EPILOGO

*-* Hola mis chicas lindas... hoy llegue con el epilogo, se que algunas lo esperaban para el lunes pero mañana ire con mis hermanos a celebrar el cumple de mi madre y el lunes trabajo, asi que no sabia si podia cumplirles para esa fecha por eso preferi subirlo hoy.

Como siempre muchas gracias a quienes se tomaron su tiempo para dejar su comentario ya sea en FF o aca en el blog, hoy las recibimos con nueva imagen estaremos cambiando algo del diseño debido a los nueos proyectos que se vienen. Habia pensado subir hoy el prologo de la nueva historia, pero aun faltan algunos detalles tecnicos asi que lo subire hasta la proxima semana, espero contar con sus ojitos leyendo y con sus palabras y apoyo, GRACIAS por esperar, GRACIAS por leer...sin mas aca esta el Epilogo...con Edward sniff *-*


EDWARD POV

-¡Papaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaá!-sujete mi cabeza entre mis manos luego de escuchar por cuarta vez en menos de una hora el mismo grito desesperado, ya no sé cuántas veces había leído la misma línea del informe del ministro de hacienda y sin embargo seguía el mismo punto, tome un respiro y salí de mi despacho.

Esta vez el grito provenía del jardín, no de la cocina como hace diez minutos, ni del cuarto del juegos como hace treinta ni mucho menos del cuarto de ropas como hace cincuenta, no ahora era del jardín, habían días y especialmente momentos como hoy en los cuales llegaba a desesperarme un poco, no mucho pero si un poco. Cruce el lobby de palacio y empecé a caminar hacia los jardines principales antes de abrir la puerta no pude evitar sonreír ahí estaban esos pequeños demonios.

Mis hijos o mejor nuestros hijos, de Bella y míos. Hace tres años y trescientos sesenta días que habían nacido, fueron mellizos y desde su primer segundo de vida, han sido los niños más amados del mundo. Bella y yo no habíamos planeado tener familia tan pronto, de hecho habíamos hablando antes de nuestro matrimonio que esperaríamos por lo menos dos años para intentar embarazarnos, pero como el destino jamás está en nuestras manos, cinco meses después de la boda, nos enteramos de la notica de la llegada de nuestro primer hijo. Fue exactamente el día de mi cumpleaños que me entere que sería padre...

Flash Back

Desde hacía cuatro meses había deseado estar en este lugar, por fin había cumplido con mi sueño de conocer la Playa de Whitehaven en Australia, habíamos llegado tres días antes en un avión privado desde el principado de Port Ángeles. Este era el regalo de parte de las tres mujeres de mi vida, mi madre, mi hermana Alice y mi amada esposa Bella. Serví un poco de la botella de vino que reposaba en una mesa del balcón de la habitación, deje la copa de Bella sobre la mesa y me perdí observando el hermoso paraíso en el que nos encontrábamos. No había una división visual que pudiera detectar el ojo humano entre el principio del cielo y el fin del mar, era un azul infinito en el horizonte, no pude evitar pensar en todo lo que nos había llevado a estar hoy acá, cada una de las pruebas que tuvimos que superar, cada obstáculo que vencimos, cada dificultad que esquivamos, pero todo eso nos había llevado a estar juntos, por primera vez en casi doce años decidí tomarme unas vacaciones y fue por sugerencia de Bella, al ver que se acercaba la fecha de mi cumpleaños, según ella tenía tres regalos para mí.

El primero de ellos, fue cuando me dijo que vendríamos a este lugar por dos semanas, estaríamos sin nada que nos comunicara con el mundo exterior, solos ella y yo, el segundo supongo fue anoche cuando tuvo el descaro de aparecerse en la habitación con nada más que unas minúsculas bragas y un lazo que cubría sus pechos, las bragas desaparecieron a los dos segundos y el lazo al segundo siguiente, fue una noche como todos los momentos en los que estábamos juntos, fue una noche llena de pasión y de amor, los besos y las caricias hablaban por si solos.

Mire el reloj y me di cuenta que Bella llevaba casi diez minutos en el baño, golpee la puerta pero no escuche nada.

-¿Bella?-nada-¿Estas bien?

-Sí, ya salgo-dijo en voz baja.

-Sal ya- no quería que sonara a orden, pero a estas alturas ya estaba preocupado, la puerta se abrió una Bella más blanca de lo normal, salió del baño llevando la camisa que había usado la noche anterior para nuestra cena en la playa-¿Que tienes?

