Disclaimer: Digimon no es de mi propiedad. La historia aquí presentada es con fines de entretenimiento, no de lucro.
08: En busca de respuestas
Los digimons no estaban en muy buenas condiciones tampoco, se verían lastimados y agotados por todo lo que pelaron, en cambio los digimons oscuros cuando se marcharon no tenían ni gota de cansancio ni de derrota. Se veían no sólo heridos físicamente, sino también su orgullo se encontraba en pésimas condiciones. Los digimons se ayudaron entre sí para ir tras de sus amigos, pero los digimons compañeros de los elegidos se quedaron atrás.
—Siento que soy un bueno para nada —dijo Dratmon quien se dejó caer para atrás—. Que no podré defender a Eidan.
—Yo me siento igual… Ashley me odiará —Squadmon empezó a llorar.
—Por mi culpa Chris ahora se encuentra herido, yo no debería ser su compañero —Guepmon miró el suelo con ganas de excavar en él y perderse entre la tierra.
—No pudimos hacer nada, ellos eran el doble de fuertes que nosotros… —habló Radramon no sabían si su intención era animarlos o desanimarlos más por el tono que uso.
—Yo aún ando con la rabia de qué ese chico golpeara a Kate —Procynamon se veía molesto por aquel hecho.
—Creo que lo mejor es no llegar hasta que nos recuperemos, ahora somos una molestia —expuso el digimon de Chris.
—Hey, ustedes jamás serán una molestia —era la voz de Mimi quien había vuelto al notar la ausencia de los digimons de los elegidos—. Y no se sientan mal por haber perdido esta batalla, a nosotros no nos importa que pierdan, lo que nos importa es que estén bien y que estén con nosotros son lo más preciado que tenemos —les sonrió, acariciando la cabeza de cada uno de ellos.
—Ahora entiendo porque eres la mejor amiga de Ashley —Squadmon se notaba contenta por las palabras de Mimi.
—Vayan con ellos, ahora los necesitan —le dijo Mimi.
Los digimons le dieron las gracias, se sentían un poco más apoyados por las palabras de la chica y con la promesa que al a próxima darían lo mejor de sí. Mimi se quedó en aquel lugar, viendo a los digimons como entre ellos se ayudaban para ir. Faltaba Palmon. Suspiró con tristeza, sin más siguió a los digimons.
Los jóvenes estaban quejándose de los adoloridos que estaban, las chicas eran lo más rápidas posibles por atenderlos, vio como Sora se fue directo con Matt, desvió su mirada inmediatamente hacia otro lado. Fue hacia Joe para ayudarlo, el chico se veía atareado, estaba poniendo en práctica sus conocimientos en medicina.
—También los digimons están lastimados —le dijo Mimi.
—Lo sé, pero… —Joe se notaba muy nervioso, asustado, desesperado—. No puedo, creo que me equivoque de profesión —quería llorar.
—Tranquilo, ninguno de ellos están heridos de muerte ni nada por el estilo, tómalo con calma, consta en limpiar sus heridas, evitar que se infecten, que la sangre ya no siga fluyendo o que salgan los intestinos, o los ojos —tal vez la intención de Mimi era ayudar, pero las cosas que decía ponían peor a Joe.
Joe se llevó la mano a la boca, empezando a hacer gesticulaciones de asco, se levantó rápidamente y se escuchó cómo fue a devolver el estómago tras de los arbustos. Mimi se quedó viendo de un lado para otro, no era agradable escuchar a alguien vomitar, hasta que se dio cuenta que aquello lo había provocado ella. El joven volvió y se sentó al lado de Mimi, sus ojos no enfocaban a ninguna parte.
—Lo lamento Joe, no era mi intención pero la carrera de médico no es fácil y por algo debes de empezar, por ejemplo, perder el asco a algunas cosas, porque te tocaran ver cosas peores cuando trabajes, yo lo único que sé, es que eres muy dedicado y que serán un gran, extraordinario médico, el cual no dudaré en ir cuando tenga una molestia, animo Joe, tú puedes —Mimi le dio unas palmaditas a su amigo—. Te ayudaré con los digimons.
La noche cayó y los jóvenes se notaban exhaustos por la actividad, al menos sus amigos se encontraban mejor, durmiendo. Sora no se despegaba de Matt y TK, Yolei y Ken se encontraban velando a Davis, Ashley y Kate cuidaban a Eidan, Chris, Jesse y Daniel, Joe también estaba dormitando el pobre chico dio lo mejor de sí.
—Prepararé un poco de café —avisó Ashley, se levantó, Izzy la siguió y la abrazó.
—No hay agua —les dijo Yolei.
