PARTE VIII "¿Este es el Final?"

El juego del "Rutshi" había comenzado tras el ronco y siniestro grito de la abuela Ishida, tanto los ladrones, como los policías, comenzaron a corretearse sin sentido, al parecer los mentados planes se habían ido al caño. Yamato aún seguía rojo por la vergüenza de la porra, le indignaba que dicho invento para dar ánimos dijera "Somos los gatitos, de Yama-san...", pero bueno, trataba de concentrarse mientras Taichi lo perseguía alocadamente.

Koushiro se puso a ver que los perros policías tenían una estrategia, al parecer cada perseguidor tenía a sus presas, por ejemplo, él era una de las víctimas de Takeru.

- ¡Mimi, cuídate de Sora! – avisó – tú también Iori – se había dado cuenta de que la Takenouchi no perseguía a nadie más, por otra parte, el resto del equipo comprendió el mensaje y captó a sus atacantes.

Miyako y Jyou resguardaban la base con pereza, y como los ladrones no se habían ni acercado estaban tomándose la situación a la ligera. Ken los protegía con más ánimo, aunque la gripe lo limitaba mucho, cada vez le dolía más la cabeza y extrañamente su estómago había comenzado a hacer unos ruidos inesperados, claro que trató de restarle importancia a su **mal**, la abuela Ishida tenía razón al decir que la Justicia era primero, y si él quería ser policía, debía crecer por medio de juegos que le permitieran aprender cosas nuevas.

- ¡Rutshi! – gritó Sora al tocar a Mimi, quien estuvo a punto de golpear a su atacante.

- Tranquila, Mimi. – rió Sora – Ahora no puedes moverte, jajajajajaja.

- ¡Maldita, ya verás cuando el príncipe ladrón me salve, te haré pagar todas las que me hiciste!.

- Sí, sí, lo que digas,... eso sí, te recomiendo que te saques esos globos con agua, no vaya a ser que te vuelvas a mojar, jajajaja.

Mimi tocó su pecho con indignación "¿Será que se nota la diferencia?, ¿Qué tal si los relleno de harina?... en fin"

- ¡Príncipe ladrón, sálvame!

Pero el príncipe ladrón estaba lejos de pretender ayudarla, Taichi lo perseguía frenéticamente.

- ¡Ah, Yamato, siempre fui más veloz que tú! – decía el mayor de los Yagami con presunción.

Yamato sonrió con desgane y apuntó hacia cierta dirección.

- ¡Mira, la francesa Catherine vino de visita! – mintió.

Y Taichi, recordando a la niña de rizos dorados, volteó bobamente con ilusión de verla.

- ¿Qué?, ¿Dónde?... un momento, ¡No está! – regresó su vista al darse cuenta del engaño, Yamato estaba muy lejos.

- ¡Ah, Taichi, siempre seré más listo que tú! - retó el rubio.

Daisuke avanzó hasta el frente y comenzó a realizar gestos extraños y dignos de un payaso. Taichi sonrió pensando en que podría atrapar primero al ingenuo de su casi clon.

- ¡Huye, Daisuke, nada más te puede perseguir Taichi! – avisó el gato soplón, Koushiro.

- ¡Rutshi! – gritó Takeru al tocarlo – Vaya, por andar ayudando a otros te olvidaste de ti mismo, Koushiro, ya no puedes moverte. Esto me gusta, el básquetbol me ha ayudado a volverme rápido, ¡genial!, ¡Voy a ganar este juego!.

Takaishi se retiró para buscar a Hikari, Iori salió desde su escondite y tocó de vuelta a Koushiro, "Rutshi" dijo /con eso lo desencantó/, el pelirrojo le agradeció con una sonrisa, volvía a ser libre.

- Muy bien Iori, regresa al escondite, ¡Eres nuestra arma secreta!

- ¡Ajá!, allá está Iori, sabía que no tardaría en hallarte – gritó Sora – Me vengaré por el suceso de las hormigas.

- ¡Huyamos! – propuso Hida a Izumi.

- ¿Qué nadie puede ayudarme?, ¡Qué injustos! ¡príncipe ladrón, fugitivo necio, sálvenme! – gritó Mimi.

