Prólogo: Un nuevo viaje (Capítulo 0)

Disclaimer: Pokemon y sus personajes no me pertenecen, sino... ESTE SERÍA EL FINAL DE POKEMON (es decir, esta historia sería la última temporada... no me malentiendan)

Para tener en consideración, querido/estimado lector:

- "Normal" = habla de un personaje

- "Cursiva" = pensamiento de un personaje

Sobre la historia...

Después de leer excelentes fanfics acá en FF, tanto en mi lengua materna (castellano) como en inglés, decidí que quiero hacer una historia de romance y aventura teniendo como protagonistas a Ash y Misty. ¿Cuál es la diferencia ahora? Existen muchas, muchas sorpresas... y re-encuentros. Espero que les guste esta entrega, el resto lo van a ir leyendo.

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Pueblo Paleta

Ash, han pasado siete años desde que el entrenador salió de su pueblo natal, es decir, desde Pueblo Paleta, para iniciar su viaje, el viaje para cumplir su sueño: ser un Maestro Pokemon. Desde aquel entonces no han cambiado mucho las cosas. Ash continúa siendo el mismo glotón y denso de siempre, adora a los Pokemon, se desvive y sueña pensando en las batallas que tuvo/tendrá con sus amigos. Junto a nuestro héroe se encuentra Pikachu, quien está en el hombro del joven entrenador.

En la casa de Delia Ketchum, la madre de Ash, se encuentran también el Profesor Oak, Tracey, Misty y... el propio Ash. En estos momentos disfrutan de una agradable cena preparada por la dueña de casa. Ash menciona las aventuras del último continente que le quedaba por recorrer, el cual se llamaba Gondwana. Es así, como nuestro héroe finalmente terminó de recorrer el mundo conocido: Kanto, Johto, Hoenn, Sinnoh, Isshu y Gondwana (sin contar el Archipiélago Naranja). En Isshu había logrado ser subcampeón del torneo que se realiza en aquella región, mientras que en Gondwana resultó semifinalista. A pesar de no obtener el título, el entrenador estaba orgulloso de sus logros, pues durante todos sus viajes ha conocido muchos amigos, ya sean humanos o Pokemon. Lo cual lo hacía sentirse un verdadero ganador.

"Ash, ahora que haz recorrido todo el mundo... ¿qué es lo que piensas hacer?" pregunta Misty soñando con la posibilidad de un eventual descanso, un tiempo en Kanto, un lugar donde ella pudiera verlo.

"No lo sé, aún no lo hemos decidido... ¿verdad Pikachu?" afirma el entrenador al tiempo en que el roedor asiente

"Puedes quedarte acá un tiempo Ash. Aprovecharías de estar con los Pokemon que haz capturado en todos tus viajes." complementa Tracey.

"Así es Ash, ya llevas siete años viajando, tomar un año sabático para entrenar a tus Pokemon en la reservación no sería nada de malo" afirma el Profesor Oak

"Ash, ¿qué te parece la idea?" pregunta Misty con el mismo sentido de la pregunta anterior

"Aún no lo sé... es decir, estoy acostumbrado a viajar, aún no he cumplido mi sueño de ser un Maestro Pokemon, quiero ser el mejor... pero, de todas maneras, aún no lo decido. Quizás me quede un tiempo aquí después de todo" sonríe el entrenador.

Misty cambió sus expresiones a medida que él iba diciendo las palabras, la ausencia del muchacho le afecta, ella lo sabe desde que tuvo que dejar de viajar con él en Ciudad Verde. El sentimiento de la pelirroja, ese sentimiento que tiene tanto peso al ser nombrado pero que en este caso representa fielmente lo que siente la joven, es uno solo: amor. Es un amor extraño, lo es porque pese a la distancia, a la poca esperanza que ella misma le tiene al corazón de Ash y a los miles de pretendientes que batallan por salir con ella... su corazón le pertenece al sujeto que está devorando la cena y hablando con la boca llena, le pertenece hace años, sin embargo, él no ha notado nunca nada... aunque para todos los demás sea demasiado evidente. Cuando Ash terminó la frase, un alivio se instaló en el pecho de la entrenadora, no se irá de viaje...aún.

