Perdón por la enorme espera. He estado súper liada con los exámenes finales y demás rollos… Pero por fin el capi 4 está listo, espero que os guste.
No tengo tiempo para agradecer individualmente cada comentario del capítulo anterior, ni siquiera me ha dado tiempo a corregir el fic una última vez antes de subirlo, así que disculpad si hay alguna cosa mal puesta…
Muchas gracias por vuestros reviews a: Zeryeth, miru, SexyDiva y ZumoLove. Me alegro muchísimo de que os haya gustado, y espero que disfrutéis igual o más este nuevo capi que tanto me ha costado escribir xD
- ¿Señor? – Cuestionó una voz desde el otro lado de la puerta.
- Adelante… - Concedió, sin despegar la vista de los documentos que tenía sobre la mesa.
- Disculpe la molestia señor… - Dijo el muchacho – Pero hemos detectado una de las palomas mensajeras que su majestad, el príncipe Kai, se llevó consigo, merodeando por las ventanas.
El hombre levantó la vista, interesado de pronto en la conversación al escuchar aquellas palabras - ¿Una paloma? – Frunció el ceño - ¡Traédmela!
- Enseguida señor! – Exclamó el muchacho, partiendo de inmediato en su búsqueda, y volviendo escasos minutos después con el blanco animal entre sus manos, la dejó sobre la mesa, y se quedó quieto frente a él esperando nuevas órdenes.
El rey de Eideen, ansioso, desató la cinta que llevaba atada el animal a su cuerpo, y desenrolló la nota, detectando enseguida que la escritura no era la de su hijo, pero admitiendo, sin embargo, que la firma, y el sello real, eran totalmente verídicos. Releyó las letras un par de veces para asegurarse de haber entendido bien la petición de su hijo, y suspiró, echando el peso contra el respaldo de su asiento. Miró al soldado, perfectamente quieto ante él, y tamborileó los dedos en uno de los reposabrazos de su silla – Soldado… - Le llamó la atención – ¡Su nombre! – Exigió.
El muchacho parpadeó un par de veces incómodamente, para finalmente responder con voz firme – ¡Yamashita, señor! ¡Kane Yamashita!
El rey asintió, juntando sus dos manos frente a su cara, y apoyando ambos codos en la mesa – Escúcheme Kane… Quiero que busque al superior ¿ y lo haga venir ante mí de inmediato… - El muchacho ni siquiera parpadeó, cuando el rey retomó la palabra – Además, le encargo la tarea de repartir el siguiente mensaje entre las tropas, soldados y cualquier orden militar… - Hizo una pausa, dejando que las palabras denotaran lo importante de su mensaje, y continuó. – El prófugo Max Mizuhara, queda total y absolutamente redimido de todos los cargos de los que era acusado… Nadie debe tratar de atraparlo, ahora es un ciudadano como cualquier otro habitante de Eideen… Y quien perturbe su paz deberá responder ante el tribunal de la corte real.
Vio con claridad la sombra de duda extenderse por todas las facciones del soldado – Si se me permite, señor… ¿Quién es ese hombre?
El rey asintió con una mirada de extrañeza – Según el príncipe… Max Mizuhara es el extraño muchacho que trajeron preso hace pocos días las tropas de expedición que habían estado viajando por todo Eideen con Kai y Rei… Al parecer, creen que el tal Max ya no presenta ninguna amenaza para el pueblo eideereño sino un aliado que necesitamos proteger…
Kane frunció el ceño, pero asintió.
- Bien… Eso es todo… - Hizo un gesto de despedida con la mano – Puede retirarse soldado…
Kane se apresuró a salir de la sala, cerrando la puerta delicadamente tras él, y el rey se volvió a dejar caer sobre el sillón, dirigiendo una mirada preocupada al techo de la estancia. "Kai… Espero que sepas lo que estás haciendo…"
* / * / * / *
Un caudaloso pero tranquilo rio, fluía sus aguas cristalinas por las tierras de Eideen, abasteciendo los pozos aledaños… La tranquilidad del río estaba siendo interrumpida por los gritos y risas de un grupo de personas.
