Un pequeño gesto
Prólogo.
Después de los sucesos ocurridos el año pasado podía decirse, sin llegar a equivocarse, que conocía demasiado bien esta sala, incluso por encima de las propias aulas en donde estudió durante seis años. Y solamente estuvo en ella durante el año pasado.
No le fue nada complicado el lograr que la puerta se le mostrara pero su posición, la suya, no la de la puerta, había cambiado al ver como entraron primero en la sala sus dos antiguos secuaces, si eso se le podía llamar a Goyle y Crabbe ya que amigos era una palabra demasiado grande. En silencio les siguió mientras iban tras las voces que aquellos tres, sus objetivos, no se molestaban en ocultar ante la absurda creencia de que nadie podía entrar en la Sala y, concretamente, en esta sala. Eso dejaba claro que no eran tan listos como todo el mundo, incluido el Lord Tenebroso, creían después de todas las imposibles acciones que llevaban realizadas desde que escaparan de los mortífagos durante la celebración de la boda de uno de los Weasel y la chica Fleur que había participado en el Torneo de los Tres Magos.
Parecía que la suerte les acompañaba puesto que encontraron a Potter solo ya que habían decidido separarse para ver si podían encontrar una diadema que, conociéndoles, debía de ser muy importante para buscarla en medio de la guerra que se estaba librando. No le extrañó nada que Crabbe ignorase ese punto pero si la reacción que tuvo respecto a él al degradarle recordándole su actual posición, y la de su familia, su apellido, a ojos del Lord Tenebroso.
Y aún por encima tenía que soportar a Potter usando su varita y que le pareciera divertido el que él tuviera que estar usando, mientras tanto, la de su madre. Joder, por lo menos él tenía una madre en quien buscar consuelo y apoyo en estos momentos. Su madre seguía con vida porque, a pesar de sentir nauseas a causa de las órdenes que le daba Voldemort, él las cumplía ya que no era su vida, solamente, la que estaba en juego si no la de sus padres. Y haría lo que fuera necesario para mantenerlos con vida.
Cualquier cosa.
Como no podía ser de otra manera, estando al mando de la situación Crabbe, todo se salió de madre y los hechizos empezaron a volar en todas las direcciones. Lo peor es que no solamente había que cuidarse de ellos si no también de la falta de coordinación presente en este variopinto grupo.
Llegó a pensar que un empujón fue lo más absurdo que podía haberle sucedido para perder la varita de su madre cuando a Crabbe, que seguía ignorando las palabras de Draco para que dejase de intentar matar a Harry, tal y como quería Lord Voldemort, y también el propio Draco, pues era él quien tendría ese honor —no ha esperado tantos años, desde que escapó de la maldición asesina, para que alguien como Crabbe viniera a matarlo—, no se le ocurrió otra feliz idea que realizar un maldito hechizo flamígero de proporciones colosales que empezó a reducir la Sala a cenizas.
En los pocos momentos en que se le cruzó la mirada con la de Hermione pudo ver cierta confusión en aquellos ojos castaños debido a la constante insistencia por parte de Draco de no intentar matar a Harry. Aunque, si tuvieran tiempo para pararse a comentar la situación, podría haber jurado que sus hechizos eran lanzados con la suficiente desviación para evitar impactarle, como si Hermione no pretendiera darle con ninguno de sus hechizos. ¿Podía ser cierto y, de serlo, sería por el mismo motivo por el que Draco tampoco tenía intención de maldecirla con sus hechizos?
Todo fue muy confuso en el intento de huída. Perdieron de vista a Harry, Ron y Hermione que huyeron en unas escobas, que apenas parecían poder soportar el ser agarradas, mucho menos el volar en ellas, que andaban por ahí tiradas mientras ellos se quedaban atrás, y separados: Draco con Goyle, mientras que Crabbe andaba perdido por su cuenta en la Sala. Por lo menos Draco fue capaz de recuperar la varita de su madre. Lo último que faltaría sería el perderla o que la destruyeran. Claro que, cuando vio aquellas figuras flamígeras supo que la pérdida de la varita sería insignificante si no lograban salir de allí porque perderían sus vidas.