Hikari pasó cerca, era perseguida por Takeru, la tocó y dijo "Rutshi", Mimí sonrió "Mi hada madrina" debió haber pesando, pero no abrió su boca. Cuando se dispuso a huir, Takeru, que siguiendo la ruta de Hikari se la halló, volvió a encantarla.

- Supongo que hoy no es tu día de suerte, ¿Verdad, Mimi?

- ¡Buaaaaa! – chilló ésta, notando que el brusco de Takaishi había vuelto a reventar sus globos al tentarla gritando Rutshi - ¡Eres un animal, Takeru!

- Pero racional – defendió Miyako desde atrás.

"Si seguimos con este ritmo nos van a vencer... Mimi está inmovilizada, Sora persigue a Iori y Koushiro; Takeru a Hikari; Taichi a mí, y Yamato trata de burlar a Ken... ¡Esto es muy complicado!, debemos vencer esa defensa o el ataque nos va a apachurrar" pensó Daisuke, sin darse cuenta de que Taichi estaba mucho más cerca, debido en gran parte a las enormes zancadas que daba.

Taichi lo agarró por la camiseta "¡Rutshi!" gritó, pero Daisuke siguió corriendo como burro sin mecate.

- ¡Abuela, mire, es un tramposo su Daisukito! – la abuela parecía más entretenida mirando la naturaleza que el juego, seguía mostrando esa sonrisa sin sentido, y cargando con entusiasmo el frasquito con purgantes.

- ¡Claro que no, supuestamente debes tocarme a mí, y no a mi ropa! – aclaró Motomiya, riendo como bobo.

- ¡Pero sí te toqué!

- Uy, sí, ahora me vas a salir con que me abrazaste y todo eso, pervertido.

- ¡Daisuke, no colmes mi paciencia!

- ¿Qué, acaso no puedes alcanzarme bien, Taichi?

- ¡Te lo advertí!

- Ay, qué miedo... mira como estoy temblando.

- ¡Tramposo!

- Para que veas lo que se siente.

Los "amigos"-enemigos discutían mientras seguían persiguiéndose, Yamato sonreía escondido tras una maceta gigante "Excelente trabajo, Daisuke... tengo que buscar la manera de burlar a Ken... cosa que se me facilitará, ya que se ve decaído".

En tanto, Takeru estaba por atrapar a Hikari, definitivamente el chico rubio tenía mucha más resistencia que la canela Yagami. Hikari trataba de huir, pero muy pronto se vio acorralada por su atacante. Primero intentó sonreírle con coquetería para ver si su mejor amigo se ruborizaba y la perdonaba, pero Takeru no le prestó la atención merecida. Entonces la niña se enojó, nunca usaba ese tipo de tácticas (propias de la princesa llorona y la seductora), y cuando las usaba, no funcionaban. Su ira subió al cerebro e ideó un plan macabro.

- ¡Ahhhhhhhh!, ¡no puedo, no puedo! – Hikari comenzó a fingir que se agitaba y no podía respirar – necesito... oxígeno.

Anunció dejándose caer al suelo.

- ¡Hikari!, ¿Qué tienes?, ¡Por Dios! – dijo Takeru, con notable preocupación, se agachó hasta ella con intenciones de tocarle la frente, pero Hikari gritó más.

- ¡No me toques... no te aproveches de mi mal!

Taichi dejó de perseguir a Daisuke y corrió hacia su hermanita.

- ¡Takeru, ¿Qué le hiciste?!

- Nada, Taichi... pero comenzó a sentirse mal.

- Hermano, no te acerques... No puedo, respirar... oxígeno, por favor.

Hikari estaba armando un show sorprendentemente creíble, ya que como anteriormente era muy enfermiza, nadie le puso un pero o se dio cuenta del engaño. Koushiro reaccionó que era un juego de su amiga para librarse de ser atrapada y se dispuso a ayudarla.

Se acercó y la levantó.

- Gracias, Koushiro.

- De nada, Hikari.

- ¿Por qué él si puede ayudarte?

- Porque... – y entonces los chicos comenzaron a correr – ¡porque Koushiro es un ladrón! .

Hikari huyó muy rápido y se libró de estar acorralada. A Takeru le dolió mucho ser engañado por la niña de la Luz, sonrió con tristeza.

- Ni hablar, somos de bandos distintos, ¡Juro que los atraparé! – gritó retomando su correr, Taichi aún seguía muy asombrado "¡No puedo creerlo, ¿Qué le han hecho esos rateros a mi linda hermanita?, ¡le han enseñado a mentir!... ¡no los perdonaré!"

