Importante: Holaaa! Este es mi primer fic, no será extremadamente largo, pero tendrá más de quince capítulos. En fin ,primero que nada, debo aclarar ciertas cosas.

Ésta historia, ocurre después del 7º libro, pero sin el epílogo, tal vez así les resulte más "entendible" mi fic :)

Aunque ya lo saben, (casi) todos los personajes de esta historia pertenecen a J.K ROWLING y no a mí.

También quería explicar ciertas cosas de mi "gramática":

A veces pongo palabras encursiva para remarcarlas… o hay algunas que siempre aparecerán en cursiva como: sangre sucia o muggle

Utilizo cursiva al expresar un pensamiento o a la hora de escribir una carta ... en fin, creo que eso es todo,

Los sueños también van en cursiva, es decir, si el narrador cuenta un sueño, aparecerá el letra normal, pero si el sueño está ocurriendo en este mismo instante aparecerá en cursiva ¿Se entiende? Otro aviso importante, es que la historia contiene spoilers... ;)

¡A leer! :)


El Amor en Brazos del Enemigo

Capítulo I: La Hermosa Rubia

El fin. Esas eran las perfectas palabras para describirlo todo. Siete años ¡Qué rápido pasaron! No los vería más, ya que ella no sería aurora, como sus dos mejores amigos, ¿Hermione Jane Granger aurora? Eso sería imposible. Los vería por última vez en el baile, donde se reencontrarían las escuelas Beauxbatons, Durmstrang y Hogwarts; pero estaba casi segura de que Ron, estaría flirteando con las chicas de Beauxbatons todo el tiempo y Harry se pasaría toda la fiesta con Ginny, por lo tanto, ella se quedaría sola. Aunque, pasaría sus vacaciones de verano en la Madriguera. Además tendría que afrontar a Viktor Krum, y confesarle que no estaba interesada en él, y que por eso no contestaba las cartas que él le enviaba. Recibía al menos tres por semana desde la última vez que lo vio en la boda de Fleur.

- ¡Lo descubrí! – Gritó Hermione en voz alta – Ya descubrí que voy a hacer para que Viktor no me reconozca en la fiesta... usaré el antifaz de mi prima Arianne, y su collar con las letras "A" y "G". Así nunca sabrá quien soy – dijo de repente la castaña.

- ¡Qué increíble! – Exclamó una voz detrás de ella, haciéndola pegar un salto – Primero, no sabía que hablaras en voz alta y segundo… no te creía capaz de eso Herms. Pero ¿No es mejor usar poción multijugos? – Ginny.

La novia de Harry. La hermana del chico que había besado en medio de una guerra. También se podía decir que era su mejor amiga.

- Ginny, quiero ser Hermione Granger para todos, excepto para Viktor ¿Qué puedo hacer? – Inquirió la castaña

- Deberías usar tintura mágica también, sino sería demasiado evidente – dijo la pelirroja.

- ¡¿No qué no me creías capaz? – gritó Hermione un poco divertida.

- Si, de ser tan inteligente y sin embargo, no saber tramar un plan malévolo – dijo la pelirroja entre carcajadas.

Hermione tomó una almohada, ya que se encontraba en la habitación de Ginny, y empezó a golpearla juguetonamente. Ginny la imitó, y se desató una pelea de almohadas que dejó atrás todo el tema de Viktor Krum.

-O-

Mientras tanto, muy lejos, en una lujosa mansión, un furioso elfo doméstico, gritaba con ira a un rubio que reía en voz muy alta.

- ¡No le permitiré que siga diciendo esas cosas Señor Malfoy! – Gritaba un elfo que estaba por perder su trabajo, al revelarse contra su amo - ¡Dobby decía que el señor Potter, la señorita Granger y el señor Weasley son buena gente!