La noche cayó rápidamente mientras todos finalizaban la cena. Tracey y Oak se retiraron rumbo al Laboratorio del Profesor. En él se encontraban los Pokemon de Isshu y Gondwana compartiendo junto a los demás Pokemon presentes en la reservación. Misty se quedó en la casa de los Ketchum. Para su buena suerte, Daisy se estaba encargando provisoriamente del gimnasio. Durante los últimos dos años, la pelirroja entrenó a su hermana mayor para que ella fuera la líder. No es que no le gustara ser líder de gimnasio, siempre había sido su sueño, mas no era feliz encerrada dentro de esas cuatro paredes y la enorme piscina olímpica. Había algo más grande que ese sueño ahora, ser líder de gimnasio sin cumplir el otro deseo restante le era contradictorio, pues no generaba felicidad en ella. No obstante, cumplir el otro deseo restante (es decir, Ash) y dejar de ser líder de gimnasio sí sonaba una ecuación con el resultado esperado: felicidad.

Ash está en su habitación. Sentado sobre la cama, Ash mira las estrellas junto a su fiel amigo eléctrico.

"Pikachu, ¿debería quedarme o emprender un nuevo viaje?" cuestiona el entrenador mirando el techo. El roedor emite su respuesta, al igual que Ash, no se decide por una de las opciones.

"Mientras no se me presente una razón para iniciar un viaje... nos quedaremos aquí. ¿Te parece bien, Pikachu?" sonríe el entrenador.

Sorpresivamente, la última oración es escuchada por la mejor amiga de nuestro entrenador favorito. Ella, más por curiosidad que por otra cosa, abrió la puerta de la habitación para encontrarse con un Ash pensativo, sumido en la oscuridad, la cual solo deja de existir con los rayos lunares que iluminan parcialmente el cuarto.

"Ash. ¿Vas a quedarte aquí?" pregunta la pelirroja ilusionada con la idea

"Así es. Al menos, hasta que algo o alguien no me dé una idea sobre un nuevo viaje. ¿Por qué?" dice el entrenador

"Hace mucho tiempo que no paso días o semanas contigo. Daisy se hará cargo del gimnasio mientras yo no esté, me gustaría aprovechar al máximo el tiempo, quiero quedarme contigo hasta que surja un nuevo viaje" sonríe la entrenadora, un leve sonrojo hay detrás de todo esto, mas Ash no lo puede ver debido a la oscuridad de la pieza.

Los días pasaron, Ash estuvo alrededor de un mes completo en Pueblo Paleta. Le costó adaptarse a la vida sedentaria, es decir, ya no tenía que viajar de ciudad en ciudad para batallar por una medalla, las tenía todas. Tampoco tenía que dormir a la intemperie, enfrentarse al Equipo Rocket u otras cosas típicas de sus viajes. Al parecer, él no era el único que no podía vivir feliz entre cuatro paredes, su espíritu se encontraba prisionero por no vivir experiencias nuevas, conocer amigos nuevos, ciudades nuevas... las batallas que había tenido durante este mes habían sido entre sus propios Pokemon para entrenarlos. Pero, ¿qué caso tenía entrenarlos si no iban a enfrentar a nadie en especial?. Estaba aburrido, aunque la presencia de Misty y la comida de Delia compensaban lo pesado que se le estaba volviendo este estilo de vida.

"Ash. ¿Qué te pasa?" pregunta la pelirroja. Ambos se encuentran en la reservación Oak. Es cerca de media tarde, el sol se está escondiendo y algunos Pokemon comienzan su siesta.

"¿Por qué me lo preguntas?" dice Ash confundido.