- ¡Agárralo por la cola! – Exclamó Takao, de rodillas en la orilla del rio, con un puño en el aire, y una mano a un lado de la boca para hacer escuchar su voz con más fuerza - ¡Por la cola Rei!
- ¡Lo que tienes que hacer es cogerlo por la cabeza! – Exclamó Turín, sentada a un lado de Takao con las rodillas juntas, y las piernas separadas a ambos lados del cuerpo – La cola es más resbaladiza…
- Hmf! – Takao la miró mal – Y la cabeza demasiado difícil de coger…
- No menos que la cola… - Contraatacó Turín.
Ambos se miraron retadoramente, podían escucharse las chispas chocar y saltar con sus chisporroteos eléctricos, y Rei los observaba con una gota resbalando por su sien, tratando de aguantar al enorme pez que no paraba de moverse hacia todos lados, logrando finalmente resbalarse de sus manos y caer al agua con un chapoteo.
- ¡Ah! – Rei suspiró – Se me ha caído…
Kai gruñó con una frustración que casi podía palparse – A este ritmo nos moriremos de hambre… - Apuntó, observando como el cielo comenzaba a oscurecerse.
Takao sonrió, sacando de pronto una bolsa de entre sus cosas, y abriéndola para que todos vieran el contenido – Tengo comida…
Rei sonrió, comenzando a salir del agua, mientras Turín aplaudía contenta y Kai los miraba a los 3 con enfado - ¿Y por qué demonios no lo has dicho antes?
Takao frunció el ceño, haciendo un extraño gesto con la boca – Es más divertido conseguir comida… - Meneó la bolsa – Esto es solo para emergencias…
Kai le arrebató la bolsa de mala gana - ¡Esto es una emergencia! – Inspeccionó el interior, relajándose al ver la cuantiosa cantidad de comida - ¿Esto es todo lo que has traído? – Preguntó, asegurándose de que el chico no le estuviese ocultando algo más.
Takao pareció pensar – Bueno, también he traído sacos de avena para dar de comer a los caballos si acabamos en algún desierto durante nuestro viaje…
- Me importa una… - Respiró hondo, percatándose de cómo había estado a punto de contestar, y suspiró tratando de tranquilizarse – No me importa lo que hayas traído para los caballos… - Lo miró fijamente –Quiero saber si hay algo más que debamos saber…
- No, creo que no…
- Bien… - Le tendió la bolsa a Rei – Cocina algo… - Le ordenó.
Rei agarró la bolsa, e inspeccionó el contenido - ¿Os apetece carne? Es lo único que podría echarse a perder en unas horas…
Kai se encogió de hombros, indicando que la elección le era indiferente, mientras Takao y Turín asintieron con emoción - ¿Quieres que te ayude? – Exclamó Turín.
- Claro… - Sonrió Rei – Vamos a preparar la carne y encender un fuego…
Ambos se retiraron al claro donde habían dejado todas sus cosas, dejando a Takao y Kai solos…
Takao observó a Kai se cerca, que parecía ignorarlo deliberadamente, o no haberse dado cuenta de su presencia, hasta que su voz interrumpió el escrutinio al que era sometido - ¿Se puede saber que miras?
Takao sonrió - ¿Puedo preguntarte algo?
Kai gruñó – Hmp…
- Espero que eso signifique que sí!
- Hmp… - Volvió a gruñir.
Takao suspiró – Lo tomaré como un sí… - Miró a Kai misteriosamente, para luego señalar al otro lado del rio con una sonrisa, con Kai siguiendo su mirada - ¿Cómo cruzarías al otro lado del rio si no pudieras mojarte?
Kai desvió la mirada hacia su cara - ¿A qué viene esa estúpida pregunta?
- ¡Tu responde!
- Hmp… - Se cruzó de brazos, cerrando los ojos – Te echaría al río y caminaría por encima de ti…
Takao frunció el ceño - ¿Y si yo estuviera ya al otro lado?
Kai sonrió – Entonces no tendría necesidad de cruzar… - Comenzó a caminar de regreso al claro donde Rei y Turín debían estar cocinando.
- ¿Por qué no?