—No te preocupes, vamos a buscarla —contestó Izzy quien tomó recipientes.
—Hacen una linda pareja —opinó Yolei que no se resistió y le plantó un beso en la mejilla a Ken, quien tiernamente se ruborizó—. Espero que no se le suban las hormigas como a ti —la pelimorada empezó a reírse cosa que hizo que el tímido joven se pusiera como tomate.
Izzy tomó dulcemente la mano de su novia, la extrañaba mucho y a pesar de que ya tenían varias horas con ella, no había tenido la oportunidad de disfrutarla.
—Ashley —habló suavemente, deteniéndose y a la vez, deteniéndola a ella, llevó su mano a la mejilla de la rubia—. Te ves preciosa.
—G-gracias —atinó a decir Ashley quien se sorprendió muchísimo por la reacción de Izzy, se había ruborizado ligeramente—. Tú eres muy guapo.
—Eso no es verdad, yo, yo no soy guapo… —Izzy bajó la mirada y sus ojos se entristecieron—. En cambio Daniel…
—¿Eh? Qué tiene que ver Daniel con esto —Ashley se consternó por el comentario de Izzy.
—Es que yo he notado que no le eres indiferente a Daniel, desde hace mucho, incluso cuando era nuestro enemigo, siempre te dedicaba una mirada algo especial, y cómo no hacerlo si eres una chica muy bonita. Además tú y él tienen más contacto en el mundo real…
—Izzy, por Dios, ¿qué cosas estás diciendo? —aquello estaba indignando a la rubia, no entendía a que venía todo eso.
—Por favor, Ashley, comprende yo...
—Eres un tonto Izzy, no puedo creer lo que me dices —Ashley soltó los recipientes y dejó a Izzy ahí parado.
La rubia entró furiosa a la tienda, se sentó cruzada de brazos al lado de Mimi, quien al verla inmediato le preguntó que le pasaba, antes de recibir respuesta, ya tenía a Ashley sobre ella llorando a mares y balbuceando quien sabe qué tanta cosa. Una vez más tranquila, Ashley entre sollozos y lágrimas le contó lo ocurrido y Mimi no sabía cómo ayudarla, vaya que tener novio a veces era un verdadero conflicto.
Mas noche, Mimi se despertó porque había tenido un mal sueño el cual se le olvido al momento de abrir los ojos, se percató que Ashley se había quedado dormida, sin hacer mucho ruido, salió de la tienda, al salir, notó la fogata encendida, al fondo estaba Sora y Yolei tomando café, en un tronco estaba Ken sentado, no sabía si dejarlo ahí solo o hacerle compañía.
—Hola, ¿puedo sentarme? —se aventuró a preguntar la castaña.
—Por supuesto —Ken se movió para hacerle más espacio a Mimi, el muchacho también tenía una taza de café humeante—. ¿Quieres?
—No, gracias —bastante grosero se le hacía haberlo interrumpido como para ahora quitarle el café—. ¿Has sentido que a veces cuando las cosas salen mal parece que se esfuerzan para que salgan peor?
—Sí, pero afortunadamente ya no ha sido así. ¿Por qué lo dices?
—Por lo de hoy, jamás me imagine que Vi L tuviera más cómplices y también porque las habilidades que tenemos desaparecieron.
—No quiero culpar a nadie, pero eso se pudo haber evitado si Daniel nos hubiera avisado que había más enemigos —Ken tomó café y lo escupió —Lo hizo Yolei —murmuró.
—Tienes razón, tal vez se le olvidó como a mí se me olvidan algunas cosas…
Ken volteó a verla, notó aquella mirada, se le hacía muy familiar, hasta podía comprenderla. No pudo evitar abrazarla y mirarla fijamente a los ojos, mostrándole todo su apoyo.
—Me gustaría poder ayudarte, pero no sé cómo —le hizo saber el muchacho.
—Lo estás haciendo muy bien —sonrió Mimi que empezaba a llorar—. Sólo que me siento culpable por todo lo que ha sucedido.
—No tienes por qué.
—Es que el hecho de no recordar algunas cosas es como no saber de mí, de haber perdido una parte de mi vida en esos recuerdos, también tengo esa sensación de que yo tengo que ver con la desaparición de la hermana de Tai… —Mimi lo miró, con aquellos enormes ojos caramelos se notaban suplicantes— que no me acuerdo quién es —confesó, llevó sus manos a su rostro, como tratando de retener el llanto.
Ken se quedó impresionado, no tenía palabras para consolarla, sólo la abrazó más fuerte.
—Kari —fue lo único que dijo después de un minuto de silencio.
