He leído tantas ABC historias en ingles (Y las dos en español que ustedes ya conocen) que he decidido hacer mi propio intento. No soy muy buena escribiendo one shots, este es un experimento así que no sean demasiado duros conmigo, si?


Amor

Cuando la conoció tenía apenas diez años, y toda la vida por delante como para andar preocupándose en temas que apenas había oído a hurtadillas. En ese entonces ella era solo una niña fastidiosa y enojona que solía enloquecerlo de las más diversas formas.

Y ni siquiera era amor.

Cuando llegó a la adolescencia la niña fastidiosa se convirtió en una muy buena compañera, y en una consejera entrañable. Ya había aprendido a asimilar su carácter volátil, y hasta se podía decir que disfrutaba de sus ocasionales discusiones. Escucharla y rebatir lo que sea que ella dijera pronto se convirtió en su hobbie favorito.

Todos a su alrededor decían que había semillas de amor floreciendo entre ellos, pero él solo se reía negándolo, porque después de todo ella era su amiga.

Al cumplir los dieciséis experimentó varios cambios de actitud hacia el sexo opuesto; descubrió algo que se llamaba hormonas y naturalmente descubrió el arte del flirteo. Pero ella fue siempre ella, su mejor amiga, su consejera incondicional y la muchacha con quien discutía por deporte. Pese a que cada vez se le hacía más dificultoso mirarla a los ojos, y mantener una distancia prudencial de ella se hacía estrictamente necesario. Como si temiera que aquellas impresiones nuevas tomaran el control de su cuerpo, y provocaran acciones no deseadas de las cuales luego se arrepentiría.

Hablar de amor estaba de moda en esa edad, y pese a que seguía negándolo, cada vez que lo hacía una sombra de duda oscurecía sus palabras.

Cuando la vio hablando con otro chico en el transcurso de uno de sus largos viajes, sintió un dolor agudo en el pecho y las infantiles ganas de golpear al sujeto con sus puños. Eran celos, pese a que él mismo se encargaba de negarlo. Ella era hermosa a sus dieciocho años. Una flor perfecta que encajaba armoniosamente en su vida, y entender que otra persona pudiera siquiera -intentar- arrebatarla de su lado lo llenaba de una furia ciega y sin precedentes. Era ilógico desde luego, porque él era un consumado maestro en el arte del coqueteo y en la interacción con el sexo opuesto, pero al parecer a la joven no le estaba permitido seguir sus pasos. Ella era única, y exclusiva… de su persona.

Quizás fue ese pequeño acontecimiento el que le obligó a considerar lo que todos a su alrededor decían… ¿De verdad era amor?

Los celos siguieron enloqueciéndolo hasta que finalmente se animó a reconocer que sentía algo por esa jovencita fastidiosa y perfecta que era la luz de sus ojos. En ese entonces contaba con veinte años y una vasta carrera en ascenso.

Su vida podía ser más perfecta si se atreviera a confesarle sus nacientes sentimientos, pero temía que la bella pelirroja se sintiera ofendida, no lo entendiera, o lo que era aún peor: que no sintiera lo mismo. Verla a su lado se hacía cada vez más traumático, pues no podía hacer nada más que permanecer mudo bebiendo de ella a través de sus ojos hambrientos, sin animarse a proferir palabra por miedo a traicionarse.

Eso le enseñó la amarga lección de amar en silencio.

Tenía veintiún años cuando le robó el primer beso. Había sido un acto impulsivo y desesperado. Todavía recordaba el sabor intoxicante de sus labios temblorosos, la sensación tangible de abrazarla contra su cuerpo, y de sentir como la muchacha respondía a sus caricias tan renuente y nerviosa como él.

A estas alturas era tan obvio, tan palpable. Sí, era amor.

Cuatro meses después de ese primer beso dio el paso que terminaría de sellar invariablemente su historia. De rodillas como el caballero que era, con sus modales impulsivos, y siendo siempre protegido por esa buena estrella que guiaba de un modo envidiable sus pasos, ofreció a esa gentil criatura un anillo simple y le pidió sin mayores preámbulos que se casara con él.

Demás está decir cual fue la respuesta de la emocionada novia. Pero aquella declaración terminó de escribir la idílica novela de dos almas que se conocieron de niños, crecieron juntos palmo a palmo hasta experimentar esa rara sensación que era como tener a Dios en las entrañas, y sentirse morir en un instante. Ese misterio que se asemeja tanto a caer por un precipicio, y al sabor embriagante de un delicioso elixir que llena el alma y da vida a los huesos.

Ese misterio tan terrenal y sobrenatural al mismo tiempo, al que todos llaman Amor.


Nota:

Meloso… lo sé! Bueno fue lo que salió de mi cabeza, y el titulo también es cursi y cliché pero fue lo único que pude escribir.

Este fue mi primera incursión al mundo del ABC Challege espero que les haya gustado. Aprovecho para saludar a Belen -Ves aquí cumplo, quiero dibus ehhh-, a Ania, a Maureen y a mi beta reader RieUzumakiHaruno que siempre me soporta y me echa porras para que siga escribiendo!

Nos vemos en el próximo one que será Balanza. Si tienen ideas para las próximas letras háganmelas llegar que serán más que bienvenidas!

Sumi Chan