- Taichi, ¿En qué estás pensando?, ¡Ve por tus presas! – insistió Sora, que pasó cerca.

Daisuke y Yamato estaban rodeando a Ken, buscando la mejor manera de hacerlo tonto y pasar directo a la base, donde Jyou y Miyako jugaban a chocar las manos de forma graciosa (supongo que conocen esos juegos, ¿no?), al parecer los dos anteojudos de los digielegidos no tenían mucha acción. Mimi seguía pidiendo ayuda, y seguía sin recibirla. Por su parte Koushiro y Hikari eran perseguidos por un Takeru más desanimado pero igual de rápido. Iori huía de Sora, y ésta, trataba de hacer reaccionar a Taichi.

- ¡Hey, dejen de marearme! – insistió Ken, moviendo los ojos como camaleón enjaulado, los felinos rateros corrían en direcciones diferentes y, efectivamente, lo estaban atarantando. Su cara se puso verde combinada con morada, su cabeza estaba que estallaba y sus movimientos torpes se embrutecieron más - ... ayuda... – susurró casi desfalleciéndose.

"Demonios, van a burlar a Ken... ¡JA!, y eso que se cree todo un policía, es un irresponsable" pensó el irracional de Taichi, corriendo hacia sus presas "pero por supuesto que el gran Taichi lo resolverá todo... ¿Por qué seré tan genial?"

- ¡Taichi!, ¡Cuidado! – avisó Miyako, pero su "jefe" no hizo caso y se estampó brutalmente contra Mimi, que no podía moverse.

- ¡BUAAAAAA! – chilló esta, al sentir el cuerpo de Taichi sobre ella, pesaba mucho... claro que podía cambiar la interpretación, Taichi podía ser un bestia bien animal, pero no estaba tan feo.. de hecho, y estando tan cerca, le pareció guapo.

- ¡Abuela, usted es la réferi, haga una pausa para ayudar a nuestro compañero que está desmayado! – pidió Sora, pero la Sra. Kyoko no parecía tener intenciones de detener el "partido".

- ¡Niños, ¿Cuándo han visto que la Justicia se detenga por accidentes laborales?! – había gritado, siguiendo con su observación sin sentido de la atmósfera natural.

- El día que haya justicia me pondré a investigarla – musitó Iori, muy contrariado.

Miró hacia atrás, extrañamente, y al ver a Sora tras él, sintió ganas de golpear a la pelirroja impertinente que no lo dejaba ni respirar, claro que él, como era TODO un caballerito, no podía darse esos lujos. Sus pensamientos malévolos también lo entretuvieron, y cuando volvió a mirar hacia enfrente, se picó el ojo con la punta de la hoja picuda de una mata.

- ¡AUCH! – se quejó - ¡Mi ojo, me piqué el ojo!

- Jajajajaja – rió Sora – yo no caigo en trampas de ladronzuelos, ¡No me engañas!

- ¡Pero si no es mentira! – suplicó Iori.

- ¡Te tengo! – anunció Takenouchi - ¡Rutshi!

Acto seguido Iori, con la impotencia de su parte, comenzó a llorar por el ojo sano, y al quitar su mano de su otro órgano, observó un poco de sangre.

- ¡Rayos....! estoy sangrando, y no puedo moverme.

Sora lo ignoró, se dispuso a ayudar a Takeru, que por lo visto, no sabía hacer tan bien su trabajo como ella. Afortunadamente el niño Hida se había herido el párpado, y no el ojo.

La cancha de combate era un desastre. Taichi había perdido el sentido tras su choque y Mimi parecía muy conforme con tenerlo encima (aunque, mejor no piensen mal), la pobrecilla estaba pagando caro su "gozo", ya que casi no podía respirar. Daisuke y Yamato estaban a punto de hacer caer a Ken, mientras que Sora y Takeru, perseguían a más víctimas.

"No sé que me pasa" reflexionó Koushiro "Mi estómago... está haciendo ruidos anormales. La última vez que me pasó esto, fue en casa de Taichi, por los jugos raros de su madre. ¡No, no quiero ni imaginar que me pasara ahora algo parecido!, ¡Diujjj!"