—Kari, yo no me acuerdo de ella, de hecho cada día que pasa, empiezo a sentir que olvidó más cosas, tengo miedo de olvidar todo… —no sabía por qué se había atrevido confesar sus miedos con la persona que menos conocía, como lo era Ken.
—Eso no pasará, porque a tu lado tienes a personas que te quieren mucho y que no te abandonarán jamás.
—Gracias Ken —Mimi se limpió la cara, trató de sonreír, le había ayudado desahogarse—. Muchísimas gracias por escuchado.
—Tú lo estuviste para mí, ¿Por qué yo no lo estaría para ti?
Aquello extrañó mucho a la castaña, pues no se acordaba haber ayudado al muchacho antes, lo expresó de inmediato y no pasó desapercibido para Ken.
—No te preocupes, yo sé lo que hiciste por mí y estoy muy agradecido contigo, tal vez un poco de agua fresca sobre tu rostro te ayude, ¿quieres que te acompañe?
—Eh, no, gracias Ken, ya bastante hiciste escuchándome, además, Yolei no deja de vernos, no quiero meterte en problemas con ella, además me sirve para despejarme.
—Ok.
Mimi se levantó y por mirar hacia atrás, notó la fija mirada de Sora sobre ella, ¿por qué la sentía tan pesada? Si la que estaba molesta con Sora era ella. Por no fijarse a donde daba el pasó, casi se cae, pero Ken la atrapó al momento, quedando en una pose como si Ken fuera a besarla, pero sólo fue por dos segundos.
—¿Estás bien? —le preguntó.
—Creo que lo estaré si Yolei no nos vio —bromeó Mimi, haciendo que el chico sonriera.
—No te preocupes, pero por si las dudas, iré con ella.
Aquello lo había visto Yolei y Sora, sin embargo, la pelimorada a pesar de lo celosa que era, no se inmutó.
—No puedo creerlo, ya ni respeta a las novios de sus amigas —comentó Sora—. Sólo busca la mínima excusa para provocarlos.
—¿Qué dices? —preguntó Yolei bastante desconcertada por el comentario de la pelirroja—. Es broma, ¿verdad?
Sora se quedó callada, no sabía porque había dicho eso, simplemente lo pensó y automáticamente salió de su boca, algo no estaba bien con ella, le dio tanta vergüenza que no le respondió Yolei y se fue a la tienda.
—¿Qué pasó? —preguntó Ken que llegó a acompañar a su novia.
—No lo sé, hizo un comentario bastante raro —respondió Yolei.
La pelirroja estaba dentro de la tienda con las manos sobre su cabeza y una mirada de extrañeza, pasando los recuerdos de cuando estuvo con Mimi hasta llegar al de cuando besó a Matt. No entendía porque había actuado así, no era ella, fue como si alguien más hubiera entrado a su cuerpo y la hiciera sentir eso que ahora sentía, como envidia hacia la castaña, con ganas de que nadie quisiera a Mimi, pero ¿por qué? No pudo más y empezó a llorar, ella no era así.
Mientras tanto, Mimi llegaba al manantial, se acercó a la orilla, metió sus manos al agua fresca y se echó un poco sobre su rostro. Cerró los ojos disfrutando del agua, se sentía delicioso, volvió a meter sus manos y alcanzó verlas dentro del agua cristalina, empezaba a dibujarse círculos en la superficie del agua como cuando se le lanza una piedra, movió sus manos de tal forma que pareciese estar abriendo un par de cortinas, en el fondo se empezaba a vislumbrar una luz tenue que poco a poco recobraba fuerza a tal punto de cegarla. Sólo vio el fuerte destello y dejó de sentir.
Abrió los ojos y con horror vio que estaba dentro del agua muy alejada de la superficie, sólo veía como las burbujas de aire se iban hacia arriba, empezó a mover sus manos con desesperación porque se estaba ahogando, a pesar de sus esfuerzos se hundía más sin remedio alguno, hasta que la ultima burbuja de aire salió de su boca.
—Mimi —escuchó una suave y dulce voz—. Despierta.
Despertó toda atolondrada, tardó un poco en recuperar al cien su visión, una vez recuperada, el lugar donde se encontraba era un lugar desolado, como si se estuviera consumiendo por fuego, el cielo gris y en el aire oliendo a quemado, las cenizas caían como si fuesen copos de nieve, era una ciudad en llamas.
—¿Dónde estoy? —preguntó Mimi que giró para ver a la persona que poseía tan bella voz.
Una chica de cabello castaño que le llegaba a la altura de los hombros, ojos del mismo color, tez ligeramente morena y una linda sonrisa.
