GRACIAS A TODOS POR COMENTAR Y PERDONEN LA TARDANZA

CAP 20

-"¡Cuidado!" – Aquel grito ahogado me hizo mirar por donde iba. Una luz cegante me hizo retroceder, cuando alcancé a ver me encontré con una brecha en medio del pasillo. No había dudas, era una brecha similar a la que se abrió cuando Ira lanzó mi blade. Comunicaba el mundo de las bestias-beats con el de los humanos. Pero ¿quién me había alertado? ¿Cómo rayos se formó aquella brecha? –"Madia." – Una voz temblorosa me llamaba.

-"Kiara." – Alcancé a decir. Era el mismo felino que me visitó cuando nació Sheila, pero esta vez mostraba una brutal fiereza. –"¿Quién eres?" – Por un momento dudé si esa cosa era una bestia-beat de verdad.

-"¡Madia sal de ahí!"- Alguien de mi mundo me llamaba. La brecha cada vez era más grande y había conseguido rodearme. El felino venía corriendo hacia mí a toda velocidad mostrando sus enormes zarpas y colmillo. Las cosas podrían cuadrar en el último segundo, pero aquella vez no me libraría de las heridas.

-"Madia".- No se qué ocurrió pero cuando desperté, estaba envuelta de sombras y arañazos que crujían y producían una extraña sensación pegajosa. Al poco vi a Kiara aprisionada por una extraña jaula luminosa, y a Victor sujetándome. –"¿Madia me oyes?"- En sus ojos se mostraban cierta preocupación, pero a la vez un extraño poder me hacía sentir un gran escalofrío. Rápidamente me separé de él, y caí con las rodillas dobladas y mis manos tocando el frío suelo de piedra.

-"¿Qué rayos ha ocurrido?"- Quise levantarme.

-"No te muevas." – Casi grita Victor, lo cual había sido en vano pues ya me había movido. Al instante los arañazos se abrieron y empezó a manar sangre de un intenso rojo que se podía confundir con el negro. Sorprendentemente no sentía dolor de esas heridas, pero si un gran cansancio en todo el cuerpo. –"Dios, Madia."- Victor me observaba medio asustado, preguntándose cómo podía seguir consciente.-"No te muevas más."- Se acerco. Yo acababa de caer al suelo de rodillas.

-"¿Qué eres?" – Le pregunté una vez se había acercado. Aquello era muy extraño, había muchas preguntas y Victor parecía saberlas pues se desenvolvía tranquilo ante la presencia de bestias-bit y poderes extraños. Sus manos emitían una extraña luz capaz de ir cerrando mis heridas.

-"Tranquila, Kiara está controlada." – Se limitó a responder.

-"No me has contestado."- Le dije.

-"Yo soy yo."- Me contestó. Un escalofrío enorme me rodeo, aquella mirada no era humana, insinuaba que no me atreviese a preguntar más. Pero en juego de miradas, no me iba a dejar ganar.

-"Victor dime ¿Qué está pasando?"- Contuve gritarlo. –"¿Quién eres? ¿Qué sabes de mí? de las bestias-bit? ¿y qué es esto?"- Agarré la muñeca de la mano con la que emitía luz. El cerró los ojos y me miró.

-"No soy yo el que debe contestarte. Es ella." – Señaló al felino mal humorado que estaba atrapado.

-"¿Kiara?" – Victor asintió ante mi pregunta. –"¿Cómo va a responderme? Está, es un fiera."

-"Tu misma lo dijiste, eres amiga de las bestias-bit ¿no es así? No sé cómo, pero ha venido para eso. Esa es su misión como obligada, así que la única que puede evitar que salgan más heridos eres tú."

-"¿Así que es cierto? Las heridas misteriosas que dejaban inconsciente a los chicos eran de Kiara."- Victor asintió. –"Pero, ¿y lo que ya están heridos?"

