ATENCIÓN: DURANTE ESTE CAPÍTULO SE LEERÁ UN POEMA QUE ESCRIBÍ APENAS SIN GANAS, SE RUEGA QUE NO LO CRITIQUEN DEMASIADO, YA QUE NO SOY BUENA POETA. GRACIAS. SS

Capítulo 4

Estaban solos, en el mar, incomunicados, en la misma habitación, sin dinero, y por una extraña razón, solo uno de los dos parecía molesto con la idea. El otro parecía querer comérsela con la mirada, desfrutando de cada segundo hasta que ella habló.

-¿Qué demonios insinúas, Ranma Saotome, con esa mirada de conquistador? –Inquirió Akane, levantando una ceja.

-No me digas que a Akane Tendo le da miedo estar a solas con un hombre en una habitación con una enorme cama llena de pétalos rojos?

-Sí, ya, seguro… -Akane sonrió

-Acaso quieres ver a un hombre, propiamente dicho?- le dirigió una mirada ardiente, conteniendo el deseo, mientras ella se sonrojaba por el atrevimiento.

-¿Hombre? –miró hacia todos lados, fingiendo confusión- ¿Dónde? Yo no veo ninguno… -se llevó una mano a la boca. Sintió la fastidiada mirada azul clavándose en ella y no pudo evitar que una sonrisa picarona se mostrara en sus labios.- Ah… tú

-Jaja qué graciosa se ha vuelto usted señorita –y, añadió con una sonrisa apagada y llena de rabia- Oh, disculpe! Se me olvidó que para usted estar a solas con un hombre con o sin cama es una cosa de lo más normal. –Cerró las manos, apretando los puños. El recuerdo de que él, inocentemente dispuesto a confesarle el tremendo amor que sentía por ella, había sido engañado en sus narices le enfurecía.

Akane se quedó muda durante un instante. ¿Qué quería decir con eso? ¿Acaso la estaba llamando puta? ¿La estaba acusando? ¿De qué? Por decirlo de alguna manera, el único putón a bordo era él, que tenía 4 prometidas, incluyendo a Kodachi. De ningún modo iba a dejarse insultar de esa manera por él, además injustamente. ¿Cuándo demonios le había sido "fiel" el a ella, si podía saberse?

-Ranma ¡Ya estás otra vez? Me estoy cansando, últimamente no sé qué demonios te pasa –el chico soltó un bufido mirándola enfadado- ¿Desde cuándo eres mi padre? ¿O mi novio? ¡¿Desde cuándo te crees con derecho a exigirme? Lo que yo haga o deje de hacer con mi vida dejó de interesarte o influirte desde la casi boda, ¿sabes? Porque, ¡maldita sea!, tiraste por la borda todo. –Se sentó sobre la cama, levantando los brazos, indignada-Ya no me importa lo que me digas –le miró fijamente a los ojos-. Y, por cierto, ¿Qué, si se puede saber, he hecho para que te pongas así?

-¿Que qué has hecho? –gritó él, poniéndose en pie- ¡Vamos, Akane, tenemos 18 años, ya somos mayorcitos como para llamar a las cosas por su nombre! Te pillé con Shinnosuke ¡sé lo que hiciste! No me convenciste aquella tarde, en el baño. –Soltó un nuevo y sonoro bufido que se oyó por toda la habitación- ¡Confiésalo de una maldita vez! ¿Qué hiciste con él? ¿Y por qué?

-¡Otra vez con eso! –chilló ella, poniéndose de pie también

- ¡Sí! Porque es totalmente inaceptable ¿Sabes? Yo confiaba en ti. Nunca me hizo gracia que esos dos vinieran a casa, pero ¡Nunca sospeché que fuera para eso! –La fulminó con la mirada, inquisidor- ¡Y en cima en mi propia cara! ¿Besaste a Ryoga también? ¿No tienes vergüenza? Y dime, ¿pensabas en mi cuando él te besaba?

Akane se paralizó. Ranma la atrajo contra él la tomó entre sus brazos, agarró su cara con una de sus manos y la besó. Fue un beso cargado de furia y pasión, salvaje, que pilló a Akane por sorpresa. Él cerró los ojos, pero los de ella seguían abiertos. La estaba besando a la fuerza. Su primer beso y era a la fuerza. Ella siempre imaginó su primer beso con su prometido en millones de situaciones… pero esa desde luego que no. Le replicaba haber hecho algo que no hizo y encima le arrebataba un beso. Era inconcebible. Unas lágrimas furiosas comenzaron a salir, mientras que el se separaba de ella y la tiraba sobre la cama, aún enfurecido.

