Disclaimer: Katekyo Hitman Reborn es obra de Akira Amano… pero como no pone GokuHaru una tiene que sacarle provecho a la locura
Ya sé que parece que me equivoqué y subí un trabajo de la escuela, pero no, de verdad es un fanfic jejeje ya quería hacer lemmon de esta pareja
Nota: Mil gracias por leerme como regalo, contestación a los mensajes ^^
Iana Walker: Hubo continuación como pediste XD gracias
Akari daishi: Infinidad de gracias, amm pues es mi primera vez en lemmon XD duro pero me dieron ganas
Puripri: Hehehe si regrese aunque mis fics no son aceptados por la mayoría de lectoras ya que les gusta el yaoi, no tengo nada en contra de eso me gusta es más, pero al momento de escribir simplemente el yaoi no se me da
Olas
Gemidos, suspiros y risas, ¿quién podía pedir más?, solo había una persona que pediría más, Gokudera Hayato, es que era jodidamente el paraíso, esa piel cálida, ese aroma embriagante, ese sabor intoxicante de sal y piel, ella era jodidamente hermosa, y todo lo que hacía era jodidamente igual, le gustaba el color de sus mejillas, el tono de su piel, su risa, sus enormes ojos chocolate, la suavidad de su cabello, una estúpida mujer había conquistado su corazón y eso lo hacía a él un tremendo estúpido
-Hahi… Hayato… tus manos están frías-Se quejo Haru, cuando sintió aquellas manos que parecían expertas recorriendo su cuerpo… sí ella canija… era insoportablemente ruidosa y extremadamente alegre, pero en la situación en la que estaban una faceta que el solo podía conocer, ella era realmente diferente, besos sus labios para callar esas quejas
-Hayato…-Suspiro ella entre el beso, ¿Por qué de todos tenía que ser él? No había lógica, ni algo parecido a raciocinio en sus pensamientos, todo era muy rápido, voraz, brutal, era rudo y no se contendría, lo sabía, esa noche era la noche, ese día era el día, no habría fuerza en este mundo para detener lo que sucedía, se dio por sugerencia, se dio por urgencia, terminaba por deseo, por amor, el era todo lo que una chica desearía que no tuviera su pareja, irritante…
-Cállate…-Demandó el italiano mientras se dirigía hacia su cuello, ella aplicaba también su propia teoría, acariciando su espalda, besando también aquella anatomía que conocía, ardía, cada centímetro de su piel era atacado con besos y caricias que dejaban una sensación de quemazón, temblaba, no podía evitarlo, no quería evitarlo, cuando se percato de que el chico descendía hasta su vientre se estremeció
-Hayato no… no vayas a…-Su petición fue ignorada con tal brusquedad propia del platinado
-Te dije que te callaras-Murmuro antes de empezar a degustar su parte favorita, húmeda, tibia, agridulce, suave, los gemidos de la chica no ayudaban a que él quisiera detener la impartición de besos, al contrario quería más, quería cada vez más, tenía que hacerlo, ya no por emparejarse con el idiota del béisbol, ya no por quedar a la par del Décimo, bueno en parte ya se sentía como él, al principio no se explicaba por qué tanto encanto por la fémina que era su novia, ahora sí, eran tan suaves, frágiles y cálidas, termino de mimar aquella zona erógena, miro nuevamente su obra maestra, ella estaba rendida, solo ante él y así tenía que ser, mierda que por no apurarse alguien casi se le adelanta y maldición no quería que ese espectáculo lo viera nadie más, egoísta…
-Eres cruel-Murmuro Miura y decidida invirtió los papeles, ahora era ella quien estaba sobre él, observo la reacción graciosa, sabía que no le agradaba ser dominado, pero si él la llevaba al extremo, tenía el mismo derecho, con cuidado beso el cuello del chico que tembló, rió por lo bajo ante esto, trazo el camino repartiendo besos y lamiendo cada lugar que vio disponible
-E-estúpida mujer…-Gruño él cuando se percató de que lugar estaba por ser atacado, ella sonrió
