Primeras.

Por Sve.

I: Primera Sonrisa.

El día que Sebastian Michaelis vio por primera vez a Ciel Phantomhive, lágrimas habían humedecido su rostro, pero ninguna salía de sus ojos. Había estado llorando, sin dudas, pero ya no lo hacía, era un alma fuerte.

Los días pasaron y el demonio ya tenía un nombre, y un apellido, un amo y algunos subordinados, casi como en su hogar.

Su amo le delegaba quehaceres pobres y aburridos, sólo utilizándolo con potencial cuando así lo deseaba. No le prestaba atención, aunque sin él no podía ser quien era. Su amo era un niño y un hipócrita, casi como en su hogar.

Sólo con una diferencia.

En el Infierno todos reían, las carcajadas eran eternas, y sinceras, porque nadie reía falsamente, disfrutaban de lo que hacían y así lo demostraban. Pero en este lugar, una persona no sonreía, no sinceramente.

Ciel Phantomhive no sonreía.

Se dio cuenta cuando no había nada que realmente le diera satisfacción. Comía los mejores pasteles, pero el sabor no le daba gozo. Vivía al lado de su prometida, pero no sonreía para ella. Tenía una tía que lo adoraba, realmente esa mujer extraña y de alma destrozada guardaba afecto, amor por un niño, y él no respondía ante nada.

Pero no se mentía, simplemente no sonreía, porque no quería hacerlo, porque nada se lo provocaba.

Dijo él conde mismo ante la interrogación del demonio: "No puedo sonreír cuando mis padres no están y se han robado todo lo que hay en mí."

Para Ciel Phantomhive, su cuerpo, su ser, carecía de alma.

Aunque era obvio, que Ciel se equivocaba, y que mentía.

El alma más perfecta se ocultaba en su interior.

Si había un motivo por el cual un niño de diez años no podía sonreír, sin dudas, no era por lo que éste había dicho. Oh no, el joven conde no sonreía, porque conocía su destino, porque el demonio disfrutaría viendo su trabajo bien hecho.

¡Pero cómo se equivocaba!

Sólo así su alma era deliciosa.

Él era un sin alma, un descorazonado, carecía de sentimientos humanos, pero este niño tenía era el alma que él deseaba más allá de todo impulso; era lógico que tuviera cierto agrado por el cuerpo mortal de su alma.

También, era lógico, que se preocupara por él. Corrompida como estaba, era perfecta, no podía hacerla cambiar, jamás.

Por eso Ciel Phantomhive no podía sonreír.

Aunque lo quisiera. Aunque se mintiera y eso sólo amargara al demonio.

Los humanos se equivocaban tanto.

No podía sonreír.

Por eso, desde aquella pregunta sólo alguien disfrutaría.

Sebastian Michaelis, demonio, mayordomo, sería quién sonreiría por los dos.

.:*:.

Notas de Autor: Esto apesta, pero como tengo todo planeado y más capítulos escritos, es lógico que lo publique y lo siga publicando.

Ok, sé que muchos dirán que es un recurso muy utilizando y sí, lo es, la verdad es que no pretendo originalidad, de hecho creo haber leído un "First" sobre Ciel en inglés. De todos modos, los "Primeras" se pueden encontrar en casi todos los fandoms y realmente me gustan la mayoría.

Por supuesto, esto va a tener yaoi y va a tener muchas cosas crack y mucho fluff y muchas cosas locas.

Este primero es sólo una prueba, pero como han de saber voy a publicar rápido porque los capítulos son cortos y en diez minutos los escribo, por lo cual me encantaría recibir reviews rápido! Sí, no los exijo, pero sé que siempre alguien los deja por lo cual me gustaría verlos así puedo contestar a todos antes del "siguiente capítulo".

Estos "Primeros" van de la mano y se pueden relacionar el uno con el otro, no duden sobre eso, aunque carece de relación con mis otras historias.

Gloria sigue! Y Perpetuo Blanco también! No dejé nada al azar, solamente tardo.

Notas Personales: Varios me enviaron mensajes preguntándome sobre un modo de contacto, disculpen que sea un desastre pero la realidad es que tengo msn aunque no lo uso mucho! Pero sí se pueden comunicar conmigo a través de mi cuenta de Twitter y Facebook: (at)xxSve en twitter y Sve Heap en Facebook n.n