Dislcaimer: No fui a la premiere de HP7p1, no me aplaudieron cuando llegue, así que deben concluir que no soy JKR, ella es la autora de todo lo maravilloso. Yo no recibo nada con escribir mi historia.

NUEVO AVISO: Es un Dramione OoC. Lo aclaro para no tener futuros problemas ^_^ [Se podría decir que demasiado OoC]


"No podía creer que esto me estuviera pasando, había pasado los 7 meses más hermosos de mi vida, y a hora todo se venía abajo en unas horas, porque la vida había sido tan injusta, si yo era una buena persona, porque me estaba pasando esto."—esos eran los pensamientos de una castaña que se encontraba en su cuarto.

—Hija, ¿Podemos pasar?— dijo una voz al otro lado de la puerta.

—Claro. — dijo débilmente mientras se limpiaba las lágrimas que tenía en su rostro.

El señor y la señora Granger entraron a la habitación de su hija, esta última con una charola en las manos. —

—Cariño, estamos preocupados por ti. — comenzó el señor Granger.

—Desde hace una semana no sales y casi no has comido nada. — dijo la madre de la joven mientras colocaba la charola en la cama de la castaña.

—Mamá, esta conversación ya la tuvimos, no voy a salir. — decía mientras nuevas lagrimas salían por sus ojos.

—Lo se, pero eso dijiste cuando terminaste con Ron, y lograste superarlo. — decía su madre.

—Pero no entiendes, esto es totalmente diferente, mi vida se termino, ya nado podrá ser igual. — dijo entre sollozos.

—Hermione, por mas difícil que sea para ti, somos tus padres y nosotros también sufrimos. — dijo Gregory Granger.

—Pe …—la castaña quería continuar, pero su madre la interrumpió.

—Pero nada señorita, ahora vas a comer, tomaras un baño y te irás a tomar el aire, no importa si vas al mundo mágico, o te quedas aquí, pero de que sales, sales.— dijo en tono autoritario la madre de la joven.

Con cierta pereza y dolor se paró de su cama e hizo todo lo que le ordeno su madre

Con una sonrisa de parte de sus padres, salió de su casa, no quería ir al mundo mágico, todos le preguntarían sobre Ron, y la verdad ya no quería recordarlo.

Camino unas cinco cuadras y llego al parque, no era el parque que estaba lleno de juegos y esas cosas, no, ese parque más bien parecía un pequeño bosque, en donde se podían ver a miles de familia jugando y disfrutando un día soleado, nada común en Londres. Todas esas familias y esas risas hicieron que la castaña se sintiera peor, por lo que no camino mas y sentándose debajo de un árbol se puso a llorar.

Quería irse a su casa pero sus padres la regañarían, quizás permaneciendo media hora ellos quedarían satisfechos.

Habían pasado apenas unos 15 minutos, y las lagrimas no paraban de salir, pero no podía evitarlo, había perdido algo que aprendió a amar en siente meses.

De pronto, sintió una pequeña manita que le agarraba el hombro.

-¿Podque llodas? — dijo la voz de un niño de no más de 2 años

La castaña no levanto la cara, solamente comenzó a limpiarse las lagrimas que estaban en su rostro

—Scorpius, ¿Qué te he dicho de que te acerque a los extraños?— dijo una voz masculina que desgraciadamente la castaña conocía perfectamente bien.

—Malfoy, te prometo que no le hare nada al niño— dijo Hermione tratando de que no viera sus ojos.

—Pedo papi, no me guta que lloden las mujedes— dijo el niño lográndole sacar una sonrisa a la castaña.

—Scorpius, te prometo que ya no llorare. — dijo Hermione sonriendo

-Hijo, ya despídete de Granger, y vete a jugar con tus primos. — dijo Malfoy, en tono autoritario.