¿Fue realmente una sorpresa para Draco el ver como Harry y sus dos amigos —la manera en que Hermione se agarraba a Ron parecía como si lo fuera a partir en dos en cualquier momento— regresasen cual salvadores, tal y como se lo tenía creído el pelinegro desde primer año, o Draco ya los estaba esperando? Conociendo el pasado del trío, Draco estaba seguro que Harry no dejaría… pasar una oportunidad para hacerse el héroe nuevamente, y más si podía luego echárselo en la cara a Draco por salvarle la vida.
Una vez más pudo ver, en los pocos momentos en que Hermione se atrevía a abrir los ojos, —se le notaba muy poca experiencia en vuelo con escobas, o en vuelo en general, aunque tampoco le ayudaba la insensata manera de volar de Ron— su mirada volvía a buscar la figura de Draco. Incluso podría asegurar que vio alivio al encontrarlo con vida, y pánico cuando vio aquellas figuras llameantes dirigirse en su dirección. ¿Podría haberle afectado los humos que estaban llenando la Sala, a ambos, o es que todos aquellos Crucios sufridos finalmente habían cumplido su misión de quebrarla?
Dejando esa línea de pensamientos a un lado, puesto que no haría más que poner su vida en peligro en estos momentos, Draco alzó la mano para agarrar la de uno de sus salvadores para encontrarse con la burla del Destino al ir el mismísimo Harry Potter en su ayuda. Draco trató de serenarse pero no pudo evitar pensar que el Gryffindor era un imbécil por venir a por él y dejar que fueran Ron y Hermione, dos personas sobre una raquítica escoba, quienes salvaran a Goyle. ¿Es qué no entiende acerca de la física de las escobas tras todos estos años jugando al quidditch y el enorme peso que iban a tener que soportar? Por supuesto que se trataba de eso y no tenía nada que ver con la posibilidad de poder abrazarse a Hermione. No, nada que ver. Lamentablemente no había tiempo para cambiar de objetivo y Draco se agarró a la mano de Harry con todas sus fuerzas subiéndose a la escoba mientras esquivaban las figuras de fuego que había creado Crabbe.
Ante este pensamiento sucedieron varias cosas que cambiarían todo. Primero fue la ausencia de Crabbe y la búsqueda frenética por parte de Draco de su, digamos que, conocido, ¿amigo?, pero Harry tenía otra cosa en mente: la dichosa diadema. Por supuesto que, entre lo que Draco Malfoy buscaba y lo que Harry Potter ansiaba encontrar tenían que localizar la maldita diadema. Porque Harry siempre tenía que salirse con la suya y Crabbe carecía de importancia para el niño-que-vivió-para-convertirse-en-un-grano-en-el-culo-de-Draco, lamentablemente molesto a rabiar.
Y, aún por encima, Draco pudo ver como la diadema, ya en posesión de Harry, estaba medio fundida por el calor de aquellas llamas por lo que, para lo que fuera que la quisieran, no les serviría para nada. Por lo menos ahora ya se dirigían hacia la puerta de la Sala antes de que las llamas los asasen vivos, o los redujeran a cenizas como al resto de objetos presentes en esta cámara.
Draco no pudo evitar soltar un gruñido de protesta, o sorpresa, cuando vio a Crabbe correr con todo su peso hacia la salida pero con ninguna posibilidad de lograr llegar antes de ser engullido por las llamas. Le gritó a Harry que bajase pero, o no le había escuchado por el ruido de destrucción presente o no quiso hacerlo, por ello sacó su varita y se la clavó en el cuello, precisamente en el mismo lugar que en tercer año había elegido Hermione para amenazarlo con la suya. Y que tuviera este pensamiento en este momento seguía sin ser nada relevante, ni que sus ojos buscasen a dicha castaña de reojo.
—Baja— le siseó con un odio que cargaba con todos los padecimientos sufridos desde el encarcelamiento de su padre.
Pudo notar como Harry pretendía protestar, aún tenía tiempo para comportarse como una verdadera molestia, hasta que se fijó en la figura de Crabbe. Sorprendentemente se le veía tan pequeño que engañaba su enorme figura real pero cuanto más se acercaban a él, más quedaba claro que les sería imposible cargarlo en esta escoba sin que se llegase a partir por el peso combinado de los tres. Daba igual el esquelético estado de Draco o la escuálida figura de Harry porque, en comparación, Crabbe los superaba a ambos por más del doble de su masa.
