Disclaimer: Digimon no es de mi propiedad. La historia aquí presentada es con fines de entretenimiento, no de lucro.
01: Regreso a clases
Escuchar el despertador sonando insistente, hizo que lo tomara con la mano y sin consideración alguna, arrojarlo contra la pared en donde por el ruido se reconoció que se había hecho añicos, pero eso no fue impedimento para que se hundiera más entre las almohadas. Una hora más tarde, se asomaba entre el cobertor unos mechones de cabello castaño claro que poco a poco se iba descubriendo el rostro adormilado de una jovencita entre los 16 años, quien antes de abrir los ojos por completo, primero se los frotó, para luego ver en el suelo pedacitos de lo que antes era un despertador, se rascó la cabeza, no tenía que hora era y no le importaba, así como tampoco tenía idea de que día era.
Metió sus pies en las pantuflas rosas que había recibido de regalo de una de sus mejores amigas, fue al baño, donde se lavó los dientes y luego se lavó la cara, se metió a bañar, dando tremendo grito por el agua helada que le cayó y la hizo salir de la ducha en menos de un segundo, volviendo a ella cuando al fin vio el vapor emanar del agua.
El baño no bastó para que despertara por completo, anduvo vagando un rato por la sala, encendió la televisión y fue al ver un programa cuando sus ojos se abrieron de manera desmesurada, eran las once de la mañana, para colmo lunes y lo peor venía cuando clavó sus ojos en el calendario que estaba en la pared y con un color rojo marcado la fecha: ¡Inicio de clases!
No supo cómo pero ya estaba con el uniforme puesto, no le había dado tiempo de recogerse el cabello como lo pedía el reglamento de la escuela, apenas le dio tiempo de tomar una rebanada de pan y salir a toda velocidad de su departamento, el elevador estaba ocupado y no tenía otra alternativa que bajar por las escaleras, ya no le importaba, saltaba tres escalones y dejó boquiabiertos quienes iban subiendo, ella corría, salió del edificio y cruzó la calle sin importarle cuantos autos tuvo que esquivar para lograrlo, siguió corriendo, se golpeaba el pecho cuando se atragantó con el pan, pero continuaba, hasta que al fin, vio la puerta del colegio, apresuró más el paso hasta que al fin, estuvo en frente de la enorme puerta se detuvo, se acomodó el uniforme, sacó una liga de su mochila y se recogió el cabello como pudo, muy elegante entró y se dirigió hacia donde tenía sus clases.
—Tachikawa de nuevo, ¿acaso se le olvido que hoy es el primer día de clases? —preguntó la profesora.
—Sí —respondió la chica desde la puerta, era la misma profesora del semestre pasado.
—Bien, pasa… ¿Cómo diablos es que olvidas el primer día de clases? —reaccionó la profesora.
—Fácil, sólo no mirar el calendario que está pegado en la pared de la sala y durmiendo casi todo el día —respondió la castaña, apuntando con su dedo el techo y optando una expresión como de sabia.
—Vete a sentar —le señaló la profesora enfadada, pero ya no le molestaba como hacía un semestre, ya sabía cómo era la chica y a pesar de su falta de atención durante casi todo el semestre, al final, la jovencita ponía mucho empeño y salía bien en los exámenes.
Mimi reconoció varios rostros ahí, muchos agradables y otros no tanto como el de Sandy haciendo su cara de fuchi cuando se veían, la castaña le mostró la lengua, Eidan se veía muy contento de volverla a ver, ya que hacía más de un mes que se habían visto, desde lo del digimundo había pasado todavía más tiempo y ahí, los jóvenes no habían tenido contacto con ninguno de los antiguos elegidos, Ashley le saludó muy sonriente, al igual que Kate, con ellos también estaba Jesse y Chris, quien sólo le miraba duramente, Mimi no comprendía por qué.
—Como es el primer día de clases, no les dejaré tarea, pueden salir si gustan —habló la profesora.
—¿Tan rápido se acabó la clase? —preguntó Mimi.
—No es que se haya acabado tan rápido, Tachikawa, lo que sucede es que usted llegó 5 minutos antes de que terminara, creo que tampoco ha visto un reloj durante estas vacaciones, ¿o me equivoco? —contestó la profesora sonriendo al ver la expresión que puso la castaña, al parecer tenía razón en que la chica no había visto un reloj.
