¡No nos lo esperábamos!
Elea y Ryoma están completamente dormidos en la habitación del azabache. Los dos están desnudos bajo las sabanas, acostados de perfil en la pequeña cama, muy pagados, con Ryoma atrás de ella, abrazándola por la cintura, están en la posición de la cucharita.
Se ve a Karupin pasar por la ventana, caminando por el tejado. El minino se detiene, voltea hacia donde está la cama de su amo, entonces todo el pelo se le erizo y gruño pelando los dientes al ver quien está durmiendo con su amo.
Como todo un gato salvaje brinco hacia la cama.
Rinko está acomodando la mesa con la ayuda de Ryoga. Nanjiro está sentado en el suelo, leyendo el periódico.
Se oye el grito de dolor de una mujer seguido del maullido de un gato, segundos después el piso de arriba tiembla, los tres miran hacia arriba no entendiendo que pasa, vino de la habitación de Ryoma.
- ¡Karupin, déjale!
Ahora oyen el grito sobresaltado de Ryoma.
- ¿Les comente que Elea-chan se quedó a dormir ayer? –comenta juguetón Ryoga mirando a sus padres.
Rinko se sonrojo y Nanjiro soltó la carcajada.
- ¡Ese bishonen se ha hecho un descarado! –exclama orgulloso Nanjiro y Ryoga sonríe burlón, en cuanto Rinko los mira con reproche.
Ryoma consiguió quitarle a Karupin de encima a su novia y lo saco de la habitación, la cual le puso seguro nada más la cerro, y agradeció que no hubiera nadie en el pasillo o lo hubieran visto en cueros, aunque ya sospecha que todos saben que Elea está ahí, si Ryoga no se los dijo seguro oyeron todo el jaleo.
Ryoma voltea viendo a su novia desnuda, sentada en el suelo, despeinada, enojada, modorra y con la cara llena de rasguños. Verla desnuda y en esa pose lo excito, pero verle la cara le provoco gracia.
- Matare a ese gato. –le dice sombría y Ryoma se acerca a ella, poniéndose en cuclillas.
- ¿Le harías eso a mi amada mascota? –pregunta "dolido".
- ¡Mira lo que tu amada mascota me hizo! –Elea se apunta la cara. – ¡me arde!
- Pobrecita. –Ryoma mostrándose divertido le toma la cara y comienza a darle besos en toda la cara.
- No me contentaras con eso y no evitaras que mate a tu mascota. –le dice aun sombría.
Ryoma se quiere reír, ciertamente el grito y chillido de Karupin lo despertó sobresaltado, pero ahora que lo analiza el cómo vio a ella en el suelo con Karupin rasguñándole la cara y ella intentando quitárselo, además ver como quedo es de lo más gracioso.
Elea mira de reojo hacia donde está el buro mientras Ryoma le besa la mejilla, sintiendo como el muy pícaro ya le manosea los pechos, sabe que esta excitado no solo ante la erección masculina con la que suele despertar sino también porque él se excita fácilmente cuando están a solos y cerca.
- Se nos pegaron las sabanas, seguro tu familia ya está despierta.
- Sino lo estaban con tu grito seguro despertaban. –comenta con mofa, teniendo sus labios rosándole la mejilla.
- ¿Qué esperabas? ¡Estaba dormida y él me rasguñaba! –exclama ofendida, divirtiéndolo más. –no pude irme antes de que tu familia despertara, ¿ahora cómo salgo? –nunca le ha importado lo que los demás piensen de ella, pero ahora le importa lo que la familia de Ryoma piense de ella, siente que debe tenerles algo de respeto.
- Por la puerta como toda persona… y después que desayunemos. –los juguetones labios de Ryoma ya se han ido al cuello de ella, haciendo que lo incline hacia atrás.
- No quiero faltarle el respeto a tu familia de esa forma. –Elea frunce el ceño.
- No le faltas el respeto a nadie, ellos saben que eres mi mujer.
