Recuerdo que hace un tiempo, éramos felices, los tres. A pesar de lo mucho que te grité, y a pesar de lo mucho que me enojé contigo, era tu risa, tu hermosa risa, lo que me llenaba de vida, lo que hacía que cada día me despertara con el único motivo de verte, de sentirte cerca de mí. Y cada vez que debía pelear, peleaba por seguir viviendo, y mi motivo de vida eras TÚ, y solo TÚ. No sabes lo feliz que me hacían tus llamados de auxilio, para que te fuese a salvar de alguien, o simplemente para que te amarrara las agujetas de los zapatos, ya que sentía que confiabas en mi, que me querías, tal como lo hacía yo contigo, aunque nunca me atreví a decirte un… te… te quiero, un maldito te quiero… Aún recuerdo el día en el que me llamaste pidiendo auxilio porque no querías ser inútil y atacaste a Egipto. No sabes la ternura que me causaba el hecho de que no querías ser un inútil, y que te sentías un estorbo para mí. Nunca lo fuiste, es más, eras parte fundamental de mi, y aunque me duela decirlo, lo sigues siendo. Te robaste mi corazón y ahora… te vas… te has ido… y nuevamente estoy solo… como un perro… Siempre recordaré los bellos momentos que vivimos juntos, las veces que te tuve que despertar, cuando te entrenaba, cuando despertaba y estabas durmiendo a mi lado, la vez que me preguntaste:

Alemania, ¿te gusto?

Y yo te contesté:

Te amo…

Te amo… esas dos palabras en este momento se han vuelto mi perdición, mi infierno. Perdición e infierno que, después de que te has ido, son mis únicos compañeros, aparte de mi soledad. ¿Por qué te has ido? ¿Por qué me has traicionado? Jamás lo hubiese imaginado de ti, mi amigo, mi vida… Ahora estoy solo… con este frio de mi soledad, y esta herida en mi corazón que nadie podrá sanar, NADIE, nadie se compara contigo… nadie sería capaz de sonreír como tú lo hacías, de llorar como tú lo hacías, de querer como tú lo hacías. Nadie en este mudo tiene una mirada como la tuya, un pelo como el tuyo, una boca como la tuya, una piel como la tuya… nadie te iguala… yo solo te… te quiero… a ti. Pero ahora… ¿de qué sirve decirte un te quiero, si ya te has ido? ¿Por qué Italia? ¿Por qué te tuviste que ir de mi lado? ¿Por qué me dejaste solo? Si yo creo haberte dado todo lo que estaba a mi alcance para hacerte feliz, para demostrarte que te quería, porque no era capaz de decírtelo, no me daba la valentía como para decirte te quiero. Y ahora me arrepiento, me arrepiento el no habértelo dicho. A lo mejor si en algún momento te hubiese dicho todo lo que sentía por ti, a lo mejor no te hubieses ido, a lo mejor no me hubieses traicionado, a lo mejor… me hubieses querido como yo te quería a ti. Pero ya es tarde, y ahora tu estas con ellos, yo estoy… solo… nuevamente… con mi soledad y mi tristeza, y mi horrible desconsuelo. Si antes no sonreía muy a menudo, y lo único que me hacía sonreír era TÚ sonrisa, imagíname ahora, si ya no tengo mi razón por la cual sonreír, reír, sonrojar… existir. Toda mi felicidad me ha traicionado y se ha ido contigo… Ahora solo queda un cuerpo vacio, que no hace más que llorar y maldecir el día en que te conocí. Y lo maldigo, porque si nunca te hubiese conocido, nunca me hubieses traicionado y entonces yo hubiese seguido siendo yo y nada de esto estaría pasando… Pero si no te hubiese conocido, no hubiese conocido la felicidad, no hubiese conocido la amistad, no hubiese conocido el amor… el amor… el amor… Esa palabra que a toda costa quiero borrar de mi cabeza porque no me interesa volver a conocerlo y porque simplemente la palaba amor, para mí, significa TÚ Y YO, y necesito borrar eso de mi cabeza… pero no puedo… y me tortura… y me envenena… y me mata… Me va quitando mi vida poco a poco, lentamente, cuando lo único que quiero y necesito y deseo en este momento es morir, pero rápido…

No sabes cómo desearía odiarte, y transformar todo lo que siento por ti en RABIA y ODIO, pero no puedo… no puedo odiarte. Hay algo más fuerte que me lo impide, y que no me permite ligar tu nombre con la palabra odio, ya que definitivamente, en mí, no son compatibles.

No sabes cómo deseo tenerte en frente, para decirte lo que nunca te he dicho, todo lo que siento por ti. Solo quiero tenerte en frente y decirte… Feliciano… te… te… te amo… mucho.

Pero ya es tarde…