Hola! Bueno quería pedir disculpas a los lectores que seguían el fic, estuve a punto de subir este capítulo hace un tiempo pero mi compu se murió y perdí todo U.U, así que tuve que escribir todo de nuevo xD, bueno espero que les guste este segundo capítulo :D.

Capítulo 2: Voces

It doesn't mean anything
Without you here with me
'cause after all is said and done
I still need you here with me

Here with me-Plumb

Yuuki salió del baño dando tumbos, mientras intentaba llegar a su habitación y alcanzar su cama, cuando de pronto una de sus piernas flaqueó y se fue hacia un lado, sujetándose torpemente contra la muralla. Se quedó un momento así, respirando profundo,para ayudarse a mantener el equilibrio.

—-Princesa…— se sintió un murmullo.

La chica levantó la cabeza pesadamente e intentó averiguar de donde venía aquella voz.

—Princesa... —se volvió a escuchar, a lo lejos, casi inaudible.

Trató de seguir hasta su habitación, sin embargo no pudo más y cayó de rodillas al suelo, mientras que todo daba vueltas, el mundo giraba y ella no podía hacer nada… estaba perdiendo el conocimiento,

—Princesa…— escuchó otra vez esa voz extraña, entre la confusión en la que se encontraba- acércate un poco más, sólo un poco más…

—¡Yuuki! — exclamó alguien, con un tono angustiado, seguramente al verla medio muerta en el suelo- ¿Qué ha pasado?

A pesar de que no podía reconocer el rostro de aquella persona, su voz era clara para ella… Kaname.

Se avergonzó de que él la viera en ese estado, y se estremeció al sentir que el la rodeaba con sus brazos y la levantaba del suelo.

—Kana…- quiso decir, pero no tenía fuerza ya para hablar.

—Ya veo- Dijo él- esta vez el se ha excedido un poco, pensé que al evitar que el llegará a nivel E, no pasaría esto más…

Quería decirle que no era nada, que ella estaba perfectamente bien, pero sus labios no respondían a las órdenes que ella daba, y con las pocas energías que le quedaban intentaba permanecer consciente.

—Yuuki, duérmete, ya no importa, estarás bien- le prometió pasando una de sus manos por sus ojos, enviándola a un sueño profundo al instante.

Zero venía caminado unos metros más atrás, tratando de alcanzar a Yuuki…

Cuando la vio con Kaname maldijo para sus adentros

—Kuran Kaname…

—No tienes nada que hacer aquí, ella está bien ahora, luego me encargaré de ti- respondió el vampiro sin si quiera darse vuelta a mirarlo, marchándose lentamente con Yuuki en sus brazos.

Zero se quedó ahí, observando como él se alejaba, sin decir nada, sin pensar nada, sólo sintiendo como su corazón se rompía, sintiéndose un animal por hacerle aquello a la chica que amaba.

Los rayos de sol se colaron por la ventana golpeándole el rostro. Apretó sus ojos y lentamente los abrió hasta que estuvo completamente despierta.

¿Fue todo un sueño?

Echó un vistazo rápido para averiguar donde estaba: la enfermería… al parecer todo aquello si sucedió…

—Por eso yo le había dicho director.

Se escuchaban unas voces detrás de la puerta, al parecer discutiendo.

Incorporándose de su cama se encaminó hacia allá, de manera silenciosa, para oír mejor lo que decían.

—Creo que tienes razón, no podemos dejar que esto siga así, no veo otra solución.

Intentaba reconocer aquellas voces, pero no podía distinguirlas desde donde estaba, asi que pegó su oído a la puerta.

—Tarde o temprano esto iba a suceder, un poco más y mata a Yuuki, debería haberlo asesinado con mis propias manos pero…

—Kaname-sempai— musitó Yuuki al reconocer la voz del hablante.

Hubo un silencio de unos segundos, lo que le hizo creer que ellos se habían marchado, hasta que otra voz irrumpió.

—Entiendo— aseveró el director Cross—Zero será ajelado de Yuuki, no te preocupes, lo mandaré lejos de la academia.

—¿Q..que? — chilló Yuuki.

—Vaya, parece que Yuuki-chan despertó— dijo el Director Cross, que era la persona con quién Kaname hablaba.

La muchacha abrió la puerta ansiosamente, quedando en frente de Kaname y el Director, dedicándoles una mirada furiosa, casi de súplica.

—¿A dónde se quieren llevar a Zero? — preguntó con los ojos llenos de lágrimas.

El vampiro suspiró profundamente, buscando las palabras para hacérselo entender a la chica.

— Escucha… es peligroso que el continúe cerca de ti, tu sangre le atrae demasiado, el ya casi no se puede controlar cuando está cerca. Él está de acuerdo, y estará en un lugar seguro créeme…

—¡No quiero separarme de él! —le gritó, estallando el lágrimas— fue mi culpa, todo mi culpa, yo lo provoqué.

