Fic dedicado a banana-goggles…en vida xD
Capítulo 1.– El mago del futbol forzosamente estúpido
Disclaimer.–Inazuma Eleven es propiedad de Level-5, ¿pero quién rayos es Level-5?
Hola amigos! Antes de leer este fic cierra las puertas de la habitación y no te acerques mucho al monitor.
–¡Darling, darling!– gritaba una chica de tez morena, cabello azul, ojos púrpuras y labios muy, pero muy carnosos, de aproximadamente 17, mientras perseguía notoriamente feliz a su...
–¡Ya te dije que no soy tu cielito!
"Vaya que Rika corre rápido", fue lo único que el chico de tez color caramelo, cabello castaño y ojos cafés pudo pensar (o lamentar) antes de seguir escapando de esa pesadilla femenina.
Y no es que Ichinose no le tuviera aprecio, después de tres años de conocerse, jugar juntos soccer y convivir, el chico le había ganado cierto cariño a su perseguidora. Sin embargo, ya había sido demasiado tiempo. Al principio sólo intentó ignorarla, pasando a la resignación cuando vio que ésta no se rendía. Sin embargo, ya estaba HARTO. El norteamericano no salía formalmente con nadie, ni tenía un cariño especial por otra persona, y sí así fuera, definitivamente, esa no sería Rika.
–¡Darling! ¡te he extrañado tanto! ¡! Todos los días de estos dos años he pensado en tí!– Llevaban ya bastante tiempo corriendo por los alrededores de la secundaria Raimon y la chica ni siquiera parecía cansarse, por lo que Ichinose, fatigado por el viaje, optó por detenerse, siendo abrazado al instante, o asfixiado, como lo queramos ver.
"Nada como dos años en América para extrañar a Rika, y nada como dos minutos con ella para extrañar América.", pensó el joven castaño.
–¡Rika!– le habló el chico manteniendo una falsa sonrisa y un tick crónico en el ojo izquierdo– ¿sabes?, te tengo una pequeña sorpresa.
–¿De verdad? ¡Cielito, siempre eres tan dulce conmigo!– dijo Rika antes de soltar un grito de alegría.
–Claro Rika, pero...–Ichinose habló lo más dulce que pudo– necesito que cierres lo ojos.
La delantera obedeció, y para poca sorpresa del mediocampista, Rika levantó un poco los labios, esperando le regalaran un beso. En lugar de hacer una mueca de asco o estupefacción, el chico aprovechó para huir lo más rápido que le permitieron sus piernas de futbolista. Al no recibir lo que estaba esperando, Rika abrió ligeramente uno de sus ojos, fastidiándose al encontrar solamente un rastro de humo que había dejado su "cielito".
–¡Darling!– la delantera no perdió tiempo en buscarlo. En tanto, el castaño había logrado escapar de la visión de Rika, pero al ver como ésta se acercaba peligrosamente hacía su "escondite", el chico tuvo que optar por intentar huir de la chica en los vestidores. Y apenas se ocultaba cuando el destino quiso que Rika tuviera la idea de buscar allí. Lanzando un gemido de frustración, Ichinose se dio prisa por entrar a las regaderas, esperando tener mejor suerte allí. El chico optó por abrir la puerta de la regadera más cercana y...rezar. Entró de espaldas, y cuál sería su sorpresa al caminar sólo unos pasos hacia atrás y chocar con un cuerpo húmedo. Ichinose sólo atinó a sonreír un tanto nervioso tratando de no girarse, y quiso que lo llevara el diablo cuando al apenas moverse, una de sus manos tocara el miembro de quién fuera que estuviera allí. Si Ichinose no tuviera sentido de conservación (es decir, si Rika no estuviera afuera) hubiera gritado de la sorpresa, mas se quedó completamente estático. La primera vez que estaba en una situación tan íntima con una persona, y no sabía de quién se trataba.
"Y... es un hombre" pensó el mediocampista. Ichinose aún inmóvil, cerró fuertemente los ojos esperando la golpiza de aquel tipo, pero éste se limitó a tomar una toalla y cubrirse la cintura.
Con toda la fuerza que logró juntar, el castaño viró un poco el cuerpo sin perder rigidez. Necesitaba saber a quién le arruinó el día. Su mirada se encontró con un chico un poco más alto que él, cabello plata, ojos con expresión fría, tez un tanto blanquecina y...
"Con muy buen cuerpo", pensó el castaño antes de sonrojarse de golpe y asombrarse de lo que había pasado por su mente.