- ¡Rutshi! – oyó decir, entre Sora y Takeru habían cazado a Hikari Yagami, quien estuvo a punto de iniciar otro ataque falso de asma, pero se contuvo porque era lista y consideró que no le creerían.

- ¡Lo siento, equipo! – había dicho con pesadez notoria.

Nadie podía ayudarla, Koushiro siguió huyendo de los atacantes.

"Mmmm, tengo un excelente plan para hacer caer a Koushiro; sólo tengo que ponerle una trampa" pensó Sora, al parecer Taichi le había "transferido" los planes malignos.

- ¡Ohh, mira Koushiro, la abuela dejó caer a tu laptop! – exclamó con falsedad notable.

- ¡Sora, no te va a creer si usas ironía! – regañó Takeru, en efecto, Izumi no les creyó.

Sin embargo el dos contra uno era una desventaja.

Las agujetas de los tenis del niño genio estaban volando por el aire y chocando con la tierra (en pocas palabras: desamarradas o desatadas). Los perseguidores lo notaron, y se miraron como cómplices malévolos. "jejeje" rió Takaishi. "jijiji" complementó Sora.

La chica hizo su máximo esfuerzo por alcanzar al pelirrojo, ya estaba muy cansada pero sacaba fuerzas de la nada como buena deportista, aunque, claro está que el ladroncito dueño de la computadora estaba más exhausto, generalmente hacía menos ejercicio. En fin... el caso es que Sora, que casi tocaba a Izumi, estiró su pierna hasta aplastar la cuerda "amarra-zapatos" . la agujeta quedó atrapada bajo la suela del zapato de la mujercita de 15, y Koushiro, ya no pudo seguir corriendo (de hecho, se tropezó, Sora casi se cae junto a él por fuerzas físicas) .

- ¡Rutshi! – gritó Takeru, al tocar a Izumi - ¡Ea!, vamos a ganar, nada más quedan dos... ¡Vamos Sora!

- ¡Sí, Compañero de la Esperanza!.

Koushiro se puso de pie con una sonrisota enorme que iluminaba sus oscuros ojos. Cuando Sora quiso correr, cayó al suelo bestialmente, así que Takeru la pasó de largo.

- ¿Qué demonios pasa? – preguntó confundida.

Izumi se hincó a su lado, y con un cinismo otra vez raro en él, apuntó hacia sus agujetas, que estaban unidas con un nudo ilegible a las de ella.

- ¡¿Cómo te atreviste a amarrarme a ti!? – gritó sobresaltándose - ¡jamás lo creí de ti!

- No sé porqué la gente te clasifica sin conocerte bien – dijo despistadamente, volviéndose a poner de pie - ¡Ah! Y no digas que es trampa, bien se dice por ahí que "En el amor y la guerra todo se vale"

Takenouchi entonces, y frenando su histeria trató inútilmente de desamarrar sus agujetas de las de su amigo del Conocimiento, nada daba resultado "¿Cómo las ató?, ¡No puedo desamarrarlas!"

Así que aunque Koushiro salió de la jugada, Sora también. Takeru apenas se había dado cuenta del atraso de su amiga, como estaba ganando, extrañamente se sentía en la gloria, hacía mucho que no se declaraba triunfador.

- ¡Yamato, Daisuke... Tengan mucho cuidado! – avisó Hikari, muy atenta a lo que pasaba. – allá va Takeru.

Yamato comenzó a desesperarse, tenían que arriesgarlo todo, ¡¡no podían seguir esperando!!, cada vez contaban con menos miembros en el equipo, por otra parte, rescatarlos era casi imposible.

Vio que su hermano venía amenazante.

- ¡Tenemos qué hacer algo, Daisuke!

- ¡Vamos hacia la base! – entonces bajó su voz al murmullo – Aprovechemos que Jyou y Miyako andan muy entretenidos con jueguitos estúpidos.

- Trataré de despistar a mi hermano y Ken, entonces tú aprovecharas.

- Ok.

Yamato comenzó a moverse de manera imprevista, sus pies se movían en zigzag, y Takeru comenzó a entretenerse con su hermano. Ken parecía ser atacado por un feroz virus de estornudos, ya llevaba 20 seguidos y no podía dejar toser. Daisuke, aprovechando la situación, se aventó con todo, corrió y corrió hasta casi llegar a la base. Jyou estaba dibujando en la tierra, pero ¿Y Miyako?, ¡bah!, qué importaba, sentía la victoria tan cercana que la presencia de la pelos lila no era indispensable. Estiró su mano, Kido seguía de despistado... y entonces, sólo entonces, Motomiya sintió una mano tocarlo: ¡RUTSHIII!, había gritado Miyakito, sonriendo como loca.