Kaname no dijo nada, sólo la observó con algo de dolor en su mirada.

—Yuuki-chan— le dijo suavemente el director poniéndole una mano sobre su hombro—Me duele hacer esto tanto como a ti, pero no podemos seguir arriesgándonos, Zero está de acuerdo también, esto es por tu bien.

— No— se negó— No quiero, no quiero que él esté lejos…

—Yuuki... —murmuró Kaname intentando poner una de sus manos en su cara.

La muchacha apartó con brusquedad la mano del chico.

—Seguro que esto fue idea tuya Kaname-sempai, yo… yo.

Quería decir algo malo, que lastimara a Kaname, que lo hiciera sentir mal para que revirtiera el hecho de que Zero se marchaba.

No obstante, no pudo.

Él estaba de pie frente a ella, mirándola aquellos ojos profundos, revelándole lo triste que se estaba sintiendo con este comportamiento.

No era capaz de ir en contra de él, de hacer que sufriera.

—Lo siento, no debí gritar así Kaname-sempai, perdóname—pidió con la voz quebrada.

Kaname no dijo nada, acortó la distancia que había entre ellos y la rodeó en sus brazos.

—No hay nada que perdonar Yuuki…

Se quedaron un poco más así, ella sintiéndose segura entre aquellos brazos; él sintiendo que toda su alegría estaba en aquella persona que estaba sosteniendo… y también miedo...de que Zero le arrebatase lo único importante en su mundo.

—Yuuki, él se irá a vivir con unos cazadores de mi confianza, estará seguro lo prometo—le aseguró el director Cross acariciándole el cabello—ahora ve a descansar, que tu cuerpo sigue débil.

Caminó de vuelta a su cama, sin decir nada más, escuchando como Kaname se alejaba por el pasillo, paso a paso, volviéndose cada vez más inaudible.

No podía permitir que se llevaran a Zero… por lo menos quería verlo una vez más, decirle adiós, pedirle que se cuide.

¿Cuándo sería el momento en que él se marche?

Esta pregunta la inquieto, dándole paso a otra más…¿Y si ya se fue?

Se paró rápidamente, colocándose los zapatos y un abrigo. No se quedaría sentada viendo como él se iba, sin decir una palabra… menos después de lo que pasó.

Al acordarse de aquello su cara se tornó completamente roja.

—"¿Qué haces Yuuki? No es tiempo de pensar esas cosas" — se reprendió a si misma.

Su primera parada fue la habitación de Zero. Golpeó suavemente la puerta, pidiéndole al cielo que esta se abriera y saliera el muchacho, a decirle que él no se iba, que no aceptaría algo así tan fácilmente

Pero nadie salió, tan solo se escuchaba el murmullo lejano de los estudiantes que paseaban por los alrededores, y su corazón latiendo fuertemente.

—Tu sangre.

Yuuki se giró perturbada estudiando cada lugar del pasillo y del dormitorio, buscando el origen de esa voz.

—Encima ahora escucho voces, me he vuelto loca—se lamentó.

—Dame tu sangre, princesa.

Se le colocó la piel de gallina,y una punzada en su corazón la estremeció por completo.

—Vamos Yuuki, no es nada, no es nada — se dijo para calmarse.

De pronto una mano se posó en su espalda.

—¡Ah! — gritó de miedo, dando un salto, cubriéndose la cara con sus brazos.

—¿Qué pasa?¿No deberías estar en la enfermería?

Era él. El sonido de su voz le hundió el corazón, la hizo temblar. Quiso llorar, Zero aún estaba aquí.

Alzó la vista. Tenía la cara magullada, un ojo hinchado rodeado de un círculo morado.

Se llevo las manos a la boca para ahogar un grito.

—Es lo que merezco— le dijo.

—Fue Kaname-sempai—preguntó, con lágrimas en los ojos.

Zero torció el gesto, dudando si responder o no, y finalmente asintió levemente con la cabeza.

—No pasa nada Yuuki— le aseguró—después de todo me lo merecía, por lo que te hice.

—No quiero…—farfulló la chica.

—¿Qué cosa no quieres? —interrogó Zero desconcertado.

Yuuki alzó sus ojos hasta encontrarse con los de él, dirigiéndole una mirada apesadumbrada.

—Que… te vayas.

El muchacho tomó una de las delicadas manos de la chica entre las suyas.

—Escucha Yuuki… es lo mejor, estarás mejor sin mí, sé feliz con Kuran Kaname…—sugirió Zero, a pesar de lo mucho que dolían esas palabras.

La muchacha negó con la cabeza, saltando a los brazos de Zero.

—Yo quiero estar contigo— declaró, apretándolo contra ella, como si eso fuera a evitar que él se marchase.

