Disclaimer: Los personajes pertenecen a Stephanie Meyer... yo sólo juego con ellos con mucha ilusión y sin ánimo de lucro... mi único pago son vuestros comentarios

Summary: Renesmee despierta aun dentro de Bella y ese es el comienzo de su aventura. Pronto conocerá a toda su familia y a Jacob. Vivirán muchas aventuras con un montón de amigos y otros no tan amigos. Esta historia está narrada desde el punto de vista de Nessie y se desarrolla a lo largo de Amanecer y mucho más allá.


~ Nessie ~

{ Amanecer y más }

Capítulo 1: El Despertar

Cuando desperté no sabía que había despertado. Algo había cambiado, pero no sabría decir bien qué. Fue como cuando sales de un sueño profundo a una sensación de duermevela, una sensación tan sutil que a veces pasa desapercibida para los demás, en la que no estás ni dormido ni despierto, en la que tan solo estás ahí.

Poco a poco fui siendo consciente del lugar en el que me encontraba, rodeada por una suave calidez. Estaba arropada en un lugar estrecho, donde cada vez me resultaba más difícil moverme y que aun así no me resultaba incómodo. A pesar de esto, no se puede decir que no hubiera ningún movimiento: un suave balanceo, un repentino giro, un brusco impulso. Sensaciones en las que deleitarse. Sensaciones como el suave aleteo en mi interior o el más lento y rítmico justo encima de mí, marcando el paso del tiempo.

De vez en cuando, unas débiles voces me llegaban algo apagadas. Eran unas voces suaves, musicales, que me llenaban de alegría y felicidad. Había una que destacaba entre las demás, la más dulce de todas. Esa, la que más nítidamente me llegaba, despertaba en mí las ganas de moverme y hacerme notar. Poco a poco el moverme se iba haciendo cada vez más difícil, pues parecía como si mi alrededor se fuera cerniendo sobre mí, acercándose e impidiendo mis movimientos. Cada vez estaba más apretada aquí, encogida sobre mí misma.

De vez en cuando necesitaba moverme, simplemente cambiar de posición, para encontrar algo de comodidad en un sitio tan enjuto, forzando los límites de mi cálida prisión. Era en esos momentos cuando más claramente me llegaban esas voces del exterior, como respondiendo a mis movimientos, como si ahí afuera alguien fuera consciente de mí. Esa voz, la que tan especial era para mí, la que tan diferente era a todas las demás, me transmitía tanta calma y tanto amor. Sólo vivía esperando el momento de volver a escucharla.

De repente, un día, algo cambió.

_ ¿Has dicho algo? – preguntó una voz.

_ ¿Yo? – Oh, esta es mi voz especial, la que tanto me gustaba oír –. No he dicho nada.

Había estado prestando atención a las voces, como siempre. Esa voz especial había llamado mi atención y me quedé pensando en lo mucho que me gustaba escucharla. Esa otra que la acompañaba a menudo también me gustaba mucho. Era la que oía más frecuentemente, a parte de mi voz especial claro.

_ ¿Qué acabas de pensar ahora mismo? – dijo otra vez la voz musical

_ Nada. – dijo mi voz especial – ¿Qué ocurre?

Era un regalo escuchar esas voces cálidas. Normalmente la musical no era tan cálida, siempre tenía un algo extraño, como roto. Pero esta vez sólo era dulce y suave, mimando mis oídos, como una caricia. Me encantaba oírla.

_ Di algo, lo que sea – dijo la voz musical, tan flojito que casi no lo oí.

_ ¿Como qué? ¿Qué ocurre, Edward? – dijo mi voz especial, esa que me gustaba tanto escuchar.

_ El fet... A la... al bebé le gusta el sonido de tu voz – dijo suavemente la voz musical.

_ ¡Cielo santo, puedes oírle! – gritó mi voz especial, sobresaltándome.

_ Calla – dijo suavemente la voz musical –. Le has asustado.

_ Lo siento, peque. – dijo mi voz especial.

A la vez que esa voz hablaba, noté un ligero golpecito cerca de mí. Seguía oyendo las voces hablando, muy cerca y suavemente, como tranquilizándome, con una calidez con la que no las había oído nunca.

_ ¿En qué piensa ahora? – dijo mi voz especial

_ El fet... Él o ella está... Está feliz – dijo la voz musical, con un tono extraño.

_ Claro que eres feliz, bonito, por supuesto que sí – me canturreó mi voz especial, mientras notaba un suave roce a mi alrededor –. ¿Cómo no ibas a serlo, estando sano y salvo, y siendo tan querido? Te quiero mucho, pequeño E. J. Por supuesto que eres feliz.

_ ¿Cómo le has llamado? – preguntó la voz musical.

_ Le he puesto un nombre, en cierto modo... No pensé que tú quisieras, bueno, ya sabes...

_ ¿E. J.?

_ Tu padre también se llamaba Edward, ¿no?

La sensación de calidez se iba intensificando, llenando todos los rincones de mi mente. Las voces me transmitían un sentimiento de amor tan grande que no podía más que corresponderlas. Eran tan bonitas, tan únicas para mí. Llenaban toda mi existencia. Eran todo lo que conocía en este mundo.