- Ja-ja-ja, no me tocaste, tocaste a mí ropa – insistió Daisuke, y siguió corriendo.

"Con que sí, ¿Eh?, ¡Ya verás si no te toco!". La anteojuda Inoue, agudizó su risa, se barrió en el suelo (casi como si se hubiera robado una base en béisbol) y alzó las manos, hasta tocar el short de Daisuke.

¡ZUMMMPL!

- ¡AHHHHHHH! – gritó el compañero de V-mon, al sentir que la malvada policía, había deslizado su ropa hasta desvestirlo. Sus "boxer" quedaron al aire, y la muchacha tocó su pierna.

- ¡Bingo!... es decir, ¡Rutshi!

- ¡Eres una degenerada, Miyako! – rezongó Daisuke.

- Oye, lo hice para que no salieras con tu pretexto de la ropa. Por cierto, deberías agradecérmelo, Hikari podrá verte y juzgarte.

- ¡Te juro que me las vas a pagar! – dijo hecho un tomate, viendo con pesar la cara que tenían todos al observarlo.

- Que juego tan interesante – había opinado la abuelita.

Daisuke se subió el short, y como fue tocado, quedó fuera de la jugada. Ahora todo dependía de Yamato, que era perseguido por Takeru.

La alergia de Ken había empeorado, el pobre traía su nariz roja de tanto evacuar líquidos y la boca seca; con el pesar de su conciencia se alejó un poco y se recargó en un árbol, ya no podía más. Jyou había desaparecido misteriosamente y nadie había caído en cuenta de eso, por lo que Miyako se dispuso a ayudar a Takeru, y comenzó a perseguir al último gato.

"¡La base, La base está libre!" pensó Yamato, al ver despejado el camino, "Es mi oportunidad". El rubio Ishida comenzó a ir con más velocidad, su intestino parecía rebelarse, pero él atribuyó eso a su nerviosismo, concluyendo con que aún era capaz de sentir admiración por cosas pequeñas, como este obsesivo juego.

Motomiya había visto despejado el sitio, pero como era muy imprudente, avisó como un gatito mal hablado:

- ¡Lero, lero, vamos a ganar!, ¡La base está solilla!

"Oh, no, ¿por qué el imbécil tenía que decirlo en voz alta?" pensó Yamato.

- ¡Miyako, ¿Y Jyou?!

- ¡Yo que sé!, ¡debería estar ahí!

- ¡Vamos, Yamato, tú puedes! – gritó Hikari.

Pasaron cerca de Iori, y éste, desesperado por el éxito de su equipo (más bien con que todo terminara para irse a curar su ojo) le metió el pie a Inoue e hizo que se cayera.

- Lo siento mucho, amiga – dijo sinceramente. A Miyako se le habían caído los lentes y Iori los había escondido para que ésta no siguiera corriendo. "Mi equipo ha sido más justo que los mismos defensores de la ley, mi deber es ayudar".

Y ahí estaba la última escena en cámara lenta. Yamato a punto de tocar la base, y Takeru a punto de alcanzarlo... pero antes de que alguno pudiera decir "Rutshi", hubo un grito diferente:

- ¡Altoooooo! – rugió Yamato, tocándose el estómago – No puedo... no puedo seguir. ¡Necesito un baño! – gritó histérico, cambiando drásticamente su camino.

Todos se quedaron asombrados.

"Parece que el ingrediente especial hizo el efecto" pensó la abuelita.

- Yo... yo... ¡También me largo al baño! – agregó Takeru, y también salió huyendo.

- ¡Oigan, ¿Qué mosco les picó?, ¿Qué les pasa? – reclamó Daisuke.

No sólo los hermanos Ishida/Takaishi se habían empezado a sentir mal, Los rugidos del la panza de Koushiro se habían intensificado.

- ¡Dios, me siento pésimo!, también necesito un baño – dijo mientras se agachaba a ayudarle a Sora a desamarrar el zapato.

