En un pequeño bar de aspecto sombrío e iluminado por unas pocas luces titilantes se ven las siluetas de dos hombres, uno claramente más grande que el otro, cada uno con una botella de licor diferente, después de un trago de su botella uno comenzó a hablar…
-Él, estaba… llorando, o eso parecía, lo vi a esos ojos azules que tiene, su rostro estaba serio y triste, trate de ignorarlo e irme, ero me tomo de la mano y jalo de mi, su cabello rubio cubría la mitad de su rostro, me dije "Aquí vamos de nuevo", me miro con ojos cristalinos-
-Necesito de Ti…-
-Ahórrate el drama ¿Qué quieres?-
-Ya te lo dije, te necesito-
Hubo un pequeño silencio entre ambos, el mas alto comenzó la conversación esta vez.
-¿Lo ayudaste?-
-…. Si-
-Pero… ¿Por qué? México si él siempre…- no termino la frase el otro la acabo
-Se aprovecha de mi? Eso lo sé Rusia, y estoy consiente de ello-
Hubo un momento mas de silencio ambos bebiendo el más joven directo de la botella y el otro en un vaso.
-Qué pasó después-
-Lo de siempre- respondió este bajando la mirada -Le di la mano y me tomo el brazo, lo ayude nuevamente y volvió a aprovecharse de mi…-
El chico de cabello azabache le da un profundo trago a su botella hasta dejarla vacía.
-Se termino... ¿Tan pronto?- miro a su derecha donde se encontraba esa gran nación que se había convertido en el confidente del chico, le tenia confianza y no miedo como los demás países, además, siempre recurría a él por consejo, una nación tan antigua tenia mucha sabiduría y en él veía a un amigo la joven nación de piel canela, parecían entenderse…
-¿Me das?- pregunto señalando la botella de vodka
-Claro- respondió este dándole la botella, para después ver como le daba un trago
-México…-
-Rusia- soltó este –No sé por que sigo ayudándolo, lo conozco desde siempre, sé que jamás cambiara, pero,… no tengo el corazón como para dejar a alguien sin ayuda,… soy tan débil… ah! Tengo ganas de golpear a ese cuatro ojos hasta que me canse…-
-México, eres de admirar-
-¿eh?- dijo algo sorprendido mirando a su compañero de bebida
-Yo no tolero estar cerca de USA mucho tiempo en las juntas, y tu lo tienes de vecino, de haber sido yo, lo habría matado a golpes- contesto sonriendo
-Si, su cara provoca golpearlo hasta verlo sangrar- respondió México sonriendo
-Llorar-
-Retorcerse-
-y suplicar- concluyo Rusia
Un aura extraña comenzaba a emanar de ambos, estos al ver lo que decían se miraron y rieron.
-Rusia, Gracias por acompañarme y escucharme-
-No hay de que, me gusta pasar tiempo contigo México, pero…-
-hm?-
-Me debes una botella de vodka- finalizo revolviéndole el cabello
-Te lo compensare y deja de despeinarme!-
-Estabas peinado?-
Estos dos países se llevaban bien, aun que a México a veces le molestaba que Rusia lo tratara como un crio, pero había razones, la diferencia en siglos era enorme, igual, ambos se veían seguido en el bar para conversar del revoltoso rubio…