- ¡Elfo imbécil! ¿Qué no te das cuenta qué yo puedo decir lo que se me da la gana? Más en mi propia casa, y en todo caso ¡El que me haga callar no serás tú, repulsiva alimaña! – Exclamaba un Malfoy enojado y divertido a la vez – Además, es injustificable, que me hallan hecho compartir el mismo colegio con sangres sucias, una comadreja y un "cara-rajada" - continuó - Está muy claro lo debajo que están de mí. Pero por suerte, no los veré más, ya que este fue el último año escolar – dijo Malfoy sonriéndose a sí mismo.

- ¡No! ¡Es mentira! ¡Son buena gente! – exclamó el elfo fuera de sí.

- Esta vez llegaste al límite de mi paciencia, estúpido elfo ¡Vete! – ordenó Draco.

Sacó de su armario una fea bufanda, que él nunca usaba, se la entregó al elfo, quien sonrió de oreja a oreja.

- ¡Trabajaré en Hogwarts! – dicho esto el elfo corrió libre, por que eso era ahora, un elfo LIBRE. – ¡Rex volvió a ser libre al fin! – se escuchaban los gritos desde el interior de la mansión. – ¡Trabajaré en Hogwarts con otros elfos, y lejos del Señor Malfoy!

En ese momento Draco se dio cuenta de la triste realidad. Ése elfo era lo único que lo mantenía animado, ya que sus dos padres habían salido de viaje con los otros mortífagos vivos, ya que la marca que tenían en el brazo, les había producido el mayor dolor que ésta podía causar. Él aún conservaba la marca tenebrosa en su brazo, ya que nadie sabía como sacarla, pero no asistiría a esa reunión. Su madre estuvo a punto de perderlo, y no haría que se repitiera. Ahora estaba completamente solo (más de lo habitual, ya que sus padres lo ignoraban olímpicamente, aunque estuvieran en la mansión con él… excepto el día de la caída de Voldemort). En fin, iba a ir a prepararse para el baile de esa noche, nunca sabía si iba a terminar la noche con alguna preciosa chica de Beauxbatons.

-O-

- No te atrevas a mirarte al espejo – dijo Ginny, finalizando la preparación de Hermione.

- Por favor – rogó la ojimiel juntando las cejas.

- Estás preciosa, pero no lista, todavía falta el color de pelo y que te ponga el antifaz – decía la Weasley concentrada en la preparación de Hermione.

- Ginny, ya dije que no quería nada de color en mi pelo – insistió Hermione exasperada.

- Herms, sólo falta un minuto para que termine – contestó Ginny, mirando en distintas direcciones - ¿Dónde está ese estúpido antifaz? – balbuceó – ¡Aquí está! - dijo al verlo atado al picaporte – Ya estás lista - anunció por fin la pelirroja.

Al voltear la silla, no había una Hermione en el espejo; había una hermosa princesa, con el pelo planchado y sostenido en un elegante broche plateado, un vestido negro, que llegaba hasta las rodillas, con detalles plateados, acompañado de un escote que dejaba ver bastante más que la túnica de Hogwarts, unas preciosas perlas como colgante en las orejas, el antifaz plateado, el pelo de color rubio, que parecía muy natural y el bellísimo collar de su prima con las iniciales "A" y "G" (Arianne Granger).

- Pero Ginny, no veo con esta cosa puesta en la cara – se quejó Hermione forcejeando un poco con el antifaz para poder ver.

- ¡Herms, no hay tiempo son casi las ocho, el baile ya casi comienza! – dicho esto, Ginny tomó a la "rubia" por el codo y la arrastró hasta la sala de estar.

Salieron de la casa y subieron al nuevo auto volador del señor Weasley, donde se encontraban el señor Weasley y su esposa, en la parte delantera. Harry y Ron se encontraban en la parte trasera del auto. Ellas subieron a su lado. El auto estaba hechizado para que el espacio alcanzara para cuatro personas en la parte trasera del automóvil.

- ¡Ginny! ¡Hermione! ¡Están preciosas! Pero Hermione ¿Qué hiciste con tu cabello? ¿Le cambiaste el color? – preguntó el señor Weasley mientras arrancaba el motor y elevaba al auto por los cielos.