-¿Hahi? ¿Hayato creyó que era el único que podía hacer estas cosas? Haru también puede-Vanaglorio y nuevamente recorrió con la lengua desde el ombligo hasta la parte baja, observo ahora sin ninguna vergüenza que el cuerpo del chico reaccionaba ante su presencia y se adelantaba a recibirla, el endurecido miembro termino en su boca, para disgusto del italiano que cerró los ojos tratando de contenerse, era el infierno, era demasiado, era una tortura bendecida, y desde donde estaba contemplo la cara de la japonesa, concentrada, sin vergüenza alguna, el compas de su pecho, el ritmo que llevaba… mierda, mierda… de verdad quería saber cómo fue que aprendió a hacer eso, crecía en sus labios, la castaña se separo de él dejándolo por la paz antes de poder llegar al clímax
-Hahi… Hayato… se ve triste… ¿será porque Haru se detuvo?-Se burlo ella viéndolo enrojecer
-Tonta… -Murmuró la haría pagar, claro que la haría arrepentirse de jugar con él hasta ese punto, la tomo con fuerza tirándola en el colchón, no la dejaría escapar no importaba que
-Oh… Hayato se enojo con Haru-Susurró ella sin tener la menor idea de lo que pasaría
-No te parece… ¿que dada tu condición, convendría ser amable?-Preguntó haciéndola notar que lo que seguía era lo que seguía
-Hahi el manga… él manga no dice…-Trato ella de evitar la situación
-Vete al diablo, ese libro me importa un comino, hare lo que me pegue la gana-Amenazó divertido por el sonrojo de la chica cuando separo sus piernas
-E-en verdad Haru no cree necesario-Objetaba ella tratando de escaparse
-Necesario y una mierda, hare lo que me venga en gana-Fue la contestación seca del ojiverde, ella se quedo quieta un segundo
-¡Hahi! Hayato no… no estarás pensando… Ahhh-el pequeño grito indico que todo había terminado para ella, era su fin, apretó instintivamente negando la entrada aunque un poco tarde
-No quiero tener que hacerte daño, así que solo relájate-Demandó el muchacho con una tranquilidad anormal, quizás fue eso lo que la convenció o distrajo, esa seguridad, él no estaba jugando, la veía sin ningún atisbo de inseguridad, por fin dio el brazo a torcer
-C-cuidado… sí… sí lastimas a Haru- Balbuceo con mucha dificultad
-Silencio… quiero entrar-Fue la frase que terminó con la discusión, sonrojada se aferro a él, dolía como el infierno, era demasiado grande y ella demasiado pequeña, las lagrimas en sus ojos eran señal de que en verdad no era algo agradable y al mismo tiempo lo era, la invadía, la llenaba, apretó los labios con todas sus fuerzas a fin de no gritar, arañaba la espalda del italiano del que no podía ver su expresión, ella era fuerte, tenía que serlo si en verdad deseaba ser parte de su mundo, ella era delicada, era una mujer y trataba de no herirla, algo dentro de ella se rompió, así como su fuerza
-Haaa-El grito era escalofriante, inundo cada rincón de su habitación, lloraba y reía, él no entendía nada, estaba fuera de ese mundo, no podía creer la facilidad con que esa mujer podía ponerlo delante de las puertas del paraíso, cuando Haru observo el rostro de satisfacción y placer del platinado solo cerró los ojos, ninguno se movió por un tiempo, solo estaban así, sintiendo el cuerpo del otro, pronto comenzó la verdadera tortura para ambos, un lento movimiento, si Haru pudiera describirlo sería como las olas, las olas antes de una tormenta, un vaivén suave que aumenta cada segundo, la sensación de dolor desaparecía, con la poca fuerza que le quedaba se aferro a los hombros del muchacho, besos sus labios en un intento ahogado de hacerle saber que estaba contenta y eso fue lo que desato el tifón, la abrazo sin dejarle oportunidad de no sentir su cuerpo, amaba esa forma suya de sonrojarse, amaba sus ojos entrecerrados, amaba a la estúpida mujer que estuvo enamorada de su jefe… entonces fue como si un relámpago lo golpeara, un miedo invisible que le hizo frenar, tomo delicadamente el rostro de la japonesa entre sus manos