Elea alza ambas cejas, se le hace absurda la explicación de su descarado novio, pero se muerde la lengua para no gemir al sentir como él comienza a mamarle un pecho, tiene que contenerse, ya suficiente tiene con que la familia sepa que durmió ahí para que aun así los oigan haciendo guarradas.
Incomoda es poco en comparación a como se siente ahí, desayunando con la familia de su novio, y es que se esperaba miradas de desaprobación—de parte de la madre. –burlonas o insinuantes—de parte del hermano y padre.—pero no, de hecho todos desayunan de lo más normal como si fuera común que ella duerma ahí con Ryoma y desayune con ellos, no lo ve normal, se supone los japoneses son más reservados, de hecho la madre no debería de bajarla de puta.
- Oka-san, ¿y mi desayuno oriental? –pregunta Ryoma berrinchudo, mirando fastidiado su desayuno.
- Venga que no te queda quejarte como mocoso frente a tu novia. –comenta con burla Ryoga y Ryoma lo fulmina con la mirada.
- Elea-chan este niño no te pasa ningún desayuno cuando no es oriental… cuando se casen batallaras mucho con eso. –comenta Rinko negando resignada.
Ryoma y Elea comienzan a toser, ahogándose con la comida y estando todos sonrojados porque ya los andan casando, divirtiendo a los demás.
- Creo que deberías mudarte aquí ya Elea-chan… es mejor a que bishonen no llegue a dormir a casa, aquí todas las mañanas tendrán su desayuno calientito y Rinko te enseñara a cocinar la comida que le gusta a mi mimado hijo. –comenta divertido Nanjiro.
- ¡Viejo! –exclama Ryoma enojado, fulminándolo con la mirada y más sonrojado.
- No me importaría enseñarte a cocinar Elea-chan… y quiero asegurarme de que comas bien –Rinko le sonríe amigable a la pelinegra que se cohibió, y le sonrío como pudo, esto es de lo más incómodo, en especial como la ha estado mirando Rinko desde que su mirada se topó con la de ella cuando entro al comedor, la mira como si supiera algo que ella no.
Ryoga y Nanjiro se ve lo mucho que están disfrutando hacer enojar a Ryoma, y apenas están empezando, ya están ideando ponerlo celoso.
Elea está sentada frente al escritorio donde tiene su laptop por donde mira atenta algunos videos.
La puerta se abre haciéndola voltear viendo a una asustada Nicole.
- ¡Sálvame nee-san! –exclama brincando y quedando atrás de ella, mirando asustada la puerta donde aparece una sombría Sofy sosteniendo en su mano derecha una magnum.
Una gran gota de sudor resbala por la nuca de Elea.
- No hay escapatoria my beautiful athlete. –dice tétrica para después reír de forma espeluznante.
Nicole tembló llena de miedo y la gota de sudor resbala por la nuca de Elea se hace más grande.
La puerta automática de una prestigiosa clínica se abre y al instante los médicos, enfermeras y recepcionistas que están ahí se alejan asustados al ver a una pelinegra llorando como magdalena teniendo sus manos alzadas, atrás de ella va una pelirroja que le apunta la nuca con una magnum y atrás va Elea de lo más tranquila teniendo los brazos cruzados.
- ¡¿Un secuestro?! –exclama asustada una de las enfermeras, lista para llamar a la policía pero se desmaya cuando Sofy le disparo al teléfono.
- ¡No problem! Solo traigo a mis representadas a hacerse sus análisis rutinarios. –la pelirroja comienza a reír como psicópata.
- ¡No quiero que me pinchen! –exclama Nicole llorando como una mocosa de cinco años.
- Algo de normalidad para unos análisis es mucho pedir para ellas. –Elea posa una mano sobre su rostro viéndose fastidiada.
Elea está sentada en la sala de espera, sosteniendo con su mano derecha el algodón con alcohol que está encima de donde la pincharon para sacarle sangre.
Al abrirse la puerta de enfrente alza la mirada viendo a Nicole llorar como mocosa, sosteniendo con su mano derecha donde la pincharon y alado va Sofy acariciándole la cabeza como si fuera un perro.
- Good girl!... Sofy te comprara un helado.