_ Sí, en efecto, pero ¿qué significa...? – la voz musical hizo una pausa – Vaya.

_ ¿Qué?

_ A él también le gusta mi voz.

_ Naturalmente que sí – la felicidad que transmitía mi voz especial no hacía más que aumentar mis emociones. Cada vez era mejor escuchar las voces. – Tienes la voz más hermosa del mundo. ¿A quién no le iba a gustar?

La alegría me inundaba, llenando todos los rincones de mi mente. Esta feliz por oír esas voces que tan importantes eran para mí. Era lo único que me hacía pensar que había algo más esperando a ser descubierto. Algo más a parte de este lugar recogido, cálido y agradable donde me encontraba. Pero las voces no estaban aquí conmigo, estaba ahí fuera...

_ ¿Has previsto una alternativa? – preguntó una de las otras voces musicales –. ¿Qué ocurre si él resulta ser ella?

_ He estado haciendo algunas combinaciones – dijo mi voz especial –. He jugado con Reneé y Esme. Estaba pensando en algo así como... Ruh–nez–may.

_ ¿Ruhnezmay?

_ R-e-n-e-s-m-e-e. ¿Es demasiado raro?

_ No, me gusta.

_ Todavía sigo pensando en mi criatura como si fuera un chico, un Edward –. dijo la voz que tanto significaba para mí – ¿Qué...? ¿Qué piensa ahora?

_ Te quiere. Te adora por encima de todo –. dijo suavemente la voz musical – Ay – exclamó de repente con la voz rota – Ve, Jacob, sal de aquí.

Estaba emocionada por oír las voces tan claramente. Parecía como si la voz musical se hubiera acercado, aunque mi voz especial seguía oyéndose más fuerte y mucho más cercana que cualquier otra. Empezaba a comprender que estaban hablando conmigo, que se dirigían a mí, que me entendían. Parecía que sabían que yo estaba aquí, aunque yo no supiera donde estaba ese aquí. Mi alegría fue indescriptible. Tanta que sentía la necesidad de moverme, para hacerme notar, para hacerles ver que yo también les entendía a ellos.

_ Peque, no hagas eso – dijo mi voz especial con una queja. – Haces daño a mamá.

Noté como me presionaba algo levemente, como deteniendo mi movimiento. Me quedé quieta en ese momento y en seguida noté una caricia, un contacto tranquilizador de aprobación.

_ Eso es, quédate quieto – dijo esa voz, mamá –. Muy pronto podrás reunirte con nosotros y moverte libremente, pero por ahora no puede ser. Tu papá y yo también tenemos muchas ganas de verte, pero aun es pronto para que salgas de ahí. Aguanta un poco más, mi bebé.

_ Te entiende – dijo mi voz musical, papá – sabe que no tiene que moverse. Nuestro pequeño es muy listo. Nosotros también te queremos mucho.

Se estaban dirigiendo a mí. Ahora ya no me quedaba ninguna duda. Mis queridas voces se estaban dirigiendo a mí, hablándome. Este era el mejor momento que podía recordar desde que desperté. Me sentía más que arropada. Oh, esta sensación maravillosa: Me sentía querida.

_ ¿Qué es lo que ha pasado? – gritó una voz desconocida de repente.

Esa voz me sobresaltó y un estremecimiento recorrió mi refugio. El aleteo que notaba cerca de mí se volvió mucho más rápido, acelerando también el mío. Me invadió una sensación de nerviosismo que no procedía de mí. Estaba alterada, esperando lo que pudiera pasar, no sabía qué.

_ ¿Dónde demonios ha ido Jacob con esas prisas? – seguía diciendo la voz desconocida – ¿Qué le habéis hecho? Ni siquiera ha dicho dónde iba, ni qué teníamos que hacer, ni qué pasaba.

_ Leah, tranquilízate – decía papá con voz muy suave – A Bella no le viene bien alterarse tanto.

_ Jacob ha salido escopetado de aquí y ha cruzado los límites sin mirar atrás – decía la voz irritada sin escuchar a nadie más – ¡Podría estar en peligro! La manada podría estar ahí, esperando un descuido para echársele encima.

_ Tienes que tranquilizarte – le decía papá con voz suave –. Si quieres hablamos del tema fuera, pero deberás tranquilizarte.

_ ¡¿Que me tranquilice? ¡Me tranquilizaré cuando me expliquéis que demonios ha pasado aquí! – decía gritando la voz furiosa.

_ Leah, no voy a permitir este comportamiento cerca de Bella – decía papá con voz brusca –. Pareces a punto de estallar y entrar en fase delante de ella.

Nunca había oído la voz de papá tan dura. Siempre era muy suave y musical, aunque tuviera un tono de preocupación, pero ahora estaba siendo casi desagradable. Me sentía agitada, nerviosa sin saber por qué. Sentía una gran ansiedad, necesitaba moverme a pesar de saber que eso haría daño a mamá. Ella misma no paraba quieta y me transmitía su agitación.

