EPILOGO
Aquella noche nunca parecía acabar para los Cullen y los Cronwell, hay… sumidos en la desesperación de saber lo que estaba pasando, Alice Cullen se hallaba sentada junto a Jasper, quien con su poder trataba de calmar la situación, pero todo era en vano.
Los dos clanes se habían mantenido expectantes a lo que sucedía con Bella en el piso de arriba, pero ninguno de los tres vampiros que acompañaba a Isabella parecía tener las intenciones de bajar.
-¿Qué está pasando allá arriba?- había inquirido nerviosa Alice mientras se estrujaba el rostro con las manos.
-Todo va a estar bien Alice- la calmó Jasper; pronto sintieron unos pasos aproximarse e instintivamente todos los siguieron con la vista, aunque ya supieran de quienes se trataban.
-Carlisle… ¿qué es lo qué pasa?- Esme había llegado a velocidad vampírica junto a su esposo.
-Bella está bien- aclaró.
-¿Qué fue todo eso Carlisle?- preguntó Rosalie nerviosa; Carlisle la miró por un segundo y le hice un ademán a Eric para que lo explicara.
-Los bebés que son engendrados por las mujeres de nuestra especie…-comenzó –están resguardados por una cubierta fuerte en el vientre materno, lo que impide que el bebé sea visto por ultrasonidos; al momento de dar a luz, está cubierta se rompe y toda la sangre drena, pero en el caso de Bella, esto sucedió antes de tiempo- explicó aquel vampiro.
-No lo entiendo… ¿qué ha pasado con el bebé?- preguntó Tanya de la mano de Damon.
-Bella y el bebé están bien, lo único que se vió afectado ha sido la cubierta que lo resguardaba- explicó.
-¿qué va a pasar con ella?- dijo Esme.
-Estarán bien, salvo que su embarazo será normal, no tendrá ningún tipo de beneficio vampírico, por el contrario, el bebé pedirá más sangre- aclaró Carlisle.
Todo aquello había significado para ambos clanes un respiro, todo estaría bien… o al menos eso esperaban.
Después de saber lo que ocurría con Isabella, Katherine y Bree salieron de la casa hacia el bosque.
-Katherine- llamó Jaydeen llegando a ella a velocidad vampírica.
-Yo los dejo solos- Bree caminó hacia el lago que estaba detrás de la casa Cullen.
-¿De qué quieres hablarme?- preguntó la vampiresa.
-Quería agradecerte lo que hiciste por mi hermana-
-No tienes que agradecer- Katherine empezó a caminar.
-Te equivocas- la tomó del brazo y la acercó más a él; apenas aquel roce significaba tanto para ella, era como si una esperanza se abriera paso entre ellos, una única esperanza, pero en ese momento lo recordó…
*Flash Back*
Fue el peor momento para ella, debía tomar una decisión y lo había hecho, era su hermana por sobre todas las cosas, y no aquella que dañó su vida y para la que siempre había estado, sino aquella a la que hirió y a la que en verdad quiere.
Se había aproximado a ella cuando pretendía dar su estocada final, y con aquella ira le había gritado que parara, su hermana había parecido sorprenderse, y apenas dándose cuenta de la verdad se abalanzó sobre ella; una lucha campal se había abierto paso, pero Katherine no estaba dispuesta a perder; con una gracias solo característica de ella lograba esquivar los golpes de Victoria, pero la pelirroja con rapidez impresionante pisaba sus talones en cada movimiento que hacía.
De un momento a otro Katherine ya no pisaba suelo, Victoria había logrado atraparla y con una mano la levantaba mientras la miraba con odio; Katherine estiró su brazo y logró agarrarla, mientras que en un cambio de posición, era Victoria la que estaba en peligro, con una agilidad increíble, Katherine la soltó y se posicionó tras ella, acercó sus colmillos al cuello de su hermana y como si de nada se tratase… acabo con ella.
*Fin del Flash Back*
-¿Pasa algo?- Jaydeen se preocupó.
-No pasa nada-
-Cometí un error… al no escucharte-
-No tienes la culpa... el error fue mio-
-No, fui yo el que te quise eliminar de mi vida…-
-Ya no más- cortó Katherine –no quiero oírlo- susurró mientras una lágrima bajaba por su mejilla.
-¿pero sabes?- continuó el vampiro- no pude… ¿sabes por qué?- le preguntó -¿lo sabes?-
-No- murmuró cabizbaja.
-Porque te amo- levantó con sus manos el rostro de Katherine mientras con un beso sellaba la veracidad de sus palabras.
-No sabes cuánto esperé por qué dijeras eso- dijo en su boca.
-Te amo… te amo… te amo- repitió mientras la hacía girar.
-Yo también a ti Jaydeen… yo a ti- acarició su pelo.
1 año después.
La boda había sido hermosa, una boda doble como había sido planeada; Bella y Tanya con sus vestidos blancos y ornamentados, mientras que Edward y Damon, ambos vestidos de traje habían esperado a sus novias en el altar.
Samantha se había sentado junto a Jacob y su hijo Taylor, mientras cargaba a su pequeña René, Rosalie, en el asiento continuo, cargaba a la pequeña Renesme, ambas niñas habían nacido el mismo día, mantenían un parecido impresionante, se volvía difícil diferenciarlas, salvo porque Renesme tenía un pequeño lunar en su cuello, casi invisible al ojo humano, se podría decir que eran gemelas.
-Ya nos vamos- Bella miró con tristeza a su bebé.
-Todo estará bien- le insistió Rosalie.
-Vayan tranquilos- Carlisle le sonrió a los chicos.
-Gracias a todos- Bella se le fue encima a Esme y a Angélica –fue la mejor boda que pudimos haber tenido- miró a Nicole y a Alice.
-Ve tranquila hermana-
-Gracias Stefan- le sonrió antes de despedirse de su pequeña y de su familia.
Las parejas sabían tomado rumbos diferentes, Damon y Tanya irían a Europa, mientras que Bella y Edward se marcharía a Suramérica, a una isla en Brasil.
-¿Estás bien?- le preguntó el vampiro a Bella en el avión.
-estoy preocupada Edward- admitió.
-¿Qué pasa?-
-Tengo un mal presentimiento-
-Todo va estar bien- la abrazó.
-Te amo- susurró.
-Y yo a ti- buscó sus labios mientras se fundían en un beso, como si este fuera el último de sus días, como si su mundo no fuera eterno, sellando así el inicio de su primer y último día de felicidad, sellando con un beso el pacto eterno por su amor... un amor inmortal.
-FIN -