Capitulo 26: Sorpresa!

Como mierda no pueden trabajar bien! Es solo una puta sutura lo que les pedí y ¡miren lo que hicieron!- reté a los internos, habían utilizado el hilo más barato del hospital para hacerlo, siendo que este costaba más para la cicatrización, pero por cosas de coste no nos quedaba otra alternativa, lo sabia, pero aun así me daba rabia, no podía controlarme.

Sonó mi localizador, código 1905, me necesitaban en la morgue, tenia que hacer una autopsia al cuerpo que había llegado en la mañana. Me dirigí a los internos y les di una última mirada antes de irme.

Llegue y me vestí, me puse los guantes, todo preparado para abrir aquel cadáver.

Hice primero una revisión externa. Era varón, joven, seguramente la misma edad que yo, no llegaba más lejos de los 25. En el cuello, alrededor de el tenia una gran marca morada, signo de asfixia por terceros, su pecho estaba lleno de moretones, otras partes con sangre seca, seguramente lo habían arrastrado por el suelo también. Su pene tenia una gran mancha morada que llegaba incluso a los testículos, claramente era una patada en sus zonas. Su rostro estaba hinchado con golpes en formas de combos. Esto había sido muy cruel, fuera lo fuera aquel chico no merecía aquello. Anote todo en una pizarra, posteriormente lo traspasaría al papel. Comencé con el escalpelo a la altura del cuello haciendo el centro, lo mismo con ambos lados y luego haciendo una incisión hasta el ombligo, quedando en forma de y griega el pecho.

Primero una capa, la de piel, luego un poco de grasa, el cadáver estaba un poco pasado de peso, y finalmente la musculatura, hasta que llegué a las costillas, con unas tijeras especiales las corte una por una para tener acceso a los pulmones, volví a cortar el pericardio, pero un leve mareo me hizo sujetarme de la mesa.

Lo ignoré.

Seguí en mi labor, saqué los pulmones para pesarlos. Tenían un aspecto negruzco, típico de fumador activo o de una persona adicta a las drogas. Ambos estaban cerca de los 800 grs, cuando lo normal es 400. Seguramente estaban llenos de sangre. Anote eso en la pizarra. Luego saqué el corazón, tan pequeño como el puño de una mano, en vez de estar rojo estaba morado. Mal signo, una de sus aurículas presentaba daño. Infarto al miocardio. Seguí llenando la pizarra. Con una jeringa extraje un poco de orina de la vejiga, posteriormente lo enviaría a estudio toxicológico.

Su estomago lo abrí para ver que había consumido por ultima vez, aun quedaban restos de comidas. Un nuevo mareo, seguido de una arcada me llego, esto lo había echo cientos de veces antes, no entendía el por que ahora de las nauseas. Tome un respiro. Me focalice en huellas, el estomago estaba un poco dañado, por lo que además tenia gastritis. Este chico de no más de 20 había vivido una larga vida de excesos. Quizás era de aquellos sin hogar, a pesar de todo, no justificaba su violento final.

Posteriormente me dirigí a su cabeza, haciendo una incisión por encima, de oreja a oreja, en forma de cintillo, para luego dejar de su cráneo expuesto y así poder cortar, una vez que saque la parte de encima vi el cerebro, lleno de sangre. Golpe con algo de peso en su cabeza, quizás un bate de beisbol o algo peor. Estaba siendo objetiva, sin involucrar sentimientos en este caso, pero este chico me llegaba, no sé por qué.

-pobre chico.

Di un salto. Mire en dirección a la voz.

¡Zafrina! ¡¿Como se te ocurre hacer eso?!- le discutí. Ella sabía que odiaba que me hablaran de sorpresa estando en la morgue, habían solo cadáveres. El corazón podía sentirlo en mi garganta.

- rogo con sus manos en el aire.- ¡lo siento! Lo siento! Escuche que lo habían encontrado en pésimas condiciones y venia a ver.