- Quiero un litro y que sea de chocolate con jarabe de chocolate y chispas de chocolate. –dice berrinchuda.
Elea solo de oír lo que su hermana se tragara le dieron náuseas y sintió que está muriendo de diabetes.
- ¿Y tú Elea? ¿De qué quieres tu helado por ser buena chica y dejarte pinchar? –pregunta melosa.
- Solo llévame al departamento, si me empalague con solo oír lo que se comerá moriré de diabetes si la veo tragárselo. –dice teniendo la frente sombreada de azul.
- ¡No seas amargada, Sofy mimara a sus chicas por dejarse pinchar! –exclama enérgica Elea roda los ojos, esa siempre hace lo que quiere, gastara saliva solo dándole la contra.
Como se llevaron el helado para comer en casa, ahí tenemos a las tres chicas en la sala devorando el helado que pidieron, el litro completo cada uno. Elea evita mirar a Nicole para no morir de diabetes con solo verla tragar tanto chocolate.
La puerta se abre haciendo que las tres volteen con la boca llena de helado.
- ¡Estamos en casa! –exclaman los gemelos.
- ¡Bienvengnidos! –exclaman con la boca llena Sofy y Nicole.
- ¡¿Qué te paso Elea?! –exclaman los gemelos al ver a Elea con varias banditas en la cara.
- Me rasguño un gato. –dice sombría, de solo recordarlo se enoja.
- ¡El gato de Ryoma! –exclama Nicole como niña buena.
- ¡Estuviste en la casa de ese desgraciado! –exclama Luze fuera de sí.
Luka le pisa el pie haciéndolo abrir la boca y le avienta una pastilla en ella haciendo que el pobre se caiga en cuatro y comienza a ahogarse, sintiendo la pastilla atorada en la garganta.
- ¡Estas castigada jovencita! –Luka la apunta de forma acusadora.
- La castigaron. –Nicole y Sofy se tapan la boca ocultando una sonrisa burlona y miran con mofa a Elea que le resbala una gota de sudor en la nuca, como si fuera a hacerles caso a esos dos.
Sentados en la banca de un parque se encuentran Nicole y Momoshiro, ambos sosteniendo un helado.
- Sofy fue muy cruel, sabe que odio las agujas aun así me obligo a que me pinchen. –dice haciendo un puchero que a Momoshiro le dieron ganas de violarla, se ve tan mona.
- Pero lo hizo por tu bien.
- ¡Aun así duele! –exclama indignada.
- Pobrecita, pero fuiste muy valiente. –Momoshiro le sonríe ampliamente.
- ¿No me darás besitos para consolarme? –pregunta más ofendida.
El pelinegro se sonrojo, pero luego le sonrío levemente.
- Claro. –tomándole la barbilla acerca su rostro al de ella, viéndola cerrar los ojos completamente entregada, y mierda que se sigue poniendo nervioso no importa cuántas veces la besa, es que ella es tan linda y guapa que teme perder el control.
El pelinegro cerro sus ojos y roso sus labios con los de ella, sacándole un suspiro que le fascino. Termino uniendo sus labios con los de ella, tomándole el labio inferior entre los suyos, succionándolo, disfrutando, sintiendo como ella toma el superior imitándolo… joder!, besarla es la gloria, no ha probado nada que se le compare siquiera un poco al sabor de su besos.
Es una linda mañana, los pájaros cantan, el sol brilla con todo su esplendor, hay pocas nubes; en resumen un bonito día.
Elea nada más abrió los ojos despertándose y casi se zurra del miedo al ver a una sombría Sofy pegándole la punta del cañón en la frente.
- Quiero explicaciones my beautiful artist. –exige tétrica, dando más miedo que Chuky con su cuchillo.
- ¿Ah? –ósea acaba de despertar, está asustada de esa loca y no sabe de qué mierdas habla.
- Te creía inteligente. –Elea la fulmina con la mirada, ella es inteligente. –pero solo eres una idiota más… o simplemente el amor te apendejo.
- ¡¿De qué vas?! –exclama enojada, sentándose y valiéndole madre que la apunte con la pistola.