Checaron sus horarios, los seis coincidían en todas las clases, eso les hacía felices, esperaron la última clase y de ahí se irían a tomar un café y platicar de sus vacaciones, supo que Ashley fue a Francia a ver a su mamá y saber el motivo por que se había ido sin ella, Kate y Chris se fueron a Londres, Jesse viajó a Canadá a visitar a su abuela y Eidan se mantuvo en la ciudad pero el chico se había conseguido un empleo durante las vacaciones, su papá lo había castigado por haberle chocado su motocicleta, irónicamente, Eidan era el mesero de aquel café.
—¿Gustan algo que tomar? —preguntó Eidan desganado.
—Sí, y tu número telefónico, guapo —respondió una chica.
Aquello hizo que los amigos del chico voltearan a ver, notando que efectivamente, o el tiempo, el trabajo o algo por ahí, había hecho de Eidan más atractivo, estaba más alto, su cabello un poco más largo y con un poco más de masa corporal.
—Parece que físicamente hemos cambiado un poco, ¿no lo creen? —opinó Kate.
—Lo que pasa es que no nos hemos visto durante estas semanas y es más notorio el cambio —opinó Chris.
—Sí como que ustedes dos se hayan cortado el cabello —observó Ashley.
—¿En serio se cortaron el cabello? —preguntó Mimi, mirando a Kate y a Chris.
—Más notorio no puede ser ¬¬ —señaló Ashley.
Kate lucía el cabello lacio y que le llegaba a la altura de los hombros, se veía muy guapa, Chris también se había cortado el cabello y se lo arreglaba de una manera que lo hacía verse muy atractivo, Jesse había crecido otros centímetros más.
—Si sigues creciendo así, ya no necesitaras escaleras para cambiar las bombillas del gimnasio de la escuela —se burló Kate de su amigo, los chicos empezaron a reírse, incluso Jesse.
—¡Oye! —reclamó al darse cuenta.
—Ashley, te sienta muy bien el cabello largo —alagó Chris.
La rubia se sonrojó un poco.
—Sí… ¿Por qué ustedes no tienen el cabello recogido? —preguntó Mimi.
—Las reglas cambiaron, al igual que el uniforme, la próxima semana nos mostraran el nuevo diseño, ya no es necesario recogerse el cabello —informó Ashley.
—Y tú Mimi parece que no cambias… ¿no te hiciste nada en este tiempo? —preguntó Kate, mirándola de pies a cabeza.
—Me la pase durmiendo, entre en hibernación, literal, sólo deseaba dormir y dormir más —confesó la chica con una gran sonrisa.
—Chicos, esto es invitación de la casa, espero que lo disfruten —dijo Eidan al entregarles un pastel de chocolate a sus amigos.
—¡Gracias Eidan! —Mimi se levantó en un santiamén y abrazó al chico, colocándole un tronido beso en la mejilla, dejando a Eidan encantado.
Esperaron a que Eidan saliera de trabajar, platicando de sus cosas, Ashley reconoció que ver a su mamá en la cárcel no había sido nada lindo, era por eso que la dejó, si se quedaba a esperarla unos minutos más, la policía la atraparía, pero arribando a París fue capturada y ahora cumple su condena por dos años, y su madre comprendía que ella estaba mucho mejor con su padre que con ella, había sido un completo error haber llegado a sus vidas para desequilibrarlas.
—Mimi, ¿tú sabías algo al respecto? Tú me dijiste que me estarías esperando, ¿lo recuerdas? —preguntó Ashley.
—Lo de que tu mamá no resultó ser una perita en dulce, no tenía idea, pero si sabía que tú no nos dejarías por un berrinche de ella —respondió la castaña que sonrió.
Entonces fue el turno de platicar de sus aventuras a Jesse, logrando que más de tres empezara a bostezar, eso de andar cuidando a su abuelita no había resultado ser muy divertido. Kate y Chris dijeron habérsela pasado muy bien, aunque tampoco fue muy divertido haber quedado atrapados en la nieve en una cabaña que tenían allá por uno de los bosques de Londres. Eidan no tenía mucho que decir que eso de trabajar era pesado y de que varias jóvenes lo acosaban diariamente, lo curioso es que lo decía de una forma como incitando a que Mimi tuviera celos, pero la castaña estaba como ida.
—¿En qué piensas Mimi? —preguntó entonces Jesse.
—En Palmon, en los chicos, en el digimundo, en ese maldito de Jack —admitió la chica.
—Yo extraño mucho a Squadmon y a Izzy —Ashley se puso triste.