-"¡Marik!"- Los rugidos del felino habían alertado a más personas. Un grupo de chicos que había recién acabado los entrenamientos observaban asombrados.

-"Mierda."-Casi susurró Victor, su poder no daba para tanto. Kiara cada vez estaba más nerviosa, y cuanto más gastaba el chico en las barreras, menos podía atender mis heridas.

-"Victor concéntrate en Kiara." – Advertí.

-"Demasiado tarde."

-"¿Qué?" – Temí lo peor. La reja luminosa desapareció, y los ojos del felino ya no mostraban pupila alguna, el color blanco del pelo fue sustituido por el negro, y su aterciopelada cola se había convertido en la de un León. Se lanzó directamente al grupo más numeroso, y comenzó a lanzar zarpazos acompañados de electricidad y fuego. –"Eso dejará huella. ¿Qué puedo hacer?" – Pregunté a Victor.

-"Nada con esas heridas, será mejor que te alejes."- Me advirtió.

-"¿Te encargarás tú?" – El se quedó pensativo observando. Al principio pareció preocupado por no ocurrírsele ninguna solución.

-"Abrir una grieta." – Encontró la solución.

-"¿Qué? ¿Cómo vas a hacer eso?"

-"No lo haré yo, lo harás tú." – Error, ¿cómo rayos iba a hacer yo una grieta entre dos mundos. –"Madia, ¿Qué sentías cuando apareció Kiara? Concéntrate en eso."

-"La grieta no la atraerá la espantará." –Parecíamos tontos, había que actuar ya, pero yo no tenía blaid o al menos no una bestia-bit.

-"Piensa en tu madre."- Dijo como si estuviera convencido de que eso me ayudaría en esa situación. El ruido empezaba a sonar en forma de eco, y el fuego empezaba a ser lo suficientemente fuerte como para cegar. Kiara no iba directa a atacar a los humanos, quería destruir la abadía, entonces las llamas nos rodearon a cada uno por separado ¿Mi madre? ¿Cómo poder pensar en ella? No puedo.

–"Madia."- Escuché la voz de mi madre. –"Corre." - En unos segundos me aparecieron en la mente imágenes de los ojos de Kiara y su paciencia, mientras corría hacia ella.

–"¡Kiara!"- El felino me miró. Sentí los ojos de muchos observando la situación que transcurría en solo unos segundos. Levanté mi mano y justo cuando roce su pelaje un potente ruido se escuchó. Noté como caí boca abajo sobre tierra, y Kiara salía corriendo mientras rugía, se detuvo un momento y me miró, después se alejó corriendo. Unos minutos habrían pasado para darme lugar a reponer fuerzas. Me alcé un poco, hierba grisácea y suave me envolvía, y una tierra marrón había teñido de manchas mi ropa. –"Una grieta."- Miré hacia atrás. Efectivamente era una grieta entre el mundo de las bestias-bits y el mío, que estaba a punto de cerrarse. –"Espera." – Corrí hacía ella cuando estaba a punto de cerrarse.

-"¡Madia!"- Alguien tiró del cuello de mi ropa, en un pestañear de ojos estaba frente a Victor en una zona de la abadía totalmente quemada.

-"¿Qué ha ocurrido?"- Pregunté mientras Victor soltó el cuello del uniforme.

-"Tenemos que irnos Boris viene." – Dijo Victor. –"Ahora habrá que buscarse un escondite."

-"Victor." – Mi mente pensó rápido. –"Se dónde podemos ocultarnos."-Los guardias venían corriendo.

-"Esta bien corre."- Ambos salimos corriendo, pero era yo la que lo guiaba a él. Corrí por el mismo camino que hacía unos días atrás me enseñó Tala, los cuales no estaban muy transitados por guardias. Llegamos a una puerta de madera vieja, la abrí rápido y tras entrar Victor la cerré.

-"¿Madia?"-Comentó una voz familiar.

-"Hola Bryan." – Dije yo.

-"¿Ha donde me has traído?"- Cuestionó Victor.