- La verdad es que no lo sé, éste antifaz no me deja ver casi nada – dijo Hermione mirando a Ginny (La ojimiel al forcejear, logró acomodar el antifaz para ver un poco). La mencionada rió un poco y contestó sonriendo:

- Le puse una tintura mágica que funciona sólo por esta noche, quería ponerle una permanente, pero no me autorizó para que lo hiciera – dicho esto soltó una carcajada.

Todos rieron mientras el auto continuaba su camino.

-O-

Un Malfoy, caminando, con este frío ¡Es imposible! ¿A quién se le ocurre? ¿O Soy el único que siente que esto no está bien? ¡Llevarse el auto! ¡Y esconder las llaves de los otros! ¡ES INAUDITO!

Pensaba el rubio ofuscado. De repente empezó a carraspear y toser, con tanta violencia que tuvo que dejar de caminar y sostenerse de una pared para no caer. Le dolía increíblemente la garganta, había tratado de adivinar el camino, pero se dio cuenta de que estaba perdido; divisó una anciana de baja estatura y algo regordeta, con ropa oscura y no muy elegante. Tenía unos sesenta años, se acercó utilizando toda su fuerza de voluntad y le preguntó:

- ¿Sabe si hay algún salón en esta calle? – su voz no era la de Draco Malfoy, estaba gastada y cansada, ni él la había reconocido al principio.

- Si, está ahí - dijo señalando por detrás de Draco - debes ser de Durmstrang - dijo la mujer haciendo sentir a Draco un estúpido por no haberse dado cuenta, ya que arriba de la puerta había un cartel gigante que decía: "Salón de eventos y fiestas".

Al entrar, se quedó congelado. Se encontraba en un lugar hermoso, y limpio, era un salón con paredes blancas, una enorme pista de baile, varias mesas con comida, varios parlantes colgando en la pared, un escenario con luces, y todo el salón estaba iluminado con arañas hermosas y brillantes, elegante y moderno a la vez. Varios chicos ocupaban parte de la pista bailando.

-O-

Hermione, Ginny, Ron y Harry quedaron boquiabiertos al ver el gran salón. Ron saltó hacia la comida, Harry se acomodó en uno de los sillones que estaban al lado de la pista de baile con Ginny sentada en sus rodillas. Frente cada uno de los sillones, había pequeñas mesas que tenían comida. Hermione se sentó en un sillón que estaba vacío a unos metros de sus amigos. El suelo de la pista cambiaba de color cada cinco segundos, era un muy buen efecto. Arriba de la pista, una esfera de luces de colores le daba vida al salón. Entretanto fueron llegando las mellizas Patil, Dean, Seamus, Lavender, Luna Lovegood (increíblemente hermosa usando un bello vestido rojo y el pelo suelto) Neville y varios chicos de Beauxbatons y Durmstrang. Un hombre se subió al escenario, era un joven de unos veinticinco años. Era un antiguo estudiante de la escuela Durmstrang, que, por supuesto, ya se había graduado.

- Hola a todos, éste es el baile que une nuevamente a las escuelas Durmstrang, Hogwarts y Beauxbatons. La última vez que estuvimos juntos fue en el torneo de los 'tres' magos – hizo énfasis en la palabra tres, ya que Harry había sido el cuarto esa vez.

- Fue donde murió ese chico… ¡Cedric! ¿Verdad? – preguntó una chica morena y alta de la escuela Beauxbatons.

- Si, todos recordamos ese desafortunado acontecimiento – dijo algo afligido el muchacho.

Hermione automáticamente, dirigió su vista hacia Harry y, como ella pensaba, estaba cabizbajo al recordar ese momento.

¿Dónde está Ron?

Pensaba Hermione mientras el hombre que estaba en el escenario seguía hablando. Ella pasó entre la multitud, buscándolo, hasta que una mano la tomó del hombro, y la llevó hacia atrás.

- ¿Astoria? – le preguntó una voz que no lograba identificar - Creí que no ibas a venir – dijo la voz del muchacho.

