casa y estaban las dos tiradas en el sofá después de haber vaciado una botella de vino.

"¿No tienes algo más fuerte?", preguntó Lizzie.

"¿Vodka?", preguntó Julie y Lizzie asintió. Después de dos shots le preguntó: "¿Y a ti qué diablos te pasó?"

"Jonathan y yo terminamos", respondió mientras se servía más vodka.

"¡¿Qué?!", preguntó Julie asombrada, "¿qué pasó?"

"No lo sé!", exclamó Lizzie y se largó a llorar nuevamente con la cabeza escondida entre los almohadones mientras Julie le acariciaba suavemente la espalda.

Media hora después Lizzie salía del baño con la cara lavada y se sentaba frente a Julie dispuesta a explicar, a su amiga y a sí misma, lo que había pasado en los últimos días.

La semana había empezado muy bien con una noche maravillosa en casa de ella antes de que Jonathan partiera en viaje de negocios a York. En los dos o tres días siguientes habían hablado por teléfono al menos tres veces por día: por la mañana, justo después de despertarse, al mediodía o a la tarde cuando encontraban un momento libre, y por la noche antes de dormir. Lizzie lo extrañó tanto en esos días que no tuvo más remedio que preguntarse qué sentía por él realmente. Obviamente sentía atracción, deseo, también sentía admiración y respeto, pero desde que estaban juntos había podido ver su verdadera personalidad y estaba cada vez más impresionada con él. Finalmente, después de una noche de insomnio y no sin cierto temor, admitió que lo que sentía por él era amor. A la mañana siguiente se levantó renovada, feliz y ansiosa por que él regresara aunque no estaba segura de si decírselo o no. Esa era la duda que toda niña, joven o mujer tenía desde el principio de los tiempos ¿no? Decir 'te amo' y arriesgarse a que el otro no respondiera lo mismo o callar y esperar a que el otro lo dijera primero.

Esa era su mayor preocupación hasta que recibió la llamada de James pidiéndole encontrarse y aunque dudó en aceptar su pedido terminó cediendo más por educación que por gusto. Cuando lo vio a entrar al café se preguntó por qué había salido con él. Era atractivo, sin dudas, pero ahora notaba algo desagradable en sus modos que no había visto antes, un aire de superioridad y desdén hacia los demás y algo perverso en su mirada. Él había llegado acompañado por una mujer que ella no conocía y Lizzie se sintió molesta inmediatamente, más aún cuando supo quién era y entendió que James la había engañado y su intención no era charlar sino predisponerla contra Jonathan. Seguramente Lindsay le había contado que ellos estaban juntos y él ahora trataba de hacerlo quedar mal. ¿Por celos? No lo creía, Lizzie sabía que ella tampoco había sido importante para James. La única razón posible era que James continuaba alimentando su odio hacia Jonathan y quería arruinar su reputación.

Lizzie escuchó pacientemente lo que le decían pero estaba segura de que eran mentiras así que cuando la señorita Thompson y James terminaron de enumerar las supuestas pruebas contra Jonathan y su empresa, se levantó de la mesa y se alejó sin siquiera despedirse. No quería saber nada más con ellos.

Sin embargo, durante esa tarde, no pudo evitar recordar lo que le habían contado una y otra vez e intentó hablar con Jonathan en más de una oportunidad, necesitaba escuchar de su boca que no se trataba más que de una mentira. No pudo localizarlo y se sintió cada vez más inquieta pero trató de calmarse pensando que esa noche sí hablarían. Pero tampoco hablaron, lo único que recibió de John fue la respuesta a uno de sus muchos mensajes diciéndole que estaba muy ocupado y la llamaría al día siguiente.

Cuando en los dos días siguientes tampoco la llamó Lizzie empezó a preocuparse. Esperó hasta la noche del segundo día porque no quería mostrarse ansiosa ni insistente pero la llamada tampoco llegó así que decidió pasar por casa de Julie para distraerse un rato con su amiga y pedirle consejo. Julie siempre había sido mejor que ella en las relaciones amorosas, era mucho más relajada y aceptaba lo que sentía sin combatirlo, fuera bueno o malo, Lizzie siempre había envidiado eso de ella. Cuando Julie abrió la puerta jamás imaginó que la vería con el rostro descompuesto y los ojos rojos de tanto llorar. Angustiada se acercó a ella y Julie se dejó abrazar y consolar hasta que el llanto se calmó un poco y sólo entonces pudo susurrar 'Chase me dejó'.

