Disclaimer: Todos los personajes pertenecen a Stephenie Meyer.

MI NIÑA DE PROSPER

CAPITULO 1

Emmett había insistido en venir a este pub en Newark y yo había sido lo suficientemente tonto como para seguirle el juego.

Su novia Rosalie estaba de viaje y él había quedado con Gianna, para lo que yo imaginaba sería una noche, o al menos unas horas de sexo. Y, desde luego, no podían quedar en ningún lugar de Manhattan o siquiera de la ciudad ya que algún conocido de Rosalie podría verle. A Gianna no le importaba tener que esconderse para ver a Emmett ya que ella también debía esconderse de los conocidos de su novio Félix.

Así que aquí estábamos en un pub de Newark, demasiado simple para que las amistades de la alta sociedad de nuestras novias pudiesen acercarse a él.

- Cambia la cara, tío, parece que estuvieras en un funeral

- Te dije que no estaba de ánimos para salir

- Rosalie vuelve en tres días y Gianna no podía salir más que hoy. – se excusó

- Y yo qué tengo que ver con eso?

- Tú eres mi querido hermano que me acompaña – se rió socarronamente – Además para compensarte, tu querido hermano mayor, le ha dicho a Gianna que trajera alguna amiga.

- Gracias – contesté cínicamente.

En ese momento, la voz más dulce que me hubiera imaginado jamás, comenzó a cantar muy suavemente.

Miré hacia el escenario y la vi. Una joven con la piel de porcelana y el cabello castaño caoba cayendo en suaves rizos hasta la mitad de su espalda cantaba suavemente "Like a star" con el único acompañamiento de una guitarra. Era tan dulce que no podía quitarle los ojos de encima.

- Canta bien – dijo Emmett siguiendo la dirección mi mirada

- Ya lo creo

Cerraba sus ojos y parecía completamente abstraída del lugar. Era como si ella estuviera en un mundo propio, único para ella, y su voz me tenía hechizado.

A mitad de la canción apareció Gianna con su amiga Heidi y se sentaron con nosotros a la mesa. La camarera les sirvió dos tragos y en menos de dos minutos Emmett y Gianna estaban devorándose en su lugar. Frente a ellos Heidi y yo simplemente bebíamos sin hablarnos. Las manos de Emmett sobaban los pechos de Gianna y el desagradable espectáculo me obligó a mirar a Heidi que me sonreía sonrojada.

Parecía tímida pero era increíblemente guapa. Su rostro increíblemente pálido enmarcado por una muy larga melena oscura y unos deliciosos ojos violetas, la hacían exquisita. Llevaba una minifalda diminuta y una camiseta muy ajustada con un escote que enseñaba la parte superior de sus enormes pechos.

- Y de dónde conoces a Gianna? – pregunté para romper el hielo aunque no me interesaba su respuesta en absoluto.

- Uh, nos conocemos de toda la vida. Nuestras familias son amigas desde siempre. – contestó con un ligero rubor – Tú eres el hermano de Emmett – afirmó

- Exacto – sonreí – también nos conocemos de toda la vida

La joven del escenario seguía cantando con una dulzura incomparable cuando Gianna y Heidi se levantaron para ir al baño. Emmett se acercó a mí a través de la mesa.

- Gianna y yo nos vamos. Podrías tú llevar a Heidi a su casa?

- Ya. – contesté con ironía – Si para eso me has traído.

- Venga, ya. No puedes quejarte. Heidi está de muerte

- Ya – asentí dándole un trago a mi cerveza.

Las chicas volvieron y Emmett y Gianna se despidieron. Heidi asintió cuando le pregunté si quería marchar y nos fuimos.

- Dónde te llevo? – pregunté ya cuando nos montamos al volvo.

- Tribeca – contestó y llevó sus manos a sus muslos.

Este gesto llamó mi atención y tragué saliva cuando vi sus muslos completamente desnudos bajo ese minúsculo intento de falda.

Por el camino fuimos hablando de tonterías y por el rabillo del ojo podía verla buscando provocarme mientras sugerentemente se pasaba los dedos por el escote.

Cuando llegamos a su casa detuve el coche y me giré a mirarla

- Quieres subir? – me ofreció con su ya habitual rubor – Mis padres están de viaje.

- De acuerdo – acepté y bajamos del coche.

Entramos al ático. El departamento era gigante y se notaba el lujo que sus padres querían enseñar.

- Te sirvo una copa? – me dijo y me entregó un vaso de whisky sirviéndose otro para ella.

Me lo bebí de un trago mientras Heidi se acercaba a mí restregando su pelvis contra la mía.

La tomé por la cintura y levanté los escasos 10 centímetros de tela que cubrían sus glúteos. Nos besamos con rudeza y excitación y Heidi se quitó su pequeña camiseta. Llevé mis manos a sus sospechosamente firmes pechos y comencé a masajearlos pensando en que debía recomendarle a esa chica que cambiase de cirujano.

Seguimos besándonos y acariciándonos y bajó sus manos a mis pantalones desabrochándolos y bajándolos junto a mis bóxer.

Mi erección se disparó y la tumbé rápidamente sobre la alfombra. Con violencia rasgué sus diminutas bragas de encaje. Saqué un preservativo de mi bolsillo y me lo puse llevando mi pene a su sexo y penetrándola con rapidez.

Comencé a moverme dentro suyo y la sentía mojarse cada vez más. Heidi jadeaba y gemía. Sentí sus paredes ceñirse contra mi miembro y convulsionó llevándome al orgasmo. Vertí mi abundante secreción en su interior con un grito de placer.

Salí de ella y me tumbé a su lado en la alfombra.

- Quieres quedarte a dormir? – ofreció sugerente

Me levanté y acomodé mis pantalones, luego de quitarme el condón.

- Lo siento, cariño, pero he quedado en desayunar con mi novia y suele pasarme a buscar demasiado temprano. – me disculpé

Le di un suave beso en los labios y salí del departamento.


Hola! Aquí les dejo una nueva historia que espero les agrade

Estaré dos semanas de viaje así que no publicaré muy a menudo pero cuando vuelva me pondré al día.

Dejo el primer capítulo para que me vayáis dando vuestra opinión.

Besitos para todos y nos seguimos leyendo.