- Porque eres una molestia andante… - Espetó – Te dejaría allí y saldría corriendo para no tener que aguantarte más…
Takao gruñó ligeramente – Eres un desagradable… - Se cruzó de brazos caminando junto a él – No sé como tu padre te ha hecho heredero…
- Hmp… Todavía no soy heredero…
- ¿A no? ¿Por qué?
Kai suspiró – Antes de hacerme heredero, tengo que casarme… - Ninguno de los dos dijo nada más, y Takao se sumió en sus pensamientos.
* / * / * / *
- Está clarísimo… ¡En la montaña más alta del mundo! O mejor aún, en alguna selva llena de plantas exuberantes que se muevan solas… O no! ¡En algún bosque encantado! – Se escuchó una voz jovial muy animada.
- Pues no… - Contestó otra voz, con un ligero tono de disculpa.
- Hmmm… ¿Cerca alguna costa maldita?
- No
- ¿En un lago mágico?
- No
- ¿En alguna cueva lúgubre? – Probó de nuevo el felino.
Takao rodó los ojos – No…
Rei le dirigió una mirada recelosa – No lo entiendo… Has dicho un paraje natural…
Takao asintió con la cabeza varias veces, mientras removía las brasas con un palo, para impedir que el fuego se extinguiese – Eso es lo que he dicho… Pero estamos hablando de un dragón, no de un monstruo salido de un cuento de hadas…
- Ya lo sé eso. – Contestó Rei
- En ese caso, deberías saber que los dragones son seres normales… y por lo tanto, su hábitat, también debe serlo… nada de lugares encantados, malditos o con magia…
- Pero vuelan, ¿Cierto? – Preguntó Rei, y cuando Takao asintió, sonrió – Entonces no son normales…
Takao rodó los ojos – Oh, es cierto… Me olvidaba de que los pájaros e insectos son todos mágicos… La próxima vez que vea un pájaro lo atraparé para que me cumpla algún deseo…
Rei rodó los ojos también, pero se repuso enseguida – Vale, quizás ese no fue el mejor ejemplo… ¿Pero acaso no son inmortales? ¿Qué me dices de eso?
Takao abrió los ojos con sorpresa, pero antes de que pudiese contestar, una nueva voz se hizo notar – Eso es imposible…
Ambos voltearon a su derecha, donde encontraron a sus dos compañeros de viaje en la misma posición de antes. Turín continuaba acurrucada entre las mantas, subiendo y bajando regular y pausadamente, dormida, y a su lado, apoyado contra el tronco de un enorme árbol, con los brazos cruzados, los ojos cerrados y la mirada baja, Kai, que enseguida alzó la vista y los encaró con penetrante mirada roja.
- ¡Tú! – Señaló Rei astutamente - ¿Qué demonios haces despierto? ¡Quedamos en que hacíamos guardia Takao y yo!
- Hm! – Respondió Kai – Es imposible dormir con vosotros hablando como cotorras…
Rei refunfuñó por lo bajo - ¡Duérmete! – Le ordenó – No veo a Turín quejarse…
Kai miró a la susodicha un segundo, para luego mirar hacia otro lado – Turín ronca tan fuerte, que sus propios ronquidos amortiguan vuestra repelente voz…
Rei se lo quedó mirando, todos en silencio, mirándose, y finalmente suspiró – Yo no la escucho roncar… ¿Seguro que no nos estabas espiando? – Kai enrojeció de ira, y abrió la boca para contestar en un tono no muy amable.
Takao interrumpió en ese momento - ¿Por qué has dicho eso?
Kai y Rei lo miraron sorprendidos por el cambio repentino de conversación - ¿Decir el que?
- Lo de los dragones… Lo de que es imposible que sean inmortales… - Especificó Takao - ¿Por qué lo has dicho?
Kai frunció el ceño – Hmp… Porque es cierto… ¿Acaso no se están extinguiendo? ¿Cómo van a ser entonces inmortales?
