Capítulo 1: Olvidadiza

Daba vueltas sin parar. El estúpido de Malfoy intentaba burlarse de mí, dejarme en ridículo ante todo el colegio. Pero yo no lo permitiría. Jamás. Lo miré con desdén y le pegué un tortazo con toda la extensión de mi mano. Sus ojos grises me miraron con sorna, mientras se llevaba la mano al punto donde había colisionado. No le había dolido, es más, seguía burlándose de mí. Mis mejillas se tornaron más rojas que mi pelo, y me dí la vuelta furiosa sin mirar hacia los lados. Sólo quería alejarme de allí lo antes posible. Pero algo me lo impedía. Su brazo. Él sujetaba con su fuerte mano mi brazo, no dejaba que me fuera. Volvimos a mirarnos a los ojos, y todos habían desaparecido. Ya solo estábamos el y yo. Nuestros alientos se mezclaban, y fui capaz de respirar el dulce aroma que salía de su boca. Su intensa mirada dejó de mirarme, había cerrado los ojos. Sus carnosos labios ya solo estaban a medio milímetro de mí. De pronto, sus siempre fríos e inexpresivos ojos ya no me lo parecían tanto, irradiaban emociones... podía sentir su calor.

Pero justo en el momento en el que debería haber sentido el tímido roce de nuestros labios, un duro golpe me hizo abrir los ojos, y ya no era Malfoy el que estaba a mi lado. Todo había sido un sueño. Me habían despertado.

-¡LILIANNEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!- le grité enfadada a mi prima. -¿Quién te da permiso para despertarme de este modo?.

Estaba furibunda, y aún me enfureció más observar como una sonrisa traviesa iba formándose poco a poco en la cara de la pequeña de los Potter, mientras se cruzaba de brazos divertida, y se disponía a replicar.

Uyyy… ¿por qué te molesta tanto que te haya despertado, eh? ¿Acaso soñabas con alguien? –dijo divertida poniéndole un exagerado énfasis a la palabra "alguien" por medio de mímica.

¡No!, no se a qué te refieres- contesté roja como un tomate. Además, no es ese el asunto. Si quieres salir con vida de mi dormitorio, ¡ya puedes ir diciéndome el motivo de que me hayas despertado de esa forma!- repliqué enfadada.

Con todo el jaleo de mi brusco despertar, no me había dado cuenta de que el dormitorio se hallaba vacío a excepción de dos pelirrojas gritonas: mi prima y yo.

Lily volvió a sonreir, y yo puse los ojos en blanco, sin ya ninguna paciencia. Me levanté bruscamente, tanto que casi tiré a mi prima de la cama. Le dirigí una sonrisa cruel, satisfecha por ese motivo, y me dirigí al baño con la intención de darme una ducha.

-¡Eh! – chilló Lily indignada. ¿Adónde vas? Ni siquiera te he dicho por qué te he despertado.

-Por eso mismo me he levantado, ¡no tengo paciencia para aguantar tus idioteces matutinas!- le contesté con calma.

¡Vale vale, señorita me-pongo-insoportable-cuando-me-levanto! Te diré qué es lo que ocurre- me dijo levantándose de mi cama.

Al levantarse, me di cuenta de que llevaba el uniforme de Quidditch puesto, cosa que me extrañó mucho, pues no tenía constancia de ningún partido o sesión de entrenamiento próxima. De hecho, las pruebas de selección no se celebraban hasta el sábado 12 de septiembre, y para eso todavía faltaban…. Faltaban…

-¡mierda! Las pruebas! –grité como una loca dándome un golpe con la palma de mi mano en la frente.

Lily no pudo más que reírse de mi exagerada reacción.

Al fin te has dado cuenta- me dijo divertida. – No me puedo creer que a la sabelotodo Rose Weasley se le haya olvidado algo tan importante como esto.

Si tu querido hermanito no estubiera cambiando la fecha de las pruebas cada vez que se le antojara…-dije con rabia mientras buscaba como loca el uniforme en mi baúl.

La pequeña pelirroja se encogió de hombros y fue hasta la esquina del dormitorio, donde había dejado su escoba.

Te espero en la sala común, no tardes. He oído que… todas las casas están deseando ver volar a la empollona Rose Weasley y eso significa que… también habrá guapos miembros de Slytherin allí- le dijo guiñándole un ojo.

A Rose le molestó ese comentario, pero tan ocupada como estaba, no le dio tiempo a replicar. Unos enormes nervios comenzaron a apoderarse de ella mientas se miraba en el espejo, con el uniforme ya puesto. Miró su reflejo arrugando la nariz como gesto desaprovatorio. No le gustara que toda su cara estuviera surcada de esas pequeñas pequitas marrones, que a su parecer, aunque no era cierto, destacaban demasiado en su cara. Su indomable y voluminoso cabello pelirrojo, ahora recogido en una coleta, no dejaba ninguna duda de la familia de la que provenía la chica. Pero lo único que le gustaba de ella eran sus enormes ojos de color verde intenso. Observó cómo le quedaba el uniforme al cuerpo: tenía un bueno cuerpo, una figura envidiable no lo podía negar. Era una lástima que aquel uniforme fuera tan ancho.