-Nada-negó sonriendo y metiéndose de nuevo bajo las sabanas, me acerque a ella y me senté en la cama a su lado.

-¿Te cayó mal la cena?-volvió a negar y cerró los ojos-Bella dime-seguía callada-¿Qué te pasa?-dije pasándole las manos por la frente.

-Se me pasara en unos minutos.

-¿Que sientes?

-Nada anormal.

-No es normal que parezcas un papel.

-Vaya gracias, tu también estas muy guapo.

-Vamos no te pongas en esa tónica-tome su mentón para que me mirara-¿Que va mal? ¿Qué tienes?

-Tengo rabia porque había planeados esto por varios días, pero no llevo diez minutos vomitando y ahora siento que todo me da vueltas-no entendía nada y al parecer ella leyó muy bien mi rostro, porque sonrió y se giró a buscar algo debajo de la almohada y me lo entrego antes de recostarse y taparse el rostro con mi almohada.

-¿Qué es esto?-dije antes de abrir el sobre que tenía el membrete de palacio.

-Tu último regalo-su voz salió amortiguada por la almohada.

-¿Qué es?

-Ábrelo o si no nunca lo sabrás- así lo hice abrí el sobre y me quede de piedra, con el contenido.

Se trataba de una tarjeta que decía:

Edward, no lo planeamos pero el momento llego. Esta semana me entere que finalmente las ciencias tienen fallos y que hay días en los que así exista una confiabilidad del 98 por ciento, puedes levantarte ese día con cara de 2 por ciento y ese es nuestro caso, hace quince minutos me entregaron el análisis que indicaba que estaba embarazada, estoy feliz, este bebe llego mucho antes, pero es nuestro y estoy feliz, si te conozco tanto como creo sé que también lo estarás cuando leas esto, te amo Edward.

Siempre tuya, Bella.

-¿Estas embarazada?

-Si-quite la almohada de su rostro.

-¿Por qué escondes tu rostro de mí?

-Tengo nervios, te lo iba a dar anoche pero en tu afán nunca me dejaste llegar a la cama, para podértelo entregar.

-¿Vamos hacer papás?-dije sonriendo.

-Así es, en siete meses exactamente.

-¿Estas de dos?-asintió-Te amo, gracias fue el mejor regalo de cumpleaños-no dije nada más y nos fundimos en un beso que termino dejando nuevamente mi camisa en el suelo.

Fin del Flash Back

Mis ojos volvieron hacia el jardín y allí seguían discutiendo como siempre por la atención del perro, si ahora no solo Alice tenia perro, nosotros también, así que en días como hoy que Bella tenía que ir hacer sus visitas oficiales a las fundaciones y hacer la reunión semanal en su restaurante yo me quedaba en palacio cuidando de ellos, los pequeños demonios Camille y André. Cuando Bella iba por su cuarto mes de embarazo, notamos que su vientre era más grande de lo normal y además que se agotaba el doble y se estaba debilitando cada día, cuando fue nuestra siguiente consulta con la obstetra nos dio la gran sorpresa no era uno eran dos bebes los que habían en el vientre de Bella, en bolsas individuales así que existía la posibilidad de que pudieran ser niño y niña y así fue que a principios de enero nacieron los mellizos Cullen, el primero en nacer fue André, que era una copia al carbón mía y a los quince minutos nació mi hermosa Camille, que era una Bella miniatura. André era el niño de mama y Camille era mi princesa rosa.

Mis hijos eran muy buenos hermanos, casi nunca peleaban excepto cuando el perro que Alice les regalo estaba cerca.

-¡Papa!-los gritos de Camille me hicieron avanzar más y sonreí al verla en su postura era la misma postura que tomaba Bella cuando ellos no le hacían caso las manos en las caderas y uno de sus pies repiqueteando contra la tierra del jardín.

-¡Fue ella!-Ahora fue André quien se puso en pie y la señalaba con su ceño fruncido.

-¿Que paso?-dije presionando el puente de mi nariz.

Empezaron a hablar al tiempo.

-Haber si hablan los dos al tiempo no podré escuchar a ninguno.

-Yo primis-alzo la mano Camille.

-¿Que paso?

-Es mi tuno

-Turno-la corregí ella tenía grandes problemas con la R y André con la S- ¿De qué?