Takao frunció el ceño también – Pero la inmortalidad de una especie no es solo eso… - Explicó, y al escuchar esas palabras, Kai rememoró el momento en el que su querida madre, defendió a los dragones con un argumento parecido…
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FLASHBACK
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Glutklamm, Eideen, 1509 (13 años antes)
- ¡Mamá! – Exclamó el pequeño Kai, al ver entrar a su madre a su habitación para darle las buenas noches – Hola! – Exclamó de nuevo, irguiéndose en la cama hasta quedar sentado, con los ojos brillando de emoción.
La hermosa mujer rió delicadamente al ver la emoción con la que el pequeño la saludaba – Hola cariño – Le acarició una mejilla con suavidad, mientras lo obligaba a tumbarse de nuevo entre sus sábanas y lo arropaba con amor - ¿Has pasado un buen día?
Asintió repetidas veces con la cabeza ansioso, y la mujer suspiró - Hoy no va a haber ninguna historia del Dragón Kai… - Le advirtió, y el pequeño perdió el brillo emocionado de sus ojos y la sonrisa, esbozando un puchero lastimoso.
- ¿Porqué? – Preguntó – Si he hecho todo lo que tenía que hacer…
- Lo sé mi amor, y estoy muy orgullosa de ti… - Lo apremió – Pero papá y yo tenemos que recibir a unas visitas muy importantes, y no me puedo quedar contigo esta noche…
Kai frunció el ceño – Te puedo esperar…
La mujer acarició los rebeldes cabellos del menor con parsimonia – No sé a qué hora acabaremos, es un banquete real, y debemos permanecer con los invitados…
- ¿Para estrechar lazos? – Preguntó.
La peligrisáceo rió y asintió con la cabeza – Eso es cariño, y ahora a dormir, para que mañana estés lleno de vitalidad…
El pequeño príncipe asintió entristecido, dejándose arropar y mimar, y cuando la mujer ya prácticamente salía de la estancia, se apresuró a llamarla – Mami…
La mujer volteó a verlo desde la puerta - ¿Sí Kai?
El pequeño se removió incómodo - ¿No puede ser una corta, por favor? – Insistió - 5 minutos…
La mujer suspiró, volviendo a cerrar la puerta, caminó unos pasos hacia la cama, y se sentó – No te contaré ninguna historia… Porque no tenemos tiempo… Pero te contaré algo mejor… Como puedes reconocer a tu dragón de entre todos…
- ¿Tendré uno solo para mí? – Preguntó emocionado el pequeño Kai.
- Claro que sí… - Le acarició el pelo con suavidad, tratando de crear un ambiente en el que el pequeño cayese en un profundo sueño enseguida - Cuentan que cuando nace un nuevo príncipe o princesa, nace un dragón al mismo tiempo y ambos comparten parte de espíritu, el dragón queda totalmente supeditado a la voluntad del que será su futuro señor… Cada dragón nace con unas cualidades que lo hacen completamente compatible con la persona en cuestión… Se complementan el uno al otro…
Kai frunció el ceño - ¿Mi dragón ya ha nacido? – Preguntó emocionado - ¿Está por ahí? Debería estar conmigo… ¿Y si se equivoca y se va con otro príncipe tonto?
La mujer asintió con la cabeza riendo y continuó con su relato – Los dragones son los seres más inteligentes de este mundo, ósea que no te preocupes, tu dragón ya sabe quién eres y dónde estás, solo tienes que esperar a que decida que ya estás preparado para estar con él… Él solo puede obedecer a una persona, a ti, y tu solo puedes tener un único dragón así que os juntaréis tarde o temprano… Por eso deberás tratarlo con mucho afecto cuando lo tengas, para que jamás te abandone porque jamás encontrarás nada que iguale la afinidad que llegaréis a tener…
- Pero si le ordeno que se quede conmigo no podrá irse a ningún sitio… - Apuntó Kai con astucia.
La mujer Hiwatari sonrió de nuevo – Sí, eso es cierto, pero hay una cosa que se puede interponer entre vosotros…
- ¿El qué?