–Yo...verás, yo...–Ichinose no encontraba ninguna explicación coherente del por qué de la situación tan incómoda, cuándo escuchó a su pesadilla.
–¡Darling!– Rika no paraba su búsqueda. Ichinose sentía que lo llevaba el tren. El chico misterioso salió de la regadera encontrándose con la peliazul.
–¡Hola!–saludó ella alegre, apenas pensando "¡Qué chico tan guapo!" por tener enfrente al chico semidesnudo–oye estoy buscando a mi novio, es un chico de cabello castaño que...
–Lo siento, sólo estoy yo– respondió el peliplata con gran indiferencia.
–Am, está bien, ¡gracias, seguiré buscando, darling!–dijo la chica antes de salir corriendo.
–Disculpa, de verdad lamento lo que, lo que...–trató de disculparse el castaño apenas salió de la ducha, su sonrojo no había pasado y no tenía esperanzas de que desapareciera ahora que veía con mayor claridad cuan atractivo era el chico.
–Dejémoslo así, ¿quieres? – dijo el peliplata dándole la espalda y con ningún deje de amabilidad en su voz.
–Y muchas gracias por cubrirme– Ichinose soltó una risita nerviosa y puso una mano atrás de su nuca, en señal de nerviosismo –oye, ¿cómo te llamas?
El aludido se dignó a ver al castaño.
"¿Ni si quiera me recuerda...?"–Kageto Yamino, pero llámame Shadow.
–¿Shadow?– ahora lo recordaba. Él había sido parte de los "Emperadores Oscuros" cuando Kazemaru dejó a Raimon– sí, ahora te recuerdo, y recuerdo lo impresionante de tus tiros.
– Y tú eres Ichinose, si no te importa, tengo que vestirme.
Ante ese comentario, el castaño no pudo evitar notar nuevamente el bien formado cuerpo del chico. Un poco abatido, el mediocampista se retiraba cuando la voz de su nuevo conocido lo detuvo.
–Oye...
–¿Sí?
–Esa chica, no es en realidad tu pareja, ¿verdad?–aunque el chico trataba de sonar frío, Ichinose notó cierto interés en su voz.
–No claro que no– rió nerviosamente– es mi admiradora, pero es más que obvio que me tiene harto.
–Ya veo.
Al no notar más interés por parte del chico, el castaño se retiró, esperando escapar nuevamente de Rika sin terminar traumándose por tocar el miembro de alguien. Por su parte, Shadow terminó de vestirse. Y apenas notó que Ichinose estuvo fuera de los vestidores, soltó un "¡Maldición!", propinando un golpe a la pared más cercana.
–"Y tú eres Ichinose", ¡pero claro que era él!, ¿quién más?, y él, apenas pudo recordarme.– Furia era desprendida de la mirada del peliplata.
*Flash Back*
Un chico de tez blanca y aspecto indiferente se encontraba en las duchas de Raimon, en un día como cualquiera. Pensando en nada en especial, cerró la llave de la ducha y abrió la puerta. Estaba a punto de ponerse una toalla y salir cuando...
–¡Cielito!, ¿Dónde estás mi vida?– gritaba afuera una chica loca. Shadow no le dio importancia, para luego llevarse la sorpresa de su vida. Escuchó como alguien entraba a las regaderas y abría la puerta de su ducha. Era Ichinose, el mago del futbol. Éste parecía no percatarse de la situación, mientras Shadow abría enormemente los ojos, contenía la respiración y se aferraba nerviosa y necesitadamente a la pared. Luchaba por no empalmarse, después de todo, era su Ichinose. Shadow lo conoció hace ya tres años, y aunque supo disimularlo, se enamoró a primera vista.
¡No, no, y más no! No podía ser posible, ¿por qué a él?, después de tanto tiempo y esfuerzo que le había costado olvidarse del castaño, después de tantas noches intentando no tocarse mientras pensaba en él, después de haber tenido tantas otras citas con chicas hermosas, todo ese esfuerzo se venía abajo cuándo volvió a verlo. Shadow había concentrado los últimos dos años de su vida a olvidar a Ichinose, agradeciendo que éste partiera de vuelta a Norteamérica. Y cuándo creyó haber alcanzado su meta, él reapareció en su camino... y en qué situación.
Sólo podía pensar en ese chico alegre de cabello castaño y hermosa voz. Se estremecía sólo de recordar sus técnicas, lo hermoso que se veía en el campo... y lo lejos que estaba de tenerlo. Nisiquiera se atrevió intentar ser su amigo, pensando que lo mejor era fingir demencia que arriesgarse a salir herido.
