Hola, otra vez, hacía rato que no actualizaba la historia, se preguntaran el porqué, bueno si no lo hicieron, se los cuento igual, tuve serios problemas de tiempo y de dinero y cuando ya me había ordenado tuve un "pequeño" accidente en moto, y hace poco que salí del hospital XD.
Basta de mi, y vamos a la historia, pero primero quisiera agradecerle a todas las personas que se dieron el tiempo de leerla, y principalmente a aquellas que me dejaron un Reviews, o me agregaron a su lista de autores favoritos y en especial a seipegasus, gracias por tus correos y tu interés en mi humilde historia, (perdón por las faltas de ortografía, XD).
Ha se me olvidaba, Ben 10 no me pertenece.
En este capítulo la historia toma un giro "raro", espero que la disfruten tanto como yo al escribirla… ya no los aburro más XD
No creas que todos estos años no han dejado su huella en Ben- decía una voz que ella conocía, - a que te refieres?, abuela- le respondía la joven a Verdona que se acababa de materializar frente a ella. – que es lo que Ben ha estado haciendo estos tres años para acabar de esta manera? – agregaba la peli naranja mientras señalaba el abdomen de Ben, que estaba repleto de cicatrices.
- no me refería a estos últimos tres años, me refería a los años en que mi nieto estuvo en la Tierra. O pensaste que siempre salía ileso de esas batallas, mi querida Gwen, no tienes ni idea de lo que tuvo que soportar cuando estaba en este planeta, se enfrento a los seres más temidos de las 5 galaxias conocidas, eso mi querida Gwen deja muchas cicatrices y más cuando lo enfrentas solo.- decía Verdona, a una Gwen que no entendía como su primo pudo soportar semejantes heridas, y aun así asistir a la escuela, y soportar el maltrato diario de parte de ella y de sus "amigos",
-yo no lo savia, si lo hubiese sabido hubiera…- decía Gwen con una voz apagada y llena de vergüenza, pero La voz de una chica la interrumpía.
- aun si lo hubieras sabido no abrías hecho nada, porque siempre te ha importado más tu reputación y quedar bien con tus "amigos", y ayudarlo habría significado perder tu estatus, así que no me vengas con esas mentiras- le recriminaba la extraña voz,
Gwen miro a su alrededor buscando el origen de aquella voz, pero no encontró nada, -yo..- alcanzaba a responder la pelirroja, antes de volver a ser interrumpida por la extraña voz, - porque peleas Gwen Tennyson?, peleas porque es correcto? , por poder? , O por la fama que te da ser la salvadora del mundo?- le preguntaba la extraña voz, a la vez que se materializaba frente a Gwen.
Frente a ella se materializaba una silueta femenina de curvas casi tan pronunciadas como las de ella, esta figura estaba cubierta por una energía negra y no se distinguía ningún otro rasgo más que sus ojos, de un rojo tan intenso y lúgubre, que parecían pintados con sangre, pero lo que más sorprendió a Gwen fue el origen de la figura, Hera la bufanda que Ben llevaba,
-quien eres? , Que eres?- preguntaba una confundida Gwen, pero esta era ignorada por completo por la extraña figura.
– No as respondido a mi pregunta- le decía de forma amenazante la extraña silueta a Gwen,
- yo peleo por las mismas razones que Ben- respondía algo tímida, y es que la forma en que esos ojos la miraban intimidarían a cualquiera.
-no tienes idea de los motivos que Ben tiene para luchar, no sabes nada de él, así que no lo metas en esto- decía furiosa la extraña silueta, acercándose a Gwen con muy malas intenciones, Gwen que se había paralizado por esos ojos, no hiso más que mirar el piso y esperar lo peor, pero una voz la salvo, esa voz hiso que su corazón se acelerara, - Yami ya vasta- decía serio Ben, mientras se sentaba en la camilla.
Luego de un pequeño silencio, Ben se paró de la camilla, - vamos Yami, ya sabes cómo se pone cuando lo hacemos esperar demasiado, y no estoy de ánimos para soportarlo- decía Ben, ignorando a Gwen y caminando a la salida para marcharse, se encontraba ya en la puerta cuando sintió que alguien lo tomaba de su dedo meñique, al voltear a ver, vio a su prima que lo sostenía de forma tímida, pero muy firme, y con los ojos llenos de lagrimas le pidió que se quedara un tiempo más, que le diera una última oportunidad.
-rayos- pensó Ben, como negarse a esos ojos vidriosos, a esos ojos que expresaban tantos sentimientos a la vez, a aquellos ojos por los que tanto sufrió en el pasado, como negarse a la princesa de sus sueños, el savia que era imposible, aun después de haber hecho "eso", la seguía amando por sobre todas las cosas. Una sonrisa de resignación salió de su rostro mientras se volvía a sentar en la camilla, entre Yami y Gwen.
-qué fue lo que te ocurrió en estos tres años Ben?, pares otra persona- decía Gwen intentando romper el hielo.
-cambie, o madure si así lo prefieres. Las personas cambian ya sea de una forma u otra siempre cambian, y tu mejor que nadie debería saberlo- respondía Ben con algo de sarcasmo al final. Al ver que las cosas se empezaban a poner muy tensas, Verdona que se había mantenido al margen, decidió intervenir. Pero era interrumpida por Gwen, que quería conocer más sobre la extraña chica que acompañaba a Ben. –quien es ella, Ben?, preguntaba algo tímida la pelirroja.
-ella es Yami, una Súcubo- respondía Ben.