—En un futuro —respondió aquella chica que parecía jugar, tenía sus manos tras de la espalda y caminó hacia Mimi de una forma infantil.
—¿En un futuro? —repitió Mimi, desconcertada—. ¿Tú quien eres? ¿Y por qué estoy aquí? ¿Qué significa esto? ¿Cómo llegue aquí?
—Son demasiadas preguntas. Yo soy Kari, hermana de Tai.
—Kari… —Mimi se le quedó viendo de pies a cabeza a la chica—. ¡Kari! Por Dios, Kari, te andan buscando como locos, pero qué bueno que ya te encontré… —se veía feliz por haber encontrado a la hermana de Tai.
—No me encontraste, yo te encontré a ti… —Kari actuaba rara.
—Bueno como haya sido, ¿Palmon y Gatomon? —Mimi estaba muy emocionada de volver a ver a Palmon.
—No pudieron hacer nada y las vencieron fácilmente… ellas murieron —dijo Kari sin cambiar aquel semblante de felicidad.
Mimi abrió los ojos como platos, su reacción fue tomar a Kari de los hombros y agitarla.
—¿Cómo que murieron? ¡No!
—Te dije que este es un futuro, si Jack gana, esto es lo que va a pasar… —Kari agarró a Mimi y la empujó enviándola a varios metros lejos—. No te puedo mostrar otro futuro porque este ha sido el más viable.
—¿Más viable? ¿Qué quieres decir con eso? —le preguntó Mimi, adolorida por el golpe.
—Por el cómo van las cosas, si ustedes no luchan, esto es lo que va ocurrir.
Kari caminó hasta acercarse a Mimi, se agachó para dejarse ver más de cerca, fue entonces que Mimi notó que los ojos de la chica carecían de cierto brillo que era característico en Kari.
—Tú no eres Kari —se había sorprendió de acordarse de aquel detalle de la hermana de Tai.
—Bien, tu memoria aún no anda tan mal, es un buen significado, ¿pero te acuerdas del trato que hicimos? —preguntó Kari.
—¿Cuál trato? —Tal vez la que estaba frente a ella no era Kari, pero no sabía quién era y tampoco de algún trato.
—Mimi Tachikawa, cuando tenías 14 años aceptaste el trato que te propuse.
—No recuerdo nada… ¿de qué trata? ¿Y quién eres tú?
—Yo soy la creadora del digimundo, pero como no tengo un cuerpo propio, ocupo una imitación del cuerpo de Kari, me dicen La Madre del digimundo.
Mimi estaba impactada ante tal noticia, de conocer a la madre del digimundo, de repente se acordó de algunas cosas.
—Pero que no se supone que el digimundo fue creado por unos programadores o algo por el estilo —no pudo callarlo.
—Crearon un programa para poder crear el digimundo, yo soy ese programa, me llamaron programa madre.
—Ahhh… trajiste a la chica equivocada, pudiste haber traído a Izzy —Mimi no entendía muy bien lo que escuchaba.
—A pesar de la situación sigues manteniendo el sentido del humor —Kari esbozó una sonrisa se sentó al lado de Mimi—. El trato tu lo debes de recordar.
—¿Pero cómo? Yo olvido muchas cosas y últimamente soy más olvidadiza…
—No te preocupes, lo irás recordando a como es debido. Mimi, sólo no dejes de luchar. Tú los elegiste, tú debes de ayudarlos a recuperarse.
—¿Qué? —Mimi viró para verla, y fue que el rostro de Kari empezó a borrarse y todo alrededor también.
Mimi despertó entre el agua, viendo las burbujas escapando de su boca y nariz, braceaba desesperadamente para llegar a la superficie, ya no podía más, se iba a desmayar, ya no podía hacer más, su ultimo respiro se fue en aquella burbuja que reventó en la superficie.
N/A:
Hola! cómo han estado? Espero que muy bien =) bueno, yo aquí, haciendome presente con el nuevo capitulo de esta su humilde historia, esperando a que el capitulo sea de su agrado n.n lo acabo de escribir lo que significa que no tengo preparado el siguiente, pero pondré empeño en estos días para empezar el siguiente y así dentro de poco poder actualizar pronto, que esta vez no me he tardado tanto, eso es bueno jeje
Muchisimas gracias por su tiempo dedicado a la lectura, a sus reviews, que son valiosisimos por mí, =) a MimatoxLove, D´Ascolli y a Adrit126 Muchisimas gracias chicas n.n
Que tal Sora? esta sacando las garras, que diga uñas la chica eh... quien la viera jajaja, bueno, espero que vuelva a tomar el buen camino
Se despide de ustedes
con mucho cariño
y un abrazo
XANHEX