Esas palabras sonaron hermosas para los oídos de Zero, hicieron que su corazón latiera más rápido, pero él bien sabía que Yuuki no estaba siendo sincera, y tan sólo lo decía para hacerlo quedarse, pues bien sabía que Kuran ocupaba un gran espacio en el corazón de la chica.

—Lo siento— se excusó— ahora por favor vete, sin te ven conmigo habrán más problemas.

Yuuki bajó la mirada, pensando en que hacer mientras que Zero caminaba hacia la puerta de su habitación.

—¡Espera!

El vampiro detuvo su marcha de golpe, sin voltearse, aguardando las palabras de la muchacha.

—¿Cuándo te vas? —preguntó.

—Al anochecer.

Reanudó su camino a la habitación, girando la perilla de esta, abriendo suavemente la puerta.

—¿Algo más? —quiso saber, al ver que Yuuki seguía de pie tras él, sin ánimo de moverse.

Ella se mantuvo en silencio, así que entró y cerró la puerta tras él.

Yuuki se apegó a la puerta, acariciando la madera vieja y empolvada con sus dedos, sintiendo como su corazón latía fuertemente hasta el punto de doler.

—¿No quieres quedarte conmigo?

No hubo respuesta desde adentro.

—¿Ni siquiera después de lo que pasó?

Se agachó lentamente hasta quedar sentada frente a la puerta, dispuesta a quedarse ahí hasta que él dijera algo, porque sabía que él la estaba oyendo.

—Tan sólo… olvídate de eso—contestó de pronto Zero—eso no debió pasar, no debí aprovecharme así de ti.

Se puso de pie nuevamente, apretando los puños.

—¿Qué lo olvide? No te aprovechaste de mí, yo estuve bien, fui feliz contigo, me sentí bien en tus brazos, no me obligaste a nada… no me arrepiento tampoco— dijo, con la voz quebrada.

—Adiós Yuuki, vete. No hay nada que puedas hacer o decir para que me quede.

Además esto no depende de mí.

Pateó el suelo furiosa.

—¡Bien, pues me voy!

Y corrió llorando por el pasillo, camino a su habitación.

Tuvo la esperanza de que Zero saldría y correría en busca de ella, la abrazaría y le diría "no me iré, me quedaré contigo" pero nadie venía, estaba sólo ella.

—Dame tu sangre.

Se detuvo, y de nuevo pudo sentir ese escalofrío.

—¿Q-quién es?¿Qué quieres?

Una risa se escuchó a lo lejos.

—¿No lo dije? Tu sangre…—contestó aquella voz.

—¿A sí ? entonces muéstrate y no te escondas más en las sombras— le desafió, temblando.

—Yuuki…

La aludida se giró hacia la persona que le había hablado.

—Kaname-sempai…

—¿No te dije que descansaras? —preguntó.

Ella no respondió y siguió caminando hacia su pieza, y ya allí dijo:

—Eso estoy haciendo, solo fui al baño.

Y cerró la puerta sin mirar atrás, abalanzándose en su cama, rompiendo a llorar.

Cerró los ojos, y la debilidad que aún persistía en su cuerpo la llevó a un profundo sueño.

—Hola querida

De nuevo esa voz…

—¿Quién es?No estoy de humor en serio lo digo

—Eso lo puedo ver, ¿Peleaste con aquél chico con el que estuviste haciendo cosas sucias en el baño?

—¿Q-qué?¿C-cómo sabes?

No hubo respuesta.

— ¡Dejame en paz! Si no vas a decir que quieres entonces no me atormentes más.

—Pobre prometido tuyo, veremos como enfrentas esto querida, te daré un tiempo sin molestarte para observar, y disfrutar tu sufrimiento.

—¿Mi sufrimiento?¿Prometido?

—Ah, haces demasiadas preguntas, me largo ya.

Despertó afligida, traspirando y con el corazón casi saliéndose del pecho.

—¿Una pesadilla?¿Estás bien? — le preguntó Yori que estaba en su cama.

Al parecer ella ya estaba volviéndose demente, escuchando voces, que mal…

—Sí, sólo fue un mal sueño—le dijo, con una sonrisa en el rostro

Yori la contempló preocupada.

—Estabas gritando.

Yuuki crispó el rostro.

—Dijiste algo de que se fuera, que te dejara en paz—siguió Yori.

La chica puso la cara más convincente que pudo en ese momento y dijo:

—Sólo es un sueño, no significa nada.

Y se puso de pie, caminando hacia la ventana…

Ya era de noche, seguro que Zero se había marchado, sin decir adiós…

—Yori-chan

La aludida enarcó una ceja

—¿Sí?

Caminó hacia su cama, sentándose en ella, dudando si decirlo…

—Nada.

Hasta el próximo capítulo =), gracias a los lectores =D