Claim: 1833 (Hibari/Ryohei)

Disclaimer: KHR! no me pertenece, todo hecho sin ánimos de lucro, etc.

Advertencias: Ninguna en particular. Guardianes siendo dorks, supongo, pero eso es como incentivo, la verdad. También, darle amor a esta pareja se ha vuelto como mi hito.

Pasó cuando estaban en una de sus tantas reuniones. Mientras Yamamoto reía desentendido por los comentarios de Reborn sobre su instinto asesino, y como el chico llegaría lejos, y Tsuna entraba en pánico y todo lo demás que conllevaba una situación de esas, Gokudera notó que el idiota de Ryohei no estaba haciendo ningún escándalo. Tampoco estaba callado (no se podía ser tan afortunado en la vida), pero definitivamente en bajo perfil.

Fue entonces que le notó. Un venda en un lugar muy poco ortodoxo, teniendo en cuenta donde le aparecían siempre los golpes al guardián del Sol.

– ¿Qué diablos te pasa, cabeza de césped? – preguntó de una buena vez Gokudera, arrepintiéndose al instante. Tanto tiempo con ese gato tenía que estarle pasando cuenta. Ryohei, fuera de guardia, se exaltó frente al inesperado cruce de atención hacia él.

– ¿Eh? ¿A mí? ¡No me pasa nada, cabeza de pulpo! ¡Estoy bien al extremo! – gritó Sasagawa por instinto, apuñeteando al aire con fuerza desmedida, haciendo reír de nuevo a Yamamoto. Un quejido se escapó de su boca, y bajó su brazo al instante.

Demasiado evidente para pasarlo por alto.

–Sempai, ¿qué te ha pasado en el hombro? – le preguntó Yamamoto, sonriendo como si aquello le complaciera. Ryohei, por instinto, se llevó su mano hacia el lugar mencionado, ajetreándose mucho ante el comentario.

– ¡Una herida al extremo! ¡E-eso fue! – respondió alterado– ¡¿Acaso un hombre no puede tener las marcas de lucha en su cuerpo? – siguió con el drama el guardián del Sol, drama que ciertamente se estaba armando solo, frente a la sorpresa de sus compañeros.

Sin mediar una palabra más, Ryohei se escabulló, murmurando (o más bien gritando suavemente) algo sobre como odiaba que le ocultaran su resplandor. La risa despreocupada de Yamamoto, y el insulto regular de Gokudera le quitaron peso al asunto.


Al otro día, Ryohei apareció con dos nuevos vendajes. Uno en el cuello, y el segundo en el otro hombro. Saltó el rumor que un chico al preguntarle sobre ellos con una sonrisa soslayada fue enviado directo al hospital. Algo de una "falta de honor al extremo" circuló como excusa.

De manera curiosa, la taza de estudiantes golpeados por Hibari subió escandalosamente ese mismo día.


Ya las cosas se empezaron a tornar realmente misteriosas cuando Kyoya Hibari apareció a una reunión familiar sin un instinto asesino demasiado pronunciado. Tsuna no sabía si estar feliz o simplemente botar espuma por su boca. Cuando Dino, sin temer por su propia vida, le preguntó sobre el raro suceso, Hibari paralizó a todos con una mirada intensa y cargada.

Respondió algo sobre herbívoros mostrando su verdadera faceta, y se retiró, prometiendo sangre.

Al ver otro puesto de guardián ausente, Tsuna fue el único que no hizo la conexión.


–Hibari, ¿qué se siente ser desafiado al extremo en tu propio juego? – gruñó, bajo y grave, junto al cuello del aludido, dejando recorrer su aliento por esa parte tan sensible.

–Callate, Sasagawa, y muérdeme hasta la muerte.

–Complacido al extremo– el sonido de piel al romperse combinado con un gemido retumbó en la azotea de Namimori.


Una idea algo disparatada, pero que puedo ver claramente en mi cabeza XD Espero que lo haya plasmado medianamente bien. También, persuadir simpre trae buenas consecuencias, en especial si hablamos de fics *ríe*