-De pasea a Jake-si Jake era el perro que Alice les había regalado hacia seis meses.

-No papa, me toca a mí-contrarresto André.

-Pues ninguno lo va a pasear o van los dos o no va ninguno.

-Pero...-dijeron al tiempo.

-Pero nada o van los dos o Jake regresa con la tía Alice.

-¡No!

-Ah entonces van juntos a pasearlos, André lo puede llevar y Camille lo regresa, no quiero que vayan más allá de los arbustos, vayan ahora, que mama llegara en una hora y vamos a ir a cenar.

-Si señor -André tomo la correa y escuche como empezaron a reír, la discusión la había olvidado casi tan rápido como había empezado.

Me senté en la silla del jardín en la cual empezó toda nuestra historia y pensé en lo afortunadas que eran nuestras vidas, aunque no eran perfectas, ni tampoco éramos 100% alegrías, porque como en todas las familias y en todas las parejas en el caso específico con Bella, teníamos nuestra discusiones, pero aun seguíamos aplicando la regla inquebrantable de no irnos a dormir sin arreglar nuestras diferencias, por lo tanto nuestras peleas siempre eran bastante cortas aunque no podía decir lo mismo de las reconciliaciones.

Mi Bella, ahora la Princesa Isabella Cullen de Port Ángeles. Finalmente se había graduado del instituto de cocina dos meses después de enterarnos que seriamos padres, durante su embarazo se dedicó de lleno a las actividades de caridad con mi madre y a diseñar lo que sería su propio restaurante el cual había inaugurado el día del primer cumpleaños de los mellizos, ahora casi tres años después su restaurante ya era un complejo turístico conocido por la calidad de sus platos, por su buen ambiente y porque un día la semana los clientes podrían ser atendidos por la misma Bella. Ella había encontrado aún más rápido el equilibrio en todas sus actividades que yo, a mí me había costado un poco pero con su ayuda ahora tenía tiempo para todo especialmente para el par de enanos que venían corriendo con su mascota.

Mi madre se encontraba visitando a Alice en Nueva York ya que estaba a punto de dar a luz a su pequeña Carlie, finalmente ella y Jasper se habían casado hacia cuatro meses cuando Alice tenía el mismo tiempo de embarazo ya que Jasper se negaba a que su hija naciera fuera del matrimonio, mi hermana tenía su propio estudio en Nueva York y Jasper seguía encargándose de la sucursal de la compañía en esa parte del continente.

Mire el reloj y faltaban exactamente diez minutos para que llegara Bella, les indique a los niños que fueran por sus chaquetas, hoy iríamos a cenar los cuatro solos al puerto, esa se había convertido en nuestra tradición familiar, cenar una vez a la semana en el puerto.

Escuche el motor de un auto y salí al lobby para encontrarme de frente con mi esposa, entrego su bolso a Sara nuestra dama de llaves.

-Hola amor-en cuento me escucho levanto su rostro y me regalo una de sus lindas sonrisas-¿Cómo te fue?-me acerque a ella y envolví mis brazos en su cintura y ella llevo los suyos a mi cuello sin dejar de sonreír.

-Hola tu-dijo dándome un beso-Me fue muy bien ¿Y a ti? ¿Te dieron mucha lata los enanos?-no conteste sino que la bese con más ganas, podían pasar diez mil años, pero para mí cada beso seguía guardando la pasión y el amor de los primeros.

-Me fue bien-dije cuando el aire hizo que nos separarnos, tome un mechón de su cabello y lo puse detrás de su oreja-Y los enanos...-no pude terminar de hablar cuando sentí dos pares de brazos que nos rodeaban las piernas.

-¡Mama!-gritaron a la vez, tome en brazos a Camille quien le dio un sonoro beso a su mama y Bella cargo a André en los suyos.

-¿Cómo están mis amores? ¿Fueron buenos con papa?-los dos asintieron vigorosamente y Bella me miro a mi con la misma pregunta en sus ojos.

-Fueron muy buenos-conteste dándole un beso en la frente a André quien trataba de guiñarme un ojo para que no los delatara con su madre-¿Necesitas hacer algo o nos vamos ya?

-No, nada más podemos irnos ¿Conduces?-asentí acomode mejor a Camille en mis brazos y abrí la puerta para que saliera Bella con André, los acomodamos en sus sillas y pude ver cuando el carro de los encargados de seguridad se preparaban igual que nosotros para acompañarnos.