-"Ese es Spencer."- Lo señalé.-"Kiara lo hirió."- Aprovechando que teníamos que salir corriendo, guíe a Victor a este lugar. El tenía el poder de curar esas heridas.

-"Ni hablar."- Me leyó la mente. No estaba dispuesto a colaborar.

-"oh, ¿venga ya? Serán unos minutos de nada." –Intenté convencerle.

-"Ejem."- Bryan se hizo notar.-"Creó que no te quedó claro la última vez. Madia, este no es el lugar de reunión con tus amiguitos, te trajimos por Spencer."

-"Lo sé Bryan. ¡Victor! Espera." – Lo detuve antes de que cruzara.-"Bryan este es el único capaz de curar esas heridas."

-"¿Este? ¿Qué tiene de especial para mejorar esas heridas? ¿Dónde rayos te has metido para que te hagan eso ojos espejo?"- Preguntó Bryan al observar mi cuerpo. Era cierto no me acordaba de las heridas que Kiara me hizo, pero no era tiempo de pensar en eso.

-"Protesto, este no es mi asunto."- Saltó Victor.

-"Eh atontado de la gorra, ¿es cierto eso que dice Madia?"-Habló Bryan.

-"Será mejor que me marche."-Abrió la puerta Victor.

-"Espera, los guardias." – Le empujé a un lado y cerré la puerta.

-"¡Ya basta Madia!"-Intentó asustarme Victor imponiendo su autoridad. –"¡TÚ no eres quién para obligarme a hacer cosas!" – Enfatizó ese tú por alguna razón. Espero que no fuese porque se creyera mejor que yo.

-"Por supuesto. Yo que nunca te he tratado mal no puedo pedirte ningún favor. Y sin embargo ante Boris estás dispuesto a todo." – Intente recriminar.

-"No metas a Boris en esto ¡El no tiene nada que ver con lo que tratamos ahora!"

-"¡Si tiene que ver! Si no fuera por él yo estaría tranquilamente en casa mientras mi madre me explica que es todo esto de las bestias-bit, no estaría aquí siendo forzada a todo, y ¡no tendría por qué ver TU ODIOSA CARA!" – En aquel momento no podía controlar mi furia, y estaba dispuesta a soltar todo lo que me reconcomía por dentro.

-"Que bien os lleváis."– Dijo sarcástico Bryan, yo solo pude mirarle con desprecio en ese momento.

-"Bien Madia. Por fin eres sincera ¡te has dado cuenta!" – No entendí de que me estaba acusando en aquella ocasión, pero sí comprobé, que estaba consiguiendo llegar a su límite. Estaba dispuesto a marcharse y yo no iba a detenerle.

-"No suelo meterme en estos temas. Pero si sales ahora ¿no te pillaran los guardias? He podido escuchar que estos días han estado muy alterados." -Tala entró por la puerta. No nos dio lugar a sorprendernos cuando prosiguió hablando. –"Mira chico, no sé quién eres ni qué rayos te traes con Madia, pero mi compañero está herido y necesitamos tu ayuda." – Ante aquel comentario Victor me miró con cierto resentimiento, después cerró los ojos y suspiro. Camino hacia delante hasta llegar a Spencer. Una vez su mano comenzó a iluminarse se arrodilló y la luz envolvió todo el cuerpo del chico que permanecía inconsciente. Por unos momentos observé atenta. Pasaron unos quince incómodos minutos en los que no sabía que hacer –"Ellos son los medios."-Victor rompió el silencio.

-"¿Qué?"-Pregunté.

-"Por ahora hay tres grupos. Los humanos solo pueden llegar a ver las bestias-bit. Los medios además pueden llegar a comunicarse con ellas. Y los guardianes no solo las ven y hablan con las bestia-bit sino que pueden manejar la materia en la que estas criaturas se mueven, llegando a poder viajar a su mundo."-Explicó Victor que me acababa de aclarar que era exactamente un guardián. –"Es Kiara quien debería haberte dicho. Esa era su misión pero esa bestia-bit no quería someterse a ningún humano, por eso acabó haciendo esto."