"Ash. ¿Estás bien?" cuestiona de nuevo la entrenadora

"Eeeh... sí, ¿por qué no habría de estarlo?" contesta Ash

"Es que últimamente haz actuado muy extraño. Te has vuelto muy pensativo, miras como condenado las batallas de la Elite Cuatro, ya no dices tantas estupideces... es como si hubieras madurado" comenta la entrenadora

"Misty. Tengo diecisiete años... ¡claro que he madurado!" grita Ash iniciando una discusión

"¿Cómo que haz madurado? Mírate... todavía piensas en Pokemon y en la comida, no te interesa nada más" comenta Misty soltando una indirecta que cualquiera, menos Ash, puede entender.

"¿Y qué hay con eso? Soy libre para pensar en lo que quiera" responde el entrenador avivando la discusión

"Nunca entenderás, ¿verdad?" pregunta Misty furiosa.

La pelirroja se va se aleja del lugar sentándose cerca del lago de la reservación. En el lugar sus Pokemon descansan, se puede ver a Gyarados, Corsola, Horsea y Starmie. Psyduck, en tanto, está sentado junto a su entrenadora con la misma expresión que todos conocemos. Ash, por su parte, no entiende lo que quiso decir su mejor amiga. Sin embargo, algo le llama la atención dentro de las palabras que ella le dijo: "Te has vuelto muy pensativo, miras como condenado las batallas de la Elite Cuatro...". Sus palabras resonaban como eco en su cabeza. Realmente no se sentía bien en este lugar, necesitaba viajar, yo importa adónde, pero tenía que viajar... aunque, ¿qué caso tendría viajar si no había un objetivo o meta de por medio?. Por otro lado, las batallas que veía en televisión le recordaban a sus viajes, muchos de los entrenadores que aparecían en esos combates diferidos él los había conocido. Lance, Drake, Agatha, Cynthia... si él se hubiera quedado en casa no los hubiese conocido. Aún le falta mucho para llegar a ese nivel, pese a que muchos de sus Pokemon han mostrado estar a la altura, incluso, de Pokemons legendarios.

"Tengo que ser el mejor, tengo que ser un Maestro Pokemon y, esto, no lo puedo hacer sentado en mi cama viendo televisión" finaliza Ash después de todo ese pensamiento "Pikachu, es hora de partir a un nuevo viaje. Aún nos quedan muchos entrenadores por derrotar, muchos Pokemon por capturar y muchas aventuras por vivir. Siento tener que hacerle esto a mamá, pero tarde o temprano iba a suceder. Ahora, el problema es... ¿adónde voy?" concluye avergonzado el entrenador rascándose la cabeza.

Después de la discusión, ambos entrenadores se encuentran casualmente. Pese a lo sucedido, ambos se encuentran en posiciones bastante cercanas. Desde que eran niños estaban acostumbrados a discutir, mas esta no era una discusión cualquiera. Misty aún se encontraba dolida por la (casi) nula capacidad de Ash para percibir los sentimientos o emociones de los demás. Con los Pokemon no le costaba, él tenía una sintonía impresionante con ellos, podía comprenderlos con tan sólo mirarlos y, aunque no supiera su lenguaje/dialecto, de todas maneras tenía a Pikachu y a su propio corazón que le indicaban cuándo un Pokemon se encontraba en problemas y debía ser atendido/ayudado. El entrenador, en cambio, se encontraba feliz con la pelirroja, es cierto que no entendía el trasfondo de la discusión, mas sus palabras le guiaron para entender parte de sus sensaciones actuales.

"Misty. Tienes razón, no me siento bien aquí" señala el entrenador

"¿Qué es lo que estás diciendo?" pregunta la pelirroja extrañada. Jamás pensó que Ash podía sentirse mal en su propio hogar (o, en este caso, pueblo natal).

"Eso. Quiero ir de viaje, necesito tener más batallas, enfrentar nuevos desafíos, tener nuevas aventuras... no voy a ser un mejor entrenador o un Maestro Pokemon si me quedo en este lugar mirando televisión" señala el entrenador con madurez

"¿Adónde te irás? ¿Puedo ir contigo?" pregunta ansiosa la entrenadora. Es cierto que aún estaba molesta con él, pero el solo hecho de viajar con él le producía felicidad y nostalgia. ¿Serían los mismos de antes? ¿Podría él darse cuenta de sus sentimientos? ¿Podría ella tener el coraje para decirle lo que ha guardado con tanto celo?