— ¿La conoces?- pregunto el pequeño a su padre

—Sí, éramos compañeros en Hogwarts, pero basta de preguntas y vete con tus primos. — Al pequeño no le quedo más remedio que hacerle caso a su padre y con un gesto de la mano se despidió de Hermione.

—Malfoy, ¿Qué haces aquí? — pregunto la castaña

—Pasar un día de campo con la familia, ¿Qué no es obvio?

—Creo que te reformulare la pregunta, ¿Qué demonios haces en el mundo muggle?

—La mansión queda cruzando esos árboles. — dijo como si fuera lo más normal del mundo— Y a Scorpius le gusta estar aquí, dice que es mejor que los jardines de la mansión.

—Claro.- dijo con sarcasmo. — Pero, me tengo que ir, diría que fue un gusto verte pero te mentiría, así que adiós. — llevaba solo un par de pasos cuando Malfoy la agarro del brazo.

— ¿Por qué llorabas? — pregunto de repente, sorprendiendo a la castaña

—No quiero sonar grosera, pero no te debe de interesar. — sus ojos se llenaron nuevamente de lagrimas. —Como decía, me tengo que ir.

—Te confesare algo Granger. — dijo el rubio sin soltarla. —Estoy un poco aburrido y por experiencia propia sé que necesitas desahogarte.

—Quizás sea verdad hurón, pero creo que tu serias la última persona con la que me desahogaría, así que suéltame por favor, tengo que irme.- dijo Hermione tratando de que lo soltara Draco

—Como tú quieras, pero espero no te arrepientas. —Dijo regalándole a la castaña su famosa sonrisa de lado. —Cuando uno está triste lo único que quiere es que lo escuchen, y se nota que tu quieres que te escuchen.

—Está bien, pero no sé por qué demonios te voy a contar algo tan personal. — dijo dándole la victoria a Draco.

"Todo comenzó hace unos meses, para ser exacta hace 7 meses y medio. Todo el mundo mágico sabia de mi relación con Ron, era perfecta, yo lo amaba y al parecer el también, como todas las parejas teníamos nuestros problemas pero los lográbamos solucionar, pero últimamente las peleas eran más seguidas.

Muchas veces le pregunte que le ocurría, y muchas veces me respondió que no era nada, no le creía pero para evitar discutir no decía nada. Como vivíamos juntos teníamos relaciones muy seguido, pero cuando inicio a ponerse raro ya casi no, no me importaba mucho, pues no soy una depravada ni nada parecido, pero todos esos cambios eran muy raros. Un día Ron llego muy feliz, y llenándome de besos, diciéndome cosas lindas hicimos el amor.

Al día siguiente salí con Ginny a Hogsmade, fuimos a comprar unas cosas para su futuro bebé, después de visitar prácticamente todas las tiendas relacionadas con la maternidad entramos a descansar a las tres escobas, estábamos platicando cuando decidí mirar a todos los que se encontraban en ese lugar, al fondo de todos se veían dos personas, una de ellas se le hacía muy familiar, quizás por curiosidad me acerque a la pareja, era Ron platicando muy cariñosamente con alguien más.

¡Ronald! Grite al verlo. ¿Qué demonios estás haciendo?

Granger, si no te has dado cuenta estas estorbando. dijo la chica que estaba con el, era Lavender

Brown, no estoy hablando contigo. Trataba de calmarme pero no podía, estaba furiosa, como se atrevía. —Ronald responde

Bu… bu… bueno, yo Herms… no. — inicio torpemente Ron

No te atrevas a decirme que no es lo que parece. Ron, ahora entiendo porque estabas tan raro, me quise engañar creyendo que era el trabajo, pero da igual, tus excusas no valen nada, sobra decir que lo nuestro termino. —Y con la poca autoestima que me quedo me fui, dejando a Ginny preocupada.

Regrese a la casa de mis padres ese mismo día. Me encerré en el que fue y seguiría siendo mi cuarto, sé que es un poco patético, pero en verdad lo amaba, lo ame desde el primer día que lo vi en el tren, el fue mi primera ilusión y el la destruyo.