Shadow pensaba en su mala suerte cuando el pequeño niño dio unos pasos hacia atrás e hizo chocar sus cuerpos. Si eso no era malo para la cordura del peliplata, el que Ichinose palmara accidentalmente el miembro del otro de verdad lo volvió loco. Apenas pudo reprimir el gemido y reaccionar a ponerse una toalla para disimular la erección que estaba sufriendo. Y como el destino no puede ser tan bueno, Shadow se convenció de fingir poca atención hacia el mediocampista, y reprimir su propio deseo que creía superado. Tener a Ichinose.
*End Flash Back*
–¡Maldición, maldición!– si bien Ichinose le había brindado al peliplata un momento para recordar para toda la vida, también lo hacía sentirse frustrado– no, ¡no!, no puedo intentar nada, sería una pérdida de tiempo.
Tal vez, si Ichinose fuera chica sería todo menos confuso... pero Shadow era sincero consigo mismo, tal como era el mago del futbol le parecía simplemente perfecto y no lo cambiaría.
–¿Por qué el amor tiene que ser así? – Shadow se retiró pesadamente y confundido, con el semblante más triste que recordaba haber tenido.
...
–¿Por qué el amor tiene que ser así?– se preguntó en su habitación también el chico de Hokaido mientras se masajeaba las sienes.
"Para los muertos es imposible amar", pensamos todos, y más aún, es imposible que un muerto ame a un vivo. Tal vez eso sea verdad, tal vez no. Las cosas sobrenaturales llegan a la categoría de tabú cuando el testigo de éstas decide mantenerlo en secreto por miedo al qué dirán. El pobre e inocente Shirou Fubuki no era la excepción.
Sí, parecía un tipo normal. Un joven común que asistía a la preparatoria, que salía con sus amigos, que comía pizza, y que estaba enamorado. Aquí era donde el peligris dejaba de ser ordinario, pues mantenía vivo un obsesivo amor por su varonil compañero de equipo Ryuugo Someoka. Su amor sin embargo no era más que un simple secretillo, ya que desde hacía algunos meses Fubuki salía con alguien más.
Shirou se dirigió al baño y lavó su rostro con agua fría.
–¡Lo arruinaste todo otra vez Shirou!
Dirigió su mirada al espejo y observó a su difunto y enojado hermano Atsuya.
–¡Cállate Atsuya!
–¡Arruinaste MI última cita Shirou, y todo porque viste a TÚ estúpido Someoka!
El inocente y tierno Shirou dirigió su mirada al piso y habló en un susurro.
–Eso no te incumbe Atsuya
–¡Claro que me incumbe, después de estar esperando a mi cita, tenías que ver a Someoka, buscarlo y dejarlo plantado!
–Pero...
–¡Nada! No dejaré que arruines mi relación por tus estupideces.
Y la discusión hubiera continuado pero en ese momento se escuchó el timbre del departamento.
–¡Es él!– dijo emocionado Atsuya con cara de fangirl–ahora abre, y escucha, si él quiere llegar a algo más, te dejas desvestir y me lo dejas todo a mí.
Shirou cerró fuertemente los ojos y emitió un quejido en señal de molestia y frustración, hasta que un "¡Abre de una buena vez!", por parte de su hermano lo sacó de sus cavilaciones.
El joven se dirigió a la puerta y miró fijamente el picaporte, a pesar de que no era algo nuevo, no dejaba de molestarlo. Después de todo, es patético ser sometido por tu hermano menor, que para colmo, está muerto.
Acercó su mano al picaporte, para después alejarla, intentó abrir de nuevo, y apartó su mano otra vez, luego la acercó, la alejó, la acercó, la alejó, la acercó, la alejó, la...
"–Qué estás sordo o sólo retardado?, ¡no deja de sonar el timbre, abre de una maldita vez!"
Atsuya de nuevo.
Shirou suspiró pesadamente, obedeció a su hermano para encontrarse con...
–Hola, pasa por favor, Goenji.
El proverbio del capitán: "Es patético ser sometido por tu hermano menor, que para colmo, está muerto". Es todo!
Esperamos que les haya gustado la primera parte de lo que esperamos sea un fic largo =D. Escrito por dei-akatsuki y Sasori Kido. Aceptamos felicitaciones, tal vez una que otra insinuación XD, y si quieren una que otra queja u ofensa, pero si amanecen muertas no es nuestra culpa ¬¬
Se lo dedicamos a banana-goggles ya que han sido una gran inspiración para el futuro de nuestro país… aunque sinceramente no sepamos de dónde sean ellas XD.
Matta nee!