"¿Cómo que Chase te dejó? ¿Por qué?", preguntó Lizzie genuinamente asombrada. Pocas veces había visto una pareja tan enamorada como Julie y Chase.

"En realidad me dijo que estábamos yendo demasiado rápido, que el matrimonio era cosa seria y que necesitaba un tiempo. O sea… me dejó", sentenció Julie con amargura.

"Pero entonces no te dijo que quería terminar…"

"Oh vamos Lizzie! Todo el mundo sabe que eso de 'necesitar un tiempo' no es más que una manera cobarde de romper. ¿Quién dice que yo le quité tiempo? Él quiso estar conmigo, nunca lo obligué! Y si no quería estar conmigo debió habérmelo dicho antes de ofrecerme casamiento ¿no crees?", ahora Julie se mostraba más enojada que triste.

Después de eso Lizzie pensó que hablar de sus problemas no era lo mejor, esa noche sólo importaba Julie y su deber era estar allí para ella. Pero, por más que comprendiera a su amiga, se sentía obligada a hacer algo, por eso al día siguiente cuando dejó el departamento de Julie y luego de pasar un momento por el suyo para cambiarse, hizo algo que nunca pensó que haría: llamó a Chase. Tal como sospechaba él estaba tan destrozado como su amiga y la ruptura entre ambos le resultaba cada vez más incomprensible a Lizzie.

"Gracias por aceptar verme", le dijo cuando se encontraron en un café, él sólo asintió. "Ya sé que no es asunto mío pero Julie es mi mejor amiga y la adoro y también te aprecio mucho a ti y me duele verlos así. No debería decir esto pero… ella te ama ¿lo sabes, verdad?"

"Claro que lo sé, yo también la amo!", respondió Chase con vehemencia.

"¿Y entonces qué pasó?"

"Es que… no lo sé… todo iba bien pero demasiado rápido, yo… eh… no sé si me quiero casar", confesó por fin.

"Pero le propusiste casamiento!", exlcamó Lizzie indignada.

"Porque me quiero casar con ella pero… no sé… no todavía."

"Mira Chase, realmente pensé que Julie estaba exagerando porque está verdaderamente enamorada de ti y las mujeres enamoradas podemos ser bastante estúpidas pero me parece que tenía razón. Actuaste como un cobarde!"

"Hey!", protestó él.

"Hey nada! La invitas a salir el mismo día en que la conoces, al mes prácticamente vivían juntos, le dices que la amas –nos lo dices a todos-, le propones casamiento, tú a ella y no al revés, hasta la hiciste firmar un prenupcial! ¿Y ahora te parece que iban demasiado rápido y que necesitas un tiempo? ¿Justo ahora que estaban empezando a planear la boda? Francamente Chase ¿realmente te parece que actuaste bien?"

"¿No?", preguntó Chase que se sentía como un niño travieso frente a la directora de la primaria. Lizzie simplemente lo miró y Chase supo la respuesta. "Mira Lizzie, yo no quiero terminar con ella, como dije la amo, pero no sé si me quiero casar todavía y creo que Jonathan tiene razón..."

"¿Jonathan? ¿Qué tiene que ver él con esto?", lo interrumpió Lizzie intrigada.

"Es mi mejor amigo y yo estaba muy nervioso estos días así que lo llamé y me dijo que no tenía por qué apresurarme, somos muy jóvenes y ya tendremos tiempo para casarnos y empezar una familia."

"Me parece que una decisión tan importante deberías haberla tomado solo, no entiendo por qué John tenía que opinar", replicó Lizzie algo indignada sin pensar en que ella misma se estaba entrometiendo sin que nadie se lo pidiera.

"No te enojes con él, seguramente tú le habrías dicho lo mismo a Julie, además apenas si pudimos hablar, estaba en una reunión con Carrie creo."

"¿Carrie?", preguntó Lizzie alarmada.

"Sí", respondió Chase pero enseguida se dio cuenta de su error y trató de arreglarlo. "Pero no la Carrie que tú conoces, otra Carrie, su asistente o algo así."

"Claro", dijo Lizzie que no estaba para nada convencida. "Bueno, tengo que irme."

"Dile a Julie que la quiero por favor", le pidió Chase con mirada suplicante.

"No. Díselo tú", respondió Lizzie y se marchó sin mirar atrás.