Los jóvenes igual se pusieron tristes, sólo Chris trató de no ser muy obvio, no dejaba de ver duramente a Mimi, él en lo personal la veía mucho más bonita que la última vez, se veía hermosa y no fue el único en notarlo.
Un viento helado sopló alborotando el cabello de los jóvenes.
—Ya empieza hacer frío, será mejor que nos marchemos —opinó Jesse mirando hacia el cielo que estaba más oscuro que claro.
—Si, ya es tarde —afirmó Kate.
La pelinegra miró a Jesse a la vez que le sonrió, logrando que el muchacho se pusiera nervioso.
—¡Sí! Yo ya tengo mucho sueño, de puro milagro me he mantenido en pie —confesó Mimi alargándose sin pena alguna y haciendo una mueca de cansancio.
—Mimi, ¿puedo irme contigo? —preguntó Eidan un poco sonrojado.
—Claro, no hay problema —aceptó Mimi.
Chris se detuvo en seco al escuchar la respuesta de Mimi, ¿por qué sintió que todo el cuerpo se le congelaba y le daba un choque eléctrico? Aquello le había molestado de sobremanera, pero no quiso ser más obvio y continuó caminando.
En la siguiente esquina, los jóvenes tomaron rumbos distintos, Chris se fue con Kate, Jesse junto con Ashley y Mimi se quedó parada, admirando el cielo oscuro, lamentándose que esa noche no se podían ver las estrellas.
—Hace días que soñé contigo —soltó Eidan de repente, atrayendo la atenta mirada de la castaña.
—¿Conmigo? —repitió, incrédula.
—Sí, estabas llorando frente a alguien y decías que tú no podías hacerlo, que por favor te perdonara y yo siempre trato de ayudarte, pero no puedo, hay una fuerza que me lo impide —relató el joven que no dejaba de mirarla con aquellos ojos azules que reflejaban más madurez.
La castaña se perdió en aquel color, visualizando aquel sueño de su amigo.
—¿Y ese alguien, me contestaba en tu sueño? —interrogó curiosa, volviendo sus ojos al suelo y luego mirarlo de nueva cuenta.
—No… ni siquiera podría decirte si se trataba de un hombre o mujer o tal vez humano… era mucha luz que me cegaba —recordó el joven—. Sólo han sido un par de veces pero en cuanto despierto, me preocupa… me preocupas —la miró fijamente y por instinto protector la abrazo, lo más fuerte que puso.
Mimi quedó impactada ante la reacción de su amigo y sentía claramente esa necesidad de Eidan por protegerla, y ella aceptó ese cálido abrazo que le reconforto, le dio mucha fuerza, hasta logrando que ese cansancio y ese sueño que tenía, se desvaneciera.
La castaña llegó al departamento, notando la ausencia de sus padres, poco le importó y se dirigió a su habitación, arrojó su mochila a la esquina de la cama y luego se dejó caer, abrazó una almohada, pensativa, ¿quién era ese ser en el suelo de Eidan? No tardó nada en quedarse dormida.
—Segundo día de clases y no me acostumbro —reprochó una joven castaña que se estiró frente a sus amigos.
—Por Dios Mimi, hoy llegaste a casi nada por que terminaran las clases —contestó Ashley.
—Pero es que no me acostumbro… —Mimi desvió su mirada hacia una morena de mirada perdida—. Kate, ¿qué ocurre?
—¿Eh? —reaccionó la aludida, mirando algo asustada a la castaña.
—Kate fue a visitar a Daniel al hospital… ayer —respondió Chris.
Mimi se quedó callada, ¿Daniel? Una punzada en su cabeza se hizo presente, ¿quién era Daniel?, y su malestar se vio reflejada en su rostro y como empezó a agarrarse la cabeza… en cuanto llegaron del digimundo, ella estaba toda ida y ya no supo más de nadie, voces que ella no entendía nada, sólo quería estar sola, durmiendo…
—Jey D —masculló y abrió los ojos que parecían haber vuelto ser color miel.
—¿Cómo está? —preguntó Eidan.
—Mucho mejor, al parecer esta semana ya le dan de alta —respondió Kate, sonriendo suavemente.
—Me alegra, la verdad es que yo no lo veía tan malo —habló Jesse tomando un poco de su soda.
—No, aunque estuvo a casi nada de que te hicieras en los pantalones por el susto —recordó Chris, haciendo que se rompiera una cadena de carcajadas en la mesa.
La plática duró más tiempo de lo que ellos creían, recordar y decir lo mucho que extrañaban al digimundo y sobre todo a sus amigos.