- Creo que me estás confundiendo con alguien… - pero él pasó por alto esa frase, le puso un dedo en la boca, la tomó de la cintura, y la llevó a la pista de baile, había una canción lenta, en la que seguramente Hermione y su torpeza le pisarían el pie al muchacho.

- Y… ¿Cómo estás pasando tus vacaciones? – preguntó la voz.

- Excelentemente, pero me estás confundiendo con otra persona. – ella hablaba mirando al pecho del chico, ya que éste era más alto que ella Hermione subió la cabeza, y logró ver una piel un poco pálida, y unos perfectos labios.

En fin, seguiría bailando siendo "Astoria", ya que sus dos mejores amigos y Ginny, no estaban por ninguna parte. Además, el muchacho no era feo, muy por lo contrario, lo que se veía era perfecto, parecía un cuerpo tallado a mano. Al bailar él, la guiaba perfectamente, impidiendo que Hermione lo pisara. Parecía que hubieran ensayado anteriormente, ella sentía que era una mariposa, la cuál se dejaba llevar por el viento. Después de un rato de bailar sin conversar, el muchacho, movió sus manos de la cintura de ella, la tomó de la mano, y la hizo sentarse en un sofá que estaba vacío, bastante lejos de la pista.

- Astoria, ¿Ahora sabes quien soy? – inquirió el chico sonriendo.

- Claro, si, por supuesto – mintió la ojimiel.

Éste la hizo levantarse del sofá, ofreciéndole la mano como un caballero, y la hizo subir por unas escaleras que estaban a un lado de la pista, que daban a un balcón con una hermosa vista a Hogsmeade. Era de noche, pero la luna plateada, y las estrellas iluminaban la zona.

Ambos apoyaron la espalda contra la baranda. A continuación, el muchacho la tomó de la cintura y dijo:

- Bueno, hoy no me reconociste al principio, pero esto va a hacer que no me olvides de nuevo – dijo el chico aproximándose a Hermione.

La chica simplemente se dejó llevar, como en el baile. Cerró los ojos, sintió los húmedos labios de él posándose en los de ella, sintió el calor subir a sus mejillas que ahora se encontraban rojas, sintió como se movían sus bocas rítmicamente, ahora ella le correspondía con pasión; él inclinó hacia atrás la cabeza de ella, para penetrar su lengua y despertar la de ella (ya que por ahora estaba dormida). Sus lenguas se mezclaban entre sí, dándoles a ellos cada vez más ganas de seguir intensificando el beso. Hermione, ya había puesto los brazos alrededor de su cuello, y él la apretaba más contra él, estaban técnicamente pegados. Sus lenguas, parecían haber ensayado para ese beso, ya que era como con el baile, parecían estar coordinadas. Eso intensificaba la sensación que el beso provocaba en ellos. Unos minutos después, él comenzó a darle a ella besos en el cuello, que bajaban al hombro, y nuevamente subían a la boca. Hermione interrumpió la escena, aunque no quería.

- ¿Sabes que hora es? – preguntó ella, que tenía los ojos todavía cerrados.

- ¿Hmmm...? – inquirió el chico que también tenía los ojos cerrados.

Miró su reloj y dijo:

- Las dos de la mañana - ante esto Hermione abrió los ojos algo sorprendida

- Lo siento, pero me tengo que ir… – dijo la "rubia" algo enojada.

- Ven a mi casa – sugirió él sonriendo.

- Perdón pero no puedo – insistió ella.

La ojimiel le entregó un rápido y apasionado beso, y salió corriendo escaleras abajo.

-O-

- Hermione… ¿Se puede saber que demonios estabas haciendo? ¡Hace media hora que te estamos buscando! – exclamó Ginny – Mis padres, están esperándonos en la puerta, ¡Vamos! - finalizó la pelirroja arrastrando a Hermione hasta el auto.

Pero Hermione seguía pensando en ese beso que la mantendría distraída por mucho tiempo.


Espero que les haya gustado este cap... acepto criticas... supongo que actualizaré una o dos veces por semana máximo... eso depende de las cosas que tenga para hacer...

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