-"Cuéntame, eso no es lo único que Kiara tenía que decirme ¿verdad?"

-"Yo no soy quién debe decírtelo"- Las heridas de Spencer desaparecieron. –"Te seré sincero Madia. Eres insoportable no me caes nada bien y odio tener que protegerte patéticamente de las bestias bit. Pero como estoy obligado a ello te aconsejo que no abuses de mi paciencia."-Yo iba a responderle, ¡iba a responderle! Pero me quedé sin aliento y estoy segura de que fue culpa de su extraño poder. -"No se despertará inmediatamente, después de una hora volverá a su estado normal."- Dijo a Tala y Bryan.

-"Gracias."-Dijo Tala en un tono áspero. No era propio en el aquel gesto, pero dada la tensión del ambiente supongo que lo vio necesario. Victor se encaminó a la puerta. Esta vez nadie le iba a detener. Yo lo hubiese hecho, pero de nuevo estoy segura de que él me hizo algo para que no pudiese hablar, y eso me hacía enfurecer.

-"Que gran poder de persuasión." –Se escuchó una vez Victor se marchó. A Bryan le gustaba rematar la faena a la hora de hacerme enfadar.

-"Cállate."-Dije mal humorada. Salí de la habitación y cerré la puerta. Ya había pasado suficiente para que el revuelo que se formó por Kiara hubiese pasado, pero aún así andaría con cuidado. No sabía cuan alterado podían estar los guardias. Me sabía los caminos de memoria, aunque la abadía pudiese parecer un laberinto, aún así no tenía a un sitio fijo al que ir.

-"Marik Valkov." – Mierda, ese era mi nombre, o al menos mi nombre falso. Unos guardias se acercaban a paso ligero, y yo ya no podía huir. –"Tienes que acompañarnos." – Obedecí, no quedaba otra. Mientras lo seguía comprobé a dónde íbamos. Sin duda al despacho de Boris. Odiaba ese lugar, seguro me estaría esperando para no sé qué experimento del mundo de las bestia. Los guardias abrieron la puerta, que emitió un agudo chirrido. Me hicieron pasar y sentarme en la silla. Para mi sorpresa, delante de mí no estaba Boris. Había un hombre de apariencia paciente con bastante experiencia, de unos cuarenta años. Era castaño de pelo y ojos, y vestía un extraño uniforme. Un extraño mensaje voló por mi cabeza diciendo 'no dar tu verdadera identidad'.

-"Hola Marik." – Habló el sujeto. –"Me llamo Taylor Asenjo y seré tu profesor a partir de ahora."

-"¿Profesor?"- Me atreví a preguntar.

-"Sí. De las asignaturas elementales, ciencias, matemáticas e idiomas. En poco sabrás hablar como unas persona verdaderamente culta, con conocimientos de cualquier campo y habilidad en distintos idiomas, pero para ello necesito tu colaboración." –Aquellas palabras sonaron tan exageradamente bien dichas que me sentí inferior. –"Tengo entendido que hablas ruso, español, japonés y has aprendido un poco de inglés."

-"Inglés es el que menos se." –Me atreví a decir.