En cuanto salió del café sus pensamientos volaron a Jonathan y ¿Carrie? ¿Podía ser que estuvieran juntos? Pensó en llamarla pero era imposible, hacía mucho tiempo que no hablaban y sería extraño hacerlo justo ahora. Cuando llegó a la oficina chequeó Twitter, ella no lo usaba mucho pero Carrie sí y tal vez no hubiera bloqueado el localizador. Su respiración se detuvo cuando vio su último Twitt que estaba fechado tres días antes: "Feliz cumpleaños kattyspade Te veré cuando regrese ;)". Ubicación: York, Yorkshire.

Carrie realmente había estado en York, Chase decía la verdad, eso significaba que además se había reunido con Jonathan. ¿Para qué y por qué él no había dicho nada? Lizzie sentía como su corazón latía cada vez más fuerte y la cabeza empezaba a dolerle pero no quería sacar conclusiones apresuradas. Si tres días antes había admitido que estaba enamorada de Jonathan porque era un hombre íntegro y bueno ahora no podía dudar de él así de fácil por más que le molestara que se hubiera metido en la relación entre Julie y Chase y, sobre todo, que la hubiera ignorado en los últimos días. 'No, esperaré a que vuelva y entonces hablaremos. Creo en esta relación, no voy a hacer ninguna tontería', se dijo aunque no estaba muy segura de poder cumplir.

A la mañana siguiente la despertó un llamado de Jonathan.

"Hola Lizzie ¿cómo estás?", le preguntó.

"Bien… ¿y tú?"

"Bien pero he estado muy ocupado, perdóname por no haberte llamado antes", Lizzie trató de descubrir algo en su tono pero no encontró nada más que seriedad y tal vez cansancio ¿o tristeza?

"Está bien… ¿Cuándo vuelves?", no estaba nada bien pero qué podía decir.

"Mañana por la noche ¿Nos encontramos en Fifteen como habíamos planeado?", no había entusiasmo en su voz, lo dijo más bien como si se tratara de una tarea que no podía evitar cumplir.

"Claro."

"Bien… eh… Adiós entonces…", respondió Jonathan dando por finalizada la conversación.

"¿Tienes que irte ya?", Lizzie se odió por su tono suplicante pero no lo pudo evitar, quería escuchar su voz un poco más.

"Estoy a punto de entrar a una reunión pero podemos hablar unos minutos más si quieres…"

"No, está bien, ve a tu reunión. Hablamos mañana. Adiós John."

"Adiós Lizzie, hasta mañana", le dijo con dulzura y ella no pudo evitar sentir mariposas en el estómago como cada vez que el pronunciaba su nombre de esa manera especial. Ahora estaba más confundida que antes.

El viernes, el día que regresaba Jonathan, se arregló con esmero, quería verse muy bien cuando para encontrarse con él. El día transcurrió con relativa tranquilidad entre sus tareas habituales y como pudo terminar un poco más temprano le daba tiempo para hacerle una visita rápida a Julie antes de ir a encontrarse con John, pero cuando salió del edificio se encontró con James que la esperaba en la calle. Tenía un aspecto terrible, llevaba el cabello revuelto, la ropa desaliñada y olía a alcohol.

"James, ¿qué haces aquí?"

"Tu querido Jonathan me hizo despedir", respondió él con ira contenida.

"¿De qué hablas?", preguntó ella asombrada.

"Me despidieron Elizabeth. Ellos dijeron que 'tenían que dejarme ir' por cuestiones de presupuesto pero ambos sabemos lo que eso significa ¿verdad?"

"¿Y por qué crees que Jonathan tiene algo que ver con eso?"

"Porque tú le contaste de mi investigación y para tapar su culpabilidad presionó a los productores para que me echaran."

"Yo no le dije nada así que no creo que te hayan despedido por eso. Tal vez fue realmente por el presupuesto o tal vez porque tú no cumpliste las expectativas", replicó Lizzie enojada también.

"¿No se lo dijiste? ¿Y por qué no Lizzie?", le preguntó acercándose a ella y Lizzie odió la manera lasciva en que James pronunciaba su nombre. "¿Será posible que aún sientas algo por mí? Apuesto a que ya te diste cuenta de que Darcy es un estirado, aburrido, insoportable y extrañas tener un verdadero hombre a tu lado."

"Esta conversación termina aquí, me tengo que ir", dijo Lizzie alejándose de James que se había acercado peligrosamente.

"Está bien Lizzie, no voy a detenerte, pero la próxima vez que lo veas piensa bien en la clase de persona que es. Si no tuviera nada que esconder ¿por qué me habría hecho despedir?", con esas palabras James se alejó dejándola sumida en la duda y muy nerviosa.