"No sé adónde iré" suspira Ash

"¿Y cómo planeas viajar entonces?" cuestiona Misty molesta

"Esperaré alguna señal... " suspira Ash sin atender el tono molesto de su mejor amiga.

Las noches siguientes fueron similares. El entrenador no sabía para dónde quería ir, con qué Pokemons deseaba emprender este nuevo viaje y no estaba cien por ciento seguro de que quería la compañía de Misty en su aventura. Es decir, Misty es su mejor amiga, cuando no la puede ver él la extraña mucho, jamás alguien ha podido reemplazarla dentro de sus estructuras mentales. Para él, además de su mejor amiga, ella era una figura guía, alguien que le instaba a dar lo mejor de sí, una persona que sabía que lo apoyaría incondicionalmente en los momentos críticos y que le diría en su propia cara los errores que estaba cometiendo. ¿Cuál era la razón, entonces, para objetar su compañía? El gimnasio. Su sueño siempre fue ser líder de gimnasio y ser una maestra Pokemon de agua, ella estaba cumpliendo su sueño, no quería que renunciara a éste por seguirlo.

Una señal extraña y curiosa llegó al entrenador. Esta vez no fue Ho-Oh, ni Gary, ni el Profesor Oak, ni cualquier otro personaje o Pokemon presencialmente el que le estaba indicando su próximo destino. Era la voz de Lucario, el Lucario de Sir Aaron, que estaba en el Árbol del Comienzo, el mismo donde se encuentra el hogar de Mew y está cristalizado el héroe guardián del aura. La voz, contrario a lo que se pueda pensar, resonaba en la mente de Ash a plena luz del día, cosa que lo aturdía más pues, miraba al cielo y veía nubes y algunos Pokemon voladores.

"Ash... Debes venir al comienzo... " suena en la mente del entrenador. Ash encuentra que esta voz es familiar pero no la recuerda. ¿Serán los años?

"¿Al comienzo de qué?" se preguntaba en voz alta. "Ir al comienzo de qué..." seguía preguntándose en plena reservación Oak. Su tono de voz demanda una respuesta, la necesita, ¿adónde tendría que ir? Pero la voz no emitía sonido alguno. Este pensamiento, que lo aturdía bastante, se repitió durante una semana completa. Pikachu y Misty notaron la preocupación de él. Estaba frustrado, si antes ya se sentía mal por no estar viajando, ahora tenía un nudo en la garganta por la misma frustración. Alguien lo llamaba, le estaba dando una razón de peso para su próximo viaje pero... ¿quién era? ¿adónde quería que fuese?. Otro pensamiento vino desde el aura de Lucario.

"Ash... Debes venir al comienzo... debes estar solo... guíate por tu corazón" suena nuevamente en la mente. "¿Por mi corazón?..." siguió pensando el entrenador. "Debo ir adónde yo quiera, adónde sienta que deba estar. Pueblo Paleta hace tiempo dejó de ser mi lugar, hay Pokemons y personas que me pueden necesitar allá afuera, mucho más de lo que me podrían necesitar mi madre, Tracey, el Profesor Oak o la propia Misty." completó en su pensamiento.

A la mañana siguiente, tras consultarlo con su almohada mediante un profundo sueño, el entrenador está decidido a iniciar una nueva aventura. Pikachu, por supuesto, sería su fiel compañero de viaje. Llevaría algunos de sus Pokemon con él para retomar el entrenamiento y reforzar los lazos que había creado con ellos. El mayor énfasis lo puso en los Pokemon de Kanto, las islas Naranja y Johto. Tomó tres pokebolas: Bayleef, porque el Pokemon de hierba no soportaría no ser convocada por el entrenador. Muk, debido a que siempre mostró un gran afecto hacia el entrenador y, normalmente, estaba en el Laboratorio del Profesor. El último es Donphan, debido al cariño que este Pokemon le tiene y por lo poderoso que es. El resto de los Pokemon quedaría en el Laboratorio.