El frío era intenso y pretexto perfecto para los jóvenes e ir a la cafetería favorita de ellos, dónde su amigo Eidan trabajaba, a tomar chocolate caliente.
La primera semana de clases no fue tan pesada como se la esperaban, tal vez era por la remodelación que estaban haciendo al colegio y algunos rumores acerca de que habían cambiado el lugar donde se harían los torneos de conocimiento y deportivos, que hacía unos meses se había dicho que iba a ser en Londres y ahora sería en San Francisco, pero nada era seguro.
—Buenos días jóvenes, hoy me complace presentarles a un alumno nuevo —habló un profesor delgaducho y alto, de apariencia calmada y de voz agradable.
Los estudiantes rápido empezaron a cuchichear de quién se trataba. Sólo una no hacía caso, al contrario se veía feliz.
Un apuesto joven rubio de ojos color vino hizo presencia en el salón de clases, de inmediato captó la atención de todos así, sobre todo de las jovencitas que al verlo quedaron impactadas. Él sonrió ante sus nuevos compañeros, pero su mirada se estableció en una jovencita que no se veía inmutada ante su presencia. El maestro le pidió al nuevo alumno presentarse.
—Hola, me llamo Daniel Snigfield.
Las jovencitas fueron las primeras en darle la bienvenida a su nuevo compañero, el profesor lo invitó a tomar asiento, el único lugar libre del salón, junto a una joven de cabello negro y corto.
La puerta se abrió y una agitada chica entró al salón casi tropezándose, saludó al profesor.
—Disculpe jovencita, ¿usted quién es? —interrogó el maestro desconcertado.
—Mimi —respondió con simpleza la aludida buscando en el salón un lugar.
—¿Tiene clases aquí? —volvió a cuestionar el catedrático.
—Sí.
—¿Entonces por qué no la he visto aquí?
—Es que este es el primer día que llego temprano a su clase —Mimi miró hacia un lugar donde estaba un rubio sentado—. ¡Oye, ese es mi lugar! —exclamó yendo hacia su silla.
—Ah, lo siento —de inmediato Daniel se levantó.
—¡Ah, eres tú! —sonrió al reconocerlo—. Ah, no te preocupes, yo consigo otro lugar —dijo sonriente la castaña, se dirigió hacia Eidan—. ¿Verdad que no dejaras que tome la clase de pie, o sí?
Eidan ipso facto se levantó y le dio el lugar a la castaña, el profesor se veía con aire interrogante ante la actitud de su alumna. Tan sólo sonrió al tiempo que meneó la cabeza para luego proseguir con su clase.
Daniel era el fenómeno en el salón, no lo dejaban libre, las chicas parecían estar encantadas con el rubio y no era para menos, muchos jóvenes estaban molestos.
—Así son, sólo esperan carne fresca, tú ya pasaste de moda —comentó Kate a su primo, pues éste estuvo en una situación igual el semestre pasado.
—Tengo mis encantos, prima —respondió Chris sonriente.
Mimi miró de reojo a Chris, ¿por qué todavía no se animaba a decirle a Kate que en realidad ella era su hermana gemela?, se encogió de hombros, no era asunto suyo.
—¿Eidan, te ocurre algo? —preguntó Ashley al ver a su amigo ensimismado.
El muchacho tardó en responder, hasta que Ashley le repitió la pregunta.
—¿Eh? No, no, nada, nada —Eidan se veía algo preocupado.
Antes de que terminara la última clase, los coordinadores estudiantiles se hicieron presentes en las aulas, avisándoles a los jóvenes de su adquisición. Afirmaron que la secundaria de la institución Withewoods ahora se ubicaría en la parte trasera de la escuela, algo que sorprendió a los jóvenes, muchos se entusiasmaron, otros parecían ya saberlo. Sin duda fue una gran sorpresa para Mimi y sus amigos, si habían notado que estaban construyendo algo en el patio trasero pero jamás pensaron que cambiaran de ubicación la secundaria, lo que significaba que la hermana de Eidan estaría cerca, eso hizo que el muchacho se llevara la mano a la cara, seguro su linda hermanita lo iba a hacer cargar todo. En un mes, los estudiantes de secundaria llegarían y querían darles una cordial bienvenida con el apoyo de los estudiantes de preparatoria. Nombraron como presidenta del semestre a Sandy para llevar a cabo la bienvenida.
—Seguro hará que nosotros nos encarguemos de la limpieza —opinó Kate después de que los coordinadores se marcharon.