- La muerte…
Kai hizo un gesto incrédulo con la cara – Pero mamá si es un dragón… - Dijo en todo evidente - No se puede morir…
La mujer sonrió con tristeza – Sí que pueden… Hay 3 formas de matar a un dragón… Una de ellas es que otro dragón lo ataque, los dragones son capaces de dañar de muerte a los demás dragones… También mueren cuando su señor les ordena dejarse matar… Y también cuando su señor no se comporta debidamente…
- Se mueren… - Dijo Kai, de repente sintiéndose terriblemente mal.
La mujer volvió a asentir – Lamentablemente, muchos dragones han estado muriendo últimamente… Hay tantos dragones como señores ha habido en el mundo… Muchos de ellos han actuado indebidamente y sus dragones han perecido con ellos… Así como muchos dragones han luchado entre ellos defendiendo a sus señores o al verse amenazados… Quedan muy pocos vivos…
Kai comenzó a ver borroso, mientras las lágrimas se agolpaban en los lagrimales, dispuestas a salir - ¿Y los que están vivos, están solos?
La peligrisaceo asintió – Los pocos dragones adultos se encargan de criar a los más pequeños, pero los dragones jóvenes cada vez duran menos con el comportamiento corrompido de los humanos…
Kai miró hacia otro lado – Si se mueren no son inmortales…
La mujer sonrió – Pero lo son Kai, cariño… Hay dragones vivos todavía, que tienen más de 700 años… Seguro que tú logras que tu dragón dure 700 años y superar esa cifra…
- Pero se pueden morir si otro dragón los ataca… - Sollozó – No son inmortales… Y quizás mi dragón no está conmigo todavía porque ya lo han matado…
La mujer abrazó el cuerpo diminuto de su hijo – Claro que no mi amor, los dragones bebés están muy bien ocultos para que nadie, ni siquiera otros dragones que no sean sus maestros, puedan encontrarlos… Además, la inmortalidad no se basa solo en morir o no morir… ¿Acaso si tu dragón muriera tu no lo recordarías pese a no haberlo conocido?
Kai lloró todavía más fuerte al pensar en la posibilidad de perder algo que ansiaba con tantas fuerzas – Sí… - Sollozó al fin.
La mujer sonrió, depositando un dulce beso sobre la cabeza del menor – Pues mientras tú los recuerdes, los dragones no morirán… Debes continuar creyendo en ellos y transmitir eso a los demás, para que, los que todavía viven, sientan esa confianza y continúen vivos muchos más años…
Kai sonrió, cerrando los ojos – Lo haré mamá… Se lo diré mañana a mis amigos… - Murmuró medio dormido, dejándose acariciar por la mano de Morfeo que lo reclamaba con lentitud…
En cuanto escuchó la respiración pausada de su retoño, la mujer se levantó de la cama con una sonrisa triste, y se acercó a la ventana, miró el paisaje con ojos humedecidos y tocó el vidrio con una mano, mirando en la lejanía de la noche, hacia las montañas – Lo siento mucho Jyu… Espero que lo sepas criar adecuadamente… Kai lo va a necesitar mucho… - Se limpió todo rastro de lágrimas, y tras mirar una vez más a su hijo, salió de la habitación.
Esa fue la última conversación que Kai tuvo con su madre…
* / * / * / *
- ¿Eso dijo? – Cuestionó Turín impresionada, Takao asintió – Hmm… - Dio un par de saltos, mientras se agachaba con gracia a recoger un palo y luego lo lanzaba con fuerza al vacío de arboles – Quizás no sea buena idea…
- Tonterías, yo creo que simplemente está enfadado consigo mismo… - Takao cogió una nueva seta, y la amontonó junto a las otras que había estado recogiendo durante el camino. Los 4 se habían dividido, mientras Kai y Rei iban a cazar algún animal salvaje, él y Turín buscaban frutos y otros alimentos que la madre naturaleza les ofreciese sin tener que enfrentarse al alimento en cuestión.
- ¿Enfadado? – Cuestionó Turín – No está enfadado… ¡Vive enfadado!, ¿Es que no has visto su cara detalladamente? – Trató de imitar el gesto irritado de Kai con poca convicción - ¿Lo ves? Ni siquiera me sale una cara tan malhumorada… ¡Ese chico tiene un problema! – Aseguró, masticando un melocotón de los que habían recogido.