- ¡Ya no puedo aguantar más!

- ¿De qué hablas, Sora?

- ¡Si no deshaces ese nudo, mi aparato digestivo no responderá!

- ¡Ayyy!, no me asustes... mira, no lograremos nada, ese nudo que hice está, por demás, imposible de deshacer. Yo tampoco respondo por mi cuerpo, ¡Corramos!

Y en un intento desesperado por evacuar lo que el purgante les había provocado, comenzaron a correr acompañados de caídas locas, pues no iban bien sincronizados (recordemos que estaban amarrados por los cordones).

- ¡No vamos a alcanzar a llegar! – gritaron en unísono.

- Si gustan otro baño, hay uno en el dojo – avisó la vengativa abuelita, que había sacado tiernamente de una canastita, estambre para tejer.

Hikari pasó cerca de ellos, pero a una velocidad mucho mayor "Pobres... si no fuera porque también necesito ir al baño, les aconsejaría que se quitaran lo zapatos, no hay duda de que en la desesperación los humanos no piensan bien".

- ¿Qué?, ¿Hikari, tú también nos abandonas? – insistió Daisuke.

- A lo primero que se debe de obedecer, es al cuerpo, Daisuke – informó Iori, tocándose el estómago con mucho miedo de no llegar a tiempo, ¡El debía ganarle el baño a Hikari!; nada de que las "damas" primero.

Ken estaba pálido y al parecer la mezcla de su resfriado, con la limpieza intestinal, no le había caído nada bien. Corrió hacia unos arbustos, tomando en cuenta que los baños estaban ocupados, ahí estaba Jyou Kido, haciendo no precisamente dibujos en la tierra.

- ¡Ahhh, lo siento! – se había disculpado.

- ¡Búscate tus propios arbolitos!

Ahora Ichijouji salió volando a otra parte, le pareció más digno esperar su turno en el baño. Mimi y Taichi también se habían puesto de pie, la princesita se quejaba de un olor desagradable y le había gritado a Taichi que estaba podrido por dentro, el chico Yagami se retiró avergonzado, y Tachikawa se había dirigido al baño reclamando que era su turno porque anteriormente lo había apartado, Miyako la siguió desesperadamente... en fin, el caso es que Daisuke Motomiya quedó inmóvil, frente a la base, sin poder hacer nada.

- No es posible, ¿Por qué se han ido todos?

"Ahora que recuerdo, Daisukito ya había comido antes de añadir el ingrediente especial, por eso sigue normal... bueno, eso puede ser una ventaja" pensó y luego dijo, dirigiéndose a nosotros, los espectadores omniscientes "Eso sí, no quiero que los lectores crean que soy malvada por lo que le hice a los niños, ante todo, yo, como adulta responsable, tenía que hacerles entender que con las tradiciones familiares no se juega... además, un lavado intestinal no les caerá mal, ¿Están de acuerdo conmigo?"

- Oiga abuela, ¿Qué se supone que pasará ahora?, si han abandonado el juego, ¿Quién gana?, ¿Los policías o los ladrones? – preguntó el ingenuo Motomiya.

La abuelita sonrió.

- Gana el que quede al último, Daisukito.

- ¿O sea que ha ganado mi equipo, los ladrones?, ¡Yo todavía sigo aquí!

- No, un equipo que abandona a su compañero no es digno del triunfo, por eso has ganado tú.

- ¿Yo?, ¿Sólo yo? – pensó confundido, pero le gustó la idea, ya que supuso que recibiría un premio mayor - ¡Es verdad!, los traicioneros de mi equipo salieron huyendo con los policías rebeldes, jeje, fui el único con cabeza para seguir...

- felicidades, Daisukito.

- Oiga abuela, ¿Verdad que por mi victoria usted me dará un premio?

- ¡Por supuesto que sí!, un chico tan perseverante merece un incentivo.

- ¡Sí! – gritó entusiasmado – y dígame, ¿Puede dármelo ya?, ¡Estoy ansioso!

- Claro que sí – dijo la señora Kyoko Ishida – Trae acá ese banquito verde que está tras ese pino. Sí, ese mero, ponlo frente a mí.

El moreno obedeció, "¿Acaso la abuela me hará sentarme ahí para darme mi premio?", el inocente se imaginó hasta un nombramiento, tipo "Yo os nombro Duque de no se qué, o Conde de no se dónde".

