Disclaimer: Los personajes son propiedad de Stephenie Meyer, sólo la trama es mía.


-Epílogo-

4 años después

-¡Corre papi! –gritó la pequeña Élodie intentando que su padre no la atrapara, mientras yo los miraba desde el porche con una sonrisa divertida. Me encantaba ver como jugaban juntos, y me hacía feliz escuchar la risa contagiosa de mi hija. Había salido físicamente igual que su padre, con el cabello rubio y rizado, y con sus mismos ojos azules. Aunque era igual de obstinada y caprichosa que yo, así que no se podía negar que era hija nuestra. Aquel mismo día cumplía tres años y habían venido todos nuestros familiares a celebrarlo, incluido Peter y Charlotte con Karen.

-¡No nos va a coger! –la secundó Renesmee corriendo hacia otro lado, esquivando a Jasper que no había dejado de correr.

-Claro que sí, os atraparé a todas, pero cuando me tome un descanso –musitó él jadeando, dejándose caer al suelo teatralmente como si se hubiera desmayado.

Las tres niñas que había en el jardín se apresuraron a echarse sobre él para molestarlo, seguidas por Sheldon, que no dudó en subirse también sobre su dueño, por lo que pensé que sería mejor tomar medidas antes de que lo aplastaran entre todas y el perro.

-Tranquilidad, señoritas –les pedí caminando hacia ellas.

-Sí, socorro –exigió Jasper casi sin poder hablar.

Cogí a Élodie en brazos y dejé que tanto Karen como Renesmee se levantaran solas, pero no lo hicieron.

En aquel momento, aparecieron Peter, Charlotte, Edward y Bella por la puerta del jardín, y todos sonrieron al ver a las niñas aún sobre Jasper.

-Dios mío, lo vais a aplastar –dijo Charlotte con una risita, levantando a su hija de encima de mi marido.

-Él se ha dejado –apuntó Renesmee poniéndose en pie y colocándose al lado de sus padres.

Y tenía razón, Jasper continuaba siendo peor que los niños.

-¿Cuándo vamos a comer el pastel? –preguntó Karen mirándome con atención.

-Cuando os apetezca, ¿queréis comerlo ya? –pregunté.

-¡Sí! –gritaron las niñas corriendo hacia dentro de la casa, y Élodie se removió en mis brazos porque quería seguir a las niñas grandes, como ella las llamaba. Se tambaleó un poquito cuando la solté, y comenzó a corretear hasta dentro del rancho.

Le tendí una mano a Jasper para que se levantara del suelo, y a continuación todos entramos de nuevo en la casa. Cuando puse un pie dentro, llamaron a la puerta, por lo que me apresuré a ir a abrir, y me sorprendí gratamente al encontrar a Rosalie y a Emmett en la entrada.

-¡Hola, hola! –Canturreó Emmett antes de arrojarse sobre mí –como solía hacer siempre –para abrazarme a su manera.

-Hola chicos –los saludé con una gran sonrisa. – ¡Pensaba que estabais en Nueva York! –exclamé abrazando a mi amiga.

Ellos se habían conocido en una de las visitas que nos había hecho Rosalie, y desde el primer momento en que se vieron, se odiaron. No dejaban de discutir y de fastidiarse mutuamente, y por más que Jasper y yo intentamos que se hicieran amigos, no lo logramos. Pero un día, decidieron hacer una tregua y llevarse bien. El día que Rosalie volvía a Nueva York, Emmett decidió marcharse con ella de repente, para nuestra sorpresa, y desde aquel momento comenzaron a vivir juntos. Fue una historia demasiado extraña, pero nos alegró mucho el hecho de que dos de nuestros mejores amigos se enamoraran. Y lo mejor de todo era que vivían seis meses en el piso que Rosalie tenía en Nueva York, y seis meses en la casa que Emmett poseía en Dilley. Pero lo más divertido de todo era que ni siquiera a esas alturas habían dejado de discutir.

-Sí, pero no nos íbamos a perder el cumpleaños de nuestra sobrina favorita –me informó Rosalie entrando en la casa. Tenían a Élodie demasiado mimada, pero no podía quejarme, porque tanto Jasper como yo éramos iguales a ellos.