Había sido un deseo de Bella, tratar de educar a nuestros hijos con un equilibrio entre la vida oficial y la vida normal, por eso insistíamos en nuestros tiempos a solas como familia, donde ellos iban en sus sillas y yo conducía, sin embargo siempre había un equipo de seguridad con nosotros por precaución. Camille y André eran niños que estaban aprendiendo a valorar todas las comodidades con las cuales habían nacido, les tratábamos de explicar porque la prensa podía seguirlos, Bella era una perfecta maestra explicándoles el sentido de la humildad y de la sencillez con la cual deseamos que crecieran. Aunque no podíamos impedir ni tampoco pretendíamos privarlos de sus comodidades si queríamos que estudiaran y se formaran para ser personas de bien.

André era muy diferente a mí en mi forma de pensar, de cierta forma podía ser porque estaba pequeño pero él era un pequeño príncipe en todo su esplendor, le gustaba la idea de las reuniones formales, le encantaba vestir de saco y corbata, todo lo contrario a lo que fui yo de niño y lo más importante, el soñaba con poder ser el Príncipe reinante y así lo recordaba día tras día, por su parte Camille, ahora solo pensaba en bailar valet, ese era su mayor hobbie.

-Quiero que nos tomemos unas vacaciones para el verano, deseo regresar a la playa-la voz de Bella me saco de mis pensamientos y apreté un poco los dedos que llevaba entrelazados con los míos.

-Puedo organizar todo para que vayamos, me parece una buena idea. A esta edad los niños disfrutaran mucho.

-Podemos ir todos-sugirió Bella sonriendo, esa era la Bella que había reinado en estos años, una Bella sonriente, que irradiaba tranquilidad, amabilidad y felicidad en su andar, una Bella que había aprendido a vivir aceptando su pasado, pero disfrutando el presente y anhelando el futuro-Te amo Edward.

-Yo te amo más-dije robándole un beso rápido, al fondo escuche el "Washhhh" de mis hijos siempre que veían las demostraciones de afecto entre nosotros.

-Papi-observe por el retrovisor a mi pequeña-¿Cuándo podre tener una hermana como Charlotte?

La risa ahogada de Bella retumbo en el interior del auto y yo me quede sin palabras, aun no habíamos pensado en otro embarazo, estaba claro que nada me haría más feliz que tener un hijo más, pero por ahora parecía que estábamos dentro de nuestros límites con los mellizos, además, era muy consiente que quien acarrearía con los grandes efectos de otro embarazo seria Bella y por ahora creía que dentro de sus planes no estaba tener otro bebe, mire a Bella que estaba en su Fase Roja, aun seguía haciéndole competencia a la camiseta del seleccionado español, a pesar de los años habían muchas cosas por las cuales se sonrojaba y se reía tímidamente, pero esos pequeños detalles estaban reservados para nosotros, porque de puerta para afuera del palacio era un princesa segura de sí misma y de cada una de las decisiones que se veía enfrentada a tomar cada día.

-Yo no quiero más niñas-dijo André con su vista en la ventana.

-¿No?-le pregunto Bella.

-No mama, con Cami es sufí..ente.

-Suficiente-lo corregí-¿Acaso sabes que significa suficiente?

-No, pero mamá dice eso cuando algo le moleta, es suficiente André ve a tu cuarto-dijo imitando a Bella quien estaba con una sonrisa de oreja a oreja pero se había girado para confrontar a su hijo-Y cami a veces es moleta.

-Molesta-insistí-Es tu hermana no debes hablar así de ella.

-Lo sé-suspiro y me miro-Quiero un niño, como Michael.

-Vale, pues hazle la carta a la cigüeña a ver que te contesta-le dijo Bella y yo la mire tratando de buscar una respuesta a miles de preguntas que tenía en mi cabeza.

-Te comento luego-dijo besándome en la comisura de los labios.

Llegamos al restaurante al que solíamos ir, de manera tranquila Camille iba de la mano de Bella y André iba conmigo contándome los por menores de su entrenamiento. Las dos horas se pasaron de forma rápida y de regreso a palacio los niños cayeron en un profundo sueño, yo los subí a su habitación mientras Bella arreglaba sus camas y preparaba sus pijamas, esta era nuestra rutina siempre que salíamos juntos, por lo general la energía del día les pasaba factura a esta parte de la noche.