Takao negó la cabeza – Bueno, es normal, tú también estarías enfadada… - Le dio un ligero golpe en el brazo – Y no te los comas…
Turín infló los mofletes – No me pegues!
Takao la miró con el entrecejo fruncido – Ahora que hablas de pegar… - Le dio un pellizco, haciendo que la muchacha soltara un grito de sorpresa - ¿A que vino el esponjazo del otro día?
- ¿Qué esponjazo? – Preguntó Turín, mientras se sobaba el lugar del pellizco.
Takao gruñó por lo bajo – Cuando te llevaste los caballos a la posada abandonada e hiciste ver que nos los vendías con el cuerpo del viejo…
- Aaaah! – Recordó Turín, luego se cruzó de brazos – Bueno, tenía que ser una actuación creíble y…
- Ya, ya… - Takao negó con la cabeza interrumpiéndola –No me lo esperaba, lo hiciste bien… - Le sonrió, y Turín comenzó a reír egocéntricamente llena de confianza. Takao suspiró con ironía - De todas formas, lo echaste a perder cuando diste aquellos saltos… Se suponía que eras un viejo medio muerto con apenas movimiento… Y vas y te pones a saltar de pronto…
Turín miró hacia otro lado – Bueno… Ya te dije que Kai me daba miedo…
- Hmmm… - Takao continuó caminando – Se te pasará con la convivencia…
Turín tembló de pies a cabeza – Convivencia… - Se abrazó a sí misma - No sé si viviremos el tiempo suficiente…
Takao la volteó a ver, con el semblante serio - ¿Por qué?
Turín suspiró mirando al suelo – Ya sabes porque…
Takao guardó silencio – No hablemos de esto… Tenemos otra cosa entre manos… - Le tendió su cesto – Mete aquí todo lo que tienes, y vuela hacia el pueblo más cercano, tenemos que comprobar si el Rey ya ha dado la orden de que dejen de buscarte como criminal…
Turín asintió, dejó todas sus cosas en el cesto, y dejó que su cuerpo se transformara en el del ave negra de la otra vez – Procura no meterte en líos… - Le dijo a Takao – Volveré pronto…
Takao asintió sonriente, viendo partir al animal.
* / * / * / *
- Cuando te dormiste Takao y yo continuamos hablando… - Dijo Rei, mirando de reojo a Kai, que lo ignoró, y continuó caminando lentamente, sin hacer ruido, acechando a un enorme ciervo que pasturaba en una pequeña pradera. Preparó el arco y la fecha y apuntó. Rei continuó hablando con entusiasmo – Me dijo que algunos dragones eran capaces de leer la mente… ¿Te imaginas que tu dragón sea uno de esos?
Kai no podía concentrarse en su tarea con el pesado de Rei al lado parloteando sin parar… En un descuido, pisó una rama. El animal movió ligeramente el oído, y alzó la cabeza en su dirección, el tiempo suficiente para que la flecha que había disparado, pasase a escasos 2 centímetros del cuello del animal, y se estampase contra un árbol.
El animal salió corriendo como alma que lleva el diablo, y Kai suspiró, sin molestarse en seguirlo en una carrera que sabía que iba a perder. - ¡Mira lo que has hecho! – Le recriminó a Rei, que lo observó confuso.
- ¿Qué he hecho?
- Has ahuyentado al ciervo…
- Yo no he pisado la rama…
- Bah… - Comenzó a caminar de nuevo, buscando una nueva presa – Cierra el pico, me distraes…
Rei rodó los ojos, y continuó caminando a su lado, hablando como si nada – Lo que te iba diciendo… Takao me dijo que los dragones podían vivir en cualquier parte, siempre que fuera en la naturaleza…
Kai suspiró – Increíble…
Rei, ignorando el sonido irónico y burlón en la voz de Kai, continuó extasiado con su discurso - ¿Verdad que sí? – Sonrió – Y además se pueden hacer invisibles… - Miró a su alrededor con cautela – Quizás tu dragón está por aquí… observándonos… - Se llevó ambas manos a las mejillas - ¡Qué emoción! ¡Y qué nervios! ¿Le caeré bien verdad? – Suspiró – No quiero que tu dragón me odie… Sería una autentica pena… Me encantaría que me contase cosas…
Kai gruñó - ¡Kon! – Exclamó, y Rei silenció al escuchar su apellido - ¡Calla de una buena vez! Es insoportable tratar de cazar contigo detrás como un predicador… ¡Cierra la boca!
