Konnichiwa! =D
Aquí con un nuevo fic que espero que les guste, de una pareja un tanto incomprendida...el GoenjixKido
Amiga dei-akatsuki, sé que estarás leyendo esto así que...me pusé a trabajar! xD
Ok, con cariño, que lo disfruten!
Sólo amándote
No sé cuándo lo empecé a amar. Tal vez durante nuestro primer partido. Tal vez cuando le pedí que entrara a Raimon, no lo sé. Pero sé cuando todas mis emociones por él se desbordaron, en ese momento mi corazón se llenó de ternura y supe que no podría vivir sin él. Cuando lo vi haciendo lo que yo no pude hacer, estando donde yo no pude estar... gracias, mi Yuuto Kido.
—¡Goenji!—gritaba es estratega de goggles acercándose rápidamente a su compañero, quién yacía cerca de la portería.
—Kido…—el delantero empezó a incorporarse pesadamente. Estaba agitado y se veía un tanto lastimado.
—Ya está oscureciendo y no te ves muy bien— le dijo Kido a Goenji mientras le ayudaba a levantarse— ¿seguro de que quieres seguir con esto?
—Por supuesto, esa técnica significa mucho para mí. Entiendo que tú sólo estés aquí porque no querías que estuviera solo—dijo con su habitual seriedad.
—¿Dis…disculpa?—ante el último comentario, Kido sólo atinó a ladear un poco la cabeza y sonrojarse—Yo… pensé que podía ayudarte con la parte teórica de tu técnica.
El pelicrema se separó del castaño.
—¡Una vez más!—dijo con fuerza y determinación, tomando el balón y dirigiéndose a la portería.
—Goenji…—murmuró Kido por lo bajo.
El estratega miró con un deje de preocupación las acciones de su compañero. Recordó cómo es que después del entrenamiento habitual, vio a Goenji permanecer en la cancha y Kido no se permitió marcharse. Notaba como el pelicrema se sobre esforzaba, y por supuesto, eran compañeros, ¿pero des cuándo al gran Yuuto Kido le interesa tanto Goenji?
"Desde que lo conociste, admítelo". Se dijo Kido, apenándose y concentrándose de nuevo en el delantero.
Éste frenó con fuerza, elevó un tanto el balón con el pie, dio un giro completo y concentrando toda la fuerza que le restaba…
—¡Balón infernal!—el balón salió disparado envuelto en llamas, con mucha más potencia que con cualquier otra técnica de Goenji. Pateó el balón con tal energía que atravesó la portería y creó un pequeño cráter en el suelo. En tanto, Kido observaba aliviado, pero más que nada, orgulloso.
—Bien Goenji, lo lograste—dijo el estratega sonriendo pero manteniendo un tono algo serio, aunque por dentro se moría (por alguna razón) de la emoción.
Goenji estaba arrodillado y agitado. Gotas de sudor marcaban la cancha.
—Gracias, Kido—Goenji le dedicó una sonrisa. Trató de levantarse, pero con su cuerpo tan cansado después de tantas horas de entrenar, sólo pudo caer al suelo.
—¡Go…Goenji!—gritó asustado Kido, sujetando a su compañero en brazos.
Goenji se sorprendió. Kido era un buen amigo, pero pocas veces lo había notado tan preocupado.
—No…no hay problema. Sé que estaré bien…—respondió el pelicrema con cierta dificultad. Intentó moverse pero el mediocampista se lo impidió, lo que sorprendió aún más al delantero.
—Goenji, no creo que puedas caminar así.
El aludido intentó contestar, sin embargó el dolor y el cansancio se apoderaban de su cuerpo y no pudo articular palabra. Además, no podía ignorar la calidez de los brazos de Kido.
—¡Goenji!¡Despierta Goenji!— gritaba el mediocampista, mas era inútil. El delantero sentía pesados los párpados y en un momento, todo se volvió negro.
Abrió lentamente los ojos. Todo empezaba a cobrar forma. Estaba en una habitación… que casualmente no era la suya.