Sofy solo le aventó un sobre que cayó en sus piernas. Elea lo tomo, lo abrió y casi se lo pega a la cara, no trae sus lentes, de lejos no ve bien.
- Si esta es una broma, es de muy mal gusto. –Elea la fulmina con la mirada, bajando el sobre.
- Eso me gustaría a mí. –Sofy bufa, cruzándose de brazos y sentándose en la cama. – ¿Qué no te cuidabas?
- Lo hago. –Elea frunce el ceño aun no digiriéndolo del todo, ósea no es posible.
- Agradece que no eres Nicole. Si fueras deportista como ella tu carrera estaría acabada antes de explotar todo tu potencial. Eres músico, tu estado no será impedimento para seguir explotando tu potencial. –Sofy comienza a reír como maniática.
- ¡Si es una broma ya párala! –le grita enojada.
- No, my friend esta no es una broma… sabes que mis bromas son más divertidas que esto. –Sofy la mira seria.
- ¡No es posible, no tengo ningún síntoma! –le grita furiosa.
- Hay mujeres que no los tienen. –Sofy se encoge de hombros restándole importancia.
- ¡Tengo mi periodo!
- ¿Desde cuándo no lo tienes? –Sofy entrecierra los ojos y Elea frunce el ceño.
- Ya no debe tardar en venirme, sabes que no soy muy regular, pero a más tardar la siguiente semana.
- Pues no lo esperes, no llegara. –Sofy se pone de pie de lo más tranquila. –y tal vez aun no tienes síntomas porque no has de tener mucho.
La pelirroja sale de la habitación dejando a una choqueada Elea.
- Mierda… ¿ahora qué hago? Ryoma y yo apenas tenemos cuatro meses y ya salí con premio. –Elea se pasa una mano desesperada por el cabello, no sabe ni como decírselo.
Ryoma mueve con insistencia su pie, desesperado porque el jodido elevador llegue al piso donde está el departamento que ha sido algo así como su nidito de amor con Elea desde que empezaron. Y es que está preocupado, cuando Elea le hablo para verse ahí sonaba muy extraña, como le hablo, ese tenemos que hablar y el tono que uso lo preocupa.
- ¿Me querrá terminar? ¿Saldrá del país? ¿Regresara a su país?... —en todo el camino se ha imaginado cosas, ninguna positiva, solo sabe que lo que sea que le diga él no va a permitir que se aleje de él.
Cuando la puertas del elevador se abrieron, sale corriendo y abre la puerta con algo de impaciencia.
- ¡Elea! –la llama nada más entro, cerrando la puerta tras de sí, buscándola con la mirada.
De la cocina teniendo un bote de agua sale Elea y Ryoma al verle esa mirada lo preocupo más por lo que se acercó a ella.
- ¿Qué pasa? –no le gustan los rodeos, que vaya al punto.
La pelinegra lo toma de la mano y lo lleva a uno de los sillones, obligándolo a que se siente y Ryoma se está desesperando, solo quiere saber qué cojones pasa.
- Ayer Sofy nos llevó a hacernos unos análisis rutinarios, y hoy le dieron los resultados…
- ¿Estás enferma de algo? –pregunta frunciendo el ceño, preocupándose más.
- Algo así. –Elea desvía la mirada.
- ¿Cómo que algo así? –el azabache frunce más el ceño.
- Yo no lo planee Ryoma. –la pelinegra lo mira acongojada.
- ¿Qué tienes? –Ryoma la toma del rostro, acercando el suya al de ella, trasmitiéndole con la mirada que tiene su completo apoyo.
- Estoy embarazada.
Ryoma suspira aliviado, ella solo esta… ensancha los ojos al digerir lo que tiene, "embarazada" retumba una y otra vez en su cabeza metiéndolo en una especie de shock.
- ¿Ryoma? –lo llama preocupada, ya pasaron como cinco minutos y él sigue en estado de shock, sosteniéndole las mejillas, se está preocupando, por más que lo llama no reacciona.