-¿Quién… quién soy?-Cuestiono con el temor de que ella pudiera contestar Tsuna, con el frívolo palpitar doloroso de que ella estuviera pensando en el Décimo y no en él y ella lo miró sin entender mucho, solo vio que esos ojos vibraban, parecía estar asustado, preocupada acaricio la mejilla del chico
-Ha… Hayato-Jadeo aferrándose un poco más- Tu… eres quien está aquí, con Haru… tu estúpido insensible… irritante… tu-Lo abrazó con fuerza, la misma con la que el chico correspondió ese agarre, y continuo, aliviado, feliz, sí, de alguna manera durante todo el loco proceso se había enamorado de esa chica gritona y ridículamente alegre, el balanceo de ambos cuerpos comenzó de nueva cuenta esta vez mirándose, esta vez demasiado juntos como para poder decir que no eran nada, sus labios se buscaban, sus ojos se buscaban, sus manos aferradas en ese apretado abrazo, asfixiante… el ritmo se intensifico, descargas eléctricas recorrían sus cuerpos
-E-espera… Hayato… no puedes… no puedes-Advirtió la castaña cuando se percato que estaban cerca, un escalofrió recorrió su espina dorsal, se aferro con más fuerza
-Vete… al carajo-Respondió el sin parar el ritmo, no quería y no podía detenerse, no en ese momento, no pudo evitarlo y en verdad no era su intención, apretó el cuerpo de Haru contra el suyo, tembló, descargo todo su ser en el interior de la castaña que solo enarco la espalda ahogando un grito, era como Bianchi había dicho, renacer, su persona ya no pertenecía a ella misma, le pertenecía al guardián de la tormenta que la sostenía con fuerza…
-Idiota… te… te amo-Susurro la castaña dejándose caer ambos entre la sabanas
La mañana sorprendió a ambos chicos, y no solo eso, un poco preocupados Tsuna y compañía decidieron visitar a su autoproclamada mano derecha, al ver que no respondía a los llamados a la puerta, Bianchi decidió abrir la puerta deshaciéndola con su comida venenosa, entraron uno a uno temiendo que aún se encontrara grave
-Oh dios mío…- Bianchi quedó sin aire cuando vio lo que pasaba
-Bianchi? ¿Qué…?-El pobre Vongola Décimo no se lo creía… su guardián el que había jurado que podría ser del otro bando por que parecía odiar a las mujeres estaba en su cama… con Haru… aparentemente sin ropa por las prendas que veía en el suelo
-¿Qué sucede Tsuna….qué carajo?-Yamamoto no pudo evitar la grosería en su pregunta, Chrome sonrojada miró en otra dirección
-CONFUSION AL EXTREMO-Grito Ryohei cuando noto el estado en que estaba el cabeza de pulpo, quien hizo una mueca apretando los ojos, abrió lentamente los ojos, joder le dolía todo… abrió más las orbes verdes acostumbrándose a la luz para después quedar en blanco, todos estaban ahí, ¡TODOS hasta el Décimo!
-Hahi… Hayato ya es de…-Los ojos de la chica que se incorporó al sentir que lo que había usado de colchón (entiéndase el propio Hayato) se levantaba, tallándose los ojos se sentó en la cama, sin entender la cara roja y con una expresión de que quería gritar, miró en la dirección donde se posaba la mirada en blanco del muchacho y… -HAAAAAAAAAAAAAAAA-Grito tratando de taparse ante las caras igualmente rojas de todos
-DÉCIMO P-PUEDO EXPLICARLO-Empezó el italiano a tratar de poner en palabras o que sucedía
-NO MIREN NO MIREN- Pedía por su parte Haru
-¡N-no es necesario, Gokudera-kun, Haru que sean felices!-Grito el cielo de la familia llevándose a todos desesperadamente mientras salía corriendo… dejando a los dos chicos en blanco
-La vida de Haru se ha terminado-Murmuraba la pobre castaña
-El Décimo… el Décimo vio-Balbuceaba el platinado, mucha teoría y todo lo que deseaban les había conducido a terminar así… pero nada los preparo para esa visita sorpresiva
Y terminamos aplausos porfavor! Yea otro fic terminado ^^ mil gracias a los que leen… aunque un review estaría muy bien para mi esfuerzo XD hahahahaha espero les gustara esta historia un beso abrazo y saludos y no se apuren yo seguiré escribiendo GokuHaru ¿Por qué? Pues por que me gusta aunque no sea muy apoyado^^