-una Súcubo?, es la primera vez que oigo hablar de esa reza alienígena- decía Gwen, -pero como se conocieron y porque ella salió de tu bufanda? - agregaba la joven pelirroja, que poco a poco empezaba a sentirse más cómoda. – es muy difícil ver a una Súcubo fuera del Velo, de hecho Yami es la única que ha cruzado, aunque muchas especies cruzan hacia el Velo, con distintos motivos, las Súcubos siempre se han mantenido en la seguridad que les ofrecen los sistemas de Terminus.- respondía Ben, a una Gwen que escuchaba atenta.
-porqué nunca han cruzado? Preguntaba intrigada Gwen, y Ben le respondía que las Súcubos poseían unas cualidades únicas, para empezar su pueblo estaba compuesto enteramente por el sexo femenino, esto intrigaba a un mas a la pelirroja, ya que no podrían tener hijos si solo hubiese un genero, verdad?.
Este comentario provocaba una sonrisa en Ben, ya que este era un tema delicado para Yami.
– pero que cerrada es tu visión del universo pequeña, nosotras no engendramos a nuestras hijas de la forma "tradicional", nosotras nos unimos mas allá de la carne… unimos nuestras raíces, nuestras almas, es difícil de explicar y hacerlo comprensible para un humano pero ya tienes una idea, verdad?- le explicaba Yami a Gwen, que ante la pregunta de esta solo asentía con la cabeza, - y además la especie del otro progenitor nos da igual, una Súcubo siempre dará a luz a otra Súcubo, y el contacto físico puede estar presente o no- agregaba la Súcubo.
-pero esa no es la principal razón por la que no cruzan el velo- agregaba Verdona, -y cuál es?- preguntaba Gwen.
A las súcubos se les considera una raza parasito, ya que sobreviven de la energía de otras rasas.- le explicaba Verdona a su nieta.
Esta explicación hacía pensar a Gwen de que Yami se estaba aprovechando de Ben, como una sanguijuela.
-eso es falso!- exclamaba furiosa Yami.
-es cierto de que pueden unirse a otro ser vivo, pero siempre con la aprobación de ambos y bajos ciertos requisitos- le explicaba Ben a la pelirroja que lo escuchaba atenta y le preguntaba por esos requisitos, a lo que Ben le respondía que a esa unión se les llamaba "pacto" o "unión"
- para realizar un pacto la súcubo tiene que encontrarse al borde de la muerte, y el otro involucrado tiene que ofrecerle algo "suyo", y por suyo me refiero a una parte de él, este "algo" sirve como vinculo entre la súcubo y la otra persona, es algo así como una ofrenda - le explicaba Ben.
-y qué hace la súcubo con la ofrenda?- preguntaba Gwen, a lo que Yami le contestaba que se la devoraban, -nos la comemos- decía la súcubo relamiéndose los labios. Asustando a Gwen ya que estaba segura de que Ben había realizado el dichoso pacto ese, pero que pudo haberle dado?, a simple vista parecía entero.
-Ben… tu realizaste un pacto con Yami, verdad?- preguntaba tímida Gwen
-si- le respondía este.
-fue hace un año y medio atrás, cuando comenzaba como mercenario, me dirigí a un pequeño planeta, en el corazón de Argos Rhö, que se encontraba en una guerra civil- comenzaba su relato Ben, ente la mirada atenta de Gwen.
-al llegar a la base de operaciones, un edificio en ruinas, y con muy pocos combatientes, una figura me llamo la atención, Hera una hermosa chica de alas majestuosas, cubierta con la sangre de sus enemigos caídos, esta chica me hiso recordar muchas que yo creí haber dejado atrás. Medio año de luchas interminables paso y la relación de amistad que había forjado con esa chica me hiso sentir importante, por fin tenia alguien a quien llamar amigo.
Pero como todo lo bueno se acaba, yo no sería la acepción, fue después de una misión en territorio enemigo, que todo empezó a caerse a pedazos, en esa misión descubrí algo que dejo mis ánimos por el suelo, sentía que todo por loquee había pasado, esos 5 años, fue completamente inútil, pero alavés, sentí que todavía tenía una oportunidad de recuperar lo que había dejado marchar,
Al volver al cuartel, fui directo a contarle lo que había descubierto a mi amiga, cuando algo nos sacudió violentamente y me hiso perder el conocimiento.
No sé cuánto tiempo estuve inconsciente, pero cuando desperté, vi a mi amiga unos metros más adelante estaba muy mal herida y apenas se mantenía consiente, sus majestuosas alas habían sido arrancadas, por la explosión. Intente pararme para ayudarla, pero no pude, mis piernas ya no estaban, así que me arrastre hacia ella, debía hacer algo, debía salvar a mi amiga y yo debía intentar recuperar lo que había dejado atrás.
Ella ya me había contado sobre las cualidades de su gente de sus pros y sus contras, así que tome la única alternativa que nos quedaba, la senté y la apoye en un escombro, me le acerque a su oído y le susurre lo que iba a hacer, ella solo me miro temerosa, y con una sonrisa asintió.
Me acomode a su lado, tome una de mis espadas de mi espalda, respire hondo, y la hundí en mi pecho, comencé a cortar con cuidado, metí mis manos por el corte que me había hecho y me arranque el corazón y rápidamente lo deposite en su boca- concluía su relato Ben, ante la mirada impávida de su prima, que no podía creer lo que Ben había hecho.
Gwen se disponía a preguntar algo cuando el sonido de un objeto metálico revotando contra el piso la puso alerta, segundos después una gran explosión sacudía el hospital.
Tras la explosión la figura de un hombre anciano y obeso, acompañado por un equipo de 7 personas se dibujaba al final del pasillo de aquel hospital
Hasta aquí con el segundo capítulo, espero les haya gustado, espero sus reviws XD, intentare subir el próximo capítulo lo antes posible.
A en este fic ay muchas referencias a un juego que me fascina mucho, ojala y se den cuenta cual es.