-¡Dime, ¿besa mejor que yo? –Se subió sobre ella, poniéndole entre sus enormes y musculosos brazos, encerrándola en la jaula que era su cuerpo, y acercando su rostro peligrosamente al suyo. La comenzó a acariciar con su enrome mano, sin percatarse aún de lo asustado que estaba el rostro y de cómo las lágrimas nublaban la vista de la chica.- Akane… -susurró- ¿Te sientes así cuando él pronuncia tu nombre? ¿Cómo cuando te llamo yo…?

Acercó su rostro más al de ella, cuando un brillo le sorprendió. Algo en el rostro de la chica brillaba, más concretamente en su mejilla. El brillo se resbalaba, dejando un húmedo camino a su paso. ¿Estaba llorando? Entonces fue cuándo él se dio cuenta de que en la expresión de la chica sólo había sitio para la rabia y el miedo, seguido de la rojez de sus mejillas y los surcos que habían dejado sus lágrimas. Se levantó dejándola incorporarse y sintiéndose la mayor mierda del mundo.

Miró al suelo mientras ella se llevaba la mano a la boca. Sí, había besado a Ranma y no de la mejor manera. ÉL la había forzado.

Todavía le costaba creerlo.

-Akane, yo, lo siento…

No llegó a terminar la frase cuándo ella le abofeteó con fuerza, dejando caer las lágrimas calientes por sus mejillas.

-No vuelvas a hacer eso nunca, Saotome – su voz sonaba conmocionada, rota, mientras él seguía paralizado con la cara roja, no sólo del golpe. Ni se inmutó cuando ella se levantó, aún llorando y salió corriendo, cerrando de un fuerte portazo.

Akane corrió a cubierta, llorosa, y roja, con la mano en la boca, como intentando borrar la huella de los labios de Ranma. Cuando llegó se sentó junto a la barandilla, mirando al mar. Nunca jamás se había sentido así. ¿Confusa? Sí, esa era la palabra.

Amaba a Ranma, pero eso que él acababa de hacer no tenía nombre ni perdón. Ella nunca había hecho nada. Y menos con Shinnosuke. Aquel día, Akane se había caído al suelo, y se había llevado a Shinnosuke consigo. Cuando intentó levantarse, el chico, que había caído sobre ella, no hizo ademán de moverse y, aunque ella se lo había pedido, no se levantaba, de hecho, pareció acercarse más hacia su rostro. Si no fuera porque Ranma interrumpió de aquella manera, seguramente él la habría besado. Y eso no era algo que Akane quisiera, porque siempre estuvo enamorada de su prometido.

Pero Ranma era muy cabezota. Se empeñó en que ella le había besado y sus celos habían cegado su razón y su capacidad de comprensión. Había dejado de confiar en ella.

Y eso era tremendamente injusto.

Un arrebato de ira momentáneo la llevó a secarse las lágrimas y a volver a su camarote, irrumpiendo con furia el debate interno que el chico tenía, reflexionando si entre suicidarse o pedirle a Akane que acabara con su vida.

-Esto es lo último, Ranma! ¡Estoy harta! ¿¡Por qué no confías en mi! Yo confié en ti cada una de las veces en las que te pillé con Shampoo, Ukyo y las otras, tontamente, porque seguramente sí que era lo que parecía. ¿Por qué? Porque en el fondo sé que tú no eres así! ¿Por qué no confías de la misma manera tú en mí? ¿Por qué me has hecho esto, Ranma? –Sintió como sus fuerzas se deshacían y calló de rodillas, llevándose la mano al rostro y llorando, de nuevo- ¿Por qué… me has besado… a la fuerza?

El chico sintió como una piedra aplastaba su alma y un sentimiento de culpabilidad mayor al que llevaba experimentando hasta ahora le dominó. Se acercó a ella, la tomó de las manos y secó sus lágrimas.