A pesar de mi encierro camia demasiado chocolate y veía puras películas cursis muggles. Un día después de haber comido helado me empecé a sentir fatal, mareos y terribles ganas de vomitar, al principio no lo quería creer así que con nerviosismo le dije a mi mamá que comprara una prueba de embarazo, regreso y comenzó a hacerme miles de preguntas, yo no podía responder así que tome la prueba y entre al baño, Salí después de 10 minutos con lagrimas bañando mi rostro, mi mamá seguía preguntando que me ocurría.

Yo, yo estoy embarazada. dije entre sollozos, seria madre y no tendría a Ron junto a mí.

Mi mamá me abrazo y me dijo que me apoyaría que siempre contaría con ellos. Por el bien de mi bebé decidí comer sanamente y trate de no estar tan triste, algo había leído de que podría afectar al bebé mi estado de ánimo.

El tiempo pasaba muy rápido, y sin darme cuenta ya tenía siete meses, un par de meses más y toda mi vida cambiaria para bien. Eran las 3 de la madrugada cuando un fuerte dolor me despertó, ese dolor no era normal, y grite al ver las sabanas manchadas de sangre, eso era muy malo, mis papás llegaron corriendo a mi cuarto y al ver la sangre llamaron a una ambulancia, pues se encontraban demasiado nerviosos como para manejar ellos, por suerte llego muy rápido. Tenía mucho miedo Draco, tenía miedo, no quería perder a mi esperanza de vida, cuando finalmente llegar al hospital me desmaye, quizás por la pérdida de sangre que tenia, cuando me desperté estaban mis padres en una esquina, llorando, y un terrible miedo me invadió.

Señorita Granger. — dijo el doctor al cual no había visto— Lamento informarle esto, perdió a su bebe. — Llore y grite, todo debía de ser una terrible mentira. De verdad lo lamento, pero hay otra noticia. — El doctor hizo una pausa y continúo. — todo se complico y tuvimos que sacarle la matriz.

No, no, no, doctor, dígame que es mentira, doctor, yo me cuide yo no hice nada para que saliera mal, doctor dígame que está mal. — decía desesperada, no podía creer nada.

Lo siento de verdad señorita. — y diciendo esto se fue de la habitación.

Eso ocurrió hace unos días, creo que mis papás se preocuparon de mas al ver que no comía y me obligaron a salir de mi casa."—termino la castaña con varias lagrimas en el rostro. Desde que inicio y hasta que termino de contarle a Malfoy su relato no había dejado de llorar, pero era inevitable, había perdido todos sus sueños en un solo día.

Draco había escuchado todo en silencio, en verdad no podía creer que todo eso le hubiera pasado a la que fue su enemiga durante tantos años, algo le decía que seguía triste por lo del pobretón, pero sabía que la pérdida de su bebé ocultaba ese sentimiento, no podía compartir su dolor aunque tal vez podría imaginarlo, si algo le pasara a su pequeño el se moriría.

Y haciendo algo que nunca se hubiera atrevido, la abrazo, no era un abrazo hipócrita ni tampoco de lastima, era un abrazo tratándole de transmitir que la apoyaría a pesar de que no eran amigos, la abrazo lo mas protectoramente posible, Draco quería que dejara de llorar, quería que se sintiera mejor, quería que le gritara, Draco solamente quería ver a la Hermione que el conoció y no a la castaña débil y sin vida.

—De verdad lo siento Granger. — Dijo sin romper el abrazo. —Si necesitas ayuda, y sé que sonara raro, puedes contar conmigo.

—Malfoy, lamento ser grosera, pero tú no puedes entender nada de lo que siento.

—Tal vez no lo entienda Granger, pero si algo le pasara a mi hijo yo me muero, el es mi vida, el me cambio y me enseño que no debería de cometer los mismos errores que cometió mi padre al educarme.