- Ahora, coloca este aparatito en el banquito, querido, necesitamos más altura – dijo dándole la pineapple de Koushiro.

"¿Más altura?, mmm, no entiendo"

La abuela se desnudó el pie y lo apoyó en el banquito, es decir, lo puso encima de la laptop. Daisuke sintió una gota de sudor correr por su cabeza, y vio un momento el pie de la abuela sobre la computadora "Si Koushiro ve esto, se infartaría" pensó.

- Entonces, aquí va tu premio.

Al chico le brillaron sus ojos chocolate.

- En vista de tu gran esfuerzo, serás premiado con el HONOR de poder darle un fresco MASAJE en los pies a tu abuelita consentida, o sea, YO.

- ¿Quééé?, ¿Quiere que le de masaje?, ¡Eso no puede ser un premio!, mejor no quiero ganar.

La abuela cogió su bastón y golpeó la cabeza de su nieto postizo.

- ¡Grosero!, te doy el premio, y no puedes negarte a recibirlo, anda, comienza con el masaje.

- ¡Esto no puede estar pasando! – dijo Daisuke con una gran lágrima en su ojo, mientras que con decepción se ponía, muy a su pesar, ha hacerle masaje en los pies a la abuela. "Como dice Taichi, los abuelos de Yamato y Takeru, están locos (;_;)"

En conclusión:

He aquí al único no-afectado por el purgante, he aquí al único que no está en busca de baños o arbustos, he aquí al ganador de "Rateros y Policías"... y, he aquí, al muchacho de todos los elegidos, que más está sufriendo.

F-I-N.

Incógnitas: El fic ha terminado, pero aún así habrán muchas preguntas inconclusas.- ¿Quién irá al baño más veces?, ¿Cómo fue que Taichi convenció a Sora de convertirse en la seductora?, ¿Sospecharían los niños de la venganza de la abuela?, ¿Sabrán lo del purgante?, ¿Sanará pronto Ken?, ¿Qué habrá pensado Hikari de ver en "boxers" a Daisuke?, ¿Sabrá Koushiro que su computadora es usada como cojín para el pie de la abuela?, ¿Daisuke sabe dar masajes?, ¿Volverían los niños el próximo verano?, ¿Se haría Taichi en su ropa interior mientras estaba desmayado?, ¿Se pondrá Mimi en su pecho, globos rellenos de harina?, pero sobre todo ¿Después de todo lo acontecido, clasificarían a su verano como aburrido?

"Era un verano aburrido, y se convirtió en divertido"

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Notas FINALES: Bueno, espero se hayan divertido mucho con este fic, siendo sincera no quedé muy conforme con el final, pero si seguía retardándolo, me iba a quedar peor. Los votos le dieron el gane a los ladrones, pero estuvieron muy parejos, sin embargo, pues ya se dieron cuenta de que la historia dio un pequeño giro y al final no ganó nadie (porque no creo que consideren a Daisuke como ganador, ¿verdad?). quedé conforme con el final después de todo, y dejo abierto el fanfic, de modo que tal vez, algún día, pueda hacer una pequeña secuela (incluso tal vez un epílogo).

Quiero saber todo lo que opinan, por favor, háganmelo saber, ¿Sí?. Estoy muy agradecida porque este escrito fue leído mucho más de lo que yo creí, ha sido lo más disparatado que he hecho, pero mi carrera en lo cómico continua, y tengo varias ideas que pronto publicaré (eso espero). Muchas, pero muchas gracias por haber leído todas estas incoherencias, me divirtió mucho escribir este fic, ya que recordé juegos de la infancia que las nuevas generaciones ya no practican (desgraciadamente, la verdad es que se pueden divertir mucho, al menos a mí me parece entretenido).

Sin más que agregar me despido, no se olviden de REVIEW, por favor, saben que con eso me animan, por si gustan escribirme, aquí les va mi mail: [email protected]

Nota extra: Policías y Ladrones comenzó a escribirse el 10 de marzo, terminando el 16 de mayo del año en curso.

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Los personajes de Digimon no me pertenecen, escribí esto sólo por diversión y sin ningún fin lucrativo /por cierto que las personalidades de los chicos fueron exageradas y modificadas de sus raíces naturales (por así decirlo)/

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Hasta pronto, atte. CieloCriss