—Que ni lo digas… el poder sí se hereda —apoyó Ashley.
A la salida esperaron a Daniel quien parecía estar ansioso de platicar con los digielegidos desde hacía mucho.
—¿Qué han sabido del digimundo? —fue directo el rubio.
—Nada, desde que regresamos no tenemos ninguna noticia del digimundo, nuestros digivices están apagados por decirlo de una manera —respondió Jesse.
La mirada del rubio se entristeció, la respuesta no fue justo como él esperaba.
—Tal vez Jack está interfiriendo en esto —dijo Chris algo duro.
—Sí, tal vez —musitó Daniel.
—Daniel, ¿tú también eres un digielegido? —interrogó Kate, en su tono de voz se atisbaba un sentimiento de esperanza a que aquello fuera verdad.
—No lo sé… —se quedó callado unos segundos—, los recuerdos que me invaden me dan vergüenza y culpa, sobre todo de cómo es que los traté a ustedes —contestó el aludido.
—Tranquilo, lo importante es que al final te revelaste y dejaste ver que no eras malo —animó Eidan, con una gran sonrisa en el rostro.
—Y que decir que con el cabello corto te vez mucho mejor —comentó Mimi—. ¿No es así, Kate? —añadió al tiempo que le guiñó un ojo a la pelinegra que inmediato se puso roja.
Aquello causó gracia a los chicos, excepto a Chris quien puso cara de molesto y era el único que no creía en Daniel.
—Demonios, se me hace tarde —dijo Eidan al ver su reloj de mano.
—¿Tarde para qué? —se aventuró a preguntar Jesse.
—Para el trabajo —estaba a punto de irse cuando escuchó otra pregunta.
—¿Qué no solo se trató de un trabajo temporal? —era Ashley.
—Sí, pero me agradó la idea de trabajar cuando tuviera tiempo libre, el dueño me pagara por los días que trabaje, me gusta ganar mi propio dinero y adquirir lo que quiero a base de mi esfuerzo. Los veo mañana chicos. —Eidan se fue corriendo.
—Supongo que no ha terminado de pagar la motocicleta —indagó Jesse.
—Creo que no durara mucho —comentó Chris.
—¿Por qué lo dices? —Kate le dio un codazo de desaprobación a su primo .
—Por lo duro que se va a poner este semestre, y lo de la bienvenida.
—Ignoras que el dueño de esa cafetería es el papá de Eidan, ¿verdad Chris? —Mimi dejó boquiabierto al ojiverde, la chica mostró una sonrisa de victoria.
—Entonces el papá de Eidan es el dueño de todas esas cafeterías en la ciudad, ¿del famoso Pop coffe? —Jesse también estaba sorprendido.
—Sí, también tiene de esa cafeterías en otras ciudades y al parecer se quiere extender también en Canadá y México. Mi papá se quiere asociar, dice que es un negocio que promete mucho —complementó la rubia, pero a diferencia de Mimi, lo hizo de forma más humilde.
Daniel era el único callado, los escuchaba, aún no se acoplaba a ellos, de hecho se sentía incomodo, pero Kate le volteó a ver, mostrándole una bella sonrisa que hizo que el chico reaccionara de la misma forma, en ese momento se sintió un poco menos tenso.
—¿Y tú que tal Dan? —Le preguntó de repente Mimi—. Cuéntanos más sobre ti.
—Pues yo estudie en un colegio católico, al norte de la ciudad, era un internado, estuve becado por lo que mi familia es de economía media…
—¿En serio? ¡Yo también! Hay pensé que era la única pobre aquí, pues todos ellos son juniors… ejem —carraspeó inmediato al notar las miradas asesinas de sus amigos—, que diga, hijos de gente importante y cuanta cosa, ¡no sabes la alegría que me da escuchar que eres de mi mismo estatus! —Mimi se atrevió a abrazar a Daniel.
—Daniel… en ese colegio también estudia o estudiaba Vi… —interrumpió Kate que había sentido que la sangre le empezó a hervir al ver a Mimi abrazar a Daniel y que éste no se quedó indiferente.
—Sí. —Se limitó a responder el aludido.
—Oigan… ya es mucho, acabó de llegar y qué clase de bienvenida le estamos dando a Daniel, mejor vayamos a ver trabajar a nuestro amigo Eidan y recibimos a Dan como se merece —Mimi se veía eufórica, tomó de la mano al rubio y se adelantó.
Kate se molestó al igual que Chris, mientras que a Ashley y Jesse los dejó desconcertados.