—Malfoy, entiende algo, tengo 22 años y ya no podre ser madre. —dijo mientras volvía a llorar e inconscientemente abrazaba al rubio.

—No puede ser el fin del mundo Granger, es increíble que hallas sido la bruja más inteligente de Hogwarts. Existe la adopción, quizás no sea de manera natural pero podrás ser madre. —Decía firmemente mientras la abrazaba, era algo raro pero se sentía bien al tener a la castaña así.

—No es igual.

Siguieron abrazados un buen tiempo, la castaña aun sollozaba pero ya no lloraba como antes. Una pequeña figura rubia los saco de su abrazo.

—Papi, tengo sueño. — dijo el pequeño mientras se tallaba los ojos. —Vamos a la casa. — Cuando levanto la vista y vio a la castaña con los ojos hinchados e hipando un poco añadió. — Oye, dijiste que no llodadias mas.

—No te preocupes Scorpius, esta de verdad será la última vez que Granger llora, ¿Verdad? — dijo mirando seriamente a la joven.

—So, te prometo que no llorare mas, o por lo menos no me veras llorar. — dijo mientras se agachaba a su altura y le daba un abrazo.

—Bueno, ya es un poco tarde y seguro mis padres se comenzaran a preocupar. Gracias por escucharme Malfoy.

—De nada Granger.

—Oye, ¿Quiedes salid con nosotos un día? — pregunto Scorpius, provocando una risa de parte de la castaña

—Está bien Scorpius, acepto salir con ustedes pero tienes que ir tú. Y dime Hermione.

—De acueddo Mione.

—Te voy a escribir cuando decida que día me gustaría salir con ustedes. — y despidiéndose con la mano camino de regreso a su casa teniendo una sonrisa y olvidando solo un poco sus problemas.


Unas semanas después los últimos Malfoy recibieron una carta de la castaña.

Scorpius y Malfoy:

El miércoles tengo el día libre, por si todavía sigue en pie lo de salir con ustedes, ustedes pongan la hora y el lugar.

Scoropius te extraño.

Hermione Granger.

PD: Malfoy, sabes creo que tenias razón, lo que necesitaba era desahogarme y el hecho de que fuera con un casi extraño, o con el que fue mi enemigo durante tanto tiempo, hizo que me sintiera mejo, no es que ya este súper bien y ya no piense en lo sucedido, no, todavía lloro en las noches pero ya no es tanto como antes, de verdad gracias [nunca me imagine decirlo].

Cuando Draco termino de leer la carta Scorpius sonreía y había comenzado a dar pequeños saltos en su cama.

—Papi, hay que id al padque.

—Bueno, nada de ponerse a saltar por la cama, prometiste que cuando leyera la carta te dormirías.

Y esperando a que su hijo se durmiera Draco escribió la respuesta.

Granger:

Scor está emocionado, dice que le gustaría en el parque alrededor de la una. Siempre la tengo Granger, sinceramente me alegro que ya te sientas mejor, me gustaría discutir con la ratón de biblioteca que yo conozco, jajajaja.

Scorpius Y Draco Malfoy

El rubio después de releer varias veces la respuesta, llamo a una lechuza y le ato la respuesta. Deseando que se pudieran llevar bien, pues a su hijo le agradaba mucho y al pequeño le gustaría tener cerca al ratón de biblioteca Granger.


Hola!

Aquí de nuevo editando este capítulo, siguiendo con la historia como era, solo tratando de que no sean tan OoC, pero que rayos, el siguiente capítulo se volverán así, espero que les haya gustado a mis lectores antiguos y a las personas que pasan por primera vez espero que les guste esta mini historia.

SOBORNO! [Por cada coment que dejen, esta noche soñaran con un día de campo con dos rubios de ojos grises. xD [soborno! Hehehe, ok no me voy]]

Los quiere

A[l]e[j]a[n]d[r]a