Rei rodó los ojos – Seguro que a Hiromi la hubieses dejado…
- No hables de esa ahora…
Rei sonrió - ¿Por qué? ¿Te da pena haberla dejado atrás?
Kai rodó los ojos – Ninguna…
La sonrisa de Rei se agrandó – Entonces es que te gusta alguien más…
- Sí, por supuesto… - Señaló a un punto entre la vegetación – Me enamoré de ese árbol… O quizás de aquel – Señalando en la otra dirección – No lo recuerdo porque hace mucho tiempo que solo veo plantas. – Pronunció con más énfasis las palabras finales, demostrándole así su poco interés romántico.
Rei sintió una gota de nerviosismo deslizarse por su sien – Bueno visto así… - Se cruzó de brazos – En el siguiente pueblo seguro que hay alguna muchacha que te llame la atención…
- No quiero que nadie me llame la atención…
- Pero Kai… Sin una esposa…
Kai tendió su brazo, cuan largo era, interponiéndolo en el camino de Rei, que al momento calló. Kai apuntó con su arco a un punto entre las hojas, y disparó, dando en el blanco con una sonrisa – Ya es nuestro…
* / * / * / *
- ¿Cómo que necesita una esposa?
- Como lo oyes…
- Pero no puede ser… - Lo miró preocupado - ¿Qué hacemos?
- No lo sé… Esto no entraba en mis planes… - Desvió la mirada – Mi idea era transformarlo poco a poco… Hasta que pudiera convertirse en el rey que necesita Eideen… Pero si necesita casarse para ascender al trono, nuestros esfuerzos no servirán de nada…
- ¿Y si le buscamos nosotros a una mujer?
Takao frunció el ceño – Explícate…
- Sí… - Comenzó Max – Podemos… Observar a que mujeres observa con más ímpetu, quien le llama la atención cuando vamos a los diferentes pueblos… Y luego hablar con esta persona…
Takao sonrió - ¿Tu sabes cómo es la mirada de un enamorado?
Max negó con la cabeza – Supongo que a quien más mire…
Takao frunció el ceño – A mi me mira mucho…
- Pero eso es porque te odia…
- Exacto… ¿Cómo reconoceremos si alguien le interesa, o simplemente lo mira porque no le gusta?
Max frunció el ceño – Hmm… Mi padre decía que los enamorados ponían cara de idiota…
- ¿Tú crees que Kai sabrá poner cara de idiota?
Max y Takao trataron de imaginarse a Kai, mirando a alguna muchacha, con cara de persona absurda y un escalofrío recorrió sus espaldas – Creo que no podremos guiarnos por su cara…
- Quizás Rei nos sepa decir si le gusta alguien…
Takao frunció el ceño - ¿Tú crees?
- Sí, seguro que sí… - Se cruzó de brazos – Podrías preguntarle tú… Se ve que te ha tomado confianza después de tantas noches de cháchara…
Takao rió – Vale… - Frunció el ceño – Por cierto, ¿Cómo ha ido lo tuyo?
- Bien… No hay ni un cartel de "Se busca"
- Eso está bien…
- Sí…
- ¿Quieres que…?
Max frunció el ceño – No se lo tomarán bien… - Interrumpió.
- Lo aceptarán con el tiempo…
- Bueno… Pero solo si hablas tú…
Takao sonrió, pasándole el brazo por los hombros – Sin problema…
* / * / * / *
La noche los arropó a los 4 entre sus brazos. Rei y Kai preparaban la carne del jabalí que Kai había atrapado, mientras Rei trataba de avivar el fuego. Takao entró al claro en ese momento, sujetando con fuerza el canasto repleto de setas, frutos y demás alimentos naturales – Hola chicos…
Kai gruñó, y Rei lo volteó a ver – Hey Takao… ¿Buena recolecta?