Tan preocupada estaba que no fue a visitar a Julie como había planeado, en cambio caminó por las calles de Londres por horas hasta que de repente se encontró frente a la puerta del restaurante y vio que Jonathan ya estaba esperándola en la barra.

"¿Qué pasó cuando se vieron?", le preguntó Julie ansiosa.

"Fue terriblemente incómodo. Yo no sabía qué hacer ni que decir y él tampoco. Ni siquiera sabíamos si saludarnos con un beso o no, parecíamos dos adolescentes en la primera cita. Al final nos dimos un beso en la mejilla, le pregunté por su viaje, él me preguntó por mi trabajo y luego nos quedamos callados por un largo rato."

"¿Quién fue el primero en hablar?"

"Yo. Le reclamé que no me hubiera dicho que había visto a Carrie en York y desde ahí las cosas fueron de mal en peor. Nos dijimos cosas horribles Julie", confesó Lizzie con los ojos llorosos otra vez. "El me reprochó que no le hubiera contado lo que sabía sobre la investigación de James y yo le recriminé que lo hubiera hecho despedir, entonces él me preguntó por qué me preocupaba tanto por James, si todavía sentía algo por él. Eso me enojó tanto que ya ni recuerdo lo que le dije sólo sé que estábamos gritando y todo el mundo nos miraba y yo tenía ganas de llorar pero no quería que me viera vencida y me fui pero él me siguió y continuamos la discusión en la calle hasta que… me dijo que…", Lizzie no pudo contener más las lágrimas y se echó a llorar mientras Julie trataba de calmarla acariciándole la espalda. "Me dijo que… antes de viajar había… había decidido que ese viernes me diría… me diría… que me amaba… pero que ahora sabía que… había sido un tonto y que… que… que se arrepentía!", cuando terminó de decir esto Lizzie se deshizo en un llanto tan angustiante que Julie se preocupó seriamente por la salud de su amiga pero no había mucho que hacer más que estar a su lado acompañándola hasta que se calmara.

Lizzie se calmó después de varios minutos pero se quedó muda y Julie también, ninguna de las dos no sabía qué decir y Julie fue la primera en encontrar su voz.

"Lizzie, te voy a hacer una pregunta y quiero que me contestes con total sinceridad", Elizabeth la miró y asintió moviendo su rostro aún empapado por las lágrimas. "¿Tú lo amas?"

"Sí", respondió Lizzie sin dudar para sorpresa de Julie que no esperaba que su amiga tuviera los sentimientos tan claros.

"Entonces creo que deberías tomar esto con calma, es muy difícil encontrar el amor Lizzie, no lo dejes escapar por una discusión por más fuerte que haya sido", le aconsejó Julie con cautela.

"¿Me lo dices tú que terminaste con Chase sólo porque te pidió un tiempo para pensar? Al menos él no te dijo que se arrepentía de amarte como hizo Jonathan conmigo", respondió Lizzie y Julie se sintió dolida por la dureza con la que le habló. "Además te aconsejo que no lo defiendas tanto porque fue Jonathan quien le aconsejó a Chase que se alejara de ti."

"¿Qué quieres decir?"

"Chase lo llamó porque tenía dudas y no sé exactamente lo que le dijo Jonathan pero por eso decidió dejarte."

"¿Y tú cómo lo sabes?"

"Hablé con Chase. No te enojes", pidió Lizzie al ver la expresión de asombro de Julie, "quería saber qué había pasado, ustedes se quieren tanto que me parecía raro que hubieran terminado así. Aunque nunca pensé que mi novio fuera el responsable de su separación."

"Admito que estoy asombrada y coincido en que Jonathan no tenía por qué opinar pero no puedo culparlo Lizzie", dijo Julie después de unos minutos, "uno no toma semejante decisión por el consejo de un amigo, al menos yo no lo haría."

"No puedes ser tan bien pensada Julie! Reconoce que estuvo mal."

"Tal vez pero no voy a culparlo y tampoco deberías hacerlo tú Lizzie. Hace sólo unos días decías que Jonathan era el hombre más maravilloso que habías conocido en tu vida. ¿Realmente crees que puede haber cambiado tanto en tan poco tiempo?"

"Tal vez no cambió, tal vez siempre fue así y yo me equivoqué", respondió Lizzie con amargura.

"¿Te equivocaste antes… o te equivocas ahora?", preguntó Julie y Lizzie no supo qué contestar.