Disclaimer: El universo de Crepúsculo no me pertenece, ya que es propiedad de Sthepanie Meyer. La trama es mía al igual que algunos personajes creados por mi. Y el fic es sin ánimo de lucro, sólo para entretener a los lectores.
Cap.17 AMOR Y PERDON
—Sabes Tyrone, a veces el dolor es bueno, nos hace ver que cometemos errores y … a pesar de todo… aún podemos corregir. Sé que no soy la mejor persona para darte un consejo. Pero ¿No crees que ya paso mucho tiempo para seguir con ese dolor? Creo que seria buena idea empezar de cero. Un nuevo comienzo para ti también. Buscar a una joven con quien poder ser feliz, ya viste que si se puede… si se quiere. Tu puedes ser feliz, y nada me daría más alegría que saber que has encontrado a alguien especial. Que puedas ser sincero. Ser tú mismo. No vuelvas a cometer los errores del pasado. Ve hacia adelante. Mira hacia el futuro. Hay tantascosas por las que valen la pena vivir.—Suspiré profundamente, si, había muchas cosas por qué vivir.
Tyrone me miró con ternura y luego carraspeó.
—Creo que esta platica es muy educativa y sobre todo constructiva, a lo largo de mi larga existencia había visto muchas cosas, pero nada como lo que he visto hoy. No niego que ha sido impresionante y creo que me tomará algo de tiempo. Pero estoy de acuerdo contigo. Y me da gusto que quieras ser feliz. Te deseo toda la dicha del mundo.— Ya estaba amaneciendo cuando él se despidió. Me dejó las llaves de su auto para que me fuera a casa y él se fue.
Todavía pasó dos días más en el hospital Joss y al final cuando por fin la dieron de alta. Iba feliz con ella al lado. Moría de ganas de ir a Forks y decirle a Edward que nos diéramos otra oportunidad.
Con mucho cuidado, entré a la casa de Joss y la acomodé en la cama, ya estaba mejor y podia caminar bien, pero el doctor le pidió un día más de reposo. Yo solo sabia que moría de ganas de irme.
Antes de salir de su cuarto, Joss me habló.
—¿Vas a ir con él verdad? No sabes que feliz me haces. Te deseo toda la dicha del mundo. Cuídate amiga mía y no me olvides.
—Jamás podría hacerlo Joss, lo sabes, yo también te quiero mucho.—La besé en la frente y salí presurosa, ya tenia mi auto listo con las cosas dentro. Regresaba a mi hogar.
Más de 7 horas después entraba a Forks, estaba oscuro, pero eso no importaba. Llegué y estacioné el auto en el garaje. Carlisle salió de inmediato al igual que Esme quienes me abrazaron felices de verme, Esme no pudo ocultar su preocupación por… él. Sin embargo sabia que estaba en nuestra recamara.
Subí despacio y abrí lentamente la puerta. Todo estaba oscuro. Cuando mis ojos se adaptaron ala penumbra fue cuando lo vi, acurrucado en un rincón, con la cabeza entre las piernas. Parecía una estatua. Sin el menor movimiento. Se me encogió el corazón.
Caminé despacio hasta él. Luego como en cámara lenta me hinque frente a él.
—Edward… —musité. EL no reaccionó en absoluto.
—Edward… soy Bella… —ni siquiera se movió y por instantes pensé totalmente llena de pánico que podia haber muerto. Sin embargo un sollozo quebró el silencio. Había sido él.
—Cómo si fuera real… —fue todo lo que dijo, eso me dejó estática.
—Estoy aquí Edward… por favor mírame —toqué su brazo con mi mano y él pareció reaccionar.
Su rostro lentamente comenzó a ascender. Hasta posicionarse frente a mi. Y me asustó. Una ojeras negras delataban su falta de alimentación, se veía mucho más pálido que antes. Y sus ojos, sus ojos eran de un negro intenso, y sin embargo tan apagados, tan carentes de vida. Me dejó desolada ver eso. Y mi corazón dio un vuelco doloroso. Yo había sufrido, pero Edward seguía sufriendo minuto a minuto y mucho más que yo.
—Cómo si fuera real… —volvió a musitar, pero ahora concentrado en mi rostro.—Su rostro… su voz… incluso su olor… es cómo si estuviera aquí.—y de pronto, se levantó asustándome.