Cuando Élodie los vio se fue corriendo a saludarlos, y se enganchó a Emmett como si fuera una lapa. Renesmee y Karen no se quedaron atrás, por lo que se sentaron una en cada pierna de Emmett, y allí se quedaron.

Decidí sacar el pastel antes de que fuera más tarde, y cuando le cantamos el Cumpleaños feliz a Élodie, me faltó tiempo para ver como tanto las niñas como Emmett empezaban a comerse la tarta.

-¿Qué os parece si os esperáis un poco? –preguntó Jasper con el ceño fruncido, alejando el pastel de las manos de su amigo.

Tuve que darme prisa en colocar los platos, porque me ponía nerviosa la mirada suplicante de Emmett. Parecía que no había comido nada en años, así que el primer trozo que corté se lo di a él.

Cuando las niñas acabaron de comerse sus pedazos, se levantaron de la mesa y rodearon a Jasper.

-¿Vamos a jugar? –le preguntó Élodie mirándolo con los ojitos brillantes.

-¿Ahora? –preguntó él. Ni siquiera le había dado tiempo de acabarse su trozo de pastel.

Todas asintieron, y sin que hubiera dicho que sí, lo cogieron de la mano y entre las tres lo arrastraron fuera de la casa.

-Nessie, no molestes –la riñó Bella, pero su hija se limitó a hacerle un movimiento con la mano que indicaba que no estaba molestando, y a continuación salió al jardín.

-Sabes que a Jasper no le importa –le dije yo para tranquilizarla.

-Lo sé, pero es que cuando quiere se pone pesadita.

-Bueno, déjala que juegue, así esta noche dormirá como un tronco –apuntó Edward.

-En ese caso, tal vez tú también debas irte a jugar con ellos –le dijo Rosalie a Emmett.

-¿Puedo? –preguntó como si fuese un niño pequeño.

-Claro, anda, vete –le contestó ella, y Emmett no se lo pensó dos veces y salió corriendo al jardín. Parecía que estaba deseoso de irse a jugar con las niñas y con Jasper.

No pude evitar reírme, y al cabo de un rato decidimos salir nosotros también para ver qué era lo que estaban haciendo.

Un par de horas después, se fueron todos porque las niñas se quedaron dormidas en el sofá. Y era normal. No habían dejado de correr y saltar en todo el día. Me extrañaba que Jasper aún estuviera despierto.

Cuando decidimos irnos a dormir, llevé a Élodie en brazos hasta su habitación y la coloqué en la cama, tapándola con las mantas. Después de darle un beso, salí de su habitación y me fui a la mía, cerrando la puerta cuando entré. Jasper ya estaba en la cama, medio dormido.

-No me extraña que estés rendido, si eres peor tú que las niñas –lo pinché cuando me metí en la cama.

-No puedo evitarlo, me encanta jugar con ellas –murmuró abrazándome y atrayéndome hasta él, colocándome bajo su cuerpo.

-Ya veo. Y por eso mismo he pensado que podemos tener otro hijo –se me ocurrió decírselo en aquel momento, aunque ya llevaba varios días pensando en el tema.

-¿Quieres que tengamos otro? –preguntó acariciando mi mejilla con su nariz.

-Sí, ¿es que tú no?

-Claro que sí. Yo quiero tener todos los hijos que tú quieras.

-En ese caso, ¿qué te parece si empezamos ahora? –le pregunté sugerentemente, rodeándolo con mis brazos.

-Me parece genial –me contestó antes de capturar mis labios con los suyos.

En aquel momento se me fue todo el cansancio que había acumulado durante el día, y me apreté contra el cuerpo de Jasper, deseando que me acariciara.

De repente, escuchamos un grito agudo proveniente de la habitación de Élodie que hizo que nos separásemos al instante y que Jasper estuviera a punto de caerse de la cama. Al cabo de un par de segundos, la puerta de nuestra habitación se abrió de golpe, y vimos a nuestra hija parada en el marco, abrazada a su osito.

