Disclaimer: Hetalia axis powers es propiedad de Himaruya Hidekaz. Los cuentos en los que me basé… Sinceramente no tengo idea.
Summary: Varios cuentos mezclados al estilo Hetalia. Algunas parejas y Nyo!Naciones. AU.
Personaje principal: Lovina (Nyo!Romano)
Colorín colorado
Capítulo 1: Las caperucitas.
Había una vez… No, que trillado… Bueno, no importa porque no se me ocurre címo más empezar. Había una vez hace mucho tiempo… ¿A quién engaño? Fue el otro día, en una casita pequeña en el bosque, que tenía mala ubicación si me lo preguntan ¿Dónde van a comprar el pan? ¡Rayos! Ya me estoy desviando, en fin…
En aquella casita vivía una dulce familia conformada por un padre, una madre y dos gemelas… Lo cual me hace volver a preguntar ¿Dónde rayos van a comprar la comida?
Elizabeta era el nombre de la madre, esta era un tanto… Incomprendida según ella misma, pues andaba para todos lados con una cámara. Andaba siempre bien vestida, en colores claros que iban a la perfección con su largo cabello castaño y ojos verdes.
El padre en cambio era sumamente serio y elegante, iba siempre pulcramente vestido con un traje azul antiguo, pues era tan tacaño que prefería ponerle mil parches a aquel atuendo que comprarse otro más nuevo. Roderich era su nombre y a diferencia de su mujer tanto el cabello como los ojos eran de un marrón oscuro, llevaba en su cabeza un rizo muy extraño que cuando era tocado ponía nervioso a su dueño.
Las gemelas, idénticas por fuera eran completamente opuestas en cuanto a personalidad, la que era menor por segundos se llamaba Felicia, era la más querida del bosque… Aunque en verdad no eran muchos los que habitaban por ahí, su cabello era del mismo color del de su madre, llevaba un corte a los hombros y tenía un rulo que iba desde la parte de atrás de la cabeza yendo al lado izquierdo, por la capa que portaba diariamente con los colores de la bandera italiana era conocida por todos como "Cappuccetto" (*)
En cambio, su hermana mayor Lovina era de aquellas chicas que se la llevan mandando a la gente donde quiera a base de insultos de todo tipo, contrastando con la querida Cappuccetto. Su cabello era largo y tan oscuro como el de su padre, incluso con el extraño rizo trataba de diferenciarse de Felicia, pues este iba desde el flequillo hacia la derecha de su cabeza. Su madre la obliga a usar de igual manera una caperuza contra su voluntad de un color azul oscuro como el que su figura paterna usaba en su traje.
¿Les ha aburrido esta descripción tan larga? Pues así se queda porque yo soy la autora y yo decido de qué va el fic, en fin… Todo iba bien en esta familia hasta que un día la pobre Elizabeta comenzó a desear tener más intimidad con su esposo, pues no tenían, desde unos meses antes que nacieran las gemelas que ya tenían dieciocho años, en definitiva había esperado mucho… Así que se le ocurrió una Brillante idea.
— Cappuccetto! ¡Lovina! —Gritó la madre esperando pacientemente por 3 segundos antes de agarrar un sartén de la cocina y golpearlo contra la mesa tan fuerte que no solo se partió en dos, sino que también logró que ambas chicas llegaran muertas de miedo—niñas, nos hemos enterado que su abuelo Ludwig está ohm… Muy… Hambriento… ¡Sí eso! Está muy hambriento y me gustaría que fueran a dejarle unas patatas para que coma.
Luego de varios insultos contra se abuelo de parte de Lovina y algunos 'vee~s' que supongo saben de quién, por fin la húngara logró que sus hijas se fueran dando un convincente argumento con su siempre útil sartén y una mirada que daría escalofríos a Satanás.
Las gemelas ya iban por el bosque, una con cara de fastidio mientras caminaba a paso lento y la otra saltando con rapidez al tiempo que llevaba la canasta se mantenían conversando cosas sin importancia alguna.
—Y… Pues… Así se hacen los bebés Cappuccetto…—Acabó la incómoda charla la mayor que no se sentía muy bien luego de eso.
—Vee~ ¿Para qué es la máquina? —Preguntó inocentemente Felicia mientras se alejaba un poco de su hermana a causa de los brincos.
—Ohm… Sabrás cuando crezcas—Declaró la mayor cerrando los ojos con el ceño fruncido un momento, pero cuando los abrió se dio cuenta que su hermanita no estaba—Eh… ¿Cappuccetto? —Preguntó mirando para todos lados— ¡Felicia! ¡¿Dónde mierda te metiste ahora?! —Sin respuesta— ¡Felicia! ¡Esto no es divertido!
Se empezó a desesperar por el hecho de que no escuchaba por ningún lado la voz de la muchacha, así que comenzó a correr por todos lados tratando de encontrarla sin resultados, hasta que chocó con una especie de cajón de vidrio rompiéndolo en mil pedazos y cayendo sobre una chica rubia de ojos violetas fríos.
— ¿Qué carajo? ¡Fíjate por donde vas! —Chilló enojada la italiana encarando a la desconocida pero intimidándose un poco ante su mirada indiferente.