—¡No merezco vivir, soy un maldito monstruo! acabé con su amor… ¡no sé porqué sigo existiendo! —se llevó las manos a su cabeza y se mezo los cabellos desesperado. Me levanté despacio y fui hacia él.
—No eres un monstruo Edward. Y sigues existiendo porque me haces falta… porque te amo… —puse levemente mi mano en su brazo dándole a entender que no era una ilusión.
—No es cierto… no… es …cierto… —se dejó caer nuevamente—Yo… acabé con lo que ella sentía por mi… —No había modo de sacarlo de ese mutismo negativo.
—¡Edward! Mírame, soy Bella y estoy aquí. —su mirada triste se enfocó en mi y por primera vez me tomó atención. Caminé despacio hacia él mientras su rostro se desfiguraba por el dolor. Sus ojos se cerraron antes de que llegara a él.
—No puedo vivir sin ti Edward… no puedo… — y sin mas me abracé a él, sintiendo la frialdad de su cuerpo. Suspiré inhalando su aroma profundamente, llenando mis pulmones de su esencia, que tanto había extrañado.
Sus brazos renuentes, poco a poco me fueron estrechando hasta que él mismo comprobó que era yo verdad y no una alucinación.
—¡Bella!… ¡estás aquí! —sus palabras estaban cargadas de emoción, pero también de miedo.
—¿Cómo puedes querer a un monstruo? —me dijo luego que me separó de él, Aun sin poder creerlo.
—No eres un monstruo Edward, tuviste que tomar una difícil decisión, que me hubiera gustado tomarla entre los dos, pero eso no significa que no me ames, ni que yo no te ame… por el contrario. Quiero volver a empezar Edward, quiero que vivamos nuestra vida juntos… y que estemos juntos hasta el final. No concibo una vida diferente. —era real lo que decía y lo que sentía. Tomé su mano entre las mías y la besé.
—¿Es verdad lo que dices? ¿Es verdad que me perdonas? ¿Acaso de verdad… quieres volver conmigo? ¿A pesar de tanto daño? —le miré tenía que dejarle en claro algunas cosas.
—Es verdad lo que te digo. Si, te perdono. Y claro que quiero vivir contigo , la vida se compone de aciertos y errores y lo importante es aprender de ellos, no condenarnos. Podemos vivir una vida maravillosa Edward, y yo la quiero vivir junto a ti, no quiero nada si no es así. —Antes de terminar, él ya me tenia en sus brazos y con delicadeza me besó. Fue un beso tan dulce, tan tierno y … desesperado. Ambos estábamos desesperados. No hizo falta decir más. Porque ahí mismo le probé todo lo que le dije. Empecé a besarlo por todo el cuerpo mientras él jadeaba incrédulo de verme besarlo. Escuché el discreto cerrar de la puerta de salida y supe que Carlisle y Esme nos estaban dando privacidad.
Esa noche fue de entrega, de amor, de perdón, de ansias de amar, de frenesí. Edward fue el perfecto amante: tierno, apasionado, completamente enamorado y yo no pude menos que admitir que no hubiera aguantado mas tiempo lejos de él.
Amaneció y yo descanse mi cabeza en su pecho, feliz, como nunca, y cerré mis ojos, no sin antes pedirle que se alimentara bien. Él solo sonrió.
Ya era muy de mañana cuando desperté. Edward no estaba y pensé que se había ido de caza. Sin embargo en ese mismo momento entró el con una bandeja de desayuno. Ya no tenia ojeras, eso quería decir que si se había alimentado. Y una sonrisa esplendorosa, mi favorita hizo que mi corazón latiera mucho mas aprisa.
—Buenos días amor, te traje el desayuno. —con mucha dulzura me acomodó como si yo fuera una muñeca de porcelana. Y eso me fascinó.
—Yo pensé que nosotros no soñábamos, pero me di cuenta que si, y no quiero despertar. —musitó junto a mi, mientras sus manos delineaban figuras imaginarias en mis brazos.
—No es un sueño, y te lo voy a probar… solo dame diez minutos y verás… —le dije mientras comía una rebanada de pan con mantequilla. Pasado un poco menos de tiempo y cubiertas mis necesidades humanas, salté sobre él en la cama.
—Listo o no, aquí voy… —y besé su boca, su cuello, donde estuviera pasando mi boca para dejarlo marcado con mis besos. Él solo suspiraba placenteramente.