—Gracias —murmuró Daniel.
—Tarde o temprano, responderás muchas preguntas, pero ahora no es el momento, ya llegara el adecuado, tú tranquilo por hoy —sonrió la castaña.
Vieron a su amigo Eidan limpiando una mesa de la cual alcanzaron a ver que dos jovencitas acababan de levantarse. El joven tenía el ceño fruncido. El chico tiró las tazas que tenía en su charola cuando Mimi llegó por detrás y lo asustó.
—¡Por madre de todos los santos, que susto me has dado Mimi! —exclamó Eidan que tenía su mano sobre el pecho y la respiración muy agitada.
—Estabas muy pensativo… o molesto —inquirió la castaña que sonreía.
—Es que esas niñas son de la edad de mi hermana y no respetan a sus mayores… cada día las chicas son más lanzadas, ya ni Sandy… sin ofender Chris —respondió el muchacho.
Lo llevó a una mesa grande para que estuvieran cómodos y les pasó el menú.
—Hay nuevos aperitivos y la verdad son muy ricos… mientras escogen yo iré a atender a la chica.
Una jovencita de la misma edad que ellos, había entrado a la cafetería, pero la muchacha se veía como desubicada, cuando vio a Eidan, la chica se puso muy roja y nerviosa.
—Hola —saludó Eidan cordialmente—. Hay mesas disponibles, elije la que más te agrade, en un momento estaré contigo para tomarte la orden.
—H-hola —la chica en realidad estaba muy nerviosa y no despegaba sus ojos color café de los ojos azules de Eidan.
—Esa chica sí que quedó impactada con nuestro amigo —observó Ashley.
—He, yo no he venido a tomar café… v-vengo por lo del empleo de mesera —la jovencita bajó la cabeza.
Era una muchacha delgada, muy bonita, al lado de Eidan se veía bajita, pues le llegaba a duras penas al pecho, su cabello lo llevaba trenzado, de un color café, de tez morena muy clara, la jovencita vestía con falda y una blusa, se veía humilde.
—Ah, bueno, pues yo te puedo llevar con la encargada de contratación, seguro que te quedas con él, ven acompáñame —Eidan le hizo una seña de que lo siguiera.
A la jovencita los ojos se le iluminaron. Lo vieron perderse tras de una puerta.
—Hay que linda —Kate le había enternecido aquella jovencita.
—De las lindas hay que andarse más precavidos —comentó Mimi molesta.
Los chicos voltearon a verla, podrían jurar que el comentario no había salido así porque sí, hasta se atrevían a decir que la castaña sentía celos.
*******
N/A:
Hola! cómo están? no saben que gusto es para mi publicar el primer capitulo de la segunda parte de Digimon Advance, me siento superfeliz, pues he retrasado este proyecto desde hace mucho y prometi que en el 2010 llegaría Digimon Advance 02, aunque es tarde, pero sigue siendo el 2010, aquí estoy presente! he cumplido mi promesa (eso significa que Ladrona ya está terminada)
Primero que nada, dejenme agradecerles toooodo su apoyo hacia mí, muchisimas gracias por dedicar un valioso tiempo a la lectura de éste fic y el anterior (50 capitulos), muchas gracias a todos que se leyeron el primer fic y sus reviews después de haberlo culminado. Muchisisisisimas gracias por toooodo, las y los quiero!
Pues bien, he iniciado el fic y estoy igual de nerviosa que la primera vez, y su opinión es lo mas valioso para mi respecto que les ha parecido el primer capitulo: bueno, interesante, aburrido, malo, feo... las opiniones serán bienvenidas! siempre me ayudan.
También pediré una disculpa, pues creo que tardaré en actualizar, por el hecho de que la escuela se ha puesto muy exigente, y me ha estresado ultimamente, igual me he enfermado de gripe que me derrumbó todo una semana y aún tengo secuelas, los trabajos en equipo . es como vivir con el equipo, me la pasó más con ellos que conmigo misma =S y pues no me ha dado el tiempo para escribir =( por ello, pido disculpas de antemano por los retrasos que llegue a tener con la actualización. Una cosa más, no me ha llegado inspiración para continuar Asesino ni Brujas, por lo tanto las tendré sin actualizar por tiempo indefinido pero eso no significa que las dejaré votadas... así me cueste años, yo las voy a terminar. Muchisimas gracias por su comprensión.
Se despide de ustedes con mucho cariño y gratitud
XANHEX
cuidense mucho =)