"Mamá, Misty. Me voy de viaje" comenta Ash

"¿Adónde irás esta vez? ¿Es por esa voz que haz oído últimamente?" señala preocupada la pelirroja

"No sé adónde iré. Pero la voz fue clara al decirme que debía ir solo, y que debía guiarme por mi corazón" afirma el entrenador. "Recorreré Kanto y Johto, necesito saber porqué me llama, estoy seguro que siguiendo los pasos de mis primeros viajes podría encontrarlo" termina de completar Ash.

"¿No podré ir contigo?" pregunta Misty muy apenada

"Ash. ¿Por qué no dejas que Misty te acompañe? Ambos siempre se han cuidado, además así no te perderías" comenta Delia generando una cara triste en Ash

"No es que yo no quiera que venga conmigo, pero si esa voz me dice que debo ir solo... debe ser por algo" suspira el entrenador dando a entender que no es nada personal.

"Entiendo. Tienes que avisarnos dónde estés, llámanos constantemente, nosotras nos preocupamos por ti" habla Misty en tono de preocupación robándole las palabras a la madre de Ash.

"Sí, así lo haré. Bueno mamá, Misty... tengo que partir" dice Ash con sentimientos encontrados. No quería alejarse de su hogar por una extraña razón, pero sentía que tenía que partir.

Delia abrazó fuertemente a su hijo, le recordó lo típico sobre los calzoncillos, le pidió que se cuidara y le mencionó todas las cosas que, normalmente, una madre preocupada le diría a su hijo. Misty, en tanto, también lo abrazó fuertemente. Jamás en sus siete años de amistad se habían abrazado de esa manera. Ash, pese a lo extraña que le parecía esta situación, no oponía resistencia y devolvía el abrazo. Sentía la preocupación de su mejor amiga. Él la iba a extrañar mucho.

El sol estaba en lo alto, era mediodía. Ash pasó al Laboratorio del Profesor Oak para despedirse de ellos y despedirse de sus Pokemon. Como regalo de despedida, muchos imprimieron las huellas de sus patas/extremidades en un papelógrafo, tal como se lo hicieron cuando enfrentó la Batalla de la Frontera. Esto, sin lugar a dudas, era una gran muestra de afecto. Aunque presencialmente sus Pokemon no estuvieran con él, dentro de su corazón y en ese papelógrafo ellos siempre lo acompañarían.

Región Kanto (Ash)

Ash Ketchum y su fiel Pikachu tardaron tres semanas en llamar a la casa de Delia. En su viaje habían pasado muchas aventuras. Pikachu se enfrentó nuevamente a la parvada de Spearows y Fearows que ahora se encontraban cerca de Ciudad Verde, esto debido a que habían sido desplazados por los Pidgeottos y Pidgeots de Pueblo Paleta. Estuvieron perdidos alrededor de una semana en el Bosque Verde, fueron perseguidos por los Beedrills otra vez y lograron llegar a duras penas a ciudad Pewter. En esta ciudad pasó a saludar a los hermanos de Brock. Enfrentó a Forrest, hermano de su mejor amigo y líder de gimnasio. Bayleef y Donphan lograron ganar su batalla contra Steelix y el Donphan del chico. Curiosamente, Brock había cumplido su sueño de ser Doctor Pokemon y el Centro Pokemon en el cual trabajaba era el mismo de su ciudad natal. Rápidamente después de Pewter se adentró en el Monte Luna, cruzó a Cerulean y de ahí continuó hasta Pueblo Lavanda.

Pueblo Paleta

"¿Misty? ¿Dónde estás?" grita Delia esperando a que la pelirroja oyera su pregunta para que pudiera hablar con Ash

"Estoy arreglando mis maletas. Tengo que partir a ciudad Cerulean. Mi hermana Daisy tiene un Concurso Pokemon en Johto y necesita que la cubra como líder de gimnasio" señala Misty

"Ash está en el videoteléfono. Está en Pueblo Lavanda" comenta entusiasmada la señora.

En un par de segundos, la pelirroja se encontraba en el videoteléfono.