- ¿Pésimas?- pregunte incrédula.- esto fue con maldad. Con intención, mira esto.- la llamé y le mostré aquellas pequeñas pintitas moradas por dentro de la piel del rostro, eran acumulaciones de sangre desoxigenada con co2, que no llegaron a destino, el corazón.- lo asfixiaron a morir.

- Se lo están atribuyendo a la mafia bells. Ellos actúan así

- No sé nada. Solo estoy cumpliendo con mi trabajo.

- Ya te digo, algo muy chungo esta ocurriendo, jamás había visto tanta brutalidad.- sonó un poco triste.- ni siquiera sabemos quien es, nadie lo ha reclamado.

- Lo lamento…

Quede mirando el cuerpo un buen rato, puse los órganos en una bolsa y luego los volví a meter dentro del cuerpo, para suturar y dejarlo allí, esperando que alguien reclamara. Al terminar y quitarme los guantes, me di cuenta que me había manchado los zapatos con sangre. Una arcada con todo mi desayuno se devolvió directo a mi boca. Busqué el baño más cercano y vomité. Por suerte apareció zafrina y sujeto mi cabello por detrás, evitando que lo manchara. Termine y limpie mi boca unas cuantas veces, quería sacar aquella sensación.

Deseché el delantal y todo lo demás, el informe lo entregaría más tarde, con zafrina a mi lado me sentía un poco mejor, aunque no menos, no era normal esto en mi. Siempre mi estomago era fuerte, resistía todo tipo de escenas y peor que la de recién. En la tarde tenia cirugía y no quería que esto se repitiera. Preocupada, me acerqué a una maquina expendedora de café y saqué un latte.

Era mi favorito, una vez en mi boca, el sabor lo odié. Se lo di a mi amiga, y saqué esta vez algo solido, unas galletas. Me comí el paquete entero y aun así seguía sintiendo hambre, saqué otro. Lo devoré en mi menos tiempo que el anterior. Mi estomago me lo agradecía.

Me dirigí luego a mi oficina, me sentía demasiado cansada desde hace unas semanas atrás, cuando decidí estar sola, sin nadie. Zafrina me seguía en silencio. Algo pensaba, la conocía. Una vez en mi despacho me estire sobre mi silla, era tan cómoda que fácilmente podría echar una siestas.

-¿bella?- hablo de repente, despertándome-. ¿Cuando fue ultimo periodo?

Hice los cálculos.

- 6 semanas atrás, 2 antes del viaje. ¿Por qué?- pregunte extrañada.

- No te debería haber llegado? ¿Hace dos ya?

- No lo sé. Nunca sé cuando me llegará con estas porquerías de quistes en el ovario que tengo. – otra vez me había enojado fácilmente.- puede saltarse meses, como llegarme dos veces en un mes.

. No has pensado que quizás no lo sé…tú...

- Habla ya.- me impacientaba.

- ¿Estas embarazada?

Toda mi alegría y entusiasmo se fueron por el desagüe.

- Ni de coña zafrina, ni de coña. – reclame mientras me levantaba de la mesa, se me escapo un bostezo y ella rió.-No es gracioso...

- Claro que si. Fíjate.- tomo un plumón y comenzó a escribir en la pizarra de mi pared.- mareos.- ante mi mirada se explico.- te estaba viendo mientras realizabas la autopsia, eso no es normal en ti. Siempre has sido firme y ahora, precisamente ahora vienes con nauseas, tratas a tus internos demasiado mal, tus cambios de humor estas semanas desde que llegaste nos tienen a todos estresados, tus vómitos.- abrí mis ojos con sorpresa- por que escucha bien, los de recién no son los primeros, todos nos hemos dado cuenta. Y por ultimo tu cansancio, ya te han pillado durmiendo 3 veces. Solo une hechos.

- No no no y no. De todas formas estaba tomando pastillas. – respondí tajante.

- ¿Te las tomaste aquellos días que recaíste?

- ¿Que demonios zafrina?- sabia más de vida que yo.

Sé que pasaste sola con Edward una noche, la de tu accidente y no creo precisamente que hayan hablado de la crisis económica mundial.