-Akane, no… por favor. No sabes cuánto lo siento…

-De todos modos –dijo entre lágrimas y con la voz entrecortada- A ti te da lo mismo. No me quieres, nunca me quisiste y nunca lo harás, en su momento destruiste la boda, con ayuda de tus prometidas. Seguramente… debí haberme muerto en Jusenkyo y así haberos dejado a todos en paz.

Aquel comentario dejó a Ranma sin habla. El recuerdo de Akane, evaporándose en el aire, desapareciendo, su kimono cayendo en sus brazos y el duro golpe que había sido para él darse cuenta de su pérdida le sentó como un puñetazo en el vientre. La miró, con una mezcla de entre horror y puro terror en la mirada, poniendo sus brazos en los hombros de la chica. Su voz temblaba cuando dijo:

-Eso nunca. Ni se te ocurra decir eso otra vez, Akane

-Por qué? Es lo que debió de pasar… porque… -la voz de Akane se había convertido en una serie de sonidos entrecortados por el hipo que el llanto le había producido.- de todos modos sólo me rescataste como muestra de agradecimiento a mi padre por vuestro alojamiento en el dojo. Tú lo hiciste por cumplir…

-Akane, se puede saber quién te ha comido el coco de esa manera? –preguntó Ranma, ahora realmente preocupado. ¿Por qué Akane tenía ese complejo de si misma?

-Tú –El chico se sorprendió- Siempre me estás diciendo que estoy plana, que soy una marimacho, que no merezco la pena…

-Oh dios mio, Akane… ¡miento! –dijo, llevándose las manos a la cabeza, desquiciado- ¿En serio no te das cuenta de que lo hago para que te piques? ¡miento!

-¿Cómo? –ahora realmente se sentía confusa

-Eres sencillamente maravillosa.

Los ojos de la chica se abrieron, sorprendidos. No creía lo que oía, pero aún así bebía de esas palabras como si fuera un manantial y ella llevara semanas, no ya días, sino semanas sin probar una gota de agua. ¿La estaba HALAGANDO? Aquello era simplemente imposible. Habría jurado que dentro del vocabulario de él no había sitio para los halagos.

-Gracias…-consiguió decir. Sonriendo colorada, secándose las lágrimas torpemente con una mano.

Pasaron el resto del día hablando. Salieron a cubierta a comer y siguieron con su eterna conversación, evitando el tema de Shinnosuke y reponiéndose de él. No llegaron a salir a cenar una vez llegaron de nuevo a la habitación. Akane y Ranma se sentaron sobre la enorme cama, y ella sacó un pequeño cuaderno, y, cuando se disponía a escribir, Ranma habló:

-¿Qué es eso?

-Ah, un cuaderno donde escribo poesía. Bueno, en realidad tengo otro en casa, pero por miedo a perderlo traje otro, donde sólo tengo escrito un poema… ¿quieres oírlo? Está sin terminar.

-Proceda, señorita Becquer

-Oh Dios! –akane se llevó la mano a la boca- ¡Si conoces la existencia de Becquer!

-Ja ja, muy graciosa… ¡Pues claro! Suelta ya el maldito poema, Akane!

-"Perdida en tus ojos

Por días me tuviste

Cautivada entre tus brazos

Como pudiste

Mi alma inquieta

Rehuyendo de tu lado

Junto a ti me quería

Mi corazón enamorado

Sentimientos de dos lados

Que se niegan con armonía

Ni un beso ni un abrazo

Ni palabras ni cortesía

Tenme hoy junto a ti

Sin ti yo no podría

Aléjate de mi

Huiré por el día

Que cuando salga la luna

Y la noche sonría

Vuelva a tus brazos

Como si no te amara

Regrese a tu lado

Mi alma enamorada

¿Se contradicen mis sentimientos,

Aunque tú no sientas nada?

Si no te amo me miento

Mentiría si no te amara

Aunque si algo sé que pienso

Si de algo estoy segura

Es que es dulce por dentro

Ésta, mi amargura."

-Wow

-Poema libre, es un poco malo… pero… era muy tarde por la nochee….

-Qué va! –Ranma la miró fijamente- Es muy bonito

-Ranma –Akane se sonrojó

-¿Si?

-Aunque estemos de buen humor ahora…

-¿Qué pasa?

-Asume que dormirás en el suelo

-Venga ya! –pudo sentir su peligro de muerte aflorar a medida que su prometida fruncía el ceño- Es decir, sí! Claro, de ninguna otra manera… jeje

Ranma se despertó con un terrible dolor de espalda. Llevaba toda la noche pensando y cuando consiguió conciliar el sueño lo hizo… en muy mala posición.