-"Pues es el idioma más importante, pero tranquilo, te resultará fácil en comparación con otros." – Aquello me sorprendió, al poco recordé que era Voltaire Hiwatari, quien quería que fuese una persona 'culta' y que ahora le pertenecía. Pasaron varios meses sin entender porqué Hiwatari decidió acogerme a su cargo. En cinco meses había aprendido a manejar el ruso y español completamente, teniendo en cuenta de que eran mis lenguas natales, no había mucha hazaña en ese hecho. Tarde un poco más en dominar el japonés. La letra, abecedario y expresiones variaban mucho. Cada palabra que aprendía, era un viaje a los desconocido, en el que el profesor Asenjo, quien sabía ejercer bastante bien su profesión, conseguía transportarme a cada uno de los países de los que hablaba y a veces estar en la abadía se convertía en una rutina, y la carga que sentía todos los días al levantarme poco a poco desapareció. Aprendí la historia del mundo, y más extensamente la de Europa. Conocí la política de cada país y los conocimientos que compartían. Aprendí a multiplicar, dividir, sumar… e incluso hacer ¡cuentas con letras! Cosa que me pareció increíble, y con el tiempo entretenida. Casi dos años fueron necesarios para aprender estrictamente lo necesario. Mese en los que descansé de mi rutina de acudir a los experimentos y entrenamientos. También fueron meses en los que apenas hablé con nadie, aunque siempre me cruzaba alguna que otra vez con Victor, con quién mantenía una gran distancia. No había que ser muy listo para darse cuenta de que nos habíamos peleado. Comprobé con alegría que Spencer había mejorado notablemente. Aún me quedaban unos cuantos años más en los que se extendería mis conocimientos sobre lo ya aprendido. Pero hasta que cumplí mis nueve años, no comencé de nuevo con la rutina con la que empecé. Ahora mismo Sheila cumpliría los dos años, y Elia parecía no estar muy mal. Durante todo este tiempo imaginé como capturar a Kiara. No podría lograrlo si no viajaba al mundo de las bestias-bit o se habría una brecha. De todos modos con la brecha el contraste de mundos causaría heridas a cualquiera, y aunque había pasado tiempo, seguro Kiara seguía enfadada conmigo. Por mi culpa aquella bestia-bit se vio obligada a quedarse en mi mundo, si no hubiera sido por la brecha que se abrió. Tenía motivos para estar enfadada así que no la culpo por las heridas que me hizo. La verdad eran más llamativas que dolorosas, en poco se fue la molestia y el dolor, pero tardaron mucho más en desaparecer, que fue lo que menos me gustó, pues llamaba la atención de todos. Me encaminé a la habitación de esclavas. Odiaba aquella situación. Odiaba que la rutina me impidiese a penas hablar con quienes conocía, y para empeorar la cosa, a los que conocía no eran precisamente muy habladores. Odiaba aquella situación, pero por lo menos los meses pasaron rápidos. No podía negar la idea de que no saber la verdad de ese mundo me estaba intrigando demasiado y lo que más detestaba era que Victor supiese mucho más que yo y no me dijese nada. Desde aquella pelea no nos volvimos hablar y los primeros meses estaba segura de no dirigirle la palabra nunca, pero ahora la incertidumbre me estaba matando ¿porqué sabe ese sujeto más que yo? ¿Quién rayos es su familia? ¿De dónde sale? No era justo.

- "Madia, hoy te toca el comedor."- Decía Xian. Por fin después de numerosas incertidumbres el comedor se pondría en marcha. Las chicas seríamos las que tendríamos que cocinar. No sabíamos muy bien por qué iban a comenzar a alimentar a los que allí estaban. Supongo que por las numerosas bajas, o por las inspecciones que se hacían en las abadía más importantes de la ciudad. –"Por cierto Madia." – Ya iba a salir de la habitación. Era algo bastante raro que me detuvieran. –"Termina rápido. Valkov nos quiere a todos reunido en la entrada dentro de una hora."