Rose era una chica muy guapa, todo el mundo se daba cuenta de eso. Todo el mundo, menos ella, lo que le hacía sentir cierta inseguridad en ciertas ocasiones.

Bajó como un rayo las escaleras hacia la sala común. Todos habían visto volar ya a Lily, por supuesto. Ella formaba parte del equipo desde el año pasado, en su tercer año. Sin embargo, era la primera vez que Rose se presentaba. Aunque sabía que era bastante buena, siempre le había dado miedo hacer el ridículo delante de todo el colegio. Y el hecho de que siempre tuviera la cabecita metida entre los libros escolares, hacía que todo el colegio tuviera una inmensa curiosidad por descubrir si una "leona" de biblioteca, era capaz de volar bien, o por el contrario haría el ridículo.

-Vamos – le dijo Lily.- Deberías intentar desayunar algo antes de las pruebas.

El Gran Comedor se hallaba prácticamente vacío, a pesar de la temprana hora. Eso aún hizo que los nervios de Rose se acrecentaran, era signo inequívoco de que todo el mundo estaba ya esperando en el campo. Rose tragó como pudo un vaso de zumo de calabaza y un par de tostadas con mermelada. No le entraba nada, pues llevaba el estómago muy revuelto. Pero sabía que si no, no rendiría nada en el campo.

Fueron corriendo hasta el estadio, entrando directamente por los vestuarios.

Un chico alto, moreno, con evidente atractivo y muy atlético daba vueltas en el centro de la sala, con las manos detrás de la espalda y aspecto de león enjaulado.

El chico subió la vista al tiempo que bufaba de enfado al ver llegar a las dos pelirrojas.

-¡Por Merlín! ¿Dónde demonios os habíais metido? ¡Ya empezamos tarde! –dijo señalando con furia un reloj mágico irrompible especial para el Quidditch, regalo de la tía Angelina y el tío George.

-Perdona Jamesy, Rosie se quedó dormida.

Ambos primos fulminaron a la pelirroja. James por el estúpido apodo que su hermana le había puesto delante de todos los aspirantes, y Rose por lo mismo, y por esa manera de chivarse a su primo.

-Está bien- dijo algo más calmado. –Deberíamos comenzar ya, después tienen las pruebas los Slytherin- dijo pronunciando lo último con una mueca de asco mientras se daba la vuelta.

- Hola a todos – dijo dirigiéndose a todos los aspirantes. Creo que todos me conocéis: soy James Potter, y soy el capitán del equipo de Quidditch de Gryffindor.

Desde luego, quién no conoce a James- me dije para mí misma. –Su primo, que cursaba el último año en el colegio, era el chico más popular de la casa Gryffindor hasta el momento.

Me encargaré de supervisar esta prueba y de elegir a los finalistas. Veo que algunos de los integrantes del equipo del año pasado repetís este año- dijo con una leve sonrisa que provocó caras de embobamiento de algunas de las chicas presentes.

Bien, ya sabéis que eso no os garantiza plaza este año. Sólo lo hará un buen juego. Empezaré con las pruebas para buscador. Quien quiera presentarse a este puesto, que levante la mano- dijo en voz alta.

Varias manos se alzaron al vuelo, entre ellas, las de mi prima Lily, y mi primo Albus, a quien no había visto todavía.

-Está bien- dijo. Todos vosotros seguidme. Los que se presenten para otros puestos, pueden optar por ver las pruebas de sus compañeros desde las gradas, o quedarse esperando aquí-indicó abarcando con la mano los vestuarios.

Ví como mi prima Lily marchaba siguiendo a su hermano, y le deseé suerte. Albus, mi primo predilecto se acercó hasta mí, saludándome cariñosamente.

Rosie, veo que has venido-dijo radiante.

Odiaba que me llamaran Rosie, pero si lo hacía Albus, no me molestaba tanto.

-Aquí estoy…- le dije muerta de nervios. Anda, ve tras ellos, o te perderás las pruebas- le dije guiñándole un ojo y echándole una simpática sonrisa.

Como muchos otros, opté por ir a sentarme a las gradas: de este modo podría ver las pruebas de mis primos, e ir aprendido tácticas para lo que me tocaba después.

¡HOLA A TODOS! AQUÍ TRAIGO MI NUEVA HISTORIA. DESPUÉS SE PONE MÁS EMOCIONANTE, ASÍ QUE SI OS GUSTA LA PAREJA SCORPIUS/ROSE, NO DUDEIS EN SEGUIRLA! :D

A QUIEN LA LEA SIN COMENTAR, LE MANDO UN CRUCIO! (JAJAJA ES BROMA ;)) PERO POR FAVOR, AGRADECERÍA INMENSAMENTE COMENTARIOS.

GRACIASS ¡! :D BESITOS!