Buenas! Hacía como mil siglos que no pasaba por aquí XD. Bueno, vi DuRaRaRa! y simplemente me enamoré de ella *o* Así que como buena fan, no podía evitar hacer varios fics. Este en concreto es el regalo de cumpleaños de una amiga, que es fan de la pareja Shizaya. No es mi favorita, pero me gusta bastante ^^. Espero que le guste, aunque su cumpleaños fuera en octubre...
Título: Your love is my drug. Sí, es una canción de Ke$ha. Me lo sugirió un amigo cuando estaba desesperada por no saber qué poner XD
Parejas/Pairings: Shizaya (ShizuoxIzaya o IzayaxShizuo, como prefiráis ^^), ShizuoXOOC, y... menciones a Izanami (IzayaxNamie), porque adoro a esa pareja, no puedo evitarlo
Avisos: la historia es M, básicamente por el capítulo 1 (el siguiente). Contiene yaoi (chicoxchico) así que si no te gusta, no lo leas, yo no te voy a amenazar con una navaja (?) ni con una señal de tráfico (?)
Descargo de responsabilidad (?): DuRaRaRa! No me pretenece, porque en ese caso... *empieza a imaginarse qué haría y se desangra* Haría sufrir más a los personajes XD, y por supuesto, Saki no seguiría ahí (no puedo evitarlo, me cae mal xD). No me pertenecen tampoco los personajes de Izaya, Shizuo, Namie, etc. Sólo Amanda es mía, que por algo es una OOC...
Ah, aviso, soy leista, así que si veis algún "le" por ahí en vez de "lo", es por eso, aunque intento evitarlo... No se considera falta de ortografía, de todas formas XD
Espero que os guste. las críticas constructivas siempre son bienvenidas ^^
Prólogo
Izaya clavó con fuerza su navaja en la superficie rugosa y desigual de la mesa, imaginando por unos breves instantes que la madera no era eso, madera, sino la piel blanca, suave y perfecta de cierto individuo vestido de camarero.
Cuánto lo odiaba… ahora incluso más que antes, antes de que su juego diario del gato y le ratón desembocara en algo mucho más intenso, más satisfactorio, más… salvaje. Y también más adictivo. Ahora el odio llenaba por completo todos los rincones de su cuerpo; seguramente sería capaz de matar en el acto a cualquiera que se atreviera a decir su nombre delante de él.
Pero no había sólo odio en su interior. También furia. Cada vez que se permitía pensar en lo ocurrido durante aquellos meses, lágrimas de rabia se asomaban a sus ojos, a pesar de que siempre las secaba, antes de que comenzaran a lamerle las mejillas. Y también impotencia. Porque no sabía que había hecho mal para terminar como estaba entonces: completamente desolado, habiendo sido abandonado por la persona que más quería.
Izaya Orihara deseaba morirse en aquel mismo instante. Pero también deseaba matar, para desahogarse de alguna manera. Quería olvidarse de todo. Pero necesitaba recordar. Tenía ganas de gritarle al cielo, a quien le hacía sentirse así, y a la vez maldecirse a sí mismo por ser tan estúpido, por haber dejado que las cosas hubieran llegado a ese punto. Tendría que haber previsto que todo acabaría mal, tendría que haberse detenido antes de que fuera tarde. Antes de que hubiera alcanzado el punto de no poder vivir sin él. Sólo la presencia de cierta persona a su lado había atenuado ligeramente su sufrimiento, haciendo que fuera un poco más soportable.
Suspiró, sacando la hoja incrustada en la madera. Pequeñas virutas marrones salpicaron la superficie de la mesa. Echaba de menos los días en los que todo era sencillo, en los que ellos se limitaban únicamente a odiarse, a intentar matar al otro. Sí, las cosas habían sido mucho más simples entonces. Ojalá pudiera volver atrás, a los tiempos de huir de alguna señal de tráfico que volase por los aires sin control aparente, de escuchar aquella voz fuera de sí gritando su nombre. Por supuesto, de retornar al pasado, perdería el recuerdo de tantas (caricias), de tantas noches… y sin embargo, tal vez sería mejor; al menos no se sentiría de aquella dolorosa manera.
Furioso con el mundo.
Furioso consigo mismo.
Pero sobre todo, furioso con Shizuo Heiwajima.
¿Por qué las cosas habían transcurrido así? ¿Por qué habían dejado atrás todas sus rivalidades, su enemistad, para sustituirlos por otro sentimiento bien distinto? Y, lo más importante… ¿por qué Shizuo se había tenido que enamorar de otra persona?
No importaba. Ya no. Había logrado alcanzar el Cielo, el paraíso, y después arrebatado, expulsado del mismo. Tenía grabados a fuego en la piel sus besos, sus caricias… Su mente se acordaba con perfecta exactitud el primer día en el que se habían dado cuenta de que entre ellos había algo más. Izaya cerró los ojos, respirando hondo. No podía evitarlo. Cada vez que se sentía tan desesperado, aquel maldito recuerdo parecía surgir de la nada en su mente, sin que él pudiera hacer algo por frenarlo o evitarlo. Simplemente le atacaba a traición, intentando consolarlo. Y sí, lo consolaba, pero cuando volvía de nuevo a la realidad, el dolor era aún más intenso que antes. Era consciente de que en algún momento no podría aguantarlo, sin embargo, mientras pudiera hacerlo, mientras pudiera mantener a Shizuo a su lado, aunque fuera tan sólo en un recuerdo… ¿Qué importaba el sufrimiento?
Se reclinó en su silla, sin abrir los ojos, y dejó que éste le invadiera por completo…
Más OOC no puede ser el pobre Izaya xD. Lo siento por eso, pero no puedo evitarlo...
Bueno, este ha sido corto, porque es el prólogo. El siguiente será más largo, porque no soy fan de los capítulos cortos... Intentaré subir lo más deprisa que pueda, según vaya escribiendo los capítulos, pero ya sabéis, las reviews agilizan la escritura. ;-P