Ryoma piensa en todo, ella está embarazada, y él solo tiene diecisiete años, no tiene trabajo, es un simple estudiante bueno en los deportes, no tiene el sustento mucho menos la madurez para lo que viene, si él mismo se considera aun un mocoso berrinchudo.
- Pero tuve la jodida madurez y los cojones para hacerlo con ella, debo tenerlos también para afrontar las consecuencias. –Ryoma parpadea topándose con la mirada de ella, no es el único asustado, ella también lo está, han metido la pata hasta el fondo, lo sabe y lo único en lo que puede pensar es que no importa cómo mientras la tenga a ella ya vera como consigue sobrellevarlo. –todo va a estar bien. –sabe que no lo va a estar, que va a ser difícil, pero es lo único que sabe que ella necesita oír.
El azabache apoya su frente a la de ella y cierra los ojos al igual que ella.
- ¿En verdad lo crees? –pregunta insegura frunciendo el ceño, de esta situación lo que más miedo le da es que él la deje, son muy jóvenes para ser padres y él tiene una vida por delante, planes como ser el mejor jugador de tenis y un embarazo atrasaría o arruinaría sus planes, ella no lo va a permitir pero a lo mejor él lo ve así.
- Si, vamos a salir adelante.
Lo oye tan seguro al decirlo que ella le cree. Aunque lo que la hace sentir terriblemente aliviada es que él no la dejara, las consecuencias son culpa de ambos, lo sabe, pero él se puede zafar más fácilmente aun así se ve que él ni siquiera lo pensó.
- Creo que es normal, follamos como conejos. –dice en un tono bromista, en un intento de mejorar el ambiente. –y yo no me cuido, me encanta echarte mi leche dentro.
- Yo me cuidaba. –Elea frunce el ceño. –no sé lo que paso, quiero ir con mi ginecólogo para que me lo explique. –comenta enojada, como si su ginecólogo tuviera la culpa.
- He oído que no todos los medios anticonceptivos son cien por ciento efectivos. –Ryoma abre los ojos topándose nuevamente con la mirada de ella. –el más seguro de todos los anticonceptivos es no coger, pero nosotros dos ni volviendo a nacer podríamos hacerlo. –Elea no pudo evitar reír divertida y él sonrío al ver que la ha animado un poco. – es tu culpa por provocarme tanto con tu cuerpo, tu aroma y tu sabor. –dice berrinchudo para después lamerle los labios de forma provocativa.
Elea abre la boca permitiendo que él meta su lengua, encontrando la lengua de ella que se unió a una excitante danza entre ambas lenguas. Sin romper el beso Ryoma la fue recostando en el sillón, quedando encima sin llegar a aplastarla. Elea le rodea el cuello con sus brazos sintiendo como las manos de él se posan en su cadera.
Cuando Ryoma entro al salón principal vio a su padre y hermano sentados leyendo revistas de deporte, aunque con las caras que tienen al leerla está seguro que solo la cubierta es de deportes, y debajo de la cubierta esconden una revista erótica, son tan obvios y tienen suerte de que Rinko este picada en su telenovela que ni cuenta se da de las caras de pervertidos que tienen, mucho menos de que él llego.
Esta nervioso, no sabe cómo soltarlo, no sabe ni como reaccionaran, bueno, de su padre se imagina más o menos como lo hará, ¿pero su madre? Es a ella a quien siente a quien más decepcionara.
Se quebró la cabeza pensando todo el camino como se los dirá, o más bien como se lo dirá a su madre, su padre le vale mierda después de todo no le ha dado buenos ejemplos, no tiene derecho a reclamar.
- ¡Ryoma, no sabía que habías llegado! –exclama Rinko mirándolo, es que hubo un comercial y volteo viendo a su hijo en la entrada con la mirada perdida.
Los otros dos siguen en lo suyo y Ryoma salió de sus pensamientos al oír la voz de su sacrosanta madre.
- ¿Sucede algo? –sí, las mujeres tienen un quinto sentido muy desarrollado y nota muy acongojado a su retoño.
Ryoma se aclara la garganta de forma exagerada, entre más rápido termino con esto mejor, así ya no torturara más su mente.