Epilogo
Después de nuestra reconciliación le pedí que me acompañara a visitar a Joss. Quería que la conociera. Quería que conociera a la mujer que tanto me ayudó. Llegamos a su casa y no había nadie. Después de unos minutos, un joven salió de la casa de enfrente.
-Si ¿puedo ayudarlos en algo?-preguntó amablemente
—Busco a la Señora Josephine Walker.—La mirada del joven cambio a un hosco gesto.
—¿Es una broma?—Me miró molesto el joven.
—No, busco a mi amiga Joss, no estoy bromeando.— Y después de decirle como era ella y describirla, él me miró dubitativo y luego de una larga pausa, suspiró nostálgico.
— La señora Josephine era mi tía y murió hace 8 años. Yo acabo de mudarme aquí, porque la casa había permanecido vacía desde entonces. Nos invitó a pasar y me mostró fotografías de ella. Claro que era ella. Y sin embargo sentí escalofríos.
—Siempre fue una buena persona, yo la quería mucho, murió a consecuencia de un embarazo, el doctor le dijo que abortara, porque había problemas, pero ella se empeñó en seguir y como no había más familia aquí, tuvieron que aceptar su decisión.—estaba muda de asombro.
No podía creer lo sucedido. Era imposible… Después de varios minutos de no poder decir nada, Edward suavemente me llevó hacia afuera mientras agradecía al joven sus atenciones.
Salí de ahí completamente en shock.
—Edward, te juro que yo conviví con ella. Ella me… ayudó. —Mi esposo solo me abrazó y me condujo de nuevo al auto. Iba sumida en mis pensamientos. Hasta que Edward comentó:
—Dondequiera que estés Josephine, mil gracias por cuidar de mi Bella. —Me dio un beso en la mano y no la soltó en lo que duró el viaje.
Un año después
Rosalie entraba empapada hacia su recamara mientras Emmett reía a carcajadas al verla, Alice desde afuera le gritaba que no tardara y Jasper estaba feliz de ver la escena.
Carlisle y Esme divertidos veían todo desde un lugar seguro. La pequeña Reneesme corría detrás de su tía Alice, ya había mojado a Rosalie con ayuda de su tío Emmett y Carlie el pequeño diablillo le pedía a su tío Jasper que lo ayudara a mojar a sus abuelitos. Tyrone venia a visitarnos en las navidades acompañado de su esposa, una linda chica italiana, que se había convertido apenas hace unos cinco años, y que se parecía extraordinariamente a su primera esposa. Y adoraban a nuestros hijos. Y siempre llegaban con muchos regalos para ellos. Era una escena muy familiar… aunque todos fuéramos vampiros.. Bueno excepto mis hijos que eran mitad y mitad.
Tanto Edward como yo, veíamos fascinados y muertos de risa la escena. Y más al ver que Rosalie y Emmett sacaban sendas pistolas de agua, esta guerra apenas iniciaba. Nuestra familia se había vuelto a unir, y yo me volví a embarazar, a pesar de los ruegos de Edward, salimos adelante, y aunque hubo momentos de intenso miedo, como cuando nacieron mis gemelos, todo valió la pena, pues Edward me transformó, y ahora soy inmortal como él. Tengo a mis hijos y mi familia. Y una eternidad por delante para amarlo.
—¿Que te parece si vamos a la cabaña para ver si todo esta en orden? —le pregunté a mi marido.
—Creo que vi un pequeño desorden en la recamara, tendremos que ponerle atención. —Y tomados de la mano con una sonrisa cómplice y Alice sonriendo para nosotros. Corrimos hacia nuestro lugar privado. Donde la eternidad seria poco para demostrarnos la ansiedad de este amor a prueba de todo.
Fin
Espero hayan disfrutado esta historia tanto como yo, agradezco infinitamente sus comentarios y sus lecturas, y nos seguimos viendo en las otras historias. Gracias por creer en mi y apoyarme. Es un honor escribir para todas ustedes.
Recuerden que TODAS MIS HISTORIAS ESTAN REGISTRADAS, evítense problemas aquellos que quieran plagiar. Sólo se meterían en grandes problemas. No vale la pena, mejor escriban sus ideas y verán que es mucho mejor sus propias ideas, que problemas ajenos.
Mil gracias a: Adriu, Caresme hermosa (te adoro preciosa mil gracias por tus ocmentarios, siempre estan en mi corazón)giselle cullen, mil gracias por comentar hermosas.