— ¿Que yo me fije? No me he movido de aquí, tu eres la que debería ver por donde corre…—Expresó sin cambiar la expresión—Pero de todas formas te lo agradezco… No podía respirar ahí dentro.
Lovina se dio cuenta luego de mirarla un buen rato que ella fue la ganadora del concurso de belleza organizado por aquel espejo danés, pero con esa actitud (aunque ella no era quién para decirlo) no comprendía como ganó.
Haciendo un gesto con la mano, pues su orgullo era mucho como para disculparse por tropezarse con ella, se fue aun sin saber dónde rayos estaba Cappuccetto, caminando por el frondoso bosque por fin se topó con una casa con forma de…. ¡¿Tomate?!
Vale, eso era demasiado extraño, pero Elizabeta la había echado de casa antes de comer así que moría de hambre y daba la casualidad de que el tomate era su fruta (sí, es una fruta) favorita, así que valiéndole madres que pudieran decirle algo arrancó un buen pedazo de la casa y empezó a comer, pero enseguida escupió con asco ¡La bendita casa solo parecía tomate porque en verdad estaba hecha de jengibre!
Completamente encabronada por el engaño la italiana miró por el agujero que hizo al arrancar un pedazo y dentro pudo ver a tres personas charlando amenamente en una mesita.
Eran un rubio algo barbón con un palo de los de pastor, una especie de conejo blanco mutante con un pollito sobre la cabeza y un moreno vestido de brujo pero muy sonriente.
La castaña con algo de curiosidad y miedo se acercó a escuchar.
—Y ayer nada más coseché los tomates… Estaban todos grandes y maduritos fusososo~—Dijo muy sonriente el moreno con acento español.
—Qué envidia mon ami, a ti te está yendo bien, pero yo hice unas bromas en el poblado cercano y se llevaron todas mis ovejas, solo me queda ma cherie Iggiko y no deja de quejarse…—El rubio se estaba poniendo algo depresivo.
—Pues Ore-sama hizo algo genial ayer kesesese~ logró que una niña cayera en Wonderland—Dijo orgulloso el conejo mientras sus acompañantes ponían cara de asombro.
La italiana tuvo algo de miedo por lo que se alejó unos pasos, pero fue tanta su mala suerte que se tropezó con una planta y cayó en una… ¿Calabaza? Y no una cualquiera, era una calabaza gigante, como del tamaño de una carroza que casualmente tenía puertas, ventanas y todas las comodidades de una. Lastimosamente no fue capaz de ver aquellos lujos porque el golpe que se dio dejó inconsciente a la pobre chica de capa azul.
Luego de unas horas empezó a recobrar el conocimiento, pero ya no estaba en el jardín, sino que se encontraba en una habitación decorada en tanto rojo como verde, con algunas banderas de España colgadas por ahí y con un dulce olor a tomate maduro.
— ¿Ah? —Se preguntó extrañada mirando a todos lados para luego mirarse a ella misma y darse cuenta que ahora no llevaba la estúpida caperuza sino que se encontraba solamente en su ropa interior con diseños de tomatitos, al darse cuenta de esto no puedo evitar sonrojarse hasta la raíz del cabello— ¡¿Qué mierda significa esto?!
Se levantó de un salto y empezó a buscar la tonta caperuza como loca, era mejor eso que estar casi desnuda en un cuarto desconocido. De pronto sintió el pomo de la puerta moverse levemente y sintió mucho miedo, luego de unos momentos entró el español vestido de brujo.
El orgullo era lo único que le impedía a la muchacha salir corriendo como alma que lleva el diablo porque la verdad tenía miedo, estaba a punto de mandar todo a la mierda y escapar con velocidad italiana, pero entonces…
—Eres muy mona Gretel, lástima que según esto te tengo que comer—Suspiró triste el castaño sujetando un libro que en la tapa decía "Cuentos clásicos infantiles" y hablando con un tono de 'no es nada contra ti'
— ¡No soy Gretel, so tonto! —Exclamó ahora furiosa la italiana con justo motivo ¡Casi se la comen por equivocación! —Esa niñata vive al otro lado del bosque… Y no me la recuerdes, que se ganó el premio a la más delgada—Murmuró— ¿Cómo rayos come tanto y no engorda?
— ¿No? —Se extrañó el brujo—Entonces… ¿Quién eres? —Pero aunque la pregunta era seria, la mirada de Antonio vagaba por el cuerpo apenas cubierto de la muchacha y con eso se ganó sin sorteo ni concurso una hermosa bofetada con entrega gratuita a su cara.
— ¡Pervertido! —Gritó la chica colorada no sólo por la vergüenza sino también por el enojo.
— ¿Qué? ¡No! —Gimoteó el moreno frotando su adolorida mejilla con cuidado—Yo solo pensaba que necesitabas algo que te cubriera más… Y que ese conjunto te queda monísimo fusososo~
-Fin del capítulo 1-
(*) "Caperucita" según el traductor google.
Pues aquí gente, mi primer fic multicap xDD este es el primer cap. Y pues… quiero su opinión xDD me gustaría que me dijeran si meto alguna pareja o algún cuento y yo lo hago (Va a tener UsUk y un poco de AleIta asi que esos ya están)
Ya pues me dejo de fastidiar.
Bye!