—Es bueno verte despertar
Goenji volteó a mirar al dueño de esa voz, Yuuto Kido. Éste se encontraba sentado en una silla a lado de la cama donde estaba Goenji.
—Ki…do, ¿esta es tu habitación?
Kido asintió.
—¿Y has estado… todo el tiempo junto a mí?— preguntó Goenji notoriamente sonrojado.
El estratega sólo desvió la mirada.
—No… no exactamente. No he estado aquí todo el tiempo, y no ha pasado demasiado desde que quedaste inconsciente.
"Rayos, no me gusta mentirle—pensó Kido—, pero, ¿qué más podía hacer?¿Decirle que no pude separarme de él ni un mísero segundo porque luce demasiado lindo dormido? Claro que no"
Kido tosió un poco ante el incómodo silencio que se había formado. En ese momento, sonó el celular de Goenji.
—¿Diga?— contestó el delantero.
Kido notaba la creciente preocupación en el rostro del pelicrema en tanto avanzaba la conversación. Apenas colgó, el delantero trató (lastimosamente) de levantarse lo más rápido posible.
—Muchas gracias Kido, pero tengo que retirarme.
—¡Espera, aún estás muy débil! Al menos dime, ¿qué fue lo que sucedió?
Goenji dio un suspiro y entrecerró duramente los ojos.
—Es...sobre mi hermana Yuuka. Era su doctor. Hace ya algo de tiempo que ella salió de su coma, sin embargo, eso dejó secuelas en su salud. Al parecer, hoy decayó, mis padres están fuera y… ¡no puedo permitir que esté sola!
Al decir esto último intentó levantarse de nuevo, sólo para darse cuenta de que tenía lastimada la pierna izquierda. Sin embargo, ésta ya se encontraba vendada, lo que enterneció a Goenji.
—Kido, ¿acaso tú…?
—Sí, no podía, dejarte así.
Por milésima vez en el día, Kido necesitaba disimular su sonrojo.
—Goenji, sé lo mucho que significa Yuuka para ti, y que quieres estar con ella… pero ahora estás…
—Lo sé, ¡lo sé!. Pero no pudo quedarme aquí.
El delantero no pudo ni dar un paso sin caer de nuevo en la cama de Kido, de nuevo inconsciente.
Al de goggles no le sorprendió que Goenji decayera, apenas y había dormido. El estratega no se lo explicaba. Si alguien sabía el valor de una hermana menor y lo que significaba estar con ella, ese era Kido. Éste miró a Goenji con ternura y compasión, comprendiendo la preocupación que su amigo sentía. Dejó de observar al delantero y salió de la habitación con una mirada de determinación.
La luz de la mañana incomodaba a Goenji, quien terminó por despertar. Se sentía mucho mejor ahora que había descansado.
—Yuuka…¡Yuuka!— el delantero se sobresaltó al recordar su compromiso. Salió rápidamente rumbo al hospital. Quería despedirse de Kido y agradecerle una vez más pero tenía que estar con Yuuka.
Después de un rato al fin pudo llegar al cuarto de su hermana. Estaba bastante agitado y cansado ya que no se había recuperado del todo.
Apenas abrió la puerta, vio una escena que lo paralizó Yuuka se encontraba plácidamente dormida. Había indicaciones de que ya se encontraba estable y se veía fuera de peligro, lo que tranquilizó a Goenji. Lo interesante era quién se encontraba a lado de la linda niña.
Sentado y con el gesto algo cansado. Tenía los brazos cruzados y recargaba ligeramente su cabeza hacia un lado.
"Yuuto Kido… quién diría que eras tan adorable dormido".
Yuuto Kido estaba allí, velando por la pequeña y muy querida hermana del delantero. Si eso no demostraba lo mucho que a Kido le importaba (y amaba) Shuuya Goenji, ¿qué podía hacerlo?
Cuando pudo recobrarse de la sorpresa, Goenji se acercó al estratega, quedando en cuclillas, mirando directamente el rostro inclinado de Kido. Goenji no podía apartar su vista.
Sólo contemplándolo, sólo agradeciéndole, sólo amándolo…