"Hey Ash. ¿Cómo te ha ido?" pregunta ansiosa la entrenadora.

Ash le comentó su viaje entre Pueblo Paleta y ciudad Pewter. Misty se sorprendió al saber que él solo, sin la ayuda de nadie, había logrado salir del Bosque Verde. El entrenador le comentó todo, salvo el tema de Brock, quería que fuera una sorpresa si es que ella llegaba a la ciudad. Además, así Brock podría disfrutar de la cara que pondría Misty al enterarse de que tiene una relación estable con la enfermera Joy que trabaja en el recinto. También omitió detalles respecto al duelo de gimnasio que tuvo en Cerulean, tenía que admitir que Daisy se estaba volviendo una muy buena entrenadora y que bien podría hacerle competencia en el largo plazo.

Misty, al día siguiente, también partió rumbo a Cerulean. Sacó sus Pokemon del lago de la reservación Oak, aprovechó de despedirse de Tracey y el Profesor, para luego seguir el mismo camino que Ash recorrió siete años atrás en compañía de un Pikachu travieso, pícaro y terco.

Alturas de Kanto

Desde las alturas, un Pokemon psíquico poderosísimo buscaba a cierta persona. No tenía idea de dónde vivía, tampoco sabía dónde estaría ni adónde lo llevarían sus viajes, solo tenía una idea en la cabeza. "Quiero estar con Ash... " decía su mente. Lo buscaría eternamente hasta hallarlo. Después de años preguntándose cuál sería su lugar en el mundo, resolvió que él ya no podía vivir solo. A raíz de esto, la única compañía que le pareció posible y agradable era aquel joven entrenador Pokemon que podía jactarse de ser el único ser humano en quien confiaba, y el único a quien admiraba por su entrega y su amor por los demás.

Esta criatura siempre fue lastimada por el ser humano, es decir, sus orígenes ni siquiera eran naturales como el del resto de los Pokemon. Él era el resultado de un experimento genético. Fue usado como un objeto, un trofeo para combatir en las batallas Pokemon del gimnasio de Ciudad Verde. Su odio hacia la raza humana fue tal que quiso comandar una guerra entre Pokemons "naturales" y clonados. Su ira cesó gracias a Ash, gracias a que él dio su vida interponiéndose entre él y el Pokemon original, Mew. Él borró de la memoria de Ash y sus amigos todo lo ocurrido en Isla Nueva. Sin embargo, las vidas de Ash y de Mewtwo se cruzarían de nuevo años más tarde, en Johto. Ash le salvó la vida a Mewtwo lanzándolo al manantial, sus aguas restauraron sus fuerzas y fue así que pudo vencer a Giovanni, el poderoso jefe del Equipo Rocket que pidió su creación.

"Ash... quiero estar contigo ... espero que aún me recuerdes, yo no te olvido" comenta el Pokemon al tiempo en que sus ojos se vuelven de color azul y se teletransporta a otro lugar. ¿Estará Ash allí?

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Notas del Autor:

Como pueden ver, la historia girará entorno a Ash y su viaje, del cual ahondaré con más detalles en ciertos episodios. Paralelamente, Misty regresará a Cerulean por un momento, no les adelantaré mucho respecto a ella, solo que ella finalmente no se quedará en el gimnasio. En cuanto a Mewtwo, creo que es el mejor destino que puede tener este Pokemon. Vi "Mewtwo regresa" debido a la curiosidad que me provocaba saber qué había sido de él... creo que merece estar con Ash, y Ash merece estar con él. Ahí verán cómo se va tejiendo la historia. Al final Ash no entiende que con "el comienzo" se refiere al árbol, lo que generará toda esta aventura.

Por otro lado. Este es mi segundo fic. Acá más que romance primará la aventura, pues como notarán, tanto Ash como Misty se encuentran en vías separadas. Ojalá hayan hartos reviews, sugerencias, observaciones, tengo MUCHAS ideas para esta historia, pero... si ustedes me pudieran aportar otras, yo feliz. ¡Un saludo enorme!