-¿Qué te pasa, cariño? –le pregunté incorporándome, aunque ya sabía lo que le ocurría. Todas las noches era lo mismo.

-Monstruo –murmuró haciendo un puchero.

-¿Otra vez? –preguntó Jasper con el ceño fruncido. –Pero si lo eché anoche de tu habitación, ¿no lo recuerdas? –le dijo para tranquilizarla, pero a mí me entró la risa al recordar la escena de la noche pasada: Jasper se había colocado una cacerola en la cabeza y se había armado con una escoba para ir a cazar al "monstruo" que habitaba en la habitación de Élodie. Ella había cogido un plumero para golpearlo si era que llegaban a capturarlo, y habían estado bastante rato en la habitación, hasta que Élodie se durmió por el aburrimiento, y Jasper pudo regresar a nuestro cuarto.

-Sí, pero ha vuelto… ¿puedo dormir con vosotros? –preguntó abrazando con más fuerza su peluche.

Observé a mi hija que me miraba haciendo un puchero, y no pude decirle que no.

-Vale, pero sólo por esta noche. Papá mañana volverá a echar al monstruo y entonces dormirás en tu habitación, ¿de acuerdo, señorita? –le pregunté firmemente, y ella asintió con una sonrisita feliz.

Sabía que teníamos que convencerla de que los monstruos no existían, pero no se lo creería hasta que fuese más mayor y comenzara a comprender mejor las cosas.

Jasper se levantó y cogió a Élodie en brazos como si fuese un saco de patatas, para después dejarla en la cama, en medio de nosotros dos.

-Y ahora, a dormir, que menuda fiesta hemos tenido hoy –dijo tapándola con las mantas. A continuación la llenó de besos que la hicieron reír, y después se tumbó junto a ella.

Yo me coloqué de lado para observar a las dos personas que más quería en el mundo y sonreí. Imaginé como habría sido mi vida si al final me hubiera casado con Garret, y no pude hacerlo. Me era imposible imaginar una vida en la que Élodie no existiera, o en la que Jasper no formara parte de ella, así que suspiré y dejé de pensar en eso. Yo era muy feliz, y sabía que la decisión que había tomado tres años atrás había sido la acertada.

Volví a la realidad, y me di cuenta de que Élodie se había quedado profundamente dormida chupándose el dedo pulgar y abrazando con el otro brazo a su osito. Jasper continuaba despierto, acariciándole suavemente el cabello a su hija, y cuando se percató de que lo estaba mirando, sonrió. Le devolví la sonrisa, agradeciéndole con la mirada todo lo que había hecho por mí y todo lo que me había dado, y cerré los ojos.

No podía pedir nada más. Aquella era mi familia, aquella era mi vida, y lo único que debía hacer era seguir viviendo por él, por ella. Por ellos.

Fin


=') ¡Qué monos! ¡No me diréis no que son una ternurita! :3

Ay...¡cómo me gustan los finales felices! Además, ya veis que no me he olvidado de Emmett y de Rosalie ;)

Espero que os haya gustado el epílogo y que hayáis disfrutado leyendo esta historia, por lo menos una mínima parte de lo mucho que disfruté yo escribiéndola. Creo que ha sido una de las historias que más me ha gustado escribir ^^

Pero claro, el fic no hubiera sido nada sin vuestros reviews, vuestros ánimos y vuestras alertas ;) ¿Os he dicho alguna vez que sois los mejores? ¿No? ¡Pues lo sois! Así que muchas gracias por todo :)

Algunas de vosotras me preguntasteis si ya tenía pensada otra historia, y la respuesta es sí, pero no sólo eso, ya la tengo escrita y recién acabada. Imagino que esta semana ya empezaré a subirla, y me pondré a escribir otra que tengo en mente (sí, últimamente me vienen ideas del más allá xD)

Y sobre el argumento, os diré que tratará sobre dos hermandades de vampiros, una humana y una venganza. Ahora os tendréis que esperar unos días para conocer un poquito más sobre el fic ;)

¡Hasta pronto!

XOXO