-Dormir en el suelo… maldita y maravillosa idea… -mustió llevándose una mano al cuello y estirándose. Sintió dos manos heladas posarse con suavidad sobre su tersa piel y como éstas la acariciaban con dulzura, clavando delicadamente sus dedos y moviéndolos. Cerró los ojos, disfrutando del masaje cuando Akane lo detuvo y le pasó totalmente los brazos alrededor del cuello.

-Buenos días… bobo –le dijo al oído.

-Ho.. Hola… -respondió, nervioso, a lo que Akane no pudo evitar echar una risita infantil

-Queda una hora… para empezar con esta malita pesadilla.

Cuando llegaron a puerto el cielo que cubría el lugar estaba totalmente despejado, soleado y caluroso. Ranma y Akane cargaron con todo lo que pudieron (vamos, con todo) y desembarcaron. En el puerto abrieron el mapa, y observaron la dirección de su próximo destino.

-Para llegar a Jusenkyo tendremos que pasar por todos estos sitios? Pero si son todos de entrenamiento!

-Supongo que lo que Nabiki dijo de entrenarte iba en serio. Bueno… mmm… primera parada es el bosque de los Miedos? Hmmm –reflexionó- curioso nombre. El pueblo de Shi, después toca los montes de al Verdad…"la comarca de Thai" cercano a la de las amazonas… humm, luego por éste último y al final al reino Jusenkyo. Aquí pone que ahí nos reciben en el… ¿Palacio? Pues sí que se lo han currado.

-El pueblo de Shi? Pues habrá que pasar por el bosque de los Miedos.

-Disculpen… -Ranma y Akane se giraron. Detrás de ella había una joven china, guapa y sonrojada, obviamente avergonzada de su torpe japonés- ¿Pasar por bosque de Miedos?

-Sí… -admitieron. El rostro de la joven se tornó oscuro.

-No… no querer ir! Peligroso. Haber tres caminos más! Para cuando deber estar en Shi?

-mañana

-Oh no! Eso ser terrible! Para poder llegar a Shi por caminos no peligrosos llevar 4 días! Si querer pasar por bosque de los Miedos tener mucho cuidado y no se separar.

-¿Por qué? –dijo Akane, comenzando a asustarse- ¿hay fantasmas?

-¡Oh, no! Fantasmas no ser problema. Yo nunca ir, pero existir leyenda de que Bosque lee mentes y almas, descubrir mayores miedos y prácticamente enloquecer, por eso deber no se separar. –Estaba muy seria, por lo que no pudieron hacer otra cosa que asentir-. Siempre juntos, porque si separar tinieblas arrastrarán, a los dos. –A lo lejos una señora mayor gritó "Mai!" – Oh,! Mi madre me llamar. Tener cuidado y asegurar no se separar JAMÁS!.

Ranma miró a su prometida, todavía perplejo. Ésta se encogió de hombros y empezó a caminar, acomodándose una de las bolsas en el hombro.

-Supongo que tendremos que hacerle caso… -susurró el, con media sonrisa dibujada en el rostro y tomándola de la mano, a sabiendas de que ella se sonrojaría.

Así, un Ranma decidido y una Akane sonrojada se dirigieron hacia el Bosque de los Miedos, decididos a no separarse… ¿o sí?

Fin Capituloo :DD

Eyy… Gracias por todos los comentarios. Respecto al comentario de Orochi, tranqui, esa era mi intención, que todo pareciese ir en contra de Akane. Pero, ¿acaso a Akane no le ha pasado exactamente lo mismo que a Ranma? ¿Qué no ha sido todo un malentendido? Pues igual que lo que le pasa a él siempre. Es que estaba harta de que solo pillaran a Ranma xD A Akane le parece dar igual porque todavía no ha caído en la razón del enfado de Ranma, pues ella sabe con certeza que no pasó nada, cosa que, sin embargo, Ranma desconoce.

Me encantaría que volvieras a comentar si hay alguna cosa que no es de tu agrado, y así dármelo a conocer :DD

De nuevo gracias a todos los que han comentado y a los que leyeron el fic y no comentaron… ¡Dejen su opinión, porfavooor!

Sakura Saotome