Uní hechos, relaciones situaciones, recuerdos, esto no me gustaba. No recordaba haber tomado la pastilla jamás, el primer día por estar desmayada, el segundo por escapar y chocar y el tercero por irme a la rápida. Oh no no no no no.

Mierda.

Tome mis cosas, las llaves de mi auto y deje a zafrina allí, no tenia tiempo para nada. Paré en la primera farmacia que encontré y compré 3 test de embarazos de diferentes marcas, las mejores. Una botella de agua para ir tomando por el camino y continúe la marcha.

Abrí mi departamento a duras penas, deje las cosas en el living y fui corriendo al baño. Las ganas de orinar me mataban, llene cada una de las pruebas. Ahora solo me quedaba esperar 5 minutos.

No sabia que hacer, me paseaba por la casa como león enjaulado, prendía la tele, la apagaba, miraba el reloj y no corría casi nunca, fueron los 5 minutos más largos de mi vida. Pero finalmente se cumplieron. Volví al baño y tome la primera prueba con manos temblorosas.

Dos líneas rojas.

Positivo.

Tome la siguiente.

Dos líneas rojas, positivo.

La ultima.

Dos líneas rojas, positivo.

Las molestias.- masculle para mi, con voz monótona.- mi cansancio, mi humor, toda esa hambre…oh, oh, oh.

Estaba embarazada. No sabía que hacer, que pensar, como actuar. No tenia idea si saber quien era el padre ayudaba en algo, estaba clara que no era tony, con él siempre me cuidé y además ocupábamos preservativo. Con Edward solo me metí una sola vez, no tome pastillas y él tampoco se cuidó en nada. ¡Solo fue una vez! Y ya tenía una semilla de él en mí, un pequeño fruto de ambos.

Levante mi camiseta y me mire en el espejo , aun estaba plana mi barriga, pero no dudaba de que luego se comenzaría a notar, si no me equivocaba, tendría cerca de 4 semanas, un mes, aun no conocía a mi pequeño, pero ya le amaba. Mi mano se me apoyo en el estomago de forma casi involuntaria, como si fuera un acto reflejo.

Gire el torso hacia adelante y detrás, examinándolo desde todos los puntos de vista, como si fuera a desaparecer debido al modo en que incidía la luz, sentí como algo se movía dentro, como si nadara un pequeño pececito.

La mitad de mi cabeza estaba pensando que hacer con el bebé, Ni siquiera pensé la opción de adopción o aborto, no estaban en mi diccionario. Este niño lo tendría como fuera lugar, con o sin padre, le daría de todo lo posible. Y la otra aun estaba en shock, aturdida. Salí del baño con cuidado, sin darme cuenta, realizaba todos mis movimientos con extrema delicadeza, ya no era solo yo, sino, también mi hijo. Se escuchaba bien.

Me acosté y mire hacia el techo. ¿Qué haría ahora? ¿Decirle a Edward? El ya había escogido a pesar de sus promesas a amelie, si quería estar conmigo que fuera por que quisiera, no por obligación, por lo tanto, por ahora no le diría nada. ¿Como decirle la noticia a Charlie? Le daría un infarto.

Vi a zafrina de pronto en la puerta, ella me miró y fue hacia el baño, al regresar supe que había comprendido todo, solo me abrazó.

- ¡Bella! ¡Me hubieras dicho antes para acompañarte!- reclamo mientras me dejaba acostarme en su estomago.- ¡no es justo!

- Estoy embarazada…te lo crees.- susurre maravillada.

- ¿Es de Edward cierto?- pregunto mirándome fijamente.- ¿se lo dirás?

- Si, es de él. Pero no, no le diré. El ya escogió y no fui yo. Si esto ya termino.

- ¡Pero es el padre bella!

- No, y tu tampoco tienes por que contarle. No te metas zafrina, por favor.- rogué mientras ponía su mano en mi estomago.- mi niño no necesita de nadie.

- ¿Y tu papá?

- Ahí veré como le digo. Espero que su corazón resista.