- Elea está embarazada. –soltó la bomba así sin más, sin anestesia ni nada.
Eso sí que hizo que el par de pervertidos dejen de leer sus revistas y lo miren sorprendidos, como si le hubieran salido dos cabezas o como si de pronto se haya convertido en el acto principal de un circo de fenómenos, provocando que al azabache le dé un tic nervioso en la ceja derecha, pero no le importa lo que piensen esos dos, le importa lo que piense su madre, pero le sorprende al verla tranquila, sonriéndole levemente… ¿Qué mierda? ¿Acaso no se sorprende? ¿No está enojada? A lo mejor aún no lo digiere bien, eso debe ser.
- ¡Ese es mijo, supo cómo amarrarla antes de que se fije en otro mejor! –exclama orgulloso Nanjiro.
Si, su padre lo tomo tal cual se imaginó que lo tomaría, no está ni un poco sorprendido.
- ¡Wau! ¡Seré tío! –exclama Ryoga sin creérselo, y no lo culpen, es que a cómo son sus personalidades se le hacía más probable que él metería la pata primero, incluso dudaba que su hermano supiera donde meterla, es que admitámoslo, siempre ha sido un obsesionado del tenis que no ve nada más allá de eso.
Si, Ryoga se lo tomo también como se lo esperaba, no está nada sorprendido.
- Oka-san. –el azabache mira a su madre que lo sigue mirando tranquila sonriéndole.
- ¡Siéndote sincera esperaba ser abuela en unos años más, pero estoy emocionada! –exclama aplaudiendo y Ryoma casi cae estilo anime, su familia es rara, cualquier otra mínimo le da unas cuantas cachetadas, aunque presiente que el problema más grande será la familia de su novia, solo hay que ver como son los hermanos y por lo que le ha dicho Elea, el padre es peor.
- ¿No estas sorprendida oka-san? –Ryoga también mira incrédulo a su madre, ósea al menos se esperaba un desmayo.
- Cuando desayuno Elea-chan ayer con nosotros supe que estaba embarazada.
El par de adolescentes la miran sorprendidos, mas Ryoma, su madre lo supo antes que ellos mismos.
- Nunca subestimes el sentido agudo de una madre, hasta parecen brujas. –comenta Nanjiro burlón, pero palidece cuando su esposa lo mira amenazante. – ¿y cómo piensan hacerle bishonen? Te recuerdo que eres estudiante y mantenido por tus padres. –comenta con mofa y Ryoma frunce el ceño.
- Pienso buscarme un trabajo de medio tiempo y…
- ¿Y crees que lo conseguirás? –Nanjiro lo mira divertido. – ¿y el tenis? Trabajar, estudiar y entrenar será difícil.
- ¡Lo sé! –exclama frustrado, lleva todo el camino pensando cómo le hará, cualquier solución es difícil y pesada, pero nunca ha huido de sus responsabilidades menos lo hará con Elea.
- Nanjiro deja de agobiarlo. –lo reprime Rinko. –me enorgullece de que estés tomando la responsabilidad de tus actos como se debe, pero no te preocupes hijo, nosotros te ayudaremos. –Rinko le sonríe amorosa y Ryoma la mira agradecido, sentir el apoyo de su madre es algo que realmente necesita ahorita. –no quiero que dejes de estudiar, pueden vivir aquí en lo que terminas tus estudios, les ayudaremos en lo que podamos…
- Eso sí, trabajas porque trabajas. –Nanjiro le sonríe de forma socarrona.
- ¡Pienso hacerlo! –exclama mirando molesto e indignado a su padre porque piense que se colgara de ellos, tiene su orgullo.
Nanjiro amplía su sonrisa socarrona y Ryoma afila más su mirada. En cuanto Ryoga sigue aun sin digerirlo del todo, es que aún sigue viéndolo como el mocoso que no le podía dar a la pelota.
- Que rápido crecen. –le dieron ganas de llorar, su hermanito ya será padre.
Continuará
:O metieron la pata y hasta el fondo
muchas gracias por sus reviews
cuidense
besos
kriss