Fue un acto reflejo que no supo de donde podía haber surgido pero ocurrió en un momento por lo que no debió tener tiempo para tratar de pensar con serenidad. Además que la situación no ayudaba a esta clase de pensamientos. Alzó la mano y usó todas sus fuerzas para levantar a Crabbe hasta que pudiera subirse a la escoba. Era una misión irrealizable, sin contar la descompensación que sufrirían durante el intento de rescate, por lo que hizo lo que pensó que serviría de ayuda, y acertó, como solía hacer en los viejos tiempos, (un pensamiento muy extraño para un muchacho de apenas diecisiete años) al usar su propio impulso al dejarse caer por el lado opuesto de la escoba para poder subir a Crabbe a la misma.
Hermione observó con pánico en su mirada como Draco caía de la escoba sin tener la más remota idea de que había sido por voluntad propia del Slytherin y no que Crabbe lo hubiera arrojado de ella para poder tomar su sitio. Daba igual como había sucedido pues el resultado era que Draco había quedado en una posición imposible de superar y no importó que pudiera rodar al tocar suelo para evitar el darse un mal golpe o, tal vez, perder el conocimiento por su causa. ¿Qué podía importar eso cuando una serie de gigantescas figuras de fuego se dirigían devorando todo lo que encontraban a su paso dispuesto a reducirte a cenizas?
No podía hacer nada. No solamente le sería imposible coger su varita, con la figura de Goyle pegada a la suya que apenas le daba para poder respirar, si no que su mente se le había bloqueado y no le venía ninguna solución.
Harry vio de reojo como Draco se caía de la escoba mientras los brazos de Crabbe se le agarraban como tenazas alrededor de su cuerpo ante el temor de poder caerse él también y volver a ser un claro objetivo de aquellas llamas que él mismo había provocado. La velocidad de la escoba no le permitió ver mucho de Draco, y porque debía volver la vista al frente para no fallar en su intento para salir de la Sala, pero si vio aquella irritante media sonrisa con la que Draco les había complacido durante todos estos años.
Colocando la escoba en el camino correcto, volvió la vista un momento hacia atrás para ver como Draco se puso en pie y encaró aquellas llamas, que formaban impresionantes criaturas, con toda la dignidad que un Malfoy podría tener con la vista alzada y su porte orgulloso.
Hermione sintió como unas lágrimas se deslizaban por su rostro sin poder hacer nada para evitarlo. Además de no querer evitar llorar por su antagonista de corazón.
Luego, Draco Malfoy fue engullido por las llamas.
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Continuará
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Podría considerar esto un regalo de Año Nuevo para todos mis lectores que gusten de los fics sobre Draco y Hermione.
Simplemente se trata del correcto giro de cómo debería haber ido la historia de haberse detenido a pensar en lo que se estaba escribiendo con un poco de sentido común, y con sus pequeñas dosis de Dramione porque J.K. cometió suficientes atrocidades en "Las Reliquias de la Muerte" para poder realizar Dramiones por todos lados. ¿Y eso cómo si tan solo se encontraron en la Mansión Malfoy y al final de la historia? No es por su cercanía, si no por su historia porque es increíble comprobar como J.K. humilla e insulta a Hermione tan de seguido usando a Ron para ello, solamente para que luego arreglarlo de una manera que da vergüenza propia y ajena.
La verdad que no quiso ver la propia autora se encuentra en los fanfic.
Solamente habrá un par de capítulos más y todo esto se trata de otra manera de colocar a Draco en el buen camino de la manera hecha en "Brown and Grey" (¿qué no habéis dejado REVIEWS?... digo, ¿qué no lo habéis leído? Pues correr a ello como propósito de Año Nuevo) pero actuando de una manera más directa.
¿Cuál de las dos maneras resulta mejor?
Disclaimer: Todos los personajes relacionados con las novelas de Harry Potter, así como lugares, objetos, y demás, pertenecen a J. K. Rowling. Lo único que me pertenece es el argumento de la historia, y eso es algo que se nota dada su sencillez.
REVIEWS.
REVIEWS.
Nos leemos.^^