- Buenísima…
Rei sonrió, palmeando el suelo junto a él – Siéntate aquí… - Cuando este obedeció, le tendió una especie de navaja para que pelara las setas mientras él le iba entregando palos donde clavarlas para asarlas al fuego - ¿Dónde está Turín?
Takao tembló ligeramente, sin desviar la mirada de la seta en la que trabajaba – Se ha quedado en el bosque… De ella quería hablaros…
Kai desvió la mirada hacía ellos al escuchar el plural - ¿Qué pasa ahora?
Takao sintió un escalofrío – Tengo que confesaros algo sobre ella…
Kai gruñó – No me digas que está en estado… Lo que nos faltaba… Una embarazada en el viaje…
Takao rió – No, claro que no… Eso es una tontería…
- ¿Entonces?
Takao comenzó a frotarse las manos con nerviosismo – Veréis… Turín… No se llama Turín en realidad… - Rei y Kai lo observaron con interés – A decir verdad, ni siquiera es una chica…
Rei abrió los ojos sorpresa - ¿Es un hombre?
Takao asintió – Sí, tan hombre como tu…
Kai gruñó, agarrando el mango de su espada – No tan hombre como nosotros si ha tenido que venir escondiéndose bajo la apariencia de una chica todo este tiempo…
Takao frunció el ceño – No tuvo otra elección… ¡Lo perseguían!
- ¿Quién?
- ¡Todo el mundo! – Takao suspiró – Su nombre es Max Mizuhara… - Rei y Kai reconocieron el nombre, demostrándolo con un gruñido alerta - Y es un Nakama…
Kai frunció el ceño - ¿Qué es eso?
- ¿No sabéis lo que es un Nakama? – Ambos chicos mayores negaron con la cabeza, y Takao sintió relajarse por dentro, aquello era una buena señal… Si no tenían ni idea, podría explicarlo todo a su manera - Los Nakamas son seres sobrenaturales, por decirlo de algún modo… - Comenzó – No suelen salir de su tierra, y cuando lo hacen es porque son realmente necesarios…
- ¿Y porque se supone que lo vamos a necesitar? – Preguntó Rei.
- Cuando lo capturasteis, estaba tratando de llevaros más cerca del dragón, pero no le dejasteis… - Explicó, evitando aclarar la parte en la que Max se dejó atrapar expresamente para poder entrar al castillo – Cuando se escapó, empapelasteis todo Eideen con su cara, y dejó de ser seguro para él ir con su apariencia normal…
- ¿Y tú que pintas en todo esto? – Exclamó Kai.
- Yo solo soy alguien que tiene información, y a quien enseñaron a respetar y ayudar a los Nakamas…
5 minutos después, el silencio lleno de hostilidad era todavía palpable, Kai parecía totalmente reacio a la idea de aceptar a Max, y aunque Rei parecía tener el mismo aspecto, se lo veía algo más comprensivo. Takao suspiró, debería forzar un poco la situación – Max… - Llamó – Ya puedes venir…
Ambos se tensaron en cuanto Max dejó ver su cabellera rubia entre el follaje, Kai lo retó con la mirada, y Rei estudió su rostro con desconfianza, mientras el muchacho se acercaba, totalmente cabizbajo, y se sentaba a escasos milímetros de Takao, que le sonrió con ánimo.
Comenzaron a cenar, retirando palos con alimentos ya preparados, y poniendo nuevos con comida todavía cruda. Entre ellos se había establecido un clarísimo abismo… A un lado de la fogata, se sentaban Kai y Rei, que no despegaban la vista de Max, ni siquiera cuando se murmuraban en voz baja entre ellos.
Al otro lado, Max y Takao cenaban sin despegar la vista de las llamas anaranjadas. Y la noche pasó, relativamente tranquila, sin que ninguno de ellos rompiera la recién adquirida enemistad.
Continuará...
Este me ha salido un poco más largo que los otros ;)
Espero que os haya gustado, todos los reviews son bienvenidos.
Un beso,
Y nos vemos al siguiente capi, que espero no tarde tanto xD