Los llevamos a la cama, ayude a cambiarlos y dejarlos cubiertos. Bella se despidió de ellos y me susurro un "Te veo en la habitación", cuando cubría a André con sus mantas, quien se removió un poco.

-¿Papá?-dijo sin abrir sus ojos, me senté en el borde de su cama y pase mis dedos por su cabello.

-Acá estoy campeón ¿Quieres algo?

-¿Puedes terminar el cuento de ayer?

-Claro que si-me hice un huequito en su cama y se recostó sobre mi pecho.

Mientras empezaba a recitar la parte final de una de sus historias favoritas, era de los mejores momento que compartía con él y había jurado siempre estar disponible para ellos, había prometido ser padre antes que príncipe, estaba dispuesto a no cometer los mismos errores de mi padre y creo que iba por buen camino, antes de terminar la historia mi pequeño estaba en el mundo de los sueños, apague la lámpara lateral de su cama y encendí un suave reflector que daba suaves luces alrededor de la habitación, observe que todo estuviera en orden y me marche a mi habitación.

Cuando llegue, mis ojos se concentraron en mi esposa, quien tenía un albornoz color crema y se cepillaba suavemente su cabello, mis pies parecían tener voluntad propia y como hacia un poco más de cuatro años, mi cuerpo parecía ser atraído sobrenaturalmente hacia el suyo, me agache a la altura de su cuello y empecé a dejar suaves besos por toda la extensión de este y de sus hombros.

-Así que le vas a escribir a la cigüeña-aun no había olvidado su comentario en el auto.

-Lo he pensado, pero es una decisión de los dos-dijo girando su cabeza para darme un mejor acceso, mis manos empezaron a buscar el nudo que sujetaba su albornoz.

-Me encantaría empezar esa carta-sentí como sonreía-¿Pero estas segura?

-Ajam-dijo cerrando sus ojos y descansando sobre mi pecho mientras sus manos estabas sobre las mías que ya habían logrado encontrarse con la suavidad de su piel.

-Entonces vamos a empezar cuando quieras-dije girándola y dejando caer por completo la molesta prenda, para besar sus labios y empezar a buscar rumbo hacia la cama.

-Te amo-dijo mientras desabrochaba mi pantalón.

-Como yo a ti-dije antes de tumbarme sobre ella.

Una cosa tenía clara esa noche, cada uno de los errores del pasado nos había llevado a convertirnos en lo que éramos en el presente, no podríamos ser perfectos esposos, padres o incluso gobernante, pero trataríamos cada día de esforzarnos por ser mejores. Nuestras vidas eran un reflejo de la importancia de superar el pasado, de superar los rencores, las tristezas y las amarguras, pero sobre todo nuestra vidas eran el mayor reflejo de que para construir un futuro era necesario vivir un presente superando prejuicios.

FIN


*-*Ahora sí...se acabó...ains no se cuánto agradecerles a todas y cada una de las personas que estuvieron conmigo desde el inicio de esta locura, para todas y cada una de ellas, mil gracias por su apoyo incondicional, por sus regaños, sugerencias y críticas en los momentos en los que lo creyeron necesario. Gracias a cada una de ustedes mis hermosas lectoras, a quien estuvieron desde el primer capítulo, a las que se nos sumaron en el desarrollo de la historia, gracias por estar ahí, por dejar sus comentarios cada entrega, por ser tan pacientes y entender mis líos de tiempo, gracias por compartir conmigo este maravilloso viaje que hoy llega a su fin.

Este historia me dejo muchas cosas buenas entre ellas haber conocido personas maravillosas que hoy forman parte de mi vida y de mi corazón, gracias igualmente a cada una de las lectoras anónimas, que sé que son muchas, a las niñas de FF que con sus RW me sacaban un sonrisa, gracias a quienes se me quedaron en el camino y aunque no volví a saber de ellas, espero que desde las esquinas estén con nosotras. Esta historia inicio siendo mía, pero termino siendo nuestra, así que gracias por estar ahí, por leerme y por enseñarme tanto durante este tiempo, las quiero mucho, no lo olviden, espero que nos sigan acompañando en este rinconcito que empezaremos a acomodar para ustedes, miles de besos y abrazos...

May Pineda XoXo*-*