-"Está bien." – Me limité a decir con cierta curiosidad. ¿Qué podría querer Boris ahora? Sea como fuere, me puse manos a la obra y recogí los restos del comedor. Alguna que otra vez, las que limpiaban el comedor guardaban los restos de comida para ellas, pero últimamente, a los chicos se les daba lo justo para alimentarse y no quedaba ni un resto de lo que servían a los luchadores para alimentarse. Metía platos y cubiertos de madera en una bolsa, y los llevaba a los baños. Allí un grupo de compañeras se encargaban de limpiarlos. Las mesas eran enormes, tenía numerosas manchas que ya no podían quitarse. Los que comían venían al comedor por turnos. Tenían treinta minutos para comer y largarse a entrenar de nuevo. Estaban ocurriendo tal cantidad de cambios, que lo más seguro es que Boris quería reunirnos para informarnos de cual era nuestra labor. Terminé y me dirigí a la entrada. Allí todos miraban curiosos unos a otros, preguntándose qué ocurriría. Lo que más me sorprendió fue que por primera vez reunieron a chicos y chicas juntos. Guardias nombraban a cada uno por nombre. Apuntando sus datos los decían en vos alta y agrupaban a los que allí estábamos en dos grupos. No había que ser muy listo para darse cuenta de que nos separaban por sexo. El grupo de mujeres era inmenso en comparación con el de hombres. Entre nosotras había personas de entre ocho y veinte años, mientras que en los chicos eran de entre nueve y dieciséis años. Mientras todos estallaban en confusión silenciosa, pude ver a Tala y su grupo, incluso Ian estaba con ellos.

-"Nombre." – Un guardia se puso en frente de mí.

-"Marik." – Contesté.

-"Tu verdadero nombre y apellidos" – Dijo aquel hombre con desprecio.

-"Madia Valkov." –Dije. Todos escuchaban los datos de todos, en aquel entonces, nuestras verdaderas identidades eran reveladas.

-"Experimento A." – Dijo aquel guardia. –"Sin equipo. Sirvienta." – Todo lo decía en voz alta de tal modo que lo escucharan. Entonces pasó al siguiente. Tardaron alrededor de dos horas para tener los datos de todos. En el grupo de las mujeres la mayoría eran sirvientas sin equipo y sin ningún experimento. En los chicos era todo lo contrario. Fue entonces cuando apareció Boris.

-"Os he convocado para hacer una limpieza de personas." – Decenas de guardias salieron y se pusieron al lado de determinadas personas. –"Llevároslos."- Entonces empezaron a tirar de esas personas y sacarlas de allí. Algunos no querían pues se imaginaban lo peor. Entre esas personas estaba Nayara.

-"¡NO!" – Salió Tamara en su defensa. –"¡Dejarla en paz! ¿qué vais a hacer?"- Mientras Tamara y otras personas protestaban, Boris seguía hablando.

-"Quedaos con las caras de los que permanezcan aquí porque seréis los únicos que quedaran en este lugar. Y observar a los que se marchan porque será la última vez que los veáis." – Decía con voz arrogante y orgullosa. Palabras que en aquel momento me producían un miedo y angustia exagerada.

-"¡Nayara!"- Seguía diciendo Tamara.

-"Tamara déjala ir. Tamara"- Intentaba tranquilizarla Xian.

-"Tamy ¿qué van a hacerme?" – Empezaba a llorar Nayara.

-"Tranquila. Estaremos juntas, dentro de poco estaremos juntas." – Los guardias forcejeaban con Tamara para que soltase a Nayara.

-"¡Tamy!" – Sus manos se soltaron. Era el único forcejeo que observé detenidamente, pero por toda la sala, decenas de personas también suplicaban una explicación o una oportunidad. En poco ciento de personas se redujeron a cincuenta hombres y cincuenta esclavas.

-"Sin embargo"-Siguió hablando Boris. –"En otras partes de este país muchas personas han respondido positivamente a los entrenamientos." – Las puertas se abrieron y unas veinte personas entraron. –"A partir de hoy VioBolt se concentrará en este edificio." – Todos observaron curiosos a los que entraban, observándolos de arriba abajo. Lo que más me sorprendió fue ver a Ira.

-"¡Ir…!" – Estaba a punto de decir su nombre, cuando la presencia de otra persona me sobrecogió. –"¡Ka… Karen!"

CONTINUARÁ…

ESPERO LES GUSTASE

Dudas, sugerencias, consejos espero sus comentarios

Gracias a todos los que leen