_ ¿Es que no puedes dejarlo ir, Bella? – decía la voz irritada – ¿No puede dejar en paz de una vez a Jacob? ¿No te basta con tu marido, que además tienes que destrozarle la vida a Jacob?

_ Sal de aquí, Leah –. Le decía papá con voz dura – Jacob volverá más tarde. Sólo ha ido a dar una vuelta para serenarse.

_ ¡Lo siento tanto, Leah! – decía mamá muy alterada – De verdad, que lo siento. No quiero hacerle daño, sólo quiero que sea feliz.

_ ¡Si, claro! – dijo la voz desconocida con ironía –. Y yo que me lo crea.

_ No sé por qué, pero necesito a Jacob a mi lado – dijo mamá, rompiendo a llorar –. Lo siento tanto, Edward. Tampoco pretendo hacerte daño a ti.

_ Bella, estate tranquila, no pasa nada – La voz de papá se dulcificó –. No te alteres, por favor. Todo esto no es bueno para ti ni para el bebé, tienes que relajarte.

Mamá estaba sollozando, muy alterada, mientras la voz de papá también reflejaba toda la ansiedad que estaba sufriendo. Quería saber lo que estaba pasando, por qué sus voces ya no eran tan agradables. No quería que lo pasaran mal, eran muy importantes para mí.

_ ¡Yo no quería todo esto! – masculló mamá, llorando – Nunca quise haceros daño.

_ Lo sé, Bella. No te preocupes más. Jasper – dijo papá – Ayúdala, por favor.

Y entonces una gran oleada de tranquilidad me inundó, sumiéndome poco a poco en el sueño. Luche contra la sensación, pero no hubo manera. Las voces se iban apagando y yo tenía miedo de no volver a oírlas nunca más.

_ ¿Rose? – decía mamá, despertándome de mi letargo – ¿podrías traerme más, por favor? Parece como si nunca tuviera bastante.

_ Claro, por supuesto – dijo una de las voces musicales – Enseguida vuelvo.

_ Bella, cielo, pensé que dormías – dijo papá suavemente – Lo siento. No me habría ausentado de haberlo sabido.

_ No te preocupes. Me he despertado por culpa de la sed – decía mamá alegremente –. Es estupendo saber que Carlisle va a traer más sangre. El niño va a necesitarla cuando esté fuera.

_ Cierto, bien pensado – afirmó papá.

_ Me pregunto si va a necesitar algo más – dijo mamá pensativamente.

_ Supongo que no tardaremos en averiguarlo – le dijo papá.

Las voces de papá y mamá tenían un tono alegre como nunca antes. Toda la mala experiencia anterior parecía como si nunca hubiera ocurrido. La expectativa de reunirme pronto con ellos era demasiado fuerte. No sabía cuanto más sería capaz de aguantar aquí dentro. El sitio se me hacía cada vez más estrecho por momento. Tenía que mantenerme quieta para no hacerle daño a mamá, pero no era nada fácil. Mi cuerpo me pedía un cambio ya. Lo necesitaba desesperadamente, pero temía por mamá.

_ Al fin – dijo la misma voz musical de antes.

_ Hola Bella – dijo alegremente una voz ronca – ¿Cómo va todo?

_ Estoy bien – dijo mamá.

_ Ha sido un gran día, ¿no? – dijo la voz ronca, alegremente – Hay un montón de novedades.

_ No tienes que hacerlo, Jacob – dijo mamá.

_ No sé de que me hablas – respondió la voz ronca con retintín.

_ Lo siento t… – dijo mamá, cortando de repente lo que fuera a decir – Jake...

_ Te dejaré hablar cuando no seas estúpida – le soltó la otro voz.

_ Vale, no lo diré – musitó mamá – ¡…tanto! – dijo rápidamente. Y al rato continuó alegremente diciendo – Bueno, ¿y qué tal te ha ido el día?

_ Estupendo – repuso la voz ronca –. Di una vuelta en coche y luego estuve paseando por un parque.

_ Suena bien – dijo mamá.

_ De primera – dijo afirmando la voz ronca.

_ ¿Rose? – dijo mamá.

_ ¿Otra vez? – dijo la voz musical sorprendida.

_ Creo que me he bebido dos litros en la última hora – explicaba mamá – ¿Me dejáis caminar? Tengo las piernas agarrotadas.

_ ¿Estas segura? – dijo papá.

_ Rose me sostendrá si me tropiezo, y es muy posible, porque no me veo los pies con esta tripa – dijo mamá con una risita –. De acuerdo, entonces. Yupi… – gimió – Oh, no.


N/A: Espero que os haya gustado este inicio... Animaos a dejadme vuestra opinión en un review... Recordad que los coments son el único pago de los escritores aficionados como yo

Esta historia ya la tengo terminada y estoy escribiendo la secuela, así que subiré bastante rápido por aquí... En principio pondré los Lunes, Miércoles y Viernes como días fijos de actu...

Ya veremos qué hago cuando abra la secuela, aunque para eso aun falta... Espero que lleguemos juntos a eso... Nos vemos pronto con el Capítulo 2: "El parto" Besos a todos