Un golpe de la puerta principal. Unos pasos de hombre, con mi amiga nos tensamos hasta que escuchamos la voz alta y clara de mi padre llamándome.

- Mejor ahora que nunca bells. Te dejo.- me dio un beso en la frente y otro en la barriga y se fue, dejándome con los leones.- ¡ya te dije!- seguramente se encontró con mi padre.- hola tío, ya me voy, bella esta en su pieza, bye!

- ¿Bella?- llamo con curiosidad.- que significan estas cajas de test de embarazos? ¿Me puedes explicar?- alzo un poco más la voz.

Inspire fuerte, me llene de valor para finalmente enfrentarlo. Fuera cual fuera la respuesta.

- papá…- espere que se sentara.- estoy embarazada.

La mirada de mi padre se volvió vidriosa, como si fuera incapaz de verme. Seguí.

- Me hice tres pruebas y dieron todas positivas.

Se paró de pronto y se acercó hacia mi, tomo mi cara entre sus manos y me miro fijamente.

- ¡Mi niña!- exclamo preocupado.- no te preocupes, podemos sacar eso de ahí. No hay problema

- ¡¿Que?!.- pregunte horrorizada.- ¿que quieres decir?

- Es obvio que aun no estas lista para ser madre, tienes muchas que hacer.- seguía hablando con dolor.- un futuro prometedor, si quieres abortar o darlo en adopción, te apoyaré.

-¡¿que?!- volví a exclamar alarmada.- no no ¡no! Yo lo quiero tener! ¡No me importa como!

- Esto era lo que andabas buscando, echaste a perder tu vida bella

- Te vas a ir a Londres sola embarazada.

- ¿Y porque no? Es cosa de cuidarme

- apuesto que es de ese malnacido de Anthony. – me soltó furioso.- es incesto bella! ¡No puedes tenerle!

- No es de él papá…- se giro bruscamente hacia mi, pidiendo respuestas.- es de edward…

- ¡Él te dejo! ¿Lo vas a criar sola Isabella?- escupía las palabras.- ¡solo eres una jovencita de 23 años! Recién titulada! ¿Además ese malnacido te volvió a dejar por cuanto? – me miro esperando que le contestara.- ¿segunda vez?

- No seas cruel papá…

- ¡No tienes idea de nada!, ¡lo que cuesta criar un niño! Sufrir cuando enferma. ¡Y toda la culpa la tengo yo con tu mamá!

- Charlie para…

- ¡Claro que si! Porque te dimos todo, te o regalamos. No tienes idea de los valores de las cosas en la vida, te regalamos un auto a los 16, luego otro a los 20, un departamento sola a los 21, siempre te dábamos tarjeta, jamás te dijimos no y mira ahora. ¡Eres una niña aun!

- ¡No papá!- sollocé, no esperaba esta respuesta.- ya tengo el titulo, tengo trabajo, gano poco por ahora, es cierto, pero es mi hijo y no lo abortaré.

- Le informaras a Edward supongo.- siguió retándome.- si no lo haces, yo mismo llamaré a Charlie

- No lo hagas.- le imploré.- nosotros ya terminamos. Lo nuestro se acabó, amelie me lo dejo en claro, si quiere estar conmigo que sea por cariño y no obligación, por favor respeta eso…

- Te dejo. ¡No me hago cargo de más cosas! Tu hazte responsable de tu vida, si fuiste capaz de quedar embarazada, demás puedes pegar tus cuentas, este piso y las letras de tu auto. Bienvenida a tierra.- se fue, dándome un portazo.

No te preocupes, estamos bien. pensé con la mano sobre mi estomago.

Lo siguiente que hice fue llamar al hospital.

- Dr. Montgomery, soy angelina facinelli. Hoy no podré asistir. Lo siento.

Hablé con ben, quien estaba en pediatría para que me hiciera enchufe con un ginecólogo para hacerme la eco tan pronto como fuera posible, conseguí hora al día siguiente. Algo era algo. Llame a Charlie, pero no me quiso contestar, tenia su celular apagado, de todas formas le deje un mensaje diciéndole que al día siguiente tenia eco. Por si quería ir.

La mañana siguiente me volví a encontrar con zafrina en mi depto., ella quedo en acompañarme. Nos encontramos en el departamento mientras ella buscaba la llave del mustang de Félix.

¡Ring! ¡Ring! ¡Ring!

Era móvil de mi amiga, me acerqué para contestarle. Cuando el nombre de la pantalla me dijo quien era…Edward. Corté y lo apagué. Con celular en mano me acerqué donde ella estaba.

- ¿Me puedes decir por que te estaba llamando Edward?

- Porque seguramente me estaba devolviendo el llamado. Recién lo intente y no me contestó, así quedó como llamada perdida

- ¿Pero por qué? ¡Te dije que no te metieras!

Fui a la cita con el doctor sola, de alguna manera se sentía extraño estar en esa situación, mientras todos los demás estaban con sus parejas o padres. Reprimí unas lagrimas, el embarazo me estaba volviendo más sensible.

- ¿Isabella swan?- llamó una enferma de pronto mientras abría la puerta de la consulta. En seguida me levanté y fui donde ella.- ¿bebió suficiente agua?- solo asentí.

El doctor me indicó donde acostarme además de bajarme un poco los pantalones y levantarme la playera, dejando mi estomago al aire, luego aplicó un liquido demasiado frio, casi como hielo per en textura gel para luego pasar la maquina por encima. Me indico que viera la pantalla, de pronto, unos latidos apresurados como las alas de un colibrí inundaron la sala.

- Esa es tu niña.- me sonrió mientras miraba la pantalla.

De pronto la puerta se abrió y para mi sorpresa entró Charlie, la enfermera me miraba con la duda en su rostro, solo le asentí. El doctor tan pronto como lo vio estrecho manos con él.

- Así que usted es el abuelito…- le comentó a modo de broma el doc, charlie tenia un brillo extraño en sus ojos, solo asintió con una sonrisa boba.- bueno, le presento a su nieta. Otra princesa a la familia.

Podría jurar que vi unas lagrimas por la mejilla de charlie, solo apretó mis manos y luego besó mi ombligo. Finalmente, estábamos en paz.

Apenas llegue a la casa le indiqué a mi padre que dejara las cosas en el piso, desde que me había acompañado en mi consulta no quería que hiciera ninguna mala fuerza.

- mira hija.- tomo mi mano invitándome a sentarme.- lo único que yo quiero es que seas feliz. Yo sé que he sido duro contigo y ¿de que me ha servido? La culpa es mía…

No lo pude soportar más.

- Papá.- por primera en vida le llamaba así.- no digas eso

- Ahora el que yo quiera estar cerca de mi nieta y saber todo lo que pasa no cambia en absoluto lo que te dije antes bells. ¿ya?- me miro mientras acariciaba mis manos.- tu elegiste una vida en el aire, huir de todo, sin responsabilidades y ahora de golpe porrazo, se te vino una responsabilidad enorme encima.

- Pero es que yo no quiero tratar a mi hijo como una carga…

- Pero lo es mi amor. Es una gran responsabilidad. Mira: si tú supieras los desvelos que se sienten, como duele el alma cuando se enferman los hijos como duele el alma y tú te sientes inmensamente débil, es algo que aprenderás con el tiempo y la experiencia.

- ¿Eso es lo que sentías conmigo?

- Tu mamá quiere que me acompañes a Seattle. Al norte. No puedes estar sol ahora.

- Yo sé que quizás tú odies a Edward, pero yo lo quiero.

- ¿Y por qué no se lo has dicho?

- Porque ya es muy tarde, me da miedo.

- Miedo? ¿Miedo de que? Mira hay dos alternativas o lo asume o no, y si no quiere, que se vaya a la mierda Tu no lo necesitas. Ya mira, no pases más susto que mi nieto se puede empezar a sentir mal. ¿Pidamos